Una Fantasía Hecha Realidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, este es mi primer relato.
Pido disculpas de antemano si omito algún detalle o soy poco explicita en la descripción pero como lo dije soy nueva y poco a poco iré mejorando con ustedes.
Comenzaré diciendo que soy venezolana, tengo actualmente 29 años y estoy casada desde hace 6 años.
Para mencionarles algo sobre mi, no diré que tengo senos paraditos, un gran trasero o algo parecido porque no soy así.
Mido 1.
53 y peso 45 kilos así que mi estructura corporal es bastante pequeña; he tenido comentarios de mis otras parejas sexuales que eso de mi les parece excitante porque les permite cargarme y moverme con mayor facilidad para hacer diversidad de posiciones.
Este relato es 100% real y me pasó hace aproximadamente 2 años con un primo sobrino de mi papá.
Siempre hemos tenido contacto, desde pequeños jugabamos juntos pero lo extraño es que él siempre fue de muy mal trato hacia mí.
Se burlaba porque mi frente era bastante pronunciada y mis dientes separados.
Al cumplir yo los 11 años, me di cuenta que hubo cosas en mi que comenzaron a cambiar considerablemente; al usar ropa interior ajustada, un cosquilleo me recorría completamente hasta llegar justamente a mi vagina lo que hacía que con mi mano apretara esa zona buscando un poco de calma.
Empecé a tener fantasías sin saber exactamente que eran por mi edad y algunas de ellas eran con mi primo que con sus 12 años estaba comenzando a cambiar.
Su espalda se volvía cada vez mas gruesa, su voz iba poniéndose más ronca, su pene cada vez se iba marcando más sobre sus pantalones y yo no podía evitar desviar mi mirada a ese lugar, teniendo que salir corriendo al baño de casa de mi tía a masturbarme hasta venirme imaginándolo pasar sus manos por cada centímetro de mi cuerpo.
Todo esto pasó hasta que finalmente teniendo 26 años me decidí a contactarlo por facebook y contarle lo que sentía (todo esto ya teniendo 4 años casada).
Cambiaré los nombres por obvias razones:
Yo: Hola alejandro, como estás?
Alejandro: Hola bien y tu?
Yo: Muy bien gracias.
Sabes necesito hablar contigo
Alejandro: Sobre qué?
Yo: Es que desde que tengo 11 años fantaseo que tengo sexo contigo y me mata la curiosidad por saber si lo haces tan rico como dicen mis primas (eso decían mis primas y si así de directa fuí jajaja)
Después de un rato alejandro me responde: Bueno eso es poniéndonos de acuerdo y matamos esas ganas mutuas.
Yo de verdad no sabía qué pensar porque me había convencido de que él no aceptaría pero algo que también es cierto es que cuando una mujer se le ofrece a un hombre, este no la rechaza y más cuando es una prima porque existe el peligro de que los puedan descubrir.
Nos pusimos de acuerdo en vernos al día siguiente en la tarde, el pasaría por mi casa a buscarme ya que tiene carro y luego de rodar veríamos a donde íbamos.
Al llegar el día lo que sobraba en mi eran nervios pero al mismo tiempo una excitación tan grande que mojé mis hilos rojos de encaje que llevaba ese día al terminar de ponérmelos.
Cuando llegó mi primo a buscarme, me monté en su carro y al hacerlo él me saludó con un beso que me estremeció por completo, tanto que mis pezones me dolían cuando rozaban con el sostén que llevaba.
Después de tanto rodar por la ciudad, me sorprendió ver que detuvo su carro en un espacio alejado donde no había mucho trafico de personas y mirándome de arriba abajo me dijo: Entones desde los 11 años estas esperando este momento a lo que respondí que si, a lo que dijo: Entonces no hagamos a esa cuquita tuya esperar.
Y como si le hubiesen dado señal de partida, se lanzó sobre mí posando su mano directamente sobre mi cuquita pasando su mano primero suave y luego más fuerte por ella.
Mi lengua pasaba por su cuello y pecho mientras bajaba el cierre de su pantalón para sacar su pene que ya se sentía caliente y bastante duro desde fuera.
Mi primito lindo luego subió a mis senos donde apartando mi blusa y sostén los sacó para decir: mmm qué ricos helados de vainilla, me los voy a comer completicos; metió mis pezones en su boca y comenzó a chuparlos como un helado y a pasarles la lengua en círculos por el pezón; yo me sentía en otro planeta sintiendo la lengua de mi primito y a la vez acariciando su pene que ya tenía mi mano bastante húmeda por su lubricación.
Luego me despegó un poco de él y bajó el respaldo del asiento para que pudiera quedar recostada y comenzó a bajarme el pantalón, cuando vio mi hilo rojo, se pasó la lengua por sus labios y los apartó para ver mi rayita; cuando la vió me dijo: uy es que hasta peloncita está, esto no me lo pierdo yo y comenzó a pasarle la lengua primero de arriba abajo, luego en círculos, luego me mamaba haciéndome temblar y gritar diciéndole: Vamos quiero más, ah ah, que rico lo haces mi amor, mucho mejor que mi esposo.
Mi primo decía que primita tan puta tengo, vamos mi putita, grita para mi, eres una zorra muy caliente.
Yo le mamaba el pene, los huevos, bebía su líquido preparándolo para mí.
Luego me levanté y me monté sobre él diciéndole: Soy tu perra, soy tu puta, eres mío y te cojo como me da la gana, brincaba sobre él tan fuerte que ya no me importaba si nos veían o no (cosa que pasaba porque no nos dimos cuenta que a 50 metros estaban 2 hombres mirando el carro).
Mi primo agarraba mis nalgas, las apretaba, me nalgueaba diciendo dale mami muévete rico, montame puta, házmelo como se lo haces a tu esposo, yo empecé a bailar como reggaeton sobre su pene sin saltar más sólo moviéndome circularmente pero con fuerza sobre su pene, a lo que él no aguantó y me dijo: mami voy a acabar; yo me bajé y busqué su pene con mi boca, que recibió unos chorros ricos de blanco, espeso y salado semen de mi primito mientras él soltaba un grito de placer ronco y excitante: AAAAAAAAHHHHHHHH.
Nos sentamos recuperando un poco el aliento y le dije a mi primito:
Yo: la carne de primo sabe muy rico, valió la pena esperar tanto tiempo
Alejandro: Mi primita resultó ser toda una perrita y tan inocente que se veía, si así fue en un carro quiero repetirlo en una cama porque a esta zorra me la vuelvo a cojer yo; dándome un beso con lengua que me activo mi cuquita otra vez.
Me llevó de nuevo a mi casa y al llegar, tuve un sexo descomunal con mi esposo, quien por cierto.
¡Sabía todo lo que estaba haciendo con mi primito y me esperaba excitado para completarme!
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