Una Familia Muy Normal – VIII
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sayago19.
La puerta de mi cuarto se abre: es María cubierta con una toalla; la ropa en la mano y la mirada vidriosa por la embriaguez.
“a ver cabroncito” me dice “¿te estás parchando a mis hijas?, ya van dos veces que veo salir de tu cuarto a Mariana una en la madrugada y la otra ahorita”
“calma Tía” le digo, cubriéndome con una sábana.
“calma, que calma, ni que la chifosca mosca; ¿te sientes muy garañón o qué?” alega mientras se acerca a mi.
“Tía, Mariana solo vino a ver un video que encontramos en la red”
“¿crees que estoy borracha o que soy tu mensa?” su agitación hace que suelte su ropa y se le afloje la toalla mostrando uno de sus voluptuosos senos.
“¿quieres verlo Tía María?”
“A ver si es cierto” me dice retadoramente, sentándose en mi cama “ni te tapes”, me detiene al ver que intento anudar la sábana en mi cintura “ni que fuera la primera vez que te veo encuerado, yo te bañaba de chiquito”.
Me levanto y pongo en marcha el video en mi Laptop, mi tía aprovecha para darme una sonora nalgada.
“estas pobre porque quieres Estebanillo” me dice antes de soltar una sonora carcajada.
Su risa se congela cuando se ve en el video, con su sensual vestimenta, probando una tanga con la punta de la lengua; su borrachera casi desaparece cuando la pantalla la muestra a cuatro patas lamiendo semen del piso con la avidez de una gatita hambrienta.
“¿cómo?, ¿cuándo?”
“estabas en el lugar equivocado en el momento inoportuno, Tía”
“¿También te acostaste con Ana?” pregunta con cierto temor.
“Si, pero no en esa ocasión”
“¿Entonces?”
“primero responde: ¿te gusto la leche que probaste esa noche?”
“s s s si, ¿por qué?”
“por que vas a probarla otra vez, espera aquí; si no quieres que tu video aparezca en tu face”
“esta bien” cede sin protestas.
“Acuéstate y tápate la cara con una sábana” le ordeno “y no te muevas hasta que regrese, y no hables hasta que te lo indique”; aprovechando que no me ve pongo la cámara de la laptop para grabar lo que va a suceder.
Voy al cuarto de Beto, entro silenciosamente y lo veo dormido pero con una erección.
“Alberto, despierta” lo llamo
“¿Qué quieres?” contesta amodorrado
“En mi cuarto esta una prosti, ¿quieres compartirla para que se te baje esto?” le pregunto mientras acaricio su miembro sobre la sábana.
“deja ahí, ¿es en serio?”
“claro, pero apúrate”
Se levanta y trata de ponerse un bóxer, “así como vas, total te vas a encuerar allá ¿o no?”
No muy convencido accede y salimos juntos.
Lo que no descubrimos (en ese momento) era que alguien observaba desde la puerta del cuarto de nuestros padres, y se percató de que estábamos desnudos y erectos por el pasillo.
Entramos al cuarto, y Beto se quedó sorprendido al ver ese cuerpo maduro y atractivo desnudo sobre la cama.
“Adelante es toda tuya”
Al oír eso Alberto se lanzó sobre los apetitosos senos de la mujer, mientas yo me arrodille para disfrutar el sabor, aroma y vista de su cueva ya húmeda.
Imaginar que probablemente estuviera mezclado su licor con el de mi Madre, incrementaba mi deseo, mi lengua lamía con deleite el clítoris de mi tía; mientras mis dedos buscaban su punto sensible dentro de la vagina.
El dedo gordo de mi otra mano se apoyaba contra su ano cerrado aún, pero que poco a poco cedía a las caricias que le propinaba.
Como le estorbaba en esa posición, Alberto se subió en María para hacerse una rusa con esos soberbios pechos, pero dejando sus nalgas cerca de la cara de Ella.
Mi Tía, como buena mujer caliente, aprovecho la oportunidad para recorrer con la lengua el ano de Beto, el cual expresó su agrado con un suspiro.
Mi pene erecto se introdujo en la depilada gruta de María, la sensación de su calor y humedad es deliciosa; si a ello le sumamos el morbo de saber que antes del mio el pene de mi Padre estuvo horadando ese lugar me ponía más caliente.
“¿quieres penetrarla Beto?”
Por toda respuesta baja del cuerpo de la mujer y tomándola de las caderas la hace girar para ponerla en posición de perrita.
Mientras Beto entra en la vagina, que ya ha probado a toda la familia, le descubro la cara y le acerco el miembro a la boca.
Sin dudarlo lo toma entre los labios, le pasa la lengua por el tronco y el glande, cierra un poco los dientes para que con mis movimientos sienta el placer de esa experta en labores orales.
“¿te está gustando?” le pregunto a la mujer, quien asiente ya que tiene la boca ocupada.
“Eres buena, pero Mariana es mejor para el sexo oral que tu” le digo para herir su ego.
Como respuesta, apoya ambos codos en la cama y utiliza sus manos para acariciar mis testículos y nalgas.
Pasa con suavidad sus dedos para después arañarme ligeramente con sus uñas, esa sensación hace que termine abruptamente en su boca.
Para mi sorpresa bebe todo mi semen, casi sin derramar gota, pero sigue sin soltarme; sus dedos rodean mi ano y separa mis nalgas con las manos.
Sin tener oportunidad de preguntar nada, algo se inserta en mi ano y una barba me pica en la nuca.
“muy bonito, disfrutando de mi perrita sin pedirme permiso antes; ¿no sabes que tienes que pedirle permiso a Papá para tocar sus cosas?”
La sorpresa es grande, es la primera vez que soy penetrado, la sensación es nueva, un poco dolorosa pero muy agradable.
“¿te gusta cachorrito?, aprietas muy rico, hasta te sientes como nuevo; ¿soy el primero que tiene tu culito, Netito?”
“Si papá” respondo; el placer que siento me hace estar a punto de terminar otra vez.
“No termines aún, tu tía quiere un bukake”
Jorge sale de mi ano, dándome tiempo para descansar.
“Beto, vamos a hacer sándwich con esta perrita”
Alberto se sorprende un poco, pero obedece; se acuesta boca arriba en la cama María se acuesta sobre él insertándose el miembro erecto en la vagina y recibiendo el miembro de mi padre en su ano.
La cara de María demuestra todo el placer que siente, “Me voy a correr” avisa y con un grito nos enteramos de que llegó al orgasmo.
“Beto, continúa bombeando; le vamos a dar el tratamiento especial como a quien tu ya sabes”
Alberto sigue moviendo las caderas cada vez más rápido, compitiendo contra las firmes embestidas de mi padre.
“¿listo?”
“si”
“Ven acá Netito, y tu acuesta boca arriba”
María obedece, “te va a tocar baño zorrita”
Alberto y mi padre se acercan a ella y se masturban; al ver que permanezco quieto Jorge me tome el pene y lo acaricia.
“Betito, métele el dedo a este para que podemos terminar los tres al mismo tiempo”
Sin dejar de tocarse, Alberto me introduce su dedo medio derecho; eso basta y en menos de dos minutos nuestra eyaculación cae sobre María.
Beto le moja la cara, Jorge el estómago y yo las tetas.
Desde la puerta Inés no ha perdido detalle de nuestro bukake, “te toca limpiar como tu sabes” le dice mi padre.
Mi madre se quita la bata, para evitar mancharla, quedándose desnuda; procede a colocarse sobre María y comienza a lamer el semen, empieza por el estómago.
Continúa por los senos, aprovechando para chuparlos y darle pequeñas mordidas en los pezones endurecidos y obscuros.
Finalmente limpia la cara, alternando besos pasionales con su hermana (donde seguramente dejó parte del semen que le había quitado del rostro).
Una vez que María estuvo relativamente limpia, ambas mujeres se acercan a Beto, para lamer sus testículos (María) y chupar su miembro (Inés) para limpiarlo.
Después de unos momentos hacen lo mismo conmigo solo que mi Madre es la que se encarga de mi pene semierecto y Mi tía pasa la lengua por mi escroto e ingles.
Finalmente mi padre ordena, “a mi solo me va a limpiar mi vieja, todos a su cuarto; menos tu Inés, vienes conmigo al cuarto de lavado hace mucho que no le damos show al vecino”.
Me quedo solo en el cuarto, apago la laptop.
Tomo un par de vitaminas, las mastico, y trato de dormir.
Me espera una visita al centro histórico con Mariana.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!