Una acampada entre primos que resultó genial – Parte IV
Luego de habernos disfrutado por un momento en el río, Gaby y yo nos dirigimos tomados de la mano hacia mi carpa, pero ella y tenía previsto que la noche no terminara así.. .
Mi hermana Gaby a sus 13 años, es toda una gran hembra, por donde se la mire. Si hasta ahora nunca había pasado a mayores solamente fue debido a que no se dió el momento. No por que no nos tuviéramos ganas. Y máxime cuando mi hermana se muestra celosa y me confiesa que me ama. Luego del faje en el río, nos dirigimos a nuestras carpas. Yo pensé que todo terminaría allí. Pero craso error. Gaby simplemente me acompañó a mi carpa y entró ella primero, se recostó en las bolsas de dormir, se desnudó nuevamente y me invita a ir por ella. Claro que yo ya tenía la pija dura de nuevo. Mi hermana luego de que me acostara a su lado, simplemente se subió a caballito mío, se acomodó dejando la punta de la verga bien ubicada a la altura de la entrada a su virginal cueva. Tomó la pija por el tronco, la puso vertical, se hizo por sobre ella y lentamente se fue aproximando, pronto la punta abrió su hendidura y pude sentir el calor de su concha, prosiguió y ya la cabeza traspasó el umbral de sus gorditos labios vaginales, pronto tenía una tercera parte de mi tripa dentro, gemía suavecito, pero la intención de desvirgarse había partido de ella y lo estaba logrando a su gusto, la pija llegó a su himen, se preparó, tomó aire y se dejó caer con ganas. Pegó un pequeño gritito y suspiró fuerte, ya estaba echo. Se empernó hasta que la cabeza de mi verga pegó contra su útero. Estaba totalmente empalada. No atinaba a moverse, pero de a poquito se fue relajando, y eso ya le dio confianza para comenzar a cabalgar la verga, y en dos segundos ya se sentaba a fondo, se levantaba y se dejaba caer con desesperación, y a mí eso me estaba generando una tremenda excitación, ver sus hermosas tetas balancearse delante de mi, mi hermana tenía una cara de puta gozadora con los ojos cerrados que más me calentaba. Y desaté todo mi arsenal sexual, le mordía las tetas, apretaba sus nalgas, y ella más se esforzaba con comerse toda la verga. De pronto al pasar rocé con mi dedo mayor su ano, y para Gaby fue como una descarga eléctrica, se puso más briosa, probé a meterle la punta del dedo y ella gimió y mas se afanaba en enterrarse la verga. Y eso despertó en mí la lívido de degenerado. Y me propuse que esta noche tenía que aprovechar y hacerle también el culo. Con ella ensartada me di vuelta y la puse contra las cobijas. Tomé sus piernas y las levanté a la altura de mis hombros mientras le enterraba a fondo la verga, me arañó y se desesperó, de pronto con un suave suspiro y un gemidito sentí como su orgasmo mojó mi tripa y ella abrió grande los ojos. Había acabado. La cogí por la vagina un rato más llevándola nuevamente a un alto grado de excitación, pero yo quería acabar en su culito. Mientras seguía penetrándola vaginalmente, busqué en uno de los bolsillos de la carpa el gel lubricante que hace tiempo tengo ahí, le saqué la verga, le abrí las nalgas y le metí la punta del tubo de gel directamente en su ano. Se quejó de que estaba frío, pero no dijo nada más. Me miraba intensamente sin quitarme la vista de encima. Puse mucho gel en la cabeza de mi verga, le metí dos dedos en su culo y se quejó un poco, la bese con fuerza mientras metía tres dedos, gritó suavemente, luego tomé la verga por el tronco , levanté sus piernas a m i cadera y posicionando la punta de mi tripa en su delicado oyito trasero presioné hasta que la cabeza comenzó a entrar, mi hermana comenzó lentamente a llorar, me arañaba la espalda mientras la pija se iba abriendo camino hacia sus entrañas, hasta que finalmente mis testículos tocaron sus nalga. Me quedé quieto por un ratito hasta que sentí como se relajaba. Entonces suavemente comencé el ida y vuelta, cada vez más fuerte y ya ella colaboraba, pronto estaba ya disfrutando la cogida por el culo. Lo cierto es que lo tiene muy estrecho y a mí me dolía la cabeza de la pija, y sin buscarlo de repente me vine en potentes chorros de semen que mi hermana recibió en medio de un gran suspiro, ya que ella también me estaba acabando. Me pidió que no se la sacara hasta que no se achique, ya que le duele mucho el culo. Le hice caso y cuando mi pene se murió por completo se lo saqué. Ella quedó quejándose un poco, luego la invité al río nuevamente así nos lavábamos. Caminaba con dificultad pero finalmente en el agua me confesó que lo que pasó esta noche, Ella hacía tiempo que lo quería. Y es más, me confesó que más de una vez se había masturbado pensando en que mi tripa le perforaba el culo. Así que no fue sorpresa. Fue todo premeditado por ella. Y a mi me gustó mucho.
Sigue parte V
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