Una noche caliente del sábado con mi madre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por juandeldiablo1957.
Resulta que en aquella ocasión me ausenté como un mes de mi casa por motivos del servicio y la verdad venía bien cansado, era noche y era sábado, pensaba dormí como un lirón, pero como dice el dicho “el hombre propone y dios dispone”.
La casa estaba casi a oscuras, salvo la recamara de mi madre que estaba alumbrada con una luz de una lámpara, que, aunque no alumbraba mucho, si se podía ver muy bien, (hago un alto en el relato, en mi relación con mi madre ella era la que decía cuando y como teníamos relaciones, yo nunca tuve la iniciativa, eran las reglas del juego y había que cumplirlas).
Ella estaba parada al pie su cama vestida con negligé negro que le llegaba hasta la mitad de sus muslos, al verme ella me sonrió, me dije, ya valió madre mi sueño, hay que darle gusto a mi reina, además de cansado, venia ganoso, al verla así, el cansancio se me desapareció de inmediato, como decía, ella estaba ahí parada vestida con un negligé, el cual se lo empezó a quitar dejándome ver sus hermosas tetas, las cuales se las estaba sobando muy suavemente.
Se quitó el negligé, quedando con un corsé blanco que le levantaba sus hermosas tetas y con unos pantis blancos de encaje semitransparentes que casi me dejaban ver sus labios vaginales, ella se dio la vuelta modelándome y me dijo, ¿no te gusta mi amor? Y como no me iba gustar si ya para entonces tenía la verga bien parada, se empino y se agarró las nalgas muy lentamente, después me sonrió en forma picara pasándose la lengua por sus labios muy cachondamente.
Me acerque a ella y le tome unas de sus tetas y se la empecé a sobar, nos empezamos a besar frenéticamente mi lengua y su lengua exploraban nuestras bocas, empecé a mamar sus tetas, tal como cuando era niño y ella me amamantaba, así estuve un buen rato mamando esas tetas, ella se separó de mí y se hinco frente a mí, rápidamente me bajo la cremallera del pantalón y saco mi verga, que ya para entonces estaba bien parada y lista para coger.
Cabe hacer mención que a mi madre le encantaba el jugueteo sexual previo a la cogida, a mí me encantaba mucho complacerla en ese aspecto, ella me iba guiando y dándome a entender como quería que fueran las cosas.
Cuando la tuvo frente a ella la empezó a mamar muy lentamente saboreando ese pedazo de carne cruda que jugueteaba en su boca, a mí me encantaba que lo hiciera, porque era una gran mamadora, según ella me decía, que ni a mi padre se la había mamado.
Por un rato ella siguió con esa rica costumbre que tenía, yo sin pérdida de tiempo me empecé a desvestir, yo le acariciaba la cabeza con dulzura cuando se comía toda mi verga, que rico mamada la verdad, ella se levantó y se quitó los pantis y se acostó en la cama, sonriendo se abrió las piernas mu lentamente dejándome ver ese rinconcito sabroso que tanto me gustaba, con las dos manos se abrió sus labios vaginales, dejándome ver su hermosa cuevita del amor.
Sin pérdida de tiempo me lancé sobre ella, metí mi cabeza en medio de sus piernas y empecé a libar el rico sabor de sus jugos que manaban de su vagina, me encantaba hacerlo, me encantaba explorar con mi lengua cada rincón de su sexo, chupando golosamente su clítoris para hacerla gritar de placer.
Yo ya estaba a punto de reventar, así que, me tiré a matar, mi madre al ver esto, me dijo, a un no papito, hizo que me acostara boca arriba e hicimos un rico sesenta y nueve, yo me estaba comiendo otra vez su sabrosa conchita y ella se estaba comiendo mi verga deliciosamente, tan delicioso, que hice esfuerzos considerables para no venirme.
Así estuvimos por un rato hasta que, con una seña, me dio a entender que me bajara, ella se acostó en la cama y abrió las piernas, al ver esto, pensé mi madre ya quiere verga y hay que dársela.
Mientras tanto ella se sobaba su vagina y abría sus labios, invitándome a penétrala, yo sin perder el tiempo me coloqué entre sus piernas y por un rato le estuve restregando mi verga en la entrada de su conchita, sin poder más, ya que es lo que más quería, iba penetrarla, cuando me dijo, mi amor se te olvido algo, yo le dije intrigado ¿Qué?, cierra la puerta con llave, no quiero que nos encuentren cogiendo, tenía razón, ya una vez casi nos caen en la movida, corrí en chinga a cerrar la puerta y regrese como un rayo.
Ella me esperaba sonriendo y ansiosa, con los ojos entre cerrados por la excitación, me dijo, mi amor cumple con tu mami, cógeme rico como tú sabes, eso no me lo tenía que decir, cada vez que estaba con mi madre, me esforzaba por dejarla contenta y satisfecha, yo no quería que otro se la cogiera, así que le echaba muchas ganas.
La empecé a penetrar muy lentamente, yo cerraba los ojos saboreando como me apretaban la verga, así me quede por un momento, cuando sentí el movimiento de su bajo vientre pidiéndome verga, empecé a penetrarla con suaves y lentas metidas, las cuales empezaron a subir de velocidad, oyéndose en la recamara solo el clap, clap, que se producía cuando mis huevos se estrellaban con sus nalgas, así estuve, cogiéndomela por un rato, hasta que empecé a sentir que mi madre tenía su primer orgasmo, lanzo gritos estertóreos diciéndome, cógete a tu mami, cógete a la puta de tu madre, tras ese orgasmo, vino el segundo y antes de venirme dentro de ella alcanzo el tercero, yo le besaba con pasión sus labios fríos, era el efecto del orgasmo que estaba logrando.
Al ver lo que sentía, de un fuerte envite le metí toda la verga y me quedé inmóvil, dejando que mi verga inundara de leche el interior de mi madre, me gustaba hacerlo, ella ya no podía salir embarazada, ya que se había cerrado la fábrica de bebes desde hace mucho tiempo, pero caray, me hubiera gustado embarazarla.
Después de la tremenda venida que tuvimos ella se abrazó a mí y nos quedamos dormidos, era sábado y el domingo no tenía que trabajar.
Después les cuento lo que sigue, saludos.
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