Una acampada entre primos que resultó genial-Parte I
Subimos a la lancha de mi padre, íbamos mis dos primos y mis tres primas. Mi padre nos llevaría río arriba hasta un islote boscoso, donde podríamos acampar para pasar el fin de semana. El domingo por la noche nos volvería a buscar.
Yo soy Julio, (16), mi primo Ernesto (14) y su hermana Julieta (12) , mi primo Julián (13), y su hermana Mariela (11).
Ya en la lancha el ambiente era festivo, como era obvio al ser yo el mayor mi padre no dejaba de darme consejos y de resaltarle a los demás que debían hacerme caso en todo, ya que yo era el único que tenía experiencia en el río y en las acampadas ya que desde los 6 años salgo con mi padre a pescar y a cazar.
Mis primos varones están en una etapa donde todo es risas y tonterías, se hacen los grandes frente a las chicas, pero no dejan de ser unos pavotes que viven masturbándose, tal cual lo hice yo hasta no hace mucho. En cambio las dos chicas están en esa etapa donde intentan aparentar ser más grandes, se visten provocativamente, te lanzan miradas de mujer fatal. Yo aparte de ser el mayor de los chicos soy el que físicamente es de mayor tamaño. Además hago mucho deporte y por lo tanto soy flaco estilizado, musculoso y sin ser bonito, si soy vistoso. Pero lo principal es que yo era el «Señor» designado por mi padre para cuidarlos lo que me daba un poder ilimitado. jajaja
Llegamos, bajamos las cosas de la lancha, luego mi padre con una nueva advertencia y controlando que tuviéramos el teléfono satelital por cualquier emergencia o problema que se suscitara. Nuestra casa está río abajo a una hora de navegación.
Luego de que mi padre se fuera, inmediatamente nos abocamos a armar el campamento, las tres carpas quedaron armadas prolijamente alrededor del fogón a distancia segura, luego recorrimos un vasto espacio alrededor del mismo para ver de ubicar cualquier alimaña que pudiera haber, principalmente alguna serpiente. Luego de haber revisado todo y quedarme tranquilo al respecto de la seguridad, invité a mis primos a ir al agua, por lo que enseguida todos se cambiaron de ropa poniéndose cada uno su ropa de baño. Allí encontré mi primer sorpresa, en realidad las dos primeras sorpresas.
La primera fue descubrir que mis dos primas estaban físicamente más que buenas, ambas con un culito respingón, piernas bien torneadas, Mariela la menor ya tenía más pechos que su prima Julieta. Pero debo reconocer que la bikini de Julieta permitía apreciar unos hermosos y gorditos labios vaginales. Lo que me genero cierto tirón y cosquilleo en la entre pierna. Ernesto mi primo de 14 años es también un gran deportista y goza de un excelente físico. Y Julián el menor de mis primos varones, es muy delicado, tiene un cuerpo esbelto, sus nalgas redonditas y duras, producto de que practica danzas. Y al ver que su traje de baño era una zunga de lycra, que le marcaba muy bien sus nalgas y su pequeño paquete, enseguida pensé en él como un futuro gay. Pero no era mi problema. Nos fuimos a nadar, estuvimos al menos una hora en el agua que estaba fantástica, y donde acampamos hay una hermosa playa de arena dorada, con poco declive hacia el agua profunda por lo que no existe riesgo alguno si uno actúa con cierta cautela.
Luego del primer chapuzón mientras mis primos jugaban en el agua, yo me tiré a tomar sol en la arena. Pasado un rato siento que alguien se acerca, es mi prima Julieta, quien poniendo su toalla al lado de la mía se recuesta también a tomar sol. No aguantó ni 10 minutos y comienza a hablar, y le da a la lengua sin descanso, yo no le prestaba mucha atención, casi diría que nada. Y de pronto la muy turra molesta por que yo no le prestaba atención se gira hacia mí y se me sube a caballito sobre la panza y comienza a hacer como que me pega. Para esto el resto de los primos están todos en el agua unos 50 metros de nosotros. La verdad que esa situación me excitó, ya que la nena está bien buena y yo no soy de madera, principalmente observando ese par de tetas voluptuosas para una niña de 12 años. Y claro que la verga se me empezó a poner dura. No soy el increible Hulk pero la verdad que tengo un miembro bastante honorable, son 18×6,5cms de buena carne nervuda con una cabeza de las que si uno no riega bien el campo, hace surco. Julieta despacito se va corriendo hacia abajo sobre mí llegando así hasta colocar las nalgas sobre mi verga ya erecta. Al sentirla entre sus cachetes por un instante se queda quietecita, como evaluando la situación, y luego la muy puta se tira sobre mi pecho poniéndome sus tetas contra mi, y así coloca su pubis bien a caballito de mi tripa. Y sin ninguna verguenza comienza a frotarse, suavecito pero la pendeja se estaba masturbando, se hacía la que jugaba pero bien que gozaba del duro pedazo de carne. Yo aproveché y la tomé de las nalgas, apretándola más contra mí. Le busqué con el dedo mayor su agujerito trasero por arriba de la bombacha de su bikini encontrándolo y punteándolo, casi le entró la primer falange. Se quedó petrificada. Luego como aceptándolo siguió con su meneo. La verdad es que Julieta me estaba excitando sobre manera. Por lo que la detuve y no le gustó. Entonces le pregunto si está dispuesta a seguir con eso. Me mira muy seria y no sabe que contestar. Le digo que si me muestra sus tetas y me deja acariciarlas, yo le dejo ver mi verga y que la acaricie. Mueve la cabeza en señal de afirmación. Pongo mis manos sobre sus tetas y le subo el sujetador de la malla, y así me deleito con un hermoso par de tetas con pezones agresivos que están duros y muy hinchaditos. Se los acaricio y ella solo suspira fuerte, le aprieto los pezones y gime, entonces le pido que se ponga de costado a mi, lo hace y permite que yo me baje el short liberando así la pija que está pletórica con la cabeza inflamada y bien colorada. Al verla Julieta abre grande los ojos, le pido que la tome en su mano y me pajee suavemente. Le enseño como hacerlo y ella comienza a masturbarme, la verdad es que la niña no tiene nada de miedo o verguenza. Meto una mano entre sus piernas y alcanzo sus labios vaginales, los acaricio y ella abre un poco sus piernas para facilitarme el acceso, su pequeño clítoris está durito, lo acaricio mientras Julieta me pajea, de pronto con el rabillo del ojo veo que mi otra prima, la menor se está acercando, no alcanzo a detener a Julieta y Mariela obtiene de primera plana una fotografía de Julieta masturbándome y de mi tocando las tetas y la concha de su prima. Se quedó helada. Pensé que iba a gritar o a alertar a los otros chicos, pero no. Simplemente se acerca a nosotros dos, se arrodilla al lado de su prima, y se dedica a observar lo que Julieta hace. Quien para mi sorpresa no se inhibe para nada y sigue masturbando mi verga, tanto le dió que de pronto comienzo a lanzar un par de chorros de semen que van a parar a las tetas de Julieta y a las piernas de Mariela. Ambas niñas asombradas realizan el mismo acto, con un dedo untan el semen que acabé y se lo llevan a la boca para probar su sabor. Yo rápidamente procedo a taparme con otra toalla y me subo el short. No me quedó otra que ordenarles mantener el secreto si querían seguir experimentando el sexo. Las niñas se miraron y al unísono ambas afirmaron y prometieron guardar el secreto de lo que vieron y sucedió. Y yo les prometí que a ambas les enseñaría mucho más si ellas querían. A lo lejos venían mis dos primos hablando en voz baja, pero no pasó desapercibido para mí la mirada y el roce de manos entre los dos muchachitos.
Sigue en parte II
Que rico relato, se me puso bien erecto el pene de solo leer.
Por favor continua esta anécdota!
con ganas de leer la siguiente parte