UNA NOCHE LOCA CON MI TÍA JENNY
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi tía es muy coqueta y directa, pero siempre guardando la compostura. Le gusta vestir a la moda, con ropa pequeña o apretada y a veces un tanto juvenil. Tiene un cuerpo muy cuidado ya que le encanta el gimnasio y el sauna. Tiene una boca carnosa, una cintura delgada, piernas largas contorneadas, unas tetas de buen tamaño y unas nalgas redondas y formadas que me calientan desde hace mucho.
Fue el 14 de febrero del 2010 que como cada año llegaba a su casa. Eran las 12:00 del mediodía y al tocar la puerta salió a recibirme mi prima mayor, me saludo y entramos a la casa. En la sala me comento que mi otra prima se había ido a vivir con su papá después de una fuerte discusión con su mamá y que mi tía estaba un poco triste por ello y que trate de no preguntarle mucho del tema. También me dijo que mi primo estaba yendo a estudiar porque necesitaba adelantar unas materias y que salía de casa a las 6:00 am y volvía a las 7:00 pm, luego me dijo que ella justo estaba de salida y que se iría de viaje de estudios con unos compañeros por una semana y que mi tía ya llegaría a casa en unos minutos ya que ese día salía de vacaciones por un mes.
Mi prima se fue y yo subí al cuarto de mi primo, dejé mi maleta en la cama y lo primero que hice fue encender su Play Station 3 para jugar. El calor era insoportable y con lo cansado que estaba por el viaje decidí tomar un baño. Como tenia el volumen de la música alto no escuché que un celular sonaba en la sala, baje corriendo a contestar y era el celular de mi tía, se había olvidado y era mi prima quien había estado llamándola.
Al llegar tenia 5 llamadas perdidas y un SMS que decía: "Mamá, Alex ya llegó. Lo dejé solo en la casa, apúrate que ya me voy de viaje, Un beso, chau." No le tomé mucha importancia y subí a mi cuarto nuevamente y empecé a sacarme la ropa. Me quede en bóxer y m dirigía al baño cuando de repente se escuchó el timbre. No sabía que hacer y ante tanta insistencia baje sin coger una toalla, crucé el patio y sin abrir la puerta dije:
– Quien es?
– Alex, hijito eres tú. Soy yo, tu tía Jenny.
– Hola tía – mientras buscaba algo con que taparme.
– Abre la puerta por favor, me olvidé las llaves y mi celular.
En la desesperación abrí la puerta en bóxer y mi tía entró muy rápido con ganas de saludarme y abrazarme, pero se sorprendió al verme en esa facha.
– Hijito que haces así, bebé?
– Nada tía, disculpa pero es que justo iba a darme una ducha.
– Hay lo siento querido! Es mi culpa por olvidarme la llave. Ya no te preocupes ven y dale un abrazo a tu tía.
Se acercó a mí y no le importó que esté casi desnudo me apretó con tal fuerza que sus pechos se clavaban en mí y mi pene apretado contra su vientre poco a poco se iba poniendo duro. Mi tía se percato de eso y me soltó, bajo la mirada y vio mi bulto, se hizo la desentendida y m tomo de la mano y me llevó a la sala.
Dejó su cartera en un mueble y nos sentamos en el sofá a conversar un poco sobre mi viaje, mis estudios, mi familia y sobre ella. Mientras ocurría esto yo me excitaba al tener a mi tía al frente viéndome casi desnudo, mi pene estaba totalmente duro y era imposible esconder mi bulto. Mi tía de vez en cuando miraba mi pene y cuando se percataba que la veía volteaba la mirada. Así estuvimos un par de horas.
De pronto mi tía dijo:
– Hay hijo disculpa por tenerte así, debes estar cansado y con ganas de bañarte y ponerte ropa.
– No tía que va. La estoy pasando bien contigo, además que hace mucho calor.
– Ven a mi cuarto para que te bañes en mi ducha. La llave de la ducha del baño está averiada desde la mañana y no funciona.
Subimos a su cuarto y me senté en la cama. Ella se sacó los zapatos, se amarró el cabello y encendió la radio.
– Te veo tenso bebé. Te parece si te hago unos masajes?
– Unos masajes tía? Aquí, ahora?
– Si, es que quiero bañarme y siento frio, quiero entrar en calor y de paso relajarte del viaje.
Mi tía siempre fue muy cariñosa conmigo desde pequeño y no me pareció malicioso su ofrecimiento y acepte. No voy a negar que la idea me encantó desde el comienzo y me excito mucho más el momento.
– Échate en la cama – me dijo.
– Así esta bien tía?
– No, ponte boca abajo.
– Hoy vendrá un amigo a visitarme – me decía mientras subía en mi espalda y empezaba a darme los masajes.
– A que bueno que te diviertas tía. Y a donde irán? – Con voz temblorosa porque me excitaba mucho sentir sus manos.
– No saldremos, nos quedaremos acá en casa a tomar un vino y escuchar música. Tú nos acompañaras ya que tus primas no están para que salgan y tu primo tiene que dormir temprano porque mañana tiene clases.
Yo no entendía mucho lo que me decía, estaba concentrado en sus caricias y sus nalgas sobre mi espalda. De vez en cuando veía a su espejo y observaba como mi tía apretaba los dientes y ponía cara de satisfacción mientras me daba los masajes. Yo tenia el pene muy duro y estaba caliente a más no poder.
– Date la vuelta hijito, ahora adelante que ya entré en calor. – me dijo levantándose un poco.
– No tía, así esta bien. – le dije, pues no quería que notase lo excitado que estaba y viera el bulto en mi bóxer.
– Ven, hazlo. No tengas vergüenza, te conozco desde bebe, no hay nada que no te haya visto antes – me bromeaba.
– Esta bien tía. – le respondí temeroso.
Giré y el bulto en mi bóxer era enorme. Claramente se marcaba mi pene y lo parado que estaba. Mi tía trató de no darle importancia pero su mirada no se apartaba del todo de mi pene. Puso sus manos sobre mis hombros y sin dudar un momento se sentó sobre mí.
Yo estaba sorprendido y a la vez excitado. Gracias a que mi tía traía puesta unos legins apretados sentía claramente como mi pene encajaba entre sus redondas nalgas. Poco a poco empezó a darme masajes en el cuelo y el pecho y movía el culo suavemente de adelante hacía atrás recorriendo con sus nalgas todo el largo de mi pene. Yo estaba mojado y mis líquidos pasaron mi bóxer y mancharon a mi tía. Ella seguía hablándome y moviéndose como si no pasara nada raro en esa habitación.
No podía resistir más, mi mente estaba a full y solo pensaba en metérsela una y otra vez. Y como si se tratase de un instinto animal con una mano cogí a mi tía de la cintura y con la otra le apreté el trasero.
– Hijito que pasa? Estas bien? – me dijo mientras terminaba de darme los masajes.
– Si tía lo siento, es que… es que… creo que escuche mi celular, dame permiso para ir a contestar. – Trate de barajar el momento pero creo que no me creyó.
– Anda, de repente son tus padres preguntando si llegaste bien. – Me dijo mientras bajaba de mi.
– Si tía ya regreso para bañarme.
– Esta bien bebé, voy a ducharme rápido, para que luego lo hagas tú. – Y se dirigió a su baño.
Después de 20 minutos mi tía me llamó a su cuarto. Entré y la encontré en toalla.
– Entra, ya puedes bañarte. – Me dijo mientras se secaba el cabello.
– Si tía ya voy.
Entre a su baño y dejé la puerta entreabierta a propósito, estaba muy excitado y quería que mi tía me viera completamente desnudo. Al entrar a la ducha encontré el calzoncito que recién se había quitado: era chiquito, de color blanco y con encajes. Me puso muy caliente y me corrí una paja con él. No me percate si mi tía me vio o no pero salí muy satisfecho de allí.
Al abrir la puerta del baño y entrar a su cuarto, la encontré de espaldas subiéndose un shortcito y vi que traía un calzoncito parecido al que dejó en el baño pero con algunos brillos de colores en los encajes. El contraste entre sus redondas y bronceadas nalgas y ese calzoncito blanco que se perdía entre ellas me excitó tanto que el pene se me empezó a parar otra vez.
Mi tía volteó y me dijo:
– Ya más fresco hijito?
– Si tía ya estoy mucho mejor. – Lo decía más por el pajaso que me corrí con su calzoncito.
– Que bueno hijito pero, y eso? Me dijo apuntando hacía abajo.
– Es que… es que… de casualidad te vi cambiándote y no sé. – No tenía como explicar el bulto que traía en la toalla.
– Si me percate cuando te di los masajes también. Pero no te preocupes es algo natural, solo intenta ocultarlo mejor. – Y sonrió.
Fui a mi cuarto y me eche a descansar, pero solo tenía en mi mente el culo de mi tía y la sonrisa picarona que me hizo. Después de una hora mi tía entro a mi cuarto y me encontró echado y solo con la toalla. Ella estaba maquillada y peinada, con una sandalias de cuero, el shortcito que le vi subiéndose y una blusa escotada.
– Aún no te alistas hijito? Mi amigo llegará en una hora. – Me dijo mientras se acercaba.
– Tía pero no sabía…
– Hay disculpa por entrar así, es que la costumbre. – Me interrumpió.
– No tía, no te preocupes,,, es tu casa. – Respondí mientras trataba de cubrirme mejor con la toalla.
– Y porque no te cambias aún?
– Es que tengo un fuerte dolor en la ingle, creo que por viajar con pantalón jean se me irritó. – le dije avergonzado
– No te preocupes hijito, voy a traer una crema para eso.
Yo estaba asustado, sin decidir si estaba bien o mal lo que había dicho. Mientras analizaba lo ocurrido mi tía regresó.
– Esta es! Sácate la toalla para poder echártela. – Mientras se sentaba en la cama.
– Pero tía… no tengo nada abajo. – Le dije mientras iba moviendo lentamente la toalla.
– No te preocupes hijito, solo destaparé esta parte. – Movió la toalla hasta q solo cubría mi pene y dejaba una parte de mis bolas descubierta.
– Esta bien tía, ahí es. – Mientras cerraba los ojos y solo me dejaba llevar por el placer.
– Esta irritado toda esta parte, la sobare con cuidado. – Mientras echaba la crema sentía como su mano rozaba con mis bolas y poco a poco las tocaba más.
– Si tía, ahí es, con cuidado. – De pronto mi pene se puso duro y el bulto apareció en la toalla.
Del placer que sentía apreté la toalla con fuerza y la jale un poco dejando al descubierto mi pene erecto, estaba con las venas marcadas, la cabeza brillante y mojada a punto de explotar. Mi tía se sorprendió, no quitó los ojos de mi pene y tampoco dejó de sobar mi pierna. En eso sonó la puerta y mi tía salió muy rápido y solo me dijo: "Vístete que ya llegó tu primito."
Me vestí, salí a saludar a mi primito, llegó el amigo de mi tía y nos pusimos a cenar los cuatro. Luego mi primo se fue a dormir y en la sala nos quedamos los tres tomando, cantando y escuchando música. Pasaron las horas y del vino siguió la cerveza y terminamos con whisky. En ese proceso mi tía confesaba que estaba triste porque mi prima se había ido de la casa y que se sentía mal porque discutieron antes de que se marche. Eso la llevo a tomar un poco más de la cuenta y cuando menos nos dimos cuenta ya eran las 5:00 am.
El amigo de mi tía se retiró sin jugar un rol importante, solamente le agradezco el hecho de que por su visita empezamos a tomar. Mi tía me dijo que siguiéramos conversando mientras se nos pasaba el alcohol, pero seguíamos tomando de a poquitos. Llegaron las 6:00 am y mi primito se fue a estudiar y nos dejó tomando en la sala. Disimulamos un poco nuestro estado y se fue sin ningún sobresalto.
Nos quedamos solos en casa con unos tragos de más y teníamos casi todo el día para nosotros. Le serví un vaso de whisky a mi tía y al alcanzarle me moje el polo. Mi tía me dijo que me cambiara, pero solo fui al baño y me saque el polo. Al regresar encontré a mi tía dormida.
– Tía, despierta! – Mientras le movía el brazo.
– Tía, despierta! – Le tocaba las piernas y no reaccionaba.
– Tía! – Le toque los pechos y no se movía para nada.
Le puse las manos alrededor de mi cuello, la cogí del culo y la levanté haciendo que me apriete con sus piernas alrededor de la cintura. Así me la llevé a su cuarto en el segundo piso. La eche sobre la cama y como si fuera instintivo, ella sola se sacó el sostén quedando solo con su blusa escotada. Eso me excitó mucho y empecé a sobarle y besarle las tetas. Ella solo me agarraba de la cabeza y jugaba con mi cabello.
Seguí besando sus tetas y baje a su vientre, desabotone su shortcito y empecé a sacárselo despacio sin hacerla despertar. Cuando se lo saqué no podía creerlo: La tenía frente a mí y a mi disposición. Me saqué el pantalón, me bajé un poco el bóxer y le puse mi pene en la boca. Mi tía me besó el pene pero no pude metérselo por completo ya que no quería despertarla. Volví a bajar y lentamente le besaba la conchita rasurada que tenía por encima de su calzoncito. Estaba muy excitado y con el pene muy duro.
Después de dejarla bien mojadita la voltee lentamente y quedo con el culito de costado. Me agaché, moví su calzoncito de entre sus nalgas y empecé a chuparle el culito cerradito que tenía. Yo estaba en un estado de satisfacción inimaginable, no me importaba nada solo quería comerme su culito y meterle poco a poco la lengua para abrirlo, cuando de repente siento que algo coge mi cabeza y me aprieta el cabello.
Era la mano de mi tía, se había despertado y estaba muy excitada ya que le había dejado la concha mojadita y me apretaba fuertemente a su culo y me decía:
– Más, más, métemela más… así, así ábreme el culito, Javier. – Se me pasó el susto y me sorprendí, Javier era el amigo que había venido a visitarla y como la luz estaba apagada y las cortinas del cuarto cerradas mi tía no me reconocía.
No sabía si decir que era yo o seguir con el juego, lo único que sabía era que quería seguir comiéndome ese culito tan rico y cuidadito que tenía mi tía.
Le seguí el juego y susurrando para que no reconozca mi voz, aunque todos quedamos roncos después de pasar la noche cantando, le dije:
– Todo lo que tu quieras mami. – Y seguí metiéndole la lengua al culito y de a pocos un dedito.
De pronto se retorció de tanto placer que aparto mi cara de su culo y se sacó la blusa.
– Échate que ahora yo te la voy a chupar. – Empezó a besarme apasionadamente en los labios, el cuello y los hombros.
Sentía sus pechos firmes en mi cuerpo y no dejaba de tocarle y apretarle las nalgas, de ratos le metía el dedito al culo y la excitaba. Ella me sobaba los hombros, la cintura, las piernas y de rato en rato me cogía el pene y me pajeaba.
– Tengo que confesarte que estoy muy excitada por algo que pasó hoy. – me dijo mientras se sentó encima mío y movía su culo contra mi pene sobre mi bóxer.
– Que sucedió? – le dije.
– Mi sobrino me calienta, desde que llegó lo encontré en bóxer y desde que lo vi me lo imaginé completamente desnudo, porque me excitaba ver el bulto que hacía su pene erecto. Se que esta mal pero ya es todo un hombre y no lo sacaba de mi cabeza. – Mientras seguía sobando su culo con mi pene.
– No lo sacabas?, entonces ya no piensas en él. – Le respondí buscando obtener más información.
– Hay! Es que aquí viene lo peor. En la tarde lo vi completamente desnudo, y ver su pene tan duro, erecto, marcado por las venas y húmedo me dieron ganas de que me la metiera. Si no llegaba mi pequeño no sé que hubiera pasado. Yo ya quería metérmelo a la boca. – Mientras se movía con más intensidad.
– Que esperas entonces, aquí me tienes a mi.
Mi tía bajo lentamente y poco a poco iba besándome el pecho, el estomago, el vientre y me saco el bóxer con los dientes. Yo ya no aguantaba más y de pronto sentí que con una mano cogió mi pene y se lo metió a la boca mientras con la otra jugaba con mis bolas. Mi tía era una experta chupándola, me pasaba la lengua, me mordía despacio, se la metía hasta la garganta y también me besaba las bolas. Me la chupó tan rico que me vine en su boca y se lo paso todito, luego se paró, dio la vuelta y nos pusimos en posición sesenta y nueve. Empecé a meterle la lengua en la conchita y el dedito en el culo y ella siguió besándome las bolas cuando de repente gritó de placer:
– Quiero que me la metas! Ya métemela. – Mientras se ponía en perrito.
– Ya Jenny, te voy a dar lo que te gusta mami. – Trate de seguirle el juego.
– Pero espera. Quiero que te hagas pasar por mi sobrino. Juguemos con mi fantasía. – Me dijo mientras se acomodaba.
– Ya! Perfecto, me excita la idea también. – Mientas me ponía detrás de ella y le besaba la conchita.
– Gracias, pensé que no aceptarías o te pondrías celoso.
– Para nada.
– Ya hijito, entonces métesela a tu tía que quiere sentirte todito. – Mientras se quebraba y apretaba sus nalgas tan ricas y redondas.
– Ya tía! Ahí voy tía! – Le puse mi pene en la entrada de su conchita.
– Haaayyyyy!!! Asiiiiiiii Alexito!!! Haaaayyyyy que rico papito!!! – Se la metí todita despacio.
La cogí fuerte de las caderas y embestía cada vez mas fuerte. No podía creer que tenía a mi tía por las caderas dándole de perrito y haciendo el papel de mi mismo. Todo era perfecto. Nuestros líquidos lubricaron completamente nuestros sexos y el vaivén de sus nalgas chocando con mi vientre nos excitaban más y nuestros cuerpos sudando de placer y deseo no se despegaban. Estuvimos así por media hora.
– Hay que rico hijito! Así dale duro a tu tía!
– Si tía, desde siempre he querido cogerte y metértela todita.
– Así Alexito, ábreme las nalgas, vente dentro, bien dentro, métela todita.
– Si tía! Ya me voy a venir, ya viene. Que rico culo tienes!
– Es todo para ti hijito, ven lléname de tu leche, lléname toda!
– Esto también es para mi, tía¡? – Mientras le metía dos dedos al culito.
– Hay Javier, sabes que nunca lo he hecho por ahí. – Se puso un poco seria.
– Pero tía, no le darás ese regalo a tu querido sobrino? – Trate de excitarla no saliendo del papel.
– Hay que vivo eres! Bueno, si! Si hijito métemela por atrás. Hay Alexito quiero que seas el primero en darme así. – Mientras se quebraba más y separaba sus nalgas con sus manos.
– Gracias tía, eres mi tía favorita! Ahora inauguraré ese culito. – Saqué mis dedos y puse la cabeza de mi pene en la entrada de su culito.
– Hay hijito! Duele! Duele mucho! Ah! Más despacio! – Gemía mi tía mientras se la iba metiendo.
El ver como mi pene abría poco a poco sus nalgas e iba entrado en su culo me la puso más dura que nunca y el sentir como ese culito virgen me apretaba con fuerza me excitaban hasta no poder más. Con una mano la agarraba fuerte de las nalgas y con la otra jugaba con su clítoris. Mi tía al igual que yo estaba a punto de explotar de placer.
– Hay hijito me voy a venir, me voy a venir, para! para! – Me decía desesperada.
– Yo también me voy a venir tía, sigue, sigue. Ya viene! – Trataba de excitarla más.
– Ya Alexito vente en mi culito, vente!!! lléname de tu leche!
– Aaahhhh,,, Ahhhhh… Así bien llenito… Ahhhh!!! Que rico culo tía Jenny!!! – Mientras me venía dentro de su culo.
– Hay! Hay! Ahhhh!!! Hay! Que rico, sobrino!!! Así, llena a tu tía, Alexito!!! – Mientras se venia y mojaba toda su conchita.
Seguí arremetiendo hasta que el placer no pudo más y ya que no se me bajaba el pene se lo deje adentro hasta que poco a poco se iba bajando mientras mi tía se seguía moviendo. Caímos tumbados a la cama y producto del cansancio y el alcohol nos quedamos dormidos mientras nos besábamos y mi tía decía:
– Hay sobrino eres lo máximo! Me encanta que me cojas y me llenes!.
Después de unas horas desperté y salí de la habitación con mis cosas sin hacer ruido. Me di un duchazo y me fui a mi cuarto. Unas horas después mi tía me llamó a su habitación. Al entrar la encontré en la cama tapada con una sabana y su ropa regada por el piso.
– Hijito buenos días! Como haz dormido? – Me decía un tanto confusa.
– Buenos días tía, dormí bien. Tranquilazo porque ese whisky me dejo inconsciente. – Mientras trataba de fingir y nos reíamos.
– Ah! Entonces no escuchaste ni viste nada raro? – Me pregunto un tanto más calmada.
– No tía, para nada. Yo recuerdo que estábamos en el sofá y me quede dormido, ni siquiera se como llegué a mi cuarto. Recién desperté y me bañe, mira que sigo solo con toalla.
– Si bebé, ya me di cuenta. Ven échate con tu tía, vamos a ver televisión. – Mientras habría la sabana y me hacía espacio.
Al entrar en la cama me saque la toalla sin que se diera cuenta y pude notar que ella estaba desnuda. Durante 10 minutos cambiamos y cambiamos de canal y no había nada que ver, la cabeza nos dolía por la resaca y mi tía apago la televisión.
– Hijito mejor hay que dormir. Si quieres te quedas acá o vas a tu cuarto, como desees bebé. – Mientras se ponía de costado y me daba la espalda.
– Aquí me quedo tía. – Me puse atrás de ella y puse mi pene bien duro y erecto entre sus nalgas tan ricas y redondas.
– Mmmmmm!!! Alexito házmelo de nuevo papito! mételo de nuevo a tu tía. – Mientras se quebraba y habría sus nalgas.
– Si tía Jenny! Siempre supe que sabías que era yo! Voy a darte todo el día y llenarte toda otra vez!
– Si Alexito! Siempre lo supe… métemelo, vente todito hijito!.
A partir de ahí nos pasamos todos los días cogiendo por toda la casa. Aprovechamos nuestras vacaciones y que la casa estaba para nosotros solos. Por las noches ella venía a mi cuarto o yo iba al de ella. Así nos pasamos las dos semanas que estuve viviendo con ella. Lo curioso es que después de aquellas vacaciones no volví a viajar para allá y no hemos vuelto a hacerlo. Pero queda el mejor de los recuerdos, y quien sabe estas vacaciones vuelva a viajar y nuevamente despierte esa pasión escondida que tiene mi tía por mí y pueda cogerla como aquella vez. El 14 de febrero del 2010.
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