Una tarde con mi tío
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por relatosgaypro.
Esa semana estaba quedándome en casa de mi tío junto con su esposa y mis primas pequeñas. Mis padres estaban de viaje y por más que intenté persuadirlos para que me dejaran solo en la casa, decidieron que estarían más tranquilos si me quedara con mi tío. En todo caso no me disgustaba la idea, me llevo bien con él. Mi tío es el hermano menor de mi padre y éramos buenos amigos. Entrenábamos juntos cuando él tenía tiempo y charlábamos de muchas cosas interesantes, yo lo veía casi como a un primo algo mayor que yo, mas que como a un tío.
Ese día estábamos desayunando todos en su casa, su esposa estaba a punto de llevar a sus hijas al colegio y yo estaba también listo para salir a cumplir con mis deberes y luego a entrenar toda la tarde como era mi rutina. Al finalizar el desayuno, y antes de salir, escuché como mi tío le contaba a su esposa que estaría por fuera trabajando durante la mañana, pero que regresaría a la casa en la tarde para trabajar desde allí. Ella simplemente le respondió que ella y las niñas no estarían esa tarde en casa, así que podría tener toda la paz que necesitaba para trabajar.
Me despedí de ellos y me fui de la casa pensando que me gustaría pasar un tiempo a solas con mi tío y esa tarde sería la oportunidad. Tal vez, en lugar de ir a entrenar, yo podría regresar a la casa y convencerlo de hacer algo mas divertido esa tarde, como jugar un partido de futbol juntos o ir a algún lugar.
Estuve ocupado toda la mañana y un poco más del medio día. Cuando llegó el momento del entreno, decidí inventar cualquier excusa para no asistir y me dirigí a la casa de mi tío. No podía evitar pensar en lo que me había perdido. Antes del entreno soy de los que más tiempo se toma para cambiarse la ropa en los lockers y así ver a mis amigos, semidesnudos algunos y completamente desnudos otros, a veces jugando, a veces dándonos latigazos con las toallas. Esta situación se presentaba nuevamente al final de cada entreno, cuando entrábamos en las duchas y volvía a apreciar sus cuerpos y a desnudar el mío frente a ellos. Ambas cosas me excitaban, verlos desnudos tanto como sentirme desnudo ante ellos. Obviamente, nadie sospechaba todo lo que cruzaba por mi mente en esos momentos…
Al llegar a casa, había decidido darme una ducha y disfrutar de una buena paja bajo el agua antes de buscar a mi tío. Llegué a su casa y abrí la puerta, saludando en voz alta por si alguien había llegado, pero nadie respondió. Caminé un poco atravesando la sala y hacia las habitaciones en el segundo piso, pero no vi a nadie, tampoco había visto el carro de mi tío afuera de la casa, así que asumí que aun no había llegado. Esto me daba tiempo para dedicarme a darme el placer que me merecía después de una atareada mañana.
Entré al cuarto que me tenían asignado y descargué mis cosas en la cama. Me recosté un rato para relajarme y alimentar un poco mas mi excitación pensando en cada uno de mis compañeros de entreno. Pensaba que en realidad me gustaba sentirme desnudo frente a otros hombres, era lo que más me excitaba…el problema es que las duchas se estaban convirtiendo en algo rutinario ya…
Tras unos minutos de relajarme en la cama y de pasar mi mano por mi verga para ir preparándola, escuché el carro de mi tío que llegaba a casa. En ese momento mi mente empezó a trabajar demasiado rápido. Inmediatamente se me ocurrió pensar en que sucedería si mi tío me encontrara masturbándome, me excitaría? Pensé que era demasiado arriesgado, pero me excitaba la idea de sentirme desnudo frente a él, ahora que estábamos solos en la casa.
Me levanté de la cama y me saqué los zapatos y las medias, posteriormente me deshice de mis pantalones quedando solamente en mis briefs blancos, un poco mas amplios que unos simples pantaloncillos pero mucho más cortos y ajustados que un boxer. Me dejé mi camiseta puesta y me aseguré de que mi verga, un poco crecida por lo que estaba haciendo, no se notara mucho en mi bulto.
Me senté en la orilla de la cama y puse mi computador sobre mis piernas, puse algo de música y empecé a ver las fotos del último paseo familiar.
Mi tío entró en la casa, no esperaba encontrar a alguien allí. Supongo que muy pronto escuchó la música que yo había puesto y empezó a subir por las escaleras hacia las habitaciones. Yo sentí un poco de temor y excitación al saber que dentro de poco entraría a mi alcoba y me encontraría semi desnudo, solo con mi camiseta y mis briefs.
Finalmente llegó a la habitación y se asomó a la puerta.
Hola Esteban! – dijo algo sorprendido – no sabia que estabas aquí
Hola tío – respondí con naturalidad y levantando mi mirada del computador para mirarlo a los ojos – llegué apenas ahora, nos cancelaron el entreno así que decidí venirme para la casa.
Eso esta bien, aquí no va a haber nadie y no tengo tanto por hacer como pensaba, así que mas tarde podemos hacer algo juntos te parece? Esta semana que has estado aquí no hemos tenido tiempo de compartir mucho.
Me parece súper – respondí animadamente
Ok… y que estas haciendo?
Estaba aquí oyendo música y viendo algunas fotos del paseo que hicimos en Mayo…las has visto?
No, no me las han mandado – respondió mi tío entrando a la habitación para asomarse a mi computador.
Pues ven y las ves, no son muchas
Ok, a ver me siento aquí contigo – dijo mientras se sentaba al lado mío en la cama.
Sentí que una leve emoción me recorrió el cuerpo al saber que el se sentaría justo a mi lado mientras yo estaba semi desnudo. Traté de controlarme para que mi verga no fuera a reaccionar y me delatara.
A ver, puedo tomar tu portátil? Preguntó mi tío mientras retiraba el computador de mis piernas y lo ponía sobre las suyas.
Allí estábamos los dos, sentados uno la lado del otro. Mi tío con el portátil en sus piernas y yo muy cerca de él observando las fotos y pretendiendo que todo estaba en orden, cuando por dentro sentía una excitación enorme al saberme casi desnudo al lado suyo. Creo que el hecho de que lo tomara con tanta naturalidad era lo que mas me gustaba, es como si para él fuera normal y aceptable que mientras no hubiera nadie mas en la casa, los hombres pudiéramos estar cómodos, en boxers, en pantaloncillos o desnudos si quisiéramos….me gustaba esa sensación de estar compartiendo algo íntimo con mi tío.
Mi tío siguió pasando las fotos de toda la familia en el paseo. Cuando terminó de verlas comentó mirándome a los ojos.
Vaya Esteban si que te pareces a tu papá
Unos dicen que me parezco más a él, otros dicen que me parezco más a ti.
Bueno y tu que prefieres creer? – preguntó con una sonrisa
Jaja, no se, creo que los dos se parecen mucho… – respondí tímidamente.
De cara nos parecemos mucho, de cuerpo…créeme que te conviene más parecerte a mí.
Y…por que lo dices? Los dos tienen la misma estatura y el mismo peso…-afirmé
Si, pero es muy sencillo querido sobrino…y es algo muy importante… – bajando su tono de voz dijo – yo la tengo más grande jajaja – respondió mientras sonreía como cuando alguien comparte un secreto….
Jaja, bueno, eso si no lo se – en realidad me había dejado un poco perplejo su comentario, no sabia que decir.
Si si, como lo vas a saber? Jaja, pero créeme, sé lo que te digo porque conozco a mi hermano, tu padre, y te conviene mas que tu cuerpo…o ciertas partes de él…sean como el mío….
Los dos reíamos mientras él seguía con los comentarios.
Bueno aunque por lo que he visto tú no parece que tengas problemas en ese sentido – comentó mi tío mientras llevaba su mirada a mi bulto y lo señalaba.
Bueno pues…no se – respondí algo tímido. En todo caso decidí levantar mi camiseta y abrir mis piernas un poco para que él pudiera apreciar mi bulto. Me parecía un poco extraño su comentario, aunque me estaba empezando a excitar y temía que pudiera notarse en mi verga. Afortunadamente mi tío acabó con el momento levantándose de la cama.
Bueno sobrino – voy a trabajar un poco en mi habitación, allí estaré si me necesitas. Si quieres relájate y descansa un poco y en una hora más o menos podemos salir…
Ok – respondí recibiendo de sus manos el computador y observando como caminaba hacia la puerta de mi alcoba.
Cuando mi tío hubo salido pude relajarme un poco y pude dejar que mi cuerpo se excitara totalmente con esos breves comentarios que había hecho. Me había excitado que hablara de su pene y del mío, que hubiera visto mi bulto y además lo hubiera continuado viendo mientras yo levantaba mi camiseta y abría mis piernas para mostrárselo. Si hubiera estado menos nervioso, le habría mostrado mi pene. Dada la conversación, no creo que hubiera habido algún problema en hacerlo y creo que él lo hubiera visto, así fuera por un momento…eso hubiera sido muy excitante.
Volví a recostarme en la cama para tratar de dormir un poco, pero no podía, solo quería masturbarme pensando en aquella situación con mi tío, pero al mismo tiempo no quería hacerlo, no quería que se acabara la excitación que sentía. Además, no creo que fuéramos a estar en la casa a solas otra vez.
Y que pasaría su buscara de nuevo una conversación similar con mi tío y lograra mostrarle mi pene? Un escalofrío de temor y excitación volvió a recorrer mi cuerpo y, sin saber muy bien lo que hacía, me levanté de la cama y me dirigí a su habitación.
En el camino acomodé mi verga que había crecido un poco, trataba de controlarla para que una erección no fuera a delatarme ante mi tío. Llegué hasta su habitación y lo vi sentado frente al computador. Dudé por un momento y estuve a punto de regresar a mi habitación y olvidarme de todo el asunto, pero finalmente me decidí a entrar.
Hola…ya estás trabajando?
Esteban! – respondió mi tío con sorpresa y giró en su silla para verme – pensé que ibas a dormir
En realidad no tengo sueño, creo que ahora me daré una ducha y con eso me relajo.
Ok…y quieres usar la tina que hay aquí en el baño de mi habitación? – preguntó mi tío como tratando de adivinar la razón por la que había ido hasta su alcoba.
No en realidad no vine por eso tío…
Ok…
Vine porque me quedé pensando en lo que me dijiste…ya sabes, que era mejor que mi cuerpo se pareciera al tuyo – dije exhibiendo una falsa sonrisa, fingiendo algo de vergüenza por tocar el tema.
Ah OK jaja….es eso…bueno, no tienes de que preocuparte como te dije….no te he visto desnudo pero…
Por eso…como se si estoy bien de tamaño….si eh…
Bueno, me imagino que has visto…otros penes?… – preguntó mi tío con algo de inseguridad.
Pues en porno…pero es diferente en televisión o en el computador…además no me fijo mucho en los hombres de esas películas (lo cual era falso obviamente)
Entiendo…y entre tus amigos…cuando se duchan en el entreno….?
No me fijo tampoco (más mentiras, era mi pasatiempo favorito)
Bueno pero no te preocupes. Es un poco como con los senos de las mujeres, tu puedes ver el tamaño por encima de la ropa y pues yo ahora vi tu bulto sobrino y creo que puedes estar tranquilo porque tienes un buen tamaño…OK?
Bueno no se….y si te pido un favor…tu lo harías?
A ver dime…
Si te pido que lo veas….que veas mi pene – dije al fin con valor.
Pues…si eso te hace mas tranquilo… – respondió mi tío algo inseguro – OK, esta bien, yo puedo verlo aunque estoy seguro de lo que te digo – prosiguió con mas decisión.
Tan pronto mi tío me respondió afirmativamente, no quise esperar, levanté mi camiseta y llevé mis manos al borde de mis briefs para bajarlos.
Espera Esteban, espera! – se apuró a detenerme mi tío levantándose de su asiento – aquí hay muchas ventanas y pues algunos de los vecinos pueden vernos y tomar esto por el lado que no es. Ven, entremos al baño y allí estamos más tranquilos OK?
Caminé hacia el baño, lleno de excitación y algo de temor todavía. Tenia que controlar mi verga unos instantes mas, para que mi tío la viera sin erección, y después me haría la mejor paja una vez regresara a mi cuarto.
Mi tío entró tras de mi al baño. Cerró un poco la puerta y encendió la luz.
Ok – dijo como esperando a que yo diera el siguiente paso
Decidí quitarme mi camiseta y me acerqué un poco más a él. Posteriormente tomé el borde de mis briefs con ambas manos y los deslicé por mis piernas hasta dejarlos a la altura de mis rodillas. Mi verga quedó descubierta. No estaba en completa erección, pero yo sabia que estaba algo crecida.
Mi tío bajó entonces su mirada para ver mi pene. Yo mantenía mi mirada fija en mi pene también, no me atrevía a mirar a mi tío.
Ok, no hay problema sobrino…hagamos un ejercicio. Párate frente al espejo – dijo mi tío mientras me tomaba por los hombros y me guiaba hacia el espejo de cuerpo entero que hay en el baño.
Ok, ahora yo me paro al lado tuyo y vamos a comparar
Tras haber dicho esto mi tío hizo algo que no me esperaba…llevó sus manos a sus pantalones y empezó a abrirlos. Yo lo observaba tratando de ocultar mi asombro. Tras bajar sus pantalones a la altura de las rodillas, se detuvo y me preguntó.
Puedo mostrarte el mío para que compares…quieres verlo?
Si…si no te molesta.
No, claro que no
Diciendo esto, tomó los bordes de sus pantaloncillos y los bajó por sus muslos revelando la verga más apetitosa que yo hubiera podido ver hasta ese momento. En nada se asemejaba a las de mis amigos. Estaba dormida por supuesto, pero incluso en ese estado su tamaño era bastante considerable. Sus bolas colgaban a la altura perfecta.
Allí estábamos parados los dos, uno al lado del otro, con nuestros penes expuestos ante nuestros ojos. Era más de lo que pensé que pudiera pasar. Lo miraba a través del espejo y volteaba también para mirar su pene directamente. Con mucho respeto y disimulo, pero con la mayor excitación, trataba de grabar esas imágenes para siempre.
Allí lo tienes Esteban, ahora puedes ver como el tuyo no es muy diferente en tamaño ni en forma, solo es un poco más grande.
Yo no respondía nada, solo lo observaba a través del espejo, pasaba mi mirada de su pene al mío, a su cara, en todo caso, no podía sostener la mirada directamente a sus ojos.
Si, es más grande – me atreví a decir – me imagino como debe ser cuando lo tienes… – y doblé mi brazo para ilustrar que me refería a una erección, simplemente no fui capaz de decírselo con palabras…
Jaja, si, mucho más grande por supuesto…pero ese es tema para otra conversación…por ahora si me permites es mejor que volvamos a vestirnos y salgamos de aquí.
Y diciendo esto mi tío se inclinó un poco hacia mi, tomó mis briefs y los subió por mis piernas cubriendo de nuevo mi desnudez.
Ok, ahora espero que ya estés más tranquilo sobrino. Yo voy a trabajar y nos vemos en una hora – continuó mientras el mismo se acomodaba sus pantaloncillos, su pantalón y su cinturón.
Oye tío…gracias – le respondí mirándolo a los ojos
Ni lo menciones sobrino, gracias a ti por confiar en mi para estas cosas OK? Para eso estamos los familiares….dame un abrazo…
Nos acercamos y me abrazó llevando mi pecho contra el suyo. Al terminar el corto abrazo llevó su mano a mi pecho diciéndome.
Oye Esteban, tienes tu corazón a mil…estás bien?
Si si, estoy bien, creo que solo un poco nervioso – respondí inseguro y tratando de no dar explicaciones. No quería que notara mi elevado pulso, producto de mi excitación.
Ok bueno, ya ve a tu cuarto y te relajas OK? – me dijo mi tío mirándome a los ojos
OK – respondí evitando su mirada
Bueno, salgamos de este baño, adelante – dijo el cediéndome el paso
Cuando salía del baño, inesperadamente sentí una palmada de mi tío en mis nalgas, inmediatamente giré mi cuerpo para mirarlo y lo encontré riendo
No creas que no me fijé en lo que tienes atrás también jajaja…créeme que eso también les gusta mucho a las mujeres.
Solo sonreí sin saber que decir, mi tío se había fijado también en mi culo…creo que no podía con mas excitación. Finalmente me encaminé hacia mi habitación.
Me acosté en mi cama, no sabia que pensar ni que sentir, lo único que quería era hacerme de una buena vez por todas la paja que tanto había retrasado y que tanto necesitaba ahora. Iba a pararme de la cama para cerrar la puerta de la habitación cuando en ese momento llegó mi tío.
Esteban…
Si tío? – respondí mientras me incorporaba en la cama
El entró al cuarto, caminó hacia la cama y se sentó en la orilla para hablarme más de cerca. Yo estaba a la expectativa de lo que tenía para decirme.
Esteban…esto que hicimos ahora…es mejor que no se lo contemos a nadie OK? Que sea nuestro secreto te parece?
Si, esta bien…- respondí asintiendo con mi cabeza.
El se quedó pensativo, mirándome y luego agregó
Yo creo que fui un poco lejos mostrándote mi….mostrándome me entiendes? Creo que eso no fue lo que me pediste…
No tío pero…pero yo tenia curiosidad por verte también…además la idea era compararnos…
Mi tío esbozó una sonrisa y respondió en un tono más calmado:
Bueno si lo ves así, entonces me alegra haberte ayudado a saciar tu curiosidad…y pues si tienes alguna pregunta o alguna duda, siempre puedes acudir a mi OK?
Estuve a punto de dejarlo ir…pero me llené de valor y volví a mencionar el tema.
Hay algo que…algo que quería ver tío, pero creo que a ti no te pareció bien…no se si te ofendí
Que es?
Cuando te pregunté como era tu….como era tu pene en erección..
Ah OK…OK entiendo…bueno pues no, no me has ofendido….lo que pasa es que era yo el que sentía un poco de vergüenza mostrándome así ante ti, ante mi sobrino, ante otro hombre me entiendes? Además…jaja…además no tengo una erección sin antes estimularme un poco….no se como explicarlo….
Si te entiendo….espero que no te haya hecho sentir mal…era solo curiosidad….
No no no, no me hiciste sentir mal OK? – se apresuró a decir mi tío.
Ok – asentí con una leve sonrisa que él correspondió.
Bueno, ahora te dejo, voy a ver si puedo terminar lo que estaba haciendo en el computador.
Mi tío se levantó de la cama y lo vi alejarse hacia la puerta. Antes de salir del cuarto se detuvo y se volvió para mirarme.
Esteban…estás seguro que quieres ver lo que me dijiste que quieres ver?
Si tío…si no te molesta claro está
Mi tío se quedó en silencio, con la mirada baja como pensando lo que debía hacer. Finalmente, cerró la puerta de mi alcoba diciendo:
Ok, yo te lo muestro…pero es parte de nuestro secreto OK?
Ok
Caminó nuevamente hacia la cama. Se sentó en la orilla y se deshizo de sus pantalones dejándolos en el suelo.
Ven, siéntate al lado mío – dijo mientras se sentaba sobre la cama, apoyando su espalda contra la pared. Me senté al lado suyo como me lo había indicado. Mi verga en ese momento estaba en total erección pero ya no me importaba que se notara, él tampoco comentó nada.
Estábamos sentados uno al lado del otro, nuestras piernas se rozaban, sentía el calor de su cuerpo.
Ok, vamos a endurecerlo jaja – dijo mi tío mirándome con una sonrisa
Se deshizo de sus pantaloncillos exponiendo ante mí su verga. Estaba un poco mas crecida que cuando la había visto unos instantes atrás. Llevó su mano a su verga, cerró sus ojos y empezó a masajearla suavemente.
Fueron unos instantes de silencio, la excitación me dificultaba hasta respirar, podía sentir el latido de mi corazón casi por todo mi cuerpo. El tenía sus ojos cerrados y la cabeza recostada contra la pared, yo lo observaba todo con gran atención. Sobretodo a su verga que poco a poco iba creciendo y volviéndose grande para su propia mano.
Habría transcurrido un minuto cuando volvió a abrir sus ojos. Dirigiendo la mirada hacia mi bulto, donde mi verga estaba a punto de estallar, me preguntó mirándome a los ojos y con una leve sonrisa:
Quieres acompañarme?
No lo pensé dos veces, allí sentado la lado suyo tome mis briefs y los bajé por mis piernas hasta deshacerme de ellos, liberando mi verga que quedó expuesta ante él en total erección. Inmediatamente llevé una mano a masturbarme suavemente y me dispuse a continuar viendo a mi tío trabajar en su verga.
El observó la mía sin emitir ningún comentario y continúo con su labor. Pasaron unos pocos segundos y de pronto su verga empezó a crecer rápidamente hasta alcanzar una gran erección. La mano de mi tío seguía dándole caricias leves pero un poco más rápidas. Tras unos instantes más, mi tio finalmente liberó su verga de su mano y preguntó:
Ok…que opinas…?
La miré por unos instantes sin saber que decir, solo deseando poder tocarla, poder tirarme sobre ella y comérmela toda.
Es más grande de lo que la imaginaba – le dije con una leve sonrisa y con un tono de voz tenue, de hecho nuestra conversación se desarrollaba ahora en un tono de voz más bajo.
La tuya tiene buen tamaño Esteban…no debes preocuparte
Pasaron más instantes de silencio….
Ok Esteban…ya la has visto…quieres hacer algo más? O terminamos aquí…
Algo más? – reaccioné con sorpresa ante la pregunta de mi tío.
Si…tenías curiosidad solo de ver un pene en erección o querías….por ejemplo…tocarlo..?
Lo miré con incredulidad e inseguridad. Volviendo mi mirada a su pene le pregunté:
Puedo tocarlo?
Si claro…vamos a hacer esto una vez…tú haces lo que quieras hacer y después nos ponemos nuestros pantalones nuevamente y nos olvidamos de esto OK?
Ok – respondí nervioso.
Inmediatamente llevé mi mano a su verga, la rodeé con suavidad, la sentía grande en mi mano, estaba acostumbrado a mi verga más pequeña.
Tienes tu mano fría Esteban jaja…
Es que estoy un poco nervioso – respondí mirando a mi tío con una leve sonrisa.
No, no tienes por que estarlo OK?
Ok
Por unos instantes más seguí tocando la verga de mi tío, mientras lo hacia, el colocó su brazo sobre mis hombros. Con ese abrazo me acercó un poco más a él. Después su mano empezó a subir por mi cuello hasta acariciar mi cara…mi tío nunca me había acariciado la cara…
Esteban?…- preguntó mi tío casi susurrando – te gustaría probarlo?
Diciendo esto, con la mano con la que acariciaba mi cara empezó a guiar mi cabeza hacia su pene.
Yo no respondí, no tuve necesidad. Me dejé llevar por su mano y rápidamente la distancia entre mi boca y su pene se redujo. Finalmente cerré mis ojos y mis labios se posaron sobre la cabeza de su pene produciendo él un gemido de placer que trató de ahogar.
Pasaron unos instantes de absoluto silencio. Era claro que me gustaba lo que hacía…no me detuve ni un momento, quería saborearla, me gustaba su sabor, su olor, el saber que en ese momento mi tío estaba sintiendo el mayor placer en mi boca. Los dos solos, encerrados en mi habitación para darnos placer, era demasiado erótico.
No se por cuanto tiempo estuve mamando su verga, no me importaba el tiempo, solo hacerlo lo mejor posible para que le gustara, y alguna vez quisiera repetir. De vez en cuando el posaba su mano sobre mi cabeza empujándola levemente, invitándome a tomar mas de su verga en mi boca. Ese era uno de los momentos más eróticos de mi vida hasta entonces.
Poco a poco la respiración de mi tío empezó a agitarse, yo estaba preparándome para lo que venía. Cada vez sentía más y más el sabor de su pre semen en mi boca, era claro que estaba logrando una gran excitación en él. Sin embargo, intempestivamente, con la misma mano con la que me llevó hasta su verga, me separó de ella. Me incorporé pensando que, tal vez, él había decidido dar fin a la diversión. Tomó entonces mi barbilla con su mano y levantó mi cara para mirarme a los ojos.
Creo que tu también deberías sentir algo de placer hoy – me dijo con una leve sonrisa – acuéstate aquí – dijo mientras me indicaba que me acostara boca arriba en la cama.
Obedecí sus instrucciones, me acosté boca arriba abriendo un poco mis piernas.
Ahora relájate Esteban
Me relajé y observé como mi tío tomó mi verga con su mano y empezó a masturbarme. El contacto con su mano fue como un rayo de placer que cayó sobre mí. Mi tío empezó a jalar mi verga con una destreza, con una fuerza que jamás había sentido y al mismo tiempo con la suavidad necesaria para no causar dolor. El placer era extremo.
Mi tío estuvo masturbándome por unos minutos. Por momentos me miraba a los ojos y encontraba los míos mirándolo, yo los cerraba y me dejaba transportar por el placer que me proporcionaba su mano. Estaba dispuesto a dejarme llevar por él hasta el orgasmo. Creo que debió haber presentido cuando estuve a punto de alcanzarlo porque se detuvo justo a tiempo para evitarlo. Dejó mi verga libre por un momento y llevó su cabeza entre mis piernas, directamente a mis ingles. Pasó luego su lengua por mis testículos, allí dedico un rato a lamerlos y a chuparlos. Después siguió bajando con su lengua por entre mis piernas. Con sus manos empezó a empujar mis pernas para separarlas y abrirlas más. Su lengua seguía bajando, ahora estaba lamiendo la zona entre mis glúteos. Pronto llegó a mi ano. No pensé que fuera hacerlo. Pero cuando lo hizo sentí una descarga de placer más intensa que la que sentí cuando tocó mi verga.
Lancé un gemido que fue imposible ahogar. Mi tío simplemente siguió lamiendo mi ano una y otra vez. Era la primera vez que experimentaba ese tipo de placer tan intenso, tan íntimo. Tras unos instantes de hacerlo, volvió a incorporarse y, con determinación y fuerza tomó mi cintura con sus manos y giró mi cuerpo hasta ponerme boca abajo, yo me dejé llevar por sus manos y me acomodé como el lo deseaba. Una vez en esa posición, volvió a llevar su cara a mis glúteos y, separándolos, volvió a hundir su lengua entre ellos para lamer mi ano.
Que bien lo hacia, que placer tan intenso. Yo sentía que me rendía poco a poco, que me entregaba a ese placer, era una sensación que no quería que terminara. Mi tío poco a poco fue metiendo un dedo en mi ano. A veces no sentía si me estaba lamiendo o me estaba penetrando con sus dedos. Después vino otro dedo, y otro más. Los metía y los sacaba mientras mi cuerpo se retorcía de placer y le pedía más.
Finalmente se detuvo, pensé que había dado por terminado mi turno de sentir placer. Pero no fue así. Ahora tenía mejores ideas para los dos. Suavemente se acostó sobre mi cuerpo, ubicando su verga entre mis glúteos. Dejó reposar el peso de su cuerpo sobre el mío y acercándose a mi oído me preguntó en voz baja:
Esteban, quieres hacer esto?
Si – respondí con las pocas fuerzas que el placer me había dejado.
Por unos instantes estuvo sobando su verga entre mis glúteos, mientras me abrazaba con fuerza y nos convertíamos casi en un solo cuerpo. Su cara reposaba por momentos sobre la mía y yo sentía su respiración tan cerca, su boca tan cerca de la mía que hubiera querido besarlo. Por momentos sentía que amaba a ese hombre que estaba compartiendo su más íntimo secreto conmigo.
Tomó finalmente su verga y la puso contra mi ano. Después empezó a ejercer presión lentamente. Su lubricación le ayudaba a penetrarme. Sentí dolor al principio, más no quería que se detuviera, quería que siguiera. Mi tío me abrazó con fuerza e intentó calmarme diciéndome que dolía solo al principio. Y tenia razón, entre más presionaba, entre mas entraba en mi cuerpo, mas relajado me iba sintiendo, mas me acostumbraba a tener su verga dentro de mi.
Poco a poco entró totalmente y sentí que me tenía completamente dominado, sentí que había entregado mi cuerpo y que ya no dependía de mí, ya no obedecía mis órdenes.
Mi tío empezó a moverse. Empezó a llevar su verga mas adentro y a volverla a sacar. Primero fue lento, muy lento. Mientras lo hacia, todo su cuerpo se movía sobre mi, nuestras pieles eran una sola a la misma temperatura y los gemidos se confundían, eran el testimonio de dos hombres entregándose al placer de sus cuerpos.
Poco a poco, sus movimientos fueron más rápidos, siempre abrazándome y preguntándome si me gustaba. A mi me gustó todo el tiempo, desde que empezamos a tocarnos hasta ahora que él estaba decidido a alcanzar un orgasmo dentro de mi.
Mi tío seguía moviéndose, moviendo mi cuerpo con el suyo y gimiendo mi nombre en medio del placer que le causaba penetrarme. A medida que transcurrían los minutos, su respiración se tornaba mas agitada y sus piernas se entrelazaban con las mías con mas fuerza. La leve transpiración de nuestros cuerpos era más notoria y anticipaba lo que estaba por suceder.
Finalmente mi tío me abrazó con mucha más fuerza, no quedó ni el más leve espacio entre nuestros cuerpos. Gimiendo mas fuerte empezó a moverse rápidamente, metiendo y sacando su verga, haciéndome el amor con mas velocidad, eran los últimos momentos tanto para él como para mi. Pronto se detuvo intempestivamente y me penetró una vez más con toda su fuerza, dejando su verga muy dentro de mí y quedándonos los dos inmóviles, respirando fuertemente. Sentí su verga palpitar dentro de mi y el calor de su semen llenarme rápidamente. Justo en ese momento, mi verga explotó también en un orgasmo, provocado por la presión de mi cuerpo sobre ella, el movimiento y la excitación. Los dos estábamos abrazados, respirando profundamente, recuperándonos mientras nuestros cuerpos viajaban juntos en un orgasmo verdaderamente intenso.
Poco a poco nuestros músculos se relajaron. Mi tío seguía acostado sobre mí, descansando, respirando ya más tranquilamente. No queríamos movernos, sabíamos que habíamos vivido algo realmente intenso y demasiado erótico y placentero y solo queríamos recordarlo en ese silencio. Unos minutos transcurrieron hasta que sentí su voz preguntar tenuemente:
Te gustó?
Si…mucho
Unos instantes más de silencio siguieron…
Ahora nos podemos nuestros pantalones y nos olvidamos de esto OK? – dijo mi tío finalmente
Fin
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