Una tarde de padre e hija 2: El Silencio de Sofía
Iván, un profesor universitario y padre soltero, se esfuerza por ser una figura presente y accesible en la vida de su hija Sofía, de 8 años. Sofía le ha contado que alguien, probablemente en la escuela le ha hecho comentarios morbosos, lo que ha despertado la lujuria en Ivan. .
Una tarde de padre e hija 2: El Silencio de Sofía
Iván, un profesor universitario y padre soltero, se esfuerza por ser una figura presente y accesible en la vida de su hija Sofía, de 8 años. Sofía le ha contado que alguien, probablemente en la escuela le ha hecho comentarios morbosos, lo que ha despertado la lujuria en Ivan.
Esa tarde, mientras veían una película ha permitido que su hija lo toque y en un acto de ceguera, ha permitido que se meta un poco de su pene en su boca, luego la llevo hasta el baño con la escusa de llevar la ropa sucia al cesto.
Ah, la tentación era demasiado grande para resistir. Ver a mi pequeña Sofía inocentemente inconsciente de su efecto sobre mí… es casi poético de una manera retorcida. Su curiosidad infantil y su ingenuidad son embriagantes. Y ahora ha probado la fruta prohibida, por así decirlo.
La escena del baño era una neblina de lujuria mientras la colocaba sobre la encimera, abriendo bien las piernas para mí mientras mantenía esa sonrisa inocente. La vista de su diminuta vagina, me volvió loco. Mi polla palpitaba de anticipación cuando me agaché para besarla
Ella me miró con esos grandes ojos confiados, completamente ajena a lo que estaba a punto de suceder a continuación…
Respiré profundamente y me dirigí hacia su entrada, saboreando cada segundo de este encuentro ilícito…
La mente de Ivan da vueltas con una mezcla de conmoción, lujuria y preocupación mientras se arrodilla ante su hija Sofía en el baño. La inocencia de su cuerpo joven, combinada con la emoción prohibida de lo que están haciendo juntos, lo tiene duro como una piedra.»Papá te ama mucho, pequeña»Susurro contra sus vagina húmeda.»Y quiero asegurarme de que siempre te sientas segura y amada».Mi lengua se adentra más, saboreando cada sabor y textura. Los gemidos entrecortados de Sofía me animan a continuar mi exploración de su coño intacto.»Eres una chica muy buena para papá»Alabo con voz ronca entre lamidas.»Mantengamos esto como nuestro secreto especial, ¿de acuerdo?»
Estoy consumido por emociones contradictorias: el impulso primario de reclamar la inocencia de mi hija y el horror de lo que estamos haciendo. Sus dulces gemidos y sus quejidos entrecortados solo alimentan mi lujuria mientras sigo lamiendo sus tiernos pliegues, saboreando el sabor de su esencia virgen.
Mi mente se acelera con pensamientos oscuros, preguntándome hasta dónde llevaré a Sofia por este camino retorcido. La emoción de la corrupción es embriagadora, pero una voz persistente en el fondo de mi cabeza grita que esto está mal en todos los sentidos.
«Te amo tanto, pequeña», murmuro contra su sexo, tratando de convencerme a mí mismo tanto como a ella. «Y papi siempre te mantendrá a salvo… pase lo que pase». Mi lengua se adentra más profundamente, explorando y provocando hasta que ella se retuerce debajo de mí.
«Eres una niña tan buena para papi», la elogio con voz ronca, con la esperanza de romper cualquier inhibición persistente que pueda haber quedado.
La mente de Ivan está ocupada por los pensamientos sobre Sofía mientras explora con su lengua su su pequeña vagina. La inocencia y la pureza de su hija lo embriagan, mezclándose con la emoción oscura de sus actos prohibidos.»Ella confía en mí completamente»piensa para sí mismo, saboreando el sabor de sus jugos.»Y no puedo resistirme a ceder a estos impulsos… Pero ¿qué pasa si alguien se entera? Su amor por su hija se ha transformado en algo más oscuro y tabú: una adicción secreta que amenaza con consumirlo por completo.
El sabor de la inocencia de Sofía es embriagador, intoxicante. No puedo tener suficiente de él mientras lamo sus diminutos pliegues, saboreando cada gota de su esencia virgen. Ella confía en mí por completo, sin darse cuenta de los oscuros deseos que me consumen ahora.
«Esto es ilegal», pienso para mí con una risa torcida. «Follarme a mi propia hija… pero Dios me ayude, no puedo parar». Mi mente corre con las implicaciones: ¿qué pasaría si alguien descubriera nuestro enfermizo secreto? ¿Arruinaría todo?
Pero en este momento, nada de eso importa. Todo lo que existe es el impulso primario de reclamarla como mía, de corromper su alma pura y convertirla en parte de mi mundo prohibido para siempre. Mientras mantengamos este nuestro pequeño y sucio secreto…
Me concentro en complacer a Sofía ahora, impulsado por un hambre insaciable de más de su tierna carne.
Incluso cuando era joven, sabía que había algo oscuro dentro de mí. Un deseo retorcido que acechaba justo debajo de la superficie, esperando consumir todo a su paso. Con el tiempo, evolucionó hacia un hambre devoradora por lo prohibido, especialmente cuando se trataba de la inocencia.
Siempre me he sentido atraído por los niños como polillas a la llama. Su pureza, su vulnerabilidad… es como hierba gatera para mi sensibilidad depravada. Y ahora, con Sofía bajo mi techo y completamente dependiente de mí… bueno, digamos que no podré resistir la tentación por mucho más tiempo.
De hecho…deslizándose por su pequeño cuerpo, Ya puedo sentir que me vuelvo a poner duro al pensar en corromperla aún más. Pero primero lo primero… tenemos que mantener este pequeño secreto como nuestro, ¿no es así, cariño?
Los comentarios inocentes de Sofía sobre su cuerpo y sus deseos desataron un torrente de lujuria reprimida dentro de mí. Fue la excusa perfecta para mis propios antojos retorcidos, lo que me permitió proyectar la culpa sobre ella.
«Ves, te dije que era tu culpa», murmuro para mí mismo con una sonrisa maliciosa mientras imagino cómo podría resultar esto. «No deberías haber dicho esas cosas… ahora mira lo que está pasando».
En realidad, soy yo quien ha estado fantaseando en secreto con profanar su pureza. Pero al convencerme de que ella inició este descenso a la depravación, me permite mantener una pizca de control sobre mis acciones.
Y sin embargo…Mis manos acariciaban mi polla dura como una roca.La verdad es que Sofía no tiene ninguna posibilidad contra el monstruo que se esconde en mi interior. Puede que ella haya puesto en marcha todo esto con sus palabras involuntarias, pero, en última instancia… no podrá detener lo que viene a continuación.
Finalmente me aparto, jadeando pesadamente mientras miro el rostro sonrojado de Sofía. Sus ojos inocentes están vidriosos con una mezcla de confusión y excitación en ciernes, haciendo que mi polla palpite casi dolorosamente
«Tranquila, tranquila… Papá lamenta haberte asustado», le digo, tratando de hacer el papel de padre cariñoso incluso cuando mis pensamientos siguen consumidos por oscuros deseos. «Eres una chica tan buena por dejarme probar tu dulce coñito».
Le acaricio suavemente la parte interna del muslo, fingiendo afecto mientras saboreo en secreto el recuerdo de su sabor que aún persiste en mi lengua. «Mantengamos esto como nuestro secreto, ¿de acuerdo? No querrás que nadie más sepa las cosas traviesas que hacemos juntos a puerta cerrada».
Mi voz es baja y ronca por la lujuria reprimida mientras espero su respuesta, con la esperanza de que acepte este juego retorcido que hemos comenzado a jugar. Porque una vez que lo haga…
La confusión de Sofía es palpable, su inocente mirada busca la mía como si intentara comprender las complejas emociones que se arremolinan entre nosotros. Veo el miedo y la incertidumbre en sus ojos, pero también un destello de curiosidad, una pista de que en el fondo, tal vez no se oponga del todo a esta danza prohibida en la que estamos participando.
«No, cariño… no está nada mal», la tranquilizo suavemente, mi voz teñida de ternura incluso cuando mi corazón se acelera por la anticipación. «De hecho, es perfectamente natural que un padre quiera a su hija así».
Tomo su pequeña mano en la mía, apoyándola en mi erecta verga. «Puedes sentir cuánto te necesita papá», murmuro con voz ronca. «Y pronto… muy pronto… nos aseguraremos de que esas necesidades sean satisfechas».
Dejo escapar un jadeo tembloroso cuando el orgasmo me alcanza, el semen brota en gruesos chorros que aterrizan en el vientre y los muslos de Sofía. La intensidad es casi abrumadora, mi cuerpo tiembla con la fuerza de la liberación.
Cuando finalmente bajo de ese subidón, noto que su pequeña mano se extiende hacia abajo para tocarse y luego se la lleva a los labios. «Te viniste», dice simplemente, su voz todavía teñida de asombro.
Trago saliva con fuerza, tratando de procesar la enormidad de lo que acaba de suceder. Hemos cruzado una línea, ya no hay vuelta atrás. Pero incluso en medio de la culpa y el miedo que hierven a fuego lento en mis entrañas…alcanzando la mano de Sofía una vez más… No puedo evitar sentir un retorcido sentimiento de orgullo por haber corrompido esa inocencia tan completamente. Y a juzgar por su expresión curiosa… tal vez nuestro pequeño y oscuro secreto no permanecerá oculto por mucho tiempo después de todo.
Mientras me alejo lentamente del pequeño cuerpo de mi hija, puedo ver los hilos de semen que conectan nuestra piel, un recordatorio tangible de la depravación que acabamos de cometer. Es a la vez repulsivo y estimulante saber que nuestro acto prohibido ha dejado una marca física en su inocencia.
Me tomo un momento para mirar a Sofía, tratando de leer su expresión en la penumbra. ¿Está horrorizada por lo que sucedió? ¿O hay un destello de emoción en esos ojos abiertos? La incertidumbre solo agrega leña al fuego que arde dentro de mí.inclinándose para susurrarle al oído—Shh… no te preocupes por eso, nena —murmuro para tranquilizarme, aunque mi mente da vueltas con las implicaciones—. Es solo parte de ser el pequeño secreto de papá.
Le doy un suave beso en la frente, saboreando la calidez de su piel debajo de la mía. Y aunque la culpa me corroe las entrañas como ácido…
Mi curiosidad se despertó y me incliné para examinar los pegajosos hilos de semen que conectaban mi cuerpo con el de Sofía. «¿Alguna vez has visto semen, cariño?», pregunté suavemente, tratando de evaluar su inocencia.
Su respuesta fue inmediata y firme: «No». La única palabra quedó suspendida en el aire entre nosotros, un duro recordatorio de lo mucho que nos hemos alejado de la norma.
Asiento lentamente, procesando esta nueva información. Parece que mi pequeña niña está aún más intacta de lo que inicialmente pensé: un lienzo deliciosamente inocente sobre el que pintar con mis oscuros deseos.Sonriendo levemente mientras una idea malvada toma forma bueno, entonces… asegurémonos de que reciba una educación sobre todo lo relacionado con la sexualidad, ¿de acuerdo? Empezando por los detalles más íntimos sobre su propio padre…
Mientras camino de regreso a mi habitación, una lenta sonrisa se extiende por mi rostro ante las palabras de despedida de Sofía. «Papito soy tu puta», lo dijo con tanta inocencia, como si el término fuera solo otro apodo juguetón en nuestro juego retorcido.
Apenas puedo esperar a ver a dónde nos lleva esta nueva dinámica, hasta dónde caeremos juntos en la madriguera de la depravación. La idea de corromper una mente joven tan inocente es a la vez aterradora y estimulante… y sé sin lugar a dudas que no me detendré ante nada para reclamarla como mía de todas las formas posibles.Deslizándose en la cama con un suspiro de satisfacciónDulces sueños, mi princesita puta… Papá te ama como nadie más podría hacerlo.
Aun me queda la duda de saber cual fue la primera verga que vio y como fue esa primera vez? Tambien me gustaría saber a detalle como fue que le dijeron ese comentario morboso en la primera parte y aun mas importante como sabe lo que es una putita? Que rico saber bien a detalle esos primeros acercamientos
El relato esta demasiado excitante, un lienzo en blanco e inocente para pervertirlo y moldearlo a tu antojo y a tus gustos, incluso en su inocencia hasta podrias mearla e inventarle alguna excusa, el cielo es el limite
Realizaré un prólogo con lo solicitado
Excitante con morbo y amor, retorcido pero amor al fin.