Una experiencia de amor total. 2ª Parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
(sigue) Ya es Lunes y como prometí voy a seguir contando la maravillosa experiencia de amor total con mi hijo.
Ahora les contaré lo que pasó este fin de semana último.
Mi hijo y yo no hemos parado de follar.
El Viernes por la tarde suele salir con sus amigos, pero este Vienes no salió.
Yo me quede en casa con él, enseñándole a follar y como dar placer a las mujeres.
Le enseñé como tocar con suavidad la pepitilla del clítoris, como nos gusta que nos lo laman con la lengua, como me gusta que cuando me folle por detrás como a una perrita él ladre como si fuese un perro y me muerda el cuello y la espalda.
Como me gusta engullir toda su polla en la boca , cosa que no puedo hacer con la de su padre por ser más grande y no poderla engullir toda completa.
Como me gusta que cuando me hacen el amor me susurren al oído llamándome puta, pero que me lo llamen a la vez con dulzura y cariño , no con desprecio.
Ese día no obstante nos fuimos pronto a dormir pues Carlos tenía un partido de fútbol a la mañana siguiente.
Dormimos juntos en la misma cama y cuando él se durmió yo seguí despierta pensando en cómo había cambiado todo en pocos días.
Gracias a mi hijo había vuelto a sentir la alegría de una mujer bien follada, porque aunque Carlos aún no follase tan bien cómo su padre, eso era lo de menos, pues su impericia que a otra mujer madura y con experiencia seguramente le habría enojado si lo que quería fuese sólo placer sexual, a mí me excitaba aún más.
Enseñar a mi hijo a follar era un acto de amor que me llenaba totalmente.
Creo que todas las mujeres deberían de enseñar a sus hijos a follar y creo que es mucho mejor que un hijo pierda la virginidad con su madre que con alguna puta, aunque no creo que la sociedad esté preparada para comprenderlo.
Pensando todas estas cosas me excité, mi chochín estaba completamente mojado.
Di rienda a fantasías sexuales casi imposibles.
Me imaginaba a mis amigas follando con sus hijos, e incluso me imaginaba que intercambiábamos los hijos y cada una se hacía experta en enseñar una postura sexual a los hijos de las demás.
Yo era la experta y encargada de enseñar la postura del perrito, que me encanta.
Lupe la encargada de enseñar a penetrar a una mujer por el ano, pues de todas nuestras amigas comunes era la única que nos había dicho que lo hacía y que a ella y a su marido les encantaba.
Raquel se encargaría de las felaciones etc.
Me imaginaba a mi amiga Lupe follando con Carlos y a mí con su hijo Roberto.
Esas fantasías sobre didáctica materno filial en temas de práctica sexual me pusieron a tope y como me parecía mal despertar a Carlos pues sabía que tenía que descansar para el partido del día siguiente no tuve más remedio que hacer me una paja .
Me levanté y fui hasta el ordenador para ver fotos de mis amigas y de sus hijos.
Precisamente teníamos unas fotos que nos hicimos en la playa y en una de esas fotos estaba mi hijo Carlos con mi amiga Lupe.
En esa foto aparecían los dos juntos de frente a la cámara, cada uno agarrando al otro con su brazo por la cintura; nunca me había dado cuenta lo agarrados que estaban los dos en esa foto.
Me imaginaba a Lupe siendo penetrada por Carlos en su ano.
Mi marido que por cierto también se llama Carlos pero al que de ahora en adelante llamaré Charly para evitar confusiones nunca me había penetrado analmente; soy por tanto aún virgen por ese orificio de mi cuerpo y al pensarlo decidí que pronto dejaría de serlo, pues en ese momento me propuse regalar mi virginidad anal a mi hijo Carlos.
Su cumpleaños es el 10 de Diciembre y queda aún lejos, pero en Junio cumplirá los dieciséis y medio.
Ese día pienso regalarle mi culito.
Pensando todas esas cosas me corrí , quedé relajada y volví a la cama con Carlos que dormía tiernamente cómo cuando era niño, mi mano se fue hacia sus genitales y como duerme sólo con una camiseta y sin pantalón ni calzoncillos se los toqué fácilmente, comprobando que su polla estaba erecta; sin duda era una de esas erecciones nocturnas tan típicas de los hombres que indican que están teniendo un sueño erótico ¿sería ese sueño conmigo o sería con otra hembra? Le di un beso en la mejilla y me quedé dormida con la mano en su polla.
Al día siguiente nos levantamos pronto pues el partido era a las nueve y media y aunque nos hubiese gustado hacer el amor, no lo hicimos –que sacrificada es la vida del deportista y de su pareja– Nos duchamos, desayunamos y nos fuimos al campo de fútbol.
Allí, cuando llegamos mi hijo y yo, estaban ya mi amiga Lupe y su marido, pues su hijo Roberto también juega con Carlos en el equipo del colegio.
Carlos saludó a sus padres y se fue a los vestuarios.
El padre de Roberto se fue con otros hombres y yo me quedé con Lupe hablando de cosas de mujeres.
Lupe es amiga mía desde que éramos niñas.
Se puede decir que es mi mejor amiga.
Tiene mi misma edad.
Tiene tres hijos, Roberto que es de la misma edad que Carlos, de hecho nació un mes después que mi hijo y dos niñas gemelas de once años.
Ella fue quien me presentó al que hoy es mi marido y cuando lo hizo ella estaba saliendo con él, así que en cierto modo yo le robé el novio.
Luego ella conoció a un chico bastante mayor que ella, pues le lleva once años de edad y se casó con él.
Yo tenía intención de preguntarle sobre cosas del sexo anal pero aunque tengo mucha confianza con ella no sabía cómo planteárselo.
Pensé que debería empezar a hablar de sexo en general y llevar luego yo la conversación al terreno que deseaba.
De pronto los jugadores saltaron al campo y Lupe me dijo que mayor está ya tu hijo Carlos y que guapo; a lo que yo le contesté que Roberto también era muy guapo y estaba hecho ya un hombre.
Sí, están los dos para comérselos dijo Lupe.
Así que con esa contestación, Lupe me dio pie a poder hablar de sexo.
Yo cínicamente le dije: Lupe, ¡que son nuestros hijos! A lo que ella me contestó.
Sí, son nuestros hijos pero están buenísimos.
Me armé de valor y le pregunté: ¿Tú follarías con un chaval de su edad? y ella me contestó con otra pregunta diciéndome: ¿Lo harías tú? Me puse algo roja y Lupe se dio cuenta y dijo te has puesto colorada y eso es porque seguro que habrás pensado sobre ello alguna vez, más ahora que llevas varios meses sin follar, me imagino, por la ausencia de tu marido y seguro que has vuelto a masturbarte con fantasías eróticas.
Pero yo te he preguntado antes y no me has contestado, le dije.
Lupe me dijo: Carmen, ahora en serio, yo desde que me casé no he estado con ningún otro hombre que no haya sido mi marido, pero últimamente están pasando cosas que me gustaría contarte, pero no aquí y ahora.
Podemos quedar un día de esta semana y hablar tranquilamente, pero ahora vamos a ver jugar a nuestros chicos.
Muy bien, si te parece quedamos el Mieércoles.
Me parece bien, el Martes por la noche te llamo y concretamos lugar y hora ¡Vale! dijo ella.
¡Vale! contesté yo.
Y yo pensé ¿qué me tendrá que contar?, parece que algo sexual, lo cual para mis planes no va mal.
El Miércoles sabré y ustedes también, pues aquí lo contaré.
El partido terminó en empate a un gol.
Empezamos perdiendo, pero cuando quedaban cinco minutos, Roberto marcó el gol del empate, y después de celebrarlo con sus compañeros vino directamente a la banda en que estábamos yo y Lupe y le dio un beso a su madre diciéndole este gol te lo dedico a ti mamá , eres la mejor, eres la más guapa.
Pero no hizo lo mismo con su padre que estaba un poco más allá.
Eso me dio que pensar.
Después del partido Carlos estaba muy cansado y lo llevé a casa.
Eran casi las doce y media de la mañana .
Así que le dije a Carlos, vamos a llamar a tu padre antes de que se vaya a dormir.
Me parece que aún no he dicho que está en Nueva Zelanda y cuando en España son la una de la tarde allí son la once de la noche.
¡Hola cariño! ¿qué tal estás? Me dijo que bien.
Hablamos un rato y le pasé el teléfono a Carlos para que hablará con su padre, pero antes al despedirme de él le di recuerdos para su madre.
He de decir que mi marido es ingeniero y que cuando en su empresa le propusieron ir a trabajar a Nueva Zelanda a él por un lado la hacía ilusión pues sería una buena experiencia para él y además en unos meses ganaría lo que aquí en tres años, pero por otro lado no le hacía gracia irse solo.
Yo entonces trabajaba y digo entonces porque en Abril perdí el trabajo y no quería dejar de hacerlo, además Carlos no podía quedarse solo y el curso había ya empezado, e ir allí al colegio hubiese sido un problema con el curso avanzado.
Así que pensamos que podía irse con su madre, que llevaba viuda unos años, para que se ocupase de las cosas de la casa allí y así mi marido estuviese mejor atendido.
Se lo dijimos a mi suegra que también se llama Carmen como yo y aceptó encantada.
Así que allí están los dos.
Luego Carlos se quedó en casa descansando para recuperar fuerzas y yo salí a hacer una compras.
Compré lencería sexy y cuatro camisones picardías muy, muy cortitos en color negro , blanco rojo y carne.
Al volver a casa, Carlos estaba dormido.
Yo me di una ducha y prepare la comida.
Eran las cuatro de la tarde y Carlos seguía dormido, pero no lo quise despertar, así que comí ligeramente, debó ahora decir que pronto vendrá el verano y debo de ponerme a dieta para poder lucir en bikini.
Luego fui al cuarto de Carlos, pues estaba descansando allí y no en mi cuarto que era donde dormía por la noche ahora conmigo y como seguía dormido me dispuse a darle una sorpresa para cuando se despertase.
Me puse el conjunto de lencería sexy que me había comprado y luego también me vestí muy sexy y me fui a su cuarto a esperar que se despertase.
Cuando lo hizo me vio y dijo ¡mamá! ¿estoy soñando o realmente estás ahí tan bella como una diosa del amor? Yo le contesté: sigue soñando hijo y comencé a hacer un streatease,- creo que se escribe así-.
Me quitaba la ropa muy lentamente y mientras yo me iba desnudando para él, Carlos se masturbaba viéndome.
Aún no había acabado de quitarme toda la ropa, cuando él me dijo mamá voy a correrme, ven aquí que te quiero penetrar y correrme dentro de ti .
Yo fui obediente y me fui con él y en el mismo momento en que me estaba penetrando sentí su leche caliente fluir hacia el fondo de mi vagina.
Fusionamos nuestras bocas en un beso maravilloso y luego me dijo mamá eres la mejor, eres la más guapa.
Entonces me acordé de que esas mismas palabras le había dicho Roberto a su madre cuando vino a celebrar su gol con ella.
Y le dije a Carlos, te acuerdas que Roberto vino a celebrar el gol con su madre, pues eso mismo que tú me acabas de decir le dijo él a Lupe, a su madre.
Bueno mamá , Lupe también está buenísima, pero tú estás un poquito más.
Mamá, hablando de Roberto, si vieras el sí que tiene la polla larga, no como yo, el tiene un pollón.
Sabes mamá el otro día me la medí en erección y tiene once centímetros y ocho milímetros.
Pero hijo, le dije como afinas hasta con milímetros.
No te preocupes con eso sobre y basta para dar gusto y placer a una mujer.
No obstante, pensé para mí, saber que Roberto tenía un pollón descomunal me dejo algo perturbada y me acordé de mi fantasía sexual sobre intercambio de hijos para hacer el amor.
Enseguida Carlos estaba otra vez empalmado y está vez hicimos el amor durante más de una hora hasta que él se volvió a correr y yo en ese tiempo tuve varios orgasmos.
Luego descansamos un poco y al levantarnos nos dimos una ducha juntos, yo le frotaba a él y él me frotaba mí, como consecuencia de lo cual Carlos volvió a empalmarse y yo allí mismo le hice una mamada hasta que se corrió en mi boca ¡Que rico me supo el semen calentito de mi hijo! Luego nos vestimos los dos y nos fuimos en el coche a un merendero a las afueras de la ciudad.
Carlos no había comido y tenía mucho hambre.
Allí en aquel merendero parecíamos dos novios muy enamorados, en realidad eso es lo que somos, una madre y un hijo totalmente enamorados.
Al volver a casa preparé unos ginger ale con whisky.
Nos pusimos chispas y dijimos cosas muy, muy picantes mientras fantaseábamos con Lupe y Roberto.
Me dijo Carlos, la polla de Roberto es tan larga que se la podría meter a su madre por el chochín y salirle por la boca de ella y tú chupársela, o incluso, poner tú allí tu chochín y ser penetrada por su capullo.
Diciendo estas tonterías nos quedamos dormidos.
El Domingo nos levantamos hacia las diez.
Le dije a Carlos que no debía descuidar los estudios, así que ayer Domingo, Carlos hizo dos cosa estudiar y follarme a mí, por cierto cada vez folla mejor.
Seguiré contando lo que me pasé esta semana en la que tengo que hablar con mi amiga Lupe.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!