Una familia muy normal – XI
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sayago19.
Dejo a las damas mientras voy a comprar una botella de vodka y jugos en el Oxxo, regreso a los pocos minutos y veo a Lidia y a Mariana, sentadas en la cama, besándose.
Lidia está desnuda de la cintura hacia arriba, Mariana tiene la blusa abierta y las manos de Lidia acariciando sus pechos por encima del sostén.
Se detienen un momento al verme llegar, pero reinician sus caricias casi de inmediato; Mariana comienza a besar los pechos de Lidia mientras ella le quita la blusa y el brasiere.
Me aproximo a ellas, lentamente saco la tanga de mi prima del bolsillo (aún conserva su olor y humedad) la aspiro y la acerco a la nariz de Lidia, quien la huele con deleite.
Mariana lo nota y se sorprende, deja de jugar con los pezones de mi amiga y antes de que pueda protestar la beso; introduciendo mi lengua para acariciar la suya.
Lidia, baja el cierre de mi pantalón, lo desabrocha y lo baja, dejando mi erección libre, lista para que ella comience a acariciarla con lentitud.
Toma la cabeza de Mariana y dirige su boca hacia mi miembro, mi prima inicia una serie de besos en la cabeza, para continuar lamiendo el tronco (como si fuera una paleta), sus manos acariciaron mis bolas.
Lidia se levantó, se desnudó y se colocó atrás de mi para desnudarme también.
“¿si es tu prima?” preguntó
“claro que sí, ¿porqué?”
“es la primera vez que veo unos primos de verdad cogiendo, y eso me calienta mucho”
Se agacha y comienza a darme un beso negro, su lengua juega con mi ano; mientras sus manos masajean mis nalgas.
Mariana le acaricia los pechos, pasando su brazo entre mis piernas, sin sacar mi pene de su boca.
Lidia se levanta para besarme el cuello y la nuca mientras introduce un dedo en mi culo, “ya te quitaron lo quintito ¿verdad?, ¿quién fue? Dime porque yo quería ser tu primera vez por allí”
“Mi Papá” le respondo
Lidia me penetra con fuerza, provocándome un poco de dolor pero incrementando mi deseo.
“¿Así que a ti también te da tu lechita y a dormir, como a Betito?”
“¿Quién te dijo lo que pasa entre él y mi Papá?” pregunto con voz entrecortada por los embates que Lidia me da.
Mariana, escucha atenta mientras arrodillada lame los testículos lampiños de Lidia y se masturba con la mano derecha.
“Betito, la primera vez que lo atendí; me pidió el servicio de ida y vuelta, con un par de newmix aflojó la lengua y el culito.
Después, mientras descansábamos me contó sobre como tus papás lo iniciaron sexualmente”
“¿cómo fue?” preguntó Mariana antes de que su lengua comenzará a jugar con la puerta trasera de Lidia.
“Mejor nos ponemos de acuerdo para orgianizar algo los cuatro, ahora ponte en cuatro pequeña perrita; casi nunca lo hago pero se me antojó metértela en la panochita”
Mi prima obedece y se pone en cuatro sobre la alfombra del piso; Lidia sale de mi ano dilatado y enrojecido, se limpia su miembro con una toalla húmeda, escupe en su mano y lo lubrica para proceder a penetrar el coñito mojado de Mariana.
Me coloco detrás de Lidia y procedo a devolverle el favor anal que me proporcionó, los pechos de mi prima se bambolean con cada embate mientras musita: “si, así papi, dame más.
Me lo merezco; por favor no te detengas”
Termino dentro de mi amiga, Lidia sin inmutarse sigue dentro de la pushita de mi prima; “te gusta perrita, ¿quieres más fierro, zorrita cachonda?”
“si, más; más fuerte por favor”
Preparo tres bebidas, mientras admiro a esos bellos cuerpos moviéndose al unísono; Mariana se acuesta en el piso y Lidia la penetra mientras cada una juega con los pechos de la otra.
Vacío mi vaso de dos tragos, me arrodillo frente a Lidia para poder acariciarle los senos mientras penetro bucalmente a Mariana, Nos besamos y mis manos buscan sus tetas perfectas y redondas.
Mariana se agita, se que está a punto del orgasmo y no puede gritar por tener mi miembro en la boca, Lidia sale de ella y con un par de movimientos manuales me eyacula en la cara provocando su risa.
Eso en vez de irritarme me excita y termino en la boca de Mariana.
Salgo de Ella, para evitar que se ahogue con mi semen, y voy por las bebidas.
Mariana se pone en cuatro puntas y tose, para expulsar parte de mi semen; bebe con ansia el desarmador que le ofrezco mientras Lidia, recostada en la cama, me muestra su vaso que espera ser rellenado.
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