Una Experiencia de amor total. 3ª Parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
SIGUE Como recordaran en mi anterior relato quedé que vería el Miércoles a mi amiga Lupe, pues quería ella contarme alguna cosa íntima, y yo quería preguntarle por cómo como hacer sexo anal pero no sabía cómo planteárselo, entre otras cosas porque cuando en su día ella me comentó que lo hacía con su marido, yo le dije que mi marido no me lo había pedido nunca y que además él me había dicho que eso no le gustaba.
Si a mi marido no les gustaba el sexo anal , para qué querría yo saber cómo se hace, se preguntaría Lupe.
Pero antes debo decir ante todo que desde mi último relato han pasado cuatro días en los que Carlos y yo hemos follado mucho y cada vez mejor pues mi hijo ya dije que es un alumno muy brillante en el colegio y por lo visto no sólo en el colegio, pues las clases de sexo que yo le estoy dando las está poniendo en práctica con gran habilidad.
Pronto follará tan bien o mejor que su padre.
Dicho esto les relataré mi conversación con Lupe, durante la cual me reveló cosas que no hubiese yo podido imaginar.
Quedamos en una cafetería.
Cuando yo llegué, Lupe ya estaba esperándome.
Nos saludamos y Lupe me dijo que me tenía que contar cosas que le daban mucha vergüenza y que mejor ir al parque cercano para hablar con más libertad, pues la cafetería estaba llena de gente que nos podía escuchar.
Nos tomamos el café y salimos hacia el parque.
Por el camino me dijo que estaba muy avergonzada por las cosas que me iba a contar, pero que sabía que yo era su mejor amiga y tenía muchas ganas de desahogarse con alguien y quien mejor que conmigo que además de su mejor amiga era una persona abierta y comprensiva.
Yo en mi interior pensaba que también me gustaría contarle a ella lo que estaba pasando con mi hijo.
Llegamos al parque y nos sentamos en un banco.
Lupe se echó a llorar.
Yo la consolé.
Entre sollozos empezó a hablar, diciendo: ya sabes que Hugo, mi marido es bastante mayor que nosotras, pues bien hace unos cuatro meses empezó a tener mareos y también dificultades para tener una erección.
Fue al médico por lo de los mareos, pero no le comentó nada de lo de la erección por vergüenza masculina.
Tenía la tensión muy alta y en los análisis que le hicieron tenía además el colesterol muy alto.
El médico le recetó dos pastillas , una para cada cosa.
Con la pastilla de la tensión le ha bajado algo pero aún no es normal; pero en el prospecto de la pastilla para la tensión explica que como efecto secundario en algunos pacientes puede producir impotencia, y el caso es que ahora Hugo aún tiene más dificultades para tener una erección lo cual le pone de muy mal genio y yo sufro las consecuencias de ese mal genio.
Hace pues cuatro meses que no hemos follado plenamente, pues a veces consigue una pequeña erección y me penetra , pero inmediatamente pierde la erección y no puede continuar , y entonces me empieza a insultar y me dice que es por mi culpa.
Un noche, hace algo más de un mes, yo estaba muy cachonda pues antes de ir a dormir había visto en la televisión una película cuyo actor estaba muy bueno y se parecía a mi hijo Roberto.
Pero yo en la cama sólo tenía a Hugo, al cual empecé a tocar sus genitales y la polla le reaccionó con una aceptable erección; me penetró, y la erección no se le bajaba por lo que yo creía que por fin iba yo y él a tener un orgasmo, pero cuando ya estaba cerca de correrme , él perdió la erección y me dejó sin orgasmo, sin ese orgasmo que yo necesitaba para desahogarme.
Él con la polla ya flácida se hizo una paja mientras me insultaba y decía que todo era por mi culpa.
Eso era lo que me ponía triste, que me insultará y me echase a mí la culpa, en lugar de intentar afrontar juntos el problema Yo me levanté y me fui al baño para también hacerme una paja y liberar la tensión sexual.
Fantaseaba con ese actor, que se parecía a Roberto, cuando caí en la cuenta de que allí en mi casa había otro hombre, mi hijo, cuya verga seguro que estaría bien dura y me podría satisfacer.
Estaba tan cachonda, tan deseosa de un buen polvo que estuve a punto de ir al cuarto de Roberto, pero al final no tuve el valor de hacerlo y me limité a ir a buscar una fotografía suya y hacerme una paja mientras la contemplaba.
Luego al volver a la cama, mi marido me dijo: Ya te has hecho una paja ¿verdad? puta y seguro que ha sido pensando que te follaba algún amigo mío.
E incluso me dio un empujón que casi me tira de la cama.
Me levanté y me fui a dormir a un cuarto que tenemos con una cama por si vienen invitados, aunque bien a gusto me hubiese ido a dormir con Roberto.
Desde ese día ya no he vuelto a dormir con Hugo.
Desde esa noche ya no quiero a mi marido.
Esa noche no pude dormir pensando en todo aquello.
Pensé que si ya no quería a mi marido por las cosas que me estaba haciendo, por lo injusto que estaba siendo conmigo no tenía porque serle fiel, pero yo siempre he pensado que no puedo hacer el amor sin tener amor por el hombre con quien que lo hago.
Y ahora mismo sólo hay un hombre por el que sienta verdadero amor y ese hombre es mi hijo.
Entonces Lupe me dijo: Carmen, no, no he hecho el amor con mi hijo; en primer lugar porque él no sé si lo aceptaría, y en segundo porque no me atrevo a plantearle el tema, aunque él ya sabe que yo y su padre no dormimos juntos y que tenemos continuas riñas, es más Roberto un día llegó a las manos con su padre pues vio como me maltrataba y dijo que no lo consentiría.
Roberto ya es más fuerte que su padre, de modo que le retorció el brazo y le dijo que me pidiese perdón; como no me lo pedía siguió retorciéndoselo hasta que por fin, forzado por el dolor, me lo pidió; eso hirió mucho el orgullo de su padre y desde ese día apenas se hablan.
Me repitió, Carmen no, no he hecho el amor con mi hijo pero tengo unas ganas enormes de hacerlo porque necesito hacer el amor no sólo por necesidad fisiológica sino sobre todo por sentirme querida y yo sé que Roberto me quiere mucho, pero no sé si el amor de un hijo por una madre puede llegar a ser también un amor erótico y carnal.
Entonces yo pensé en mi, en que también me gustaría sincerarme con una amiga, además si quería sincerarme con ella, este era el momento, pues Lupe me estaba revelando sus pensamientos y deseos demostrándome su total confianza en mí y si yo no hacía ahora lo mismo con ella no sé lo podría contar más adelante.
Así que le dije: Lupe no creas que esa cosas te pasan a ti sola.
Hoy estamos hablando de ti, Lupe, pero dentro de unos días podemos quedar y yo también te contaré cosas que me pasan a mí y creo que saberlas será de gran ayuda para ti y para mí.
Entonces Lupe me dijo que aún no me había contado lo peor, una cosa que le avergonzaba y ni sabía cómo empezar a contar.
Hace unas dos semanas ,Hugo vino a casa algo bebido diciéndome que había estado con una puta y que con ella sí que había podido follar plenamente.
Estoy segura de que era mentira, puede que hubiese estado con una puta, pero lo que era seguro es que no hubiese podido follar.
Me lo dijo para humillarme, pues me dijo que lo que pasaba era que yo no era lo suficiente mujer como para excitar a un hombre.
Le dije, eso él te dice lo precisamente por todo lo contrario, porque él sabe que gustas mucho a los hombres y está celoso y furioso porque no puede penetrar a una hembra que está tan atractiva y deseable como tú.
Sí , me respondió Lupe, pero aquello me encorajinó y en ese momento decidí vengarme como fuese.
Yo sí que podía follar y estaba dispuesta a hacerlo.
Esa noche pensé hablar de ello al día siguiente con Roberto , pero al día siguiente por la mañana cuando me quedé sola en casa no tenía tan claro ya lo de decírselo a Roberto, pero si tenía claro que quería follar, aunque fuese sin amor, aunque fuese sólo para satisfacer mi necesidad fisiológica y así vengarme de mi marido ; pero no podía salir a la calle y liarme con el primer hombre que viese y sin embargo quería follar con urgencia y entonces pensé en Tulo, nuestro perro.
Estaba sorprendida de mí misma y a la vez presa de una gran excitación.
Quería ser penetrada por Roberto , pero no me atrevía a sincerarme con él, así que me dejaría penetrar por su perro.
Tulo era un perro muy cariñoso y lleno de vitalidad que le habíamos regalado a Roberto hace casi año y medio.
Cuando llegó a casa era un cachorro de pocos días.
Me dispuse a hacer lo que no creía que hubiese hecho nunca.
Pero antes coloqué en los pies de Tulo unos patucos que guardaba de cuando Roberto y las gemelas eran bebes, para evitar que me arañase al ser montada por él.
Luego me desnudé, jugué con el él, le acaricié sus genitales y entonces le apareció el capullo, muy diferente al humano; él me olía y me lamía el chochín dándome gusto y placer, pero yo quería ser penetrada así que me puse a cuatro patas y puse el culo de forma que mi vulva fuese lo más fácilmente accesible .
Tulo me montaba, yo notaba su pene erecto que presionaba contra mi vulva y el ano, pero el animal no lograba penetrarme pese a que no paraba de hacer movimientos de embestida contra mí.
Después de unos diez minutos de intentarlo, Tulo no logró penetrarme completamente, simplemente alguna vez noté que la punta de su pene se introducía un poquito, a veces en el ano y a veces en el chochín, pero no lograba nunca profundizar.
Pese a tener las rodillas sobre unos cojines, estas me empezaron a molestar y por ello decidí ir a la cama.
Allí volví a ponerme en la posición de cuatro patas; Tulo me volvió a montar y entonces noté que un liquido caliente se desparramaba por mi culito.
Algunas gotas mancharon las sabanas, las tuve que lavar luego.
Al final me rendí , pues vi que Tulo no me iba a poder penetrar.
Me abrí de piernas y me hice una paja miemtras acariciaba el cuello y la cabeza de Tulo y él me lamia el chochín y los muslos.
Luego, después del orgasmo que logré quede relajada y consulté en internet cosas sobre la cópula de los perros; me alegré de no haber sido penetrada completamente por Tulo, pues a veces el perro y la mujer quedan unidos – abotonamiento se llama- durante horas.
Te imaginas Carmen que me hubiese pasado a mí y al venir del colegio Roberto y las gemelas me hubiesen visto pegada aTulo por el culo.
Afortunadamente no pasó y ya no lo he vuelto a intentar y no creo que lo haga nunca más.
Lo hice porque estaba como loca y estoy muy avergonzada de ello.
Yo le dije Lupe, ya ha pasado, no pienses más en ello, te has desahogado conmigo y ahora debes intentar no pensar más en ello ; respecto a lo de querer follar con tu hijo no lo veo mal, siempre claro que él quisiese y lo hiciese sin coacción.
Lupe me preguntó: Carmen sé sincera , tú has tenido fantasías sexuales alguna vez con tu hijo.
Yo para mí pensé Lupe ha sido totalmente sincera conmigo, yo debo ser sincera también con ella.
Como yo estaba pensando y no contestaba, Lupe me dijo: si es que no contestas No rápidamente es porque sí las has tenido.
Me armé de valor y sinceridad y le dije: Lupe, no sólo he tenido fantasías con él, es que desde hace una semana también las he hecho realidad; Carlos y yo hacemos el amor y es maravilloso.
Le conté todo tal como había pasado y le prometí que le ayudaría con sus problemas.
Ella se quedó sorprendida, pero a la vez contenta porque me dijo que mi experiencia le sería a ella de gran ayuda y me pidió quedar para el Viernes y seguir hablando del tema.
Luego nos fuimos de compras que es lo que realmente nos gusta a las mujeres e intentamos distraernos y pasarlo bien.
Lupe lo está pasando mal y yo debo ayudarle todo lo que pueda.
Por la noche cuando hacía el amor con Carlos, él me pregunto mamá me dejarías tener un perro en casa.
Le contesté no hijo, un perro en casa no, contigo tengo bastante.
(Continuara).
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