Una acampada entre primos que resultó genial – Parte V
Luego de haber tenido una hermosa sesión de sexo con mi hermana Gaby nos dormimos y allí nos sorprendió el amanecer, abrazados como buenos amantes.
El sol nos despertó, Gaby hacía arrumacos como la nena que es, yo me levanto y voy a prender el fuego, los demás duermen. Pongo la pava grande a calentar agua, y me voy para la orilla del río a contemplar tan bello paisaje. Luego de un rato me vuelvo al campamento y pongo a hacer café, y siento movimiento en la carpa de las chicas, donde durmieron Julieta y Mariela.
Y de pronto se asoma una carita toda hinchada, era Julieta que con su hermosa sonrisa me decía buenos días y me tira un beso. Sale de la carpa y se me acerca, entonces me doy cuenta que a pesar de sus 12 años, tiene un hermoso cuerpo, delineado, sin ser exuberante para su edad, sus pechos parecen dos pequeñas peras y sin sujetador se pueden apreciar sus pequeños pezones. Trae un short de dormir, que es muy livianito y casi traslucido lo que me permite apreciar su pubis todavía sin bellos. Claro es una niña todavía. Pero les cuento que ayer me hizo una hermosa paja frente a su amiga Mariela. Y seguramente si no hubiera aparecido su amiga, seguramente me la hubiera mamado con ganas. Se nota que es una piba muy calentona. Y es de las niñas la única que todavía no ha probado mi sable entre sus piernas. Pero seguro que no quedará así.
Fueron apareciendo más acampantes. Ernesto y Julián salieron de la carpa los dos muy contentos para ser tan temprano. Seguro ya me enteraré de que pasó entre los dos. Finalmente Mariela se acercó al fuego con sus tetas apenas contenidas por la remera, y Gaby, mi hermana fue la última. Caminaba con cierta dificultad, pero como todos estaban todavía adormilados, ninguno le prestó atención.
Entre mates y café planificamos el día. Obvio que lo principal era disfrutar del sol y del agua. Ya teníamos un Dorado de 5Kgs que yo había pescado la tarde anterior para el almuerzo. Así es que propuse ir a dar una caminata por la orilla del río a fin de disfrutar de la naturaleza y así despejarnos. Luego iríamos al agua. Salimos todos riéndonos y cargándonos por diferentes motivos. Mariela se dio cuenta que Gaby caminaba algo incómoda, se le acercó y le preguntó que le pasaba. Cuchichiaron un poco al oído y de pronto Mariela se da vuelta y con ojos grandes me mira como queriendo reprocharme algo. Luego se puso colorada y abrazó a su amiga. Se había enterado de que yo había poseído a mi hermana y que su culito había sido vaina para mi sable. Por eso le dolía su ano.
Luego de caminar una hora nos metimos al agua y la mañana transcurrió sin mayores eventos. Llegó la hora del almuerzo, preparamos el pescado y comimos como si hubiéramos llegado recién de Biafra. A la hora de la siesta es cuando más calor hace y el sol es muy fuerte por lo que nos refugiamos en las carpas a la sombra.
A la tardecita invité a todos a pescar. Nos divertimos mucho con la pesca de mojarritas, algún que otro sábalo y Julián pescó un cachorro de Surubí de unos 3 Kgs. que nos vino genial para la cena. Luego de cenar nos pusimos a jugar a las cartas. Bebimos algunas cervezas y eso achispó a más de uno/una. Para esto yo veía que Julieta no me sacaba la vista de encima. Y ya oscuro de pronto me dice si la acompaño al bosque que quiere ir al baño y tiene miedo. No me quedó otra que ir con la niña. Mientras caminábamos, ella por delante yo podía apreciar su muy lindo trasero además es como si lo moviera bastante a propósito. Luego de que nos alejamos un poco, se da vuelta y se me aproxima, me tomó por sorpresa, se arrodilla frente a mi, me desata el cordón del short, me lo baja y libera mi verga. La toma por el tronco y sin permiso alguno se lo mete a la boca, empieza a darme una rica mamada, ya pronto mi pija está dura y ya no le es tan cómoda en la boca pero se esfuerza, entonces la hago levantarse, la apoyo contra un árbol, le saco la remera y veo sus pequeños pero hermosos pechos, se los muerdo y aprieto. Ella solo suspira fuerte, le saco el short y queda desnudita para mi. Su lampiña vagina es gordita, me agacho un poco y pongo mi verga entre sus piernas, ella gime de deseo, se masturba a caballito de mi tripa, le pregunto si quiere que se la meta, a lo que simplemente mueve afirmativamente la cabeza, le abro las piernas, tomo la pija por el tronco y abro sus gorditos labios vaginales, comienzo a entrar, ella sufre, se queja, pero mi tripa sigue su camino en busca de su virginidad, al llegar a su himen ni le aviso, la pecho fuerte y me entierro en medio de un gemido hasta las profundidades de su asta ahora virginal cuevita. Ya está echo, tiene tres cuartas partes de la pija metida y la cabeza pega en su útero, se queda estática como sopesando el tamaño del intruso, de a poco comienza a moverse, adelante y atrás, solita se está cogiendo. Ya pronto se desespera queriendo más, se la entierro con ganas, la hago llorar y sufrir, pero aguanta, luego se la saco, la doy vuelta, la apoyo contra el árbol y le pido eche colita hacia atrás, lo que me facilita alcanzar su vagina desde atrás, se la vuelvo a meter toda. Mientras voy estimulando su ano con mis dedos, ella acepta todo, de pronto ya tengo tres dedos dentro de su ano, y con bastante saliva, saco mi pija, se la apoyo en su esfínter y empujo, ante la sorpresa intenta correrse pero soy más rápido, la tomo por las caderas y empujo con ganas, la cabeza perfora su aro y la cabeza entra en medio de un gritito y un llanta, no la perdono y sigo empujando hasta que toda la verga está dentro de su culo. Julieta llora, pide que se la saque, no le hago caso y la cojo con ganas, de pronto en vez de llorar suspira y gime fuerte, y escucho que me pide que le de más fuerte, toda adentro y así logra un gran orgasmo que le dobla las piernas, no se cae por que la tengo de las caderas, y entonces me dejo ir y le lleno el culo de semen con tremendos chorros. Le saco la verga y su agujero trasero tiene una dimensión tres veces mayor que lo original. Se queda toda apachuchada, me aproximo a ella con la verga en la mano, se la pongo en la boca y la mama suavecito. Le pregunto si quiere más, se niega. No puede ni hablar, está compungida y adolorida. Levanta la vista y me dice, sos un bruto, me rompiste el culo. No le contesté, simplemente me agacho, le doy un beso y me alejo. Luego siento sus pasos detrás mío. Se me pone a la par, me echa un brazo a la cintura y así llegamos al campamento. Los demás seguían jugando a las cartas. Todo estaba bien y tranquilo.
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