Vacaciones Todo Incluido – Parte 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElianOcho.
Vacaciones Todo Incluido – Parte 1 – por Andrés Elián
Este relato es completamente ficticio pero cada escena está basada en algún recuerdo real vivido en algún momento de mi vida, en este relato Todo está Incluido.
Primera Parte, escenas:
Introducción, Mi familia y Yo, Mi gusto por la libertad, Los Euros, La Casita, Crema para las Quemaduras de Sol, Niño Maya, Amanecer Contento, A explorar las playas, Los Gemelos y la Arena, Conchitas y Penecillos, Hoyos en la Arena, Hotel Paraíso, Solo con una playera, Encuentro con Papa, Crema y Cosquillitas, El Trajecito, La Fotógrafa, Cloé y sus hijos, Sobremesa, La Pirámide, Al despertar, Al Mar, El Pulpo ataca, Platicando, Quitémonos la arena, Regresando a la Casita, En la Alberquita, El Amor en Tiempo de Guerra, El Baño, Toca y aprende, Mi hermanito lindo y ausente, Inocentes o Ignorantes, La teoría de La Cosa
Introducción
Cuando tenía 11 años papa y yo viajamos solos a la playa y fue la experiencia más increíble que haya vivido hasta entonces. Volamos a Cancún, rentamos un auto y bajamos hacia la Riviera Maya. Esas fechas coincidían con la convención de la empresa de papa por lo que él se la paso mucho tiempo fuera entre la convención y las comidas de negocios por lo que yo tuve mucho tiempo de explorar, ver, conocer y aprender.
Mamá me insistió que “cuidara a papá y que no me separara de él", no mucho tiempo después entendería el porqué.
Mi familia y Yo
Yo era un niño lindo, delgado, con el pelo negro un poco lacio no muy largo, mis ojos son color miel. Era algo mimado pero me gustaba la aventura y no mucho el deporte. Mis dos hermanos y mi papá eran rubios y de de ojos claros pero yo salí de un tono de morenito muy claro que al quemarme bajo el sol tomaba un lindo tono doradito, todos tuvimos facciones finas, mi papa tenía fama de ser un galán lo que siempre le causó disgustos a mamá. Muchos decían que yo era un lindo niño, guapo, que me parecía a papa.
Mi gusto por la libertad.
Mamá siempre fue muy recatada y siempre reprimió la denudes, mas sin embargo desde pequeño cuando podía, estando solo en la casa o dentro de mis “clubs secretos” siempre encontraba la manera de poder desnudarme y disfrutar de esa libertad, a veces solo, a veces con mis amiguitos. También recuerdo las veces que con mi papá íbamos al club deportivo, siempre pasábamos mucho tiempo encuerados bajo las regaderas, el sauna, el vapor y los vestidores, siempre encontré un gustito de estar desnudo entre la gente y de poder ver a otros niños como yo. Me gustaba cuando mi papa me enjabonaba. Cuando íbamos a alguna alberca mama nos enviaba a los vestidores o ya íbamos con el traje de baño puesto, si iba con mi papa nos cambiábamos junto a la alberca. En la casa de fin de semana mi mama nunca nos dejo nadar encueraditos, pero yo al llegar me sacaba la ropa y me tiraba a la alberca y más tarde me traían el traje de baño. Por eso me gustaba más salir con papá él era más cariñoso, nunca reprimió la libertad y como a papá le gustaba la fotografía siempre estaba tomando fotos. Entre el contraste “cerrado” de mama y el estilo “abierto” de papá aprendí a valorar afecto y la libertad disfrutándola cuando era posible.
Los Euros
Entre todas la playas a las que he viajado en la que más cosas interesantes he visto ha sido en una zona de playas en La Riviera Maya con su turismo Europeo, “bastante abierto” como diría mamá, por eso cuando viajábamos ahí mamá prefería que nos quedáramos en “La Casita” y usualmente no salíamos de ahí pero a veces salía a caminar con mi papa a las playas, me gustaba ver a la gente, me llamaba la atención que mujeres de todas las edades se asolean y pasean en la playa en “top less”, me atraía ver a los niños encueraditos haciendo castillos de arena y jugando en las olas, ver a los chavos con sus cuerpos sexis y a los jóvenes musculosos jugando vóley de playa, y así comenzó mi gusto de caminar en las playa y ver a la gente, me gusta ver a todo tipo de gente pero obviamente mas a los que están desnudos.
La Casita
Las casitas, diseñadas para la privacidad de los “lunamieleros” están separadas por jardines, plantas y árboles que además de dar un ambiente como del Edén también ayudaban a la privacidad, todas tienen una alberquita al frente y la playa ahí es tranquila y está separada por un grupo de piedras de las playas turísticas, atrás de la casa hay un campo de golf, para divertirse están disponibles kayaks, tablas de “Body Boards”, inflables en todos los estilos, aletas y visores. El primer día comimos en la casita, mas tarde papá se fue a reunirse con los organizadores de la convención yo me la pase, solo pero entretenido, en la alberquita y en la playita.
Crema para las Quemaduras de Sol
Al atardecer entre a la casa y me bañe para quitarme el agua de sal y la arena, estaba todo ardido por el sol y como el clima era tropical caluroso no me apure a vestirme, me quede con la toalla en la cintura, en la salita me puse a ver la tele o a jugar video juegos en mi cuarto. Anocheciendo llego papá baje y lo fui a saludar a la puerta y cuando me abrazo me queje, al ver mis hombros rojos me recordó que debía usar bloqueador solar, gorra y usar playera al nadar al menos los primeros días, eso me decía mientras yo lo seguía a su cuarto porque él se iba arreglar para salir a una cena.
En su cuarto yo me acosté sobre su cama y con un ojo me puse a ver la tele y con el otro a ver como se arreglaba, el aprovecho para sentarse a mi lado y ponerme la crema que envió mama para aliviar las quemaduras de sol, suavemente me la empezó a esparcir la crema en mis hombros y espalda, en eso sonó el teléfono, contesto y me dijo: “Es la fotógrafa, la de los catálogos.”, yo dije “ahh” sin ningún interés, él hablaba cariñosamente con ella, le decía “si ya estamos aquí, solo traje a mi hijo el mediano,” y “si mi amor” y “claro mi cielo”, también le decía: “no te preocupes” y “ya no tardo.” hablaba mientras con su mano libre me seguía poniendo crema de arriba a abajo metiéndola un poco bajo la toalla sobre mis nalguitas, y sobre mis piernas de abajo hacia arriba subiendo su mano hasta que por debajo de la toalla llegaba nuevamente a mis nalguitas, yo sentía muy rico, finalmente quitando la toalla hacia los lados quede desnudo sobre la cama, como papa me ponía crema desde que yo era bebe y ya estaba acostumbrado y siempre lo disfrute mucho: con sus grandes manos recorría desde mi cuello hasta mis pies, en mis pies y en mis nalguitas era en donde se la pasaba la mayor parte del tiempo, yo cerraba los ojos y disfrutaba ese momento de afecto padre e hijo. Mientras él seguía al teléfono, lo curioso fue que cuando hablaba por el teléfono y decía “mmm, ya pronto amor” y al mismo tiempo me apretaba alguna de mis nalguitas, o les daba palmaditas mientras decía “¡claro que sí, muñequita!” y al final después de decirle: “ya salgo, ¡bye!” me dio una última palmada en las nalgas y me dijo: “Vístete, en la cocina hay comida ya lista para calentar y acuéstate temprano que ya te ves cansado.”
El se acabo de arreglar mientras yo lo miraba, se puso loción, tomo las llaves, su cartera y la cámara del buro, la que siempre llevaba a todos lados y a unos metros oí un “clic” me voltee hacia donde él estaba parado, le sonreí y me tomo otra foto diciendo “¡adiós muñequito!”, que curioso, el nunca me había llamado así, yo me espere un momento a que se saliera porque no quería que notara que mi pitito se había parado, al salir me baje desnudo a la cocina a cenar y al terminar me volví a subir a mi cuarto, jugué video juegos un rato mas y me acosté y mientras me acariciaba mi pajarito me quede profundamente dormido.
Niño Maya
Esa noche soñé que era un niño Maya, papa y yo estábamos sobre en una canoa en un mar turquesa, un delfín salto a un lado, Nos dirigíamos una isla cercana de arena blanca y palmeras ondulando, yo vestía únicamente una túnica fina, muy blanca y ligera, papa estaba vestido con un taparrabos y adornos de oro y plumas, su torso musculoso y sus piernas firmes y fuertes se marcaban al remar. Me fije también que mi piel y la de papa eran algo más oscuras, mi cabello era largo el de papa era también largo, negro y amarrado por atrás.
Amanecer Contento
Al otro día al despertar, me estire y bostece, mi pitito estaba contento, me pare y abrí la puerta corrediza que da al balcón de mi cuarto, me salí y sentí el fresco de la mañana, se veía la alberquita hacia abajo quieta, con un inflable en forma de cocodrilo verde flotando y en el fondo mi traje de baño, mas allá en la playita solo una pareja caminando de la mano, desde el balcón aproveche para orinar hacia el jardín.
Entre y fui al cuarto de papa, tenía ganas de que me untara crema y me dieron ganas, no sé porque, de que me viera desnudito, pero él no estaba y la cama no estaba desecha, pensé que paso la noche con su amiga, “la fotógrafa”, yo ya le conocía a mi papa algunos de sus cosas y para no disgustar a mi mama yo nunca decía nada. Me puse una playera, un short ligero y amplio, muy cómodo y cuando me calzaba unos Crocs, sonó el teléfono, era papá, que si estaba bien, que si hacía falta algo, que él iba a estar en la convención y que a las 7 o 8 p.m. pasaba por mí para cenar, yo le dije que yo estaría en la alberquita y en la playita, que iba a tener cuidado, que ya estaba “grande” que me sabía cuidar, etc. Me prepara un cereal, tome una gorra, una toalla, mi visor, la cangurera y me salí a la playita.
A explorar las playas
Como decía, la sección de casitas era muy tranquila, quizás demasiado tranquila, casi sin gente y sin ningún niño con quien jugar, sabía que pasando las rocas había todo tipo de actividades y estaba lleno de turistas. Después de recolectar algunas conchitas de mar decidí que mejor sería recorrer y explorar aquellas playas.
En frente de cada hotel cada playa era diferente, la primera playa era la que tenia mas olas habían jóvenes surfeando con “body boards”, en la segunda se veía la gente buceando y snorkeleando, en la siguiente que era también tranquila y menos profunda había familias con niños y la ultima playa se extendía al natural ya sin más construcciones.
También los turistas estaban agrupados por nacionalidades, en un hotel estaban los españoles en otro había italianos, en otro estaban los alemanes y los franceses en el último hotel que más bien parecían cabañas..
Los Gemelos y la Arena
En la primera playa lo primero que se me antojo esa mañana fue tomar un body board y “surfear” las olas. Deje mi toalla y los Crocs, y con mi shortcito y playera puesta para “protegerme del sol” me metí al mar. Las olas eran medianas, pasaban dos o tres chiquitas y venía una mas grandecita, si uno la tomaba bien podía llegar de nuevo hasta la orilla. En ese momento estaríamos unos 6 chicos y jóvenes surfeando, eran italianos, todos guapísimos, pero como era el más chico no me hacían ningún caso y en todo caso no hubiera entendido nada de lo que decían. De la gente en la playa los más interesante fue un par de lindos gemelitos, como de 5 o 6 años, su familia estaba en la palapa cercana cuidándolos y ellos estaban haciendo castillos de arena muy cerca del mar y cada vez que llegaba una ola grande lo derrumbaba, ellos trataban con su cuerpos de detener la ola y proteger sus murallas y castillos pero la ola los acababa revolcando y borrando todo, riéndose regresaban a intentar de hacer otro castillo o hacer un hoyo en la arena. A mi también varias veces me revolcó alguna ola y acababa lleno de arena, en una de esas revolcadas salí y me quite la incómoda playera y la extendí sobre la arena seca y caliente para que se secara. Mientras esperaba una ola seguía entretenido viendo a los niños jugar.
Después de un rato me fije que los trajes de los Gemelitos, como el mío, estaban llenos de arena, vi que cuando ya le resultaba muy incómodos se lo quitaban y los remojaban en su cubeta playera y se los ponían otra vez, al rato me fije que no se los habían puesto de nuevo, sin traje no hay problemas con la arena y así estuve como una hora más, entre surfeando y viendo a los lindos gemelitos divertirse hasta que el mar se calmo por completo y aproveche para pararme cerca de la orilla en lo bajito, donde el mar me llegaba un poco más arriba que mi cintura y así poder bajarme mi shortcito y sacarme la arena acumulada dentro, en eso estaba cuando una ola inesperada me agarro desprevenido y me revolcó hasta sacarme del mar.
Trague agua salada, traía arena en la boca y en el pelo y mi shortcito abajo en mis pantorrillas, aturdido note que algunos niños me señalaban y reían, yo quede a un lado de los gemelitos, ellos solo me veían como intrigados. Me pare un poco aturdido, me subí el short y recorrí la arena caliente hasta la regadera playera junto a la pared del hotel para quitarme el agua salada y la arena. Debajo de la regadera jalaba el elástico para que el agua sacara bien la arena por delante y por detrás, al rato vi que llegaron los gemelitos con sus trajecitos puestos, se pararon junto a esperar que yo desocupara la regadera, como no se quitaba bien la arena del short y afortunadamente no había más gente cerca acabe dándome la vuelta y me saque mi shortcito pensando que al fin los gemelitos ya me habían visto desnudo y así por fin pude quitarme bien la arena que tenía en mi colita y dándome la vuelta varias veces para que el agua me quitara la arena que traía por todos lados.
De reojo podía ver a los gemelitos viéndome, silenciosos, intrigados, sentí esa curiosa la sensación, como cuando me baño en el club y notas que otras personas discretamente te están viendo, termine y me salí y ellos entraron, y me cubrí los hombros con la toalla y junto yo exprimía mi short, no se por si mi ejemplo o por costumbre ellos también se quitaron sus trajecitos nos veíamos mutuamente, tan lindos, tan cerca, a ver venir a su mamá con dos toallas aproveche ponerme el short y la playera, nos dijimos adiós de lejos con la mano y me fui por mis cosas y a buscar otra cosa más que hacer.
Conchitas y Penecillos
Camine a la siguiente playa, lo más notorio es que las mujeres no usaban Top, eran españolas, algunas mujeres e incluso alguna niñas, usaban solo unas minúsculas piezas que luego supe que se llamaban “strings” que dejaban las nalgas a la vista, puse mi toalla en la arena y me acosté a contemplar las “chichis” y las nalgas: desde niñas lisas a bustos que apuntaban al cielo y terminado en los tristes caídos, habían las nalgonas y las nalguitas, alguna nena dejaba ver su conchita y algunas que no eran tan nenas. Estaba acostado de panza, oprimía mi pitito paradito contra la toalla. También veía algunos niños desnuditos corriendo por aquí y por allá. Entonces vi que dos chicas entraron con sus visores al mar, ahí el mar estaba muy tranquilo con mucha gente snorkeleando, decidí tomar mi visor y entrar al mar.
El agua estaba súper transparente, el fondo rocoso estaba lleno de pececillos de colores, plantas marinas y conchitas de mar, parecía que uno estaba en una pecera, por una parte veía los peces pero también pronto comencé a también ver a la gente, seguí a una chica ya que me llamo la atención ya que traía su traje muy holgado y al nadar se despegaba su trajecito de su piel dejando ver su conchita. Buceé atrás de otra que dejaba ver algo, así seguí buscando a la gente dejaba ver algo, vi a unos chicos que al estar nadando parados con la cabeza fuera del agua, a uno de un lado de su speedo se le salía su penecito y al otro se le veían sus huevitos, aunque había gente completamente desnuda por esos lugares ver esos detalles me hacían estremecer y sentir curiosas sensaciones y que mi pitito respondiera contento, luego me preguntaba si mi shortcito holgado también dejaba ver algo y se me ocurrió empezar a nadar enfrente de grandes y de chicos y también a veces subía y tomaba aire, y como una flecha me iba hacia el fondo dejando que mi traje se me bajara, fingía que no me daba cuenta, cuando notaba que alguien me veía me esperaba tantito y me lo subía como apenado, sentía esa curiosa sensación en mi pancita y mi pancita también me recordó que ya tenía hambre.
Hoyos en la Arena
Me salí y me fui caminando a la siguiente playa, era una playa súper tranquila y muy bajita, y llena de familias con hijos pequeños muchos de ellos desnudos, quizás era en donde más había, ahí encontré un puesto que vendía hamburguesas y “hot-dogs”, mientras me preparaban mi hamburguesa me entretuve viendo a varios de los niños haciendo castillos de arena y haciendo hoyos en la arena en especial los que estaban desnuditos. Cuando estuvo lista mi hamburguesa la pague y me fui a sentar sobre mi toalla cerca de un niño desnudo, el mas grandecito que había por ahí, como de ocho años, con una palita y cubeta de playa hacia agujeros que pronto se llenaban de agua del mar, lo más bonito era cuando se hincaba sobre la arena y quedaba “en cuatro” y con un brazo trataba de hacer el hoyo lo más profundo acercando su carita a la arena lo que dejaba su colita al aire con su lindo agujerito rosadito a la vista, su pijita colgando hacia abajo, ¡que visión!, este niño tenía un cuerpecito muy lindo, se veía que llevaba ya varios días bajo el sol sin usar nada, sin líneas de bronceado, cuando termine de comer me quede un rato embobado apreciando tan linda escena, al comenzar ya a oscurecer el niño recogió sus cosas y se encaminó hacia el hotel, discretamente a distancia lo seguí observándole sus lindas curvas de su cuerpecito, sus nalguitas se movían rítmicamente al caminar y su pitito se penduleaba de un lado a otro, llego a la regaderas de playa donde ya estaban otros niños enjuagándose ¡pero el no se detuvo! así como estaba desnudito subió los escalones del hotel y “chin”, lo perdí de vista.
Hotel Paraíso
Subí rápido las escalera y llegue a la alberca del hotel, era una alberca preciosa, grande larga y ondulante que entre palmeras y jardines rodeaba el hotel, en los chapoteaderos y en los jardines había varios niños, algunos d ellos encueraditos, alrededor de la alberca había esas sillas tumbonas con mujeres y hombres bebiendo cerveza o en mesitas cenando, hablaban en un idioma que no entendía, dedique a dar una vuelta alrededor de la alberca y sus jardines me intrigaba saber a donde se había ido, y entonces ¡lo encontré! estaba en una orilla dentro de la alberca con quienes me pareció serían sus padres y su hermanito, un niño pequeño también desnudo sentado en la orilla de la alberca, con la piernas abiertas y los pies dentro del agua.
Fijándome bien note que el papa y la mamá ¡también estaban desnudos! y revisando cada gente dentro de la alberca note que había mas gente de todas edades desnudas, un niño de mi edad paso desnudo por debajo del agua y por una orilla por unos escalones salió primero una niña como de 12 años y atrás lo siguió su hermanito súper güerito, a esos que digo que parecen “pollitos” se pararon en la orilla y se tiraron nuevamente a la alberca, entre toda esa linda gente linda desnuda ¡era difícil escoger a quien ver!
Pensé ¡genial!, una alberca en la cual la gente podía estar libre a su gusto, al natural de la forma más normal, sin gente “no” como mi mamá que pegaría el grito al cielo. Estando parado en una orilla contemplando todo eso mientras con un pie tocaba el agua de la alberca, ¡estaba riquísima! no lo pensé mas, a un lado deje mis cosas me tire un clavado tratando de llegar al lo más cerca posible de “mi amiguito”.
Al ir por debajo de la alberca mi shortcito otra vez se me bajo a las pantorrillas e inmediatamente me lo subí por instinto, busque unas escaleras y me salí, me tire otro clavado para que me acercara más rápido y otra vez el short se me bajo, como ya había oscurecido y estaba rodeado de gente desnuda por lo que me sentí con confianza y valor de dejar mi maltrecho short en una orilla de la alberca. ¡Qué delicia era sentir el agua fresca recorrer todo mi cuerpecito desnudo! era un sensación curiosa y diferente una libertad especial y cierta excitación, mientras me acercaba a la familia otras gentes me miraban y pronto seguía en sus cosas, para ellos era lo cotidiano pero yo sentía rico.
Me acerque lo mas pude a ellos para ver de cerca a la familia, veía como jugaban, tenían un pelota de playa y entre los cuatro se la pasaban de uno a otro, al brincar, estirando los brazos para pegarle a la pelota las nalguitas les quedaban a la vista, en una de esas la pelota cayó cerca de mí y me dio pena de que hayan notado de que los miraba, ¿me la habría lanzado al propósito mi amiguito? tome la pelota y se las lance y solo me pareció escuchar al papa decir “Danke sehr!” mi amiguito sonriendo me saludo con la mano, ¿habría notado de que desde la playa lo observaba? Me apene pero también fue cuando me di cuenta de que ya era tarde y debía estar con mi papa para ir a cenar.
Solo con una playera.
Salí de la alberca sin pensar que estaba desnudo, busque mis cosas en la orilla donde lo deje, tome la toalla y me sequé, me puse la playera que estaba seca pero al agarrar el shortcito que estaba mojado, frío y con arena, mejor no me lo puse al fin que la playera me quedaba un poco arriba de mis rodillas, me regrese hacia la casita con mis zapatitos Crocs en una mano por la orilla mojada de la arena, a veces saltando alguna ola y a veces mojando mis pies y a veces corría para evitarlas y si la ola venia más rápido o grande me subía mi playera apara que solo se mojaran mis piernas, ya las playa estaban casi vacías y solo se veía gente que caminaba o trotaba de un lado a otro, al caminar sentía el aire fresco en mis huevitos, sentía que andar solo con la playera era como si estuviera encueradito, mi pitito respondía contentito, sobre la arena dejaba huellitas de piececito de niño que pronto tristemente una ola borraría, llegue a la casita cuando entraba el auto de papa.
Encuentro con Papa
Mi papa me recibió afectuosamente lo abrace del cuello y me cargo con sus manos bajo mis nalguitas y palmeándolas me pregunto por qué no traía mi trajecito y le conté rápido la historia del short y de su elástico que no resistió, y el riendo me llevo a su cuarto, yo con mi cara besando su cuello y curiosamente sintiendo que uno de sus deditos dedos quedo sobre mi hoyito, al llegar a su cuarto me lanzo sobre su cama y empecé a rebotar, me pare y empecé a brincar sobre la cama, me reía y papa reía conmigo, me daba maromas o saltaba en el aire, la playera se alzaba y dejaba ver mis nalguitas y mi pitito, me daba un gustito de que papa me viera, papa reía mientras tomaba algunas fotos hasta que ya me canse y me dijo ”Báñate y arréglate bien porque vamos a cenar con la fotógrafa.”
A propósito me quite la playera enfrente de papa y me metí a la regadera de su cuarto, como mi papa también se estaba arreglando no cerré la puerta, con la cortina medio abierta platicábamos, el volteaba a verme, me gustaba que me viera, mi pitito estaba contentito, platicamos de cómo le fue en el día y me dijo: “La fotógrafa tiene unos lindos niños, quiero que los conozcas.” que quería que los conociera para que no estuviera tan sólo esos días.
Crema y Cosquillitas
Al salir de la regadera agarre una toalla y le pedí que me pusiera crema para las quemaduras ya que sentía rico cuando me tocaba todo mi cuerpecito, el estaba sentado en su cama, acababa de colgar el teléfono, me pare entre sus piernas y tomo mi toalla y me acabo de secar luego la extendió sobre la cama. me acosté de panza sobre la toalla papa tomo la crema del buro y se dedicó a ponerme crema del cuello a los pies, siempre más en mis nalguita y en mis piececitos, y después me jalo de un brazo para poderme poner crema también en mi pecho que también estaba dorado por el sol, me voltee con cierta pena ya que mi pitito estaba medio paradito, papa no le dio importancia, me puso crema, me recorría todo mi cuerpecito de arriba abajo y de regreso siempre pasando su mano sobre mi pitito lo que me causaba una rica sensación y se acabara de parar, el me comentaba que andar “contento” es natural, que seguro estuve en la playa de la muchachas “con las tetas de fuera”, eso me los decía mientras el reía y yo asentía con la cabeza, me decía “¡mi hijo, eres todo un pillín!” mientras que me apretaba mi pitito lo que me hacía estremecerme, claro yo no le conté nada de los niños desnudos, entonces le pregunte “¿Que significa Danke?” y me digo “Es gracias en alemán.”, el me cerro el ojo y dijo: “Esos alemanes, siempre andan por ahí todos desnudos.”, yo le dije: “Si, todos.” y acabo haciéndome ricas cosquillitas en todo mi cuerpecito, me revolcaba de la risa.
El Trajecito
Papa se paró de repente, me refiero de levantarse, bueno, no sé, papá estaba vestido, y se fue a escoger mi ropa, yo me pare y me fui al balcón a ver el atardecer, estaba con ambas manos sobre el barandal y de puntitas para alcanzar bien, cuando papá dijo “oye..”, solo di vuelta a mi cara hacia él y el flash de su cámara me deslumbro, luego me dijo voltea hacia el mar y tomo otra, luego yo me puse mis manos atrás de la cabeza y rote lentamente hacia él, mientras tomaba otras fotos, les digo mi papa siempre me tomaba fotos en toda ocasión y siempre lo tome como una muestra de su cariño. Me dijo: “Nene, ponte esto.” El había escogió un pantalón fino de lino claro con una camisa que le hacía juego, me puse primero una trusa negra, luego el pantalón y finalmente la camisa y me fui a mi cuarto por las sandalias, me pare enfrente del espejo, me gusto como me veía con ese trajecito, me giraba para ver como se veían mis nalguitas paraditas pero note que la tuza se veía por que el pantalón transparentaba, me quite el pantalón y me cambie por unos calzoncitos blancos pero al ponerme el pantalón nuevamente vi que también se resaltaban mucho, se me hacía feo que se me estuvieran viendo los calzones así se me saqué otra vez el pantalón y el calzoncito y mientras buscaba otra ropa interior que ponerme papa dijo: “!Ya vámonos!” y rápidamente me puse el pantalón sin interiores, me pare en el espejo y note que no se notaba que no traía ropa interior, me puse unas sandalias de cuero sin calcetines me vi por última vez en el espejo, me veía lindo con ese trajecito mis bonitas nalguitas resaltaban, pasaba mis manos sobre mis nalguitas para sentir la suave tela sobre mi pielecita. Al salir enfrente de la casita papa me tomo otras fotos con ese trajecito en diferentes poses, alguna con la camisa desabrochada, decía: “¡Qué lindo te quedo ese trajecito, eres todo un modelito!” y nos fuimos en el auto al restaurant.
La Fotógrafa
De camino papa me platicaba que la fotógrafa era francesa pero sus hijo ya habían nacido en México y comento que otros países podrían tener costumbres diferentes, cosa que yo ya había comprobado en la playa, me sugirió que fuera discreto si por algo pasaba diferente a lo que acostumbrábamos y me siguió platicando sobre la fotógrafa.
La fotógrafa, se llamaba Cloé, la señora ya en sus cuarentas, un poco grande para mi papa o para tener hijos chicos, pero que ella estaba lindísima, había trabajado de joven como modelo y conoció a un político que la trajo a vivir a México, el era bastante mayor pero le compro el afecto con muchos regalos, mas tarde, primero parta des aburrirse, ella se dedico a la fotografía, se enamoro de México y viajo a todos sus rincones, publicó un libro de los pueblos indígenas, también otro de sus fotos artísticas y actualmente estaba en un proyecto de fotografiar diferentes lugares turísticos y si no fuera poco también trabajaba para una agencia de publicidad francesa y sus hijos muchas veces han sido sus modelos de tan variados productos y finalmente ella hacia los catálogos de los productos que se vendían en la empresa de mi papá, así fue que ya hace varios años Cloé y papa se habían conocido y su amor poco a poco creció entre ellos.
Cloé y sus hijos.
Llegamos a un restaurante y entramos, papa señaló un sillón en la que estaba sentada una señora con sus dos hijas, ¿había dicho papa que tenía dos hijas? pero al acercarnos vi que uno era realmente un niño con el pelo castaño largo. La señora se paró y el niño, con mucha confianza, brinco a los brazos de papá, cuando el niño se bajo, la niña también brinco a los brazos de papa, la señora saludó muy afectuosamente a mi papa y papa dijo: “Este es mi hijo Diego, acaba de cumplir once años”, la señora con cierto acento francés sonriendo me dijo “que guapito estas” mientras me besaba en cada cachete y dijo “Ella es Mía, tiene seis años y él es Emi, tienen nueve años.” primero la nena se paró de puntitas y como su mama me planto un beso en cada cachete, luego el niño se me acercó y ¡también me planto un beso en cada cachete! pero hubo una pequeña diferencia ¡el me los dio muy cerca de la boca!, algo curioso paso por que mi pitito respondió contento, un mesero nos señalo una mesa y nos fuimos hacia ella al caminar el niño se puso junto a mí y me tomó de la mano, yo estuve apunto de retirar mi mano pero recordé lo de “las costumbres diferentes y lo de no ser grosero”
Nos sentamos en la mesa, papa y Cloé juntos, Emi, Mía y yo juntos, tardamos en poder conversar, así que papa o Cloé nos preguntaban algo para que respondiéramos y empezáramos a conocernos y tener más confianza por lo que al rato ya Emi y yo platicábamos de caricaturas, de juguetes y de videojuegos.
Sobremesa
Al terminar de cenar en la sobremesa Mía se sentó en las piernas de mi papa pero cuando se bajo ahora se sentó Emi sobre sus piernas, yo sentí ciertos celos así que apenas se bajo yo fui y me senté también en las piernas de papa, cariñosamente me acariciaba mis piernas por debajo de la mesa, ¿se la acariciaría también a Emi?, con mi pantalón tan delgado fácilmente note algo, ¿estaría papa contento?, sobre las piernas de papa Cloé me platicaba hasta que papa se paro al baño y Cloe me jalo y me dijo ven y me senté en sus piernas, al sentarme ella puso uno de sus brazos alrededor de mi pancita, mientras me preguntaba cosas de la escuela, las cosas que me gustaban, de que era muy lindo y de que bueno que acompañe a mi papa y de que íbamos a organizar algunas actividades, mientras decía todo eso ella también debajo de mesa recorría mis piernas cariñosamente e incluso metió su mano debajo de mi playera para acariciar mi pancita y la subía hasta mi pechito, muy rico, ella era muy dulce como decía papa, algo la distrajo y dejo su mano entre mis piernecitas, ¿sentí un apretoncito? con ese pantaloncito tan delgadito fácilmente se notaba mi pitito paradito, al legar papa me pare quedando entre sus piernas y ella con su manos a la altura de sus rodillas quedo con una mano sobre mis nalguitas y otra enfrente sobre mi pitido, sonriendo dulcemente me paso a otra silla para que siguiera platicando con Emi. La plática se extendió hasta que nosotros los niños bostezábamos sin cesar, así que fue el momento de despedirnos no sin antes quedarnos de ver mañana en la playa, todos nos despedimos al estilo francés, pero ahora Cloe me abrazo y paso sus manos afectuosamente sobre mis nalguitas y el segundo beso de Emi me lo dio sobre mis labios, con sus ojos azules me veía fijamente como un tierno corderito.
Durmiendo con papa.
Nos fuimos al estacionamiento y de regreso a la casita me quede dormido dentro del auto, desperté cuanto papa me cargaba, le pregunte que si podía dormir con él, y él me acostó sobre su cama me quito las sandalias, me desabrocho y saco la camisa y finalmente desabrocho mi pantalón y lo saco, al ver que no tenía interiores se me quedo viendo un momento y se fui a mi cuarto y regreso con un short, me lo puso y me tapo a poco tiempo entro el también bajo la sabana solo con sus bóxers, yo le puse un brazo sobre su pecho y una de mis piernas sobre la suya, mientras el veía el noticiero acariciaba el mi espalda ligeramente metía sus dedos justo abajo del elástico antes de quedar profundamente dormido note que ya metía su mano bajo mi short acariciándome tiernamente.
La Pirámide
Esa noche tuve un sueño extraño, soñé que estábamos formados tomados de la mano de dos en dos a los pies de una pirámide, todos vestíamos una túnica blanca casi trasparente, todos éramos niños y niñas, los mas grandecitos traían un pectoral con algún símbolo y un número maya. Una sacerdotisa que me recordó a Cloe bajaba y tomaba de la fila un par, subían y al llegar arriba de la pirámide las túnicas eran removidas, no supe más porque desperté.
Al despertar
Desperté solo en la cama, llame a mi papa pero no oí respuesta, estaba sin el short, el cual estaba en el suelo a un lado de la cama, note que tenía crema embarrada, en especial entre mis piernas, entre mis nalguitas y sobre mi pancita ¿le habría pedido a papa que me pusiera la crema?
Me pare y vi un recado escrito de papa: "Nene, a la una nos vemos para comer en la palapa "El Delfín”, enfrente de “Las Cabañas”, va ir Cloé y sus hijos."
Desayune algo, ahora si me puse un traje de baño, el speedo que usaba en las clases de natación del año pasado, una playera blanca que decía Cancún, mis Crocs y la gorra y salí a la playita, de la arena arrastre uno de los kayaks disponibles y me pase la mañana remando alrededor de la playita, disfrute la tranquilidad, estaba pensativo.
Al medio día deje el kayak y me dirigí por las playas hacia las cabañas sin poner mucha atención a la gente ni en lo que hacían, llegue al “El Delfín” y junto, en una palapa sonriendo Emi alzo su mano para indicarme que estaban ahí, eso por fin me hizo alegrarme.
Papa se veía muy galán con sus lentes obscuros y su playera polo, Cloe con un vestido blanco, largo y con esos grandes lentes oscuros, ambos parecieran artistas, Mía vestía un vestidito amarillo claro, como tejido, se veía fresco, ajustado, lo que hacía que su cuerpecito luciera muy lindo, Emi, como su mama, también venia vestido de blanco, como si viniera de una clase de Tenis, una playera blanca, un short blanco, calcetas blancas y tenis, si, también blancos.
Esta ves no hubo saludo “a la francesa”, ellos ya estaban bebiendo jugo y ya había uno para mi, todos pedimos comida del mar, platicábamos cosas bobas.
Al mar
Terminando de comer ya nos moríamos de ganas de entrar al mar, yo solo me quite la playera, Mía se quitó su vestidito, ya traía abajo un traje de baño típico de niña pero sin la parte de arriba. Al mismo tiempo Emi se empezó a desvestir, no tenía el traje de baño puesto, al quedar completamente desnudo su mama saco de una bolsa su traje de baño y unas cubetas y palas para jugar en la arena. Claro que al ver por primera vez a Emi desnudo casi hace que se me parara el corazón y quizás algo mas, de todos los niños que había visto desnuditos ninguno era tan lindo como Emi, su pelito largo, su cuerpecito lindo y ese “no sé qué”, pero no le pude quitar la vista de encima.
Con la típica recomendación de “esperen antes de entrar al mar” Emi me tomo de la mano y nos dirigimos al mar lo primero que Mía empezó a hacer fue un hoyo en la arena, yo empecé a hacer un castillo y Emi hacia ¡una pirámide! Yo estaba como hipnotizado, recordé mi sueño, el niño en la fila junto a mi era Emi, bueno con un tono de piel morenita y sus cabellos amarrados hacia atrás pero ¡no había duda de que era el!, de pronto llego una ola y todas nuestras creaciones fueron borradas y Emi empezó a construir otra cosa pero esta vez, afortunadamente, un castillo.
Mía, a la que no se le escapaba nada fue la primera en decir, “miren, ya se están besando, ¡muack, muack!” y fue para mí la señal para ir por mi papa y traerlo de la mano para que jugara con nosotros en el mar.
Papa se quitó su short ahí mismo ya que abajo traía su traje de baño, al quitaste su playera su musculatura se noto, el vino a jugar con nosotros.
El Pulpo ataca.
Jugando entre las olas a papá le salió su lado juguetón, nos tomaba a cada uno y nos aventaba y caíamos con un “splash”, Emi y yo nos colgábamos de el para tratarlo de tirar, esos juegos siempre fueron una oportunidad de contacto cuando Emi se colgaba de papa de su espalda, papa lo sostenía de sus nalguitas, yo me colgaba de su cuello por enfrente y lo abrazaba también con mis piernas. También Mía se sentaba sobre sus hombros, nos detenía a todos sobre él a la vez, como si tuviera ocho brazos, como un pulpo, otras veces yo me paraba sobre los hombros de papá y desde ahí me lanzaba al mar, Cloe desde la orilla, con los pies en el agua nos tomaba fotos pero no se acercó mucho para no mojar su cámara, papa nos atrapaba, a veces con una mano sobre mi pecho y otra en la entrepierna nos lanzaba como flecha, Emi le decía a papá: “¡Lánceme a mí, lánceme a mí!” y yo decía “a mi papá, a mi” no quedaba duda, como un pulpo con sus tentáculos.
Platicando
Dejamos a papa exhausto, y salió de mar y Cloe le dio una toalla y regresaron a la palapa.
Mía dijo: “Como quisiera un Papa como el tuyo, el de nosotros casi nunca esta o juega con nosotros.” Emi defendió a su papa, quizás copiando lo que le repetía su mama: “Papa es muy importante, debe atender a los ministros y viaja mucho a todas la embajadas en representación del Gobierno.” pero luego menciono, tu papa es muy joven y guapo y se ve que te quiere mucho, yo solo decía “si”, Mía agregó, "Mama dice que tu papa es un Papucho", le dice a sus amigas "mmm, Mike si sabe hacer el amor." esto decía Mía, mientras se cruzaba sus brazos sobre su pecho y movía la cadera para adelante y atrás en ese típico movimiento. Emi y yo reíamos, yo todavía no entendía mucho, y ahora Emi inclinándose un poco hacia adelante y con una mano dándose palmaditas en una nalga decía pero ahora arremedando la vos de Mía decía "mmm, Mike, que rico hace el amor" y me dio una palmadita en mi nalga, pero en su tono y sus ojos note que quizás trato de decir algo que no entendí por lo que lo agarre y lo tire al mar y por un rato mas seguimos alegres jugando luchitas no sin dejar se notar cuando Emi me agarraba las nalgas o “accidentalmente” me agarraba entre las piernas, ambos nos jalábamos los trajes de baño y entre las olas y las revolcadas quedamos llenos de arena.
Quitémonos la arena.
Al terminar con las luchas descansamos un poco, Mía dijo “traen los trajes llenos de arena” Emi con una mano se recargo de mi hombro para no caerse mientras se quitaba su trajecito y se lo dio a Mía, Emi me dijo “quítate tu traje” pero yo me quede pensando, por decir cualquier cosas dije “pero es que esta Mía” Emi dijo “que importa, además ya te vio desnudo” y yo sorprendido dije “¿cómo?” y Mía sin tapujos dijo, “Anoche cuando vino tu papa a acostarse con mama, vimos las fotos de la cámara de tu papa.” y yo dije “ahh”, Emi agregó, “Mía dice que estas muy lindo.” y Mía dijo “Emi dice que estas muy lindo.” yo a todo decía “ahh” cuando me fije Mía ya se había quitado también su trajecito, era lindo ver a Emi y Mía encueraditos, tan lindos hermanitos y como en donde estábamos nos cubría el agua del mar hasta la cintura me quite el mío, la verdad yo también tenía ganas de estar en cueros sin el molesto traje, note mi pitito medio paradito, seguimos jugando luchas entre las olas las que a veces las olas nos llevaban hasta la orilla y nos regresamos un poco atrás.
Cuando vi que Mía saludaba a alguien, voltee y vi que era Cloe, con su mano izquierda nos decía hola mientras que con su mano derecha sostenía la cámara enfrente de su cara y nos tomaba fotos, Emi y Mía se acercaban a su mama, Mía ¡le dio nuestros trajecitos de baño! y ambos se regresaban conmigo, Emi dijo “Cuando vayas a casa también te enseño nuestras fotos.”, Cloé regreso a la palapa y volvió con una toallas, Mía salió del mar y Cloe la recibió con una toalla luego Emi salió del mar, y también lo recibió con otra toalla, finalmente Cloe me hizo una seña y tuve que salir me seco, era cariñosa, era una buena madre y yo me sentí en confianza con ella, dijo “Váyanse a la regadera”, nos fuimos caminando con las toallas como capas hasta la orilla del hotel “Las Cabañas”, Mía y Emi soltando las toallas entraron sin pena a una libre, yo si me fije que aunque había gente esta estaba distraída en su cosas, nos metimos los tres en la misma regadera nos quitamos la arena la agua de mar. como Mía esta mas pequeña su carita casi me quedaba sobre mi cintura y ella no dejaba de ver mi pitito, el cual era un poco más grande que el de Emi yo no dejaba de ver el lindo pitito de Emi o las lindas nalguitas de ambos o la conchita de Mía, ya andaba medio paradito porque todos nos pegábamos mucho para que a todos nos cayera el agua, cuando llegaron otras gentes y mejor nos salimos y tomamos las toallas y nos fuimos a la palapa.
Regresando a la Casita
Llegando a la palapa mi papa tomo mi toalla y me acabo de secar bien, Cloe secaba a Emi también entre sus piernas y tomo una crema y así como estaba parado Emi le embarro crema en todo su cuerpecito, después igual a Mía y le puso el vestido encima. Papa le dijo: “Cloé, ¿tienes la crema? Diego está muy quemado." y Cloe me hizo una seña y me acerque entre sus piernas, con una de sus manos adelante y otra atrás de mi rápidamente me unto la crema sin dejar de pasar sobre mis nalguitas o mi pitito el cual respondió, cuando termino rápido solo me puse mi playera, Emi también se puso su playera y cuando se iba a poner un short le dije: “Quédate así, es más cómodo.”, aunque su playera era un poco más corta que la mía, ya vestido papa sugerido que nos fuéramos a pasar la tarde a la casita.
Emi y yo nos fuimos cerca del mar, saltando las olas, Mía se fue de caballito en los hombros de papa mientras tomaba la mano de Cloé, era una bonita escena, Emi tomo una cámara y les tomo unas fotos, también a mí y a Mía y a una aves que pasaban, con la otra cámara ellos de repente nos tomaban fotos a nosotros, luego a veces nos adelantábamos y nos sentábamos y rápidamente hacíamos un hoyo en la arena, sentados por debajo de la playera podía ver el lindo pitito de Emi y yo notaba que el veía el mío, al saltar la olas se le asomaba un poco de sus ricas nalguitas redonditas, seguro a mi también en especial al gatear para hacer un hoyo en la arena mi playera acababa en mi espalda, pronto llegamos a la casitas, Emi dijo: “¿De quien son esos kayaks?” papa explico que de uso de los huéspedes de la casita y dijo "¡Vamos a dar una vuelta!" papa asintió ya que esa playita era súper tranquila y Emi y yo nos fuimos a remar y papa, Cloé y Mía entraron a la casita.
En la Alberquita
Como una hora más tarde regresamos, Cloe, Mía y papa nos saludaban desde el balcón, Emi toco el agua de la alberca y en la parte más baja, arremangándose su playera, brinco dentro de la alberca, yo lo imite pero me resbale y acabé sentado en fondo, Emi reía a carcajadas, me pare y me quite la playera empapada y la deje a un lado de la alberca, Emi imito mi caída y acabo con la playera también mojada por lo que también se la quito, desde la alberca le grite:“¿nos pasan los visores?” y mandaron a Mía con los visores y se regresó. Emi y yo nos la pasamos debajo del agua, nos empujábamos con los pies para fácilmente llegar de un lado al otro y lo más bonito era con los visores bajo del agua cristalina ver claramente a Emi desnudito, cuando lo seguía por atrás veía su lindo hoyito y colgando su pitito y sus bolitas, desde el balcón Cloe y mi papa nos tomaron algunas fotos, así estuvimos hasta que empezó a oscurecer. Papa y Cloe nos avisaron de que entrarían a preparar la cena, y yo les dije que le iba enseñar a Emi el campo de golf, nos salimos y tomamos las playeras mojadas y las exprimimos y las sacudíamos y movíamos como látigo para que se secaran, en eso sin querer le pegue a Emi y el riéndose y tratando de pegarme con su camisa mojada me empezó a perseguir, corrimos desnudos primero alrededor de la piscina y luego alrededor de la casita, yo lo esquivaba y ambos reíamos hasta que nos agotamos de tanta carrera, al final Emi y yo acabamos secos, enfrente del campo de golf, Emi dijo: “Vamos a ver el campo de golf.” sin contestar salimos del jardín de la casa hasta en donde empezaban el pasto del campo, a lo lejos se veían los últimos carritos de los golfistas que se retiraban, alrededor del campo habían bosquecillos de árboles o grupos de palmeras y a más distancia algunas de las casas del Club de Golf.
El Amor en Tiempo de Guerra
Trate de ponerme mi playera, estaba húmeda, fría, llena de pasto, Emi sugirió que dejarlas aquí para que se secaran y las colgó en la rama del árbol mas cercano, Emi me reto, señalando unos árboles que estaban cruzando el pasto diciendo: "Vámonos hasta aquellos árboles." y como ya estaba algo obscuro y me pareció excitante la idea, dijimos “una, dos y tres” y corrimos encuerados, cruzamos el “green” hasta llegar a esos árboles. Ahí nos quedamos pensando en el siguiente destino pero oímos que se acerca un carro de golf y rápido me puse atrás de una palmera para ocultarme y Emi se puso detrás de mí, lo curioso fue que me abrazo y se me pego bien a mi yo sentí rico como su pitito quedo entre mis nalgas, cuando paso el carro de golf vimos el siguiente objetivo a unos 50 metros había una trampa de arena, le dije “Soldado, objetivo a la vista” y me arrastre sobre el pasto tipo comando pero como era muy lento nos acabamos yendo como gateando o como perritos, usábamos las manos como pistolas disparando al enemigo, llegando a la trampa de arena al comando de "pecho a tierra soldado" dimos un salto y caímos de panza sobre la arena, Emi primero quedo acostadito, sobre la arena se veía lindísimo así que como él en la palmera me puse encima de él y dije "no se mueva soldado que nos descubren" el no se movió, al contrario, se quedo muy quieto y al quedar ahora mi pitito entre sus nalguitas mi pitito reaccionó y se paro, Emi dijo "mmm" y yo decía “shhh, a ver si viene el enemigo.” y como lagartija me separaba de Emi, “no, no viene nadie.” y pronto caía sobre su espalda otra vez eso se repitió algunas veces hasta que Emi roto hacia un lado pero abrazándome ambos rodando sobre la arena hasta que el acabo sobre mi y con nuestros pititos paraditos juntos, los dos veíamos lo lindo que se veían juntos y Emi dijo "¡guerra de espadas!" y movíamos justos pititos en el clásico juego de las espaditas hasta que a Emi le pareció oír un ruido y se sentó sobre mí para ver mejor, lo que hizo que quedara sentado sobre mi pitito y yo sintiera un riquísima sensación, entonces sin decir nada empezó a mover su cadera, lo que hacía que mi pitito se restregara entres sus nalgas entonces imitando nuevamente la voz de su hermanita decía "Oh, Diego ¡tu si sabes hacer el amor!", aunque yo todavía seguía sin entenderlo del todo, nos riéramos a carcajadas y me empezó a hacer cosquillas y cayó nuevamente sobre mí, otra vez puso sus ojos de borrego y yo cerré los ojos por instinto y me beso, al principio besaba mis labios pero abrí la boca y el besaba y comía cada uno de mis labios luego metió su lengüita para buscar la mía, entendí como se hacía, estaba en el cielo, sentía una curiosa sensación en mi ombligo y en mi pitito, pero en medio de la guerra escuchamos al enemigo venir, se acercaba otro carrito de golf, no hubo más que emprender la retirada, a lo lejos el carrito de golf solo vio dos siluetas de dos niños desnudos corriendo en la oscuridad.
El Baño
Regresamos a la casa, entramos a la cocina y papa nos vio intrigado, pensativo, estábamos cubiertos de pasto y arena, pero solo dijo: “Vengan, entren a bañarse.” Y lo seguimos, abrió el agua de la tina grande de su baño, vacio medio bote de champó para que hiciera burbujas y una vez llena entramos, también entro Mía, en casa jamás me bañaba con mis hermanos y menos me había bañado con una niña. Había tantas burbujas que casi no se veían nuestros cuerpos, papa o Cloe pasaban y nos tomaban alguna foto, abajo del agua Emi me agarraba mi pitito y yo le quise agarrar el suyo pero ya había otra manita ocupando ese lugar, llegó Cloe tomo la esponja y Mía se paro, y Cloe la restregó, después se paro Emi y lambien lo restregó, Cloe me vio, no sabía si me iba a preguntar, pero me pare también y ella sonriendo me restregó, sentí que tardo mas a los demás, parado viento también hacia la pared ella paso la esponja por atrás y por mi parte frontal varias veces, pero cuando la pasaba sobre mi pitito sentía mas su mano que a la esponja, muy rico, cuando salió seguimos en nuestros juegos.
Ahora alguien se acostaba sobre la tina y los demás se subían atrás, decíamos:“¡sándwich!” turnamos para que todos quedamos arriba, abajo o en medio, sentí el pitito de Emi paradito cuando se puso sobre mí, después fue Mía la que quedo debajo, ¿sentiría el pitito de su hermanito entre sus nalguitas? Después yo quedaba arriba de Emi, mi pitito se acomodaba rico enjabonado entre sus nalguitas, mientras Mía se subía sobre mí, que lindo era todo eso, tanto contacto que se da con nuestros cuerpecitos.
Emi vio un botón rojo que por curioso lo oprimió; con un ruido sordo se encendieron los jets del hidromasaje, primero sorprendidos y luego todos disfrutando la rica sensación por todo nuestros cuerpecitos, de repente Emi se hinco y puso su pitito en uno de los chorros mientras yo veía, me dijo “ponte ahí” y me puse igual sobre otro chorro, Mía también en otro, yo sentía sensaciones intensas incrementándose pero en eso entro papa y pregunto: “¿ya los enjabonaron? y Emi mintió diciendo “no” y se paró colocando sus manos en la pared, papa tomó la esponja y lo restregó por un largo rato, después tomo solo el jabón y se los paso por en medio de sus nalguitas de Emi que las trataba de parar lo más posible, viéndolo de lado Emi estaba súper contento, luego se sentó y yo me pare igual viendo a la pared, papa me paso la esponja por mi espalda y también entre mis piernecitas, así también paso la esponja por mi pecho y bajo por mi pancita y llego a mi penecito el cual el seguro sintió que estaba paradito con la esponja, lo masajeo un ratito mientras yo me reía, Emi viéndome también se reía ya me dio cosa y me senté, luego le toco el turno a Mía y mientras papá le pasaba la esponja sobre su conchita Mía dejo escapar un pequeño “ohum” ahí note que el cuerpecito de Mía y el de Emi eran igualitos, solo variaba el tamaño y que Emi tenía su lindo penecito, al salir papa del baño Emi dijo: “Que rico cuando nos enjabona tu papa.” orgulloso dije “a mí siempre me baña en el club” y Emi agregó “Cuando tu papa nos visita y se queda en casa con nosotros…” pero desde afuera Cloé interrumpió: “Ya sálganse y pónganse algo que la cena esta lista.”
Salimos, nos secamos y me puse una playera y un short de algodón suave y le pase otro igual a Emi, le quedaba un poco grande, Mía se volvió a pones su mismo vestidito y bajamos a cenar una rica cena que preparó Cloe y Papa, en la mesa lo mas chistoso fue que Emi dijo “¿No hicieron sándwich?” todos reíamos, cada quien entendió el chiste a su manera.
Toca y aprende
Al terminar de cenar Cloe y papa arreglaban todo, seguían platicando y bebiendo. Mía, Emi y yo nos subimos a jugar videojuegos, a Mía no le gustaban los juegos que habían y pronto se aburrió y sin más que hacer pronto se quedó dormida sobre la cama. Yo seguí jugando pero algo me empezó a distraer, a Mía se le levantó tantito su vestidito y como desde que salimos de la playa no se había puesto nada abajo del vestido se asomaban parte de sus lindas nalguitas y como hay veces ver un poquito es más atractivo que el todo, cada minuto volteaba hacia donde ella estaba lo que hizo que Emi lo notara, y empezara con unos “mmggss” para que pusiera atención al juego. Al rato Emi desesperado me dijo: “Lo que pasa es que no tienes hermanas.”, yo le dije “Tu tienes suerte porque puedes ver a Mía todos los días.”, y él respondió, "¿quieres verla?" y se paró junto a ella, que seguía acostada en la cama profundamente dormida, y yo no precisamente me refería a lo que Emi entendió, pero me deje llevar y me pare del otro lado de la cama. Emi le acabo de levantar sus faldita, sus nalguitas de niña de seis años quedaron completamente a la vista, eran tan lindas, tan tiernas, Emi las palmeó suavemente, las acarició y apretó tiernamente, mi pitito se paró de inmediato, Emi me dijo: "toca" pero yo muy tímidamente no me atrevía así que tomo mi mano y me la puso sobre sus nalguitas y poco a poco hice igual que Emi, si verlas era lindo tocarlas era increíble, separando un poco las piernecitas de Mía le abrió las nalguitas enseñándome su lindo hoyito rosadito, y suavemente le pasaba repetidamente un dedito por encima del hoyito, Emi me explico, los niños y las niñas somos exactamente igual por atrás, luego la giró suavemente sin despertarla y su vaginita quedo a la vista "la diferencia esta adelante dijo”, yo como “todo un experto” dije: ”Es que las niñas tienen vagina y los niños pene.", Emi suavemente le paso el dedito por la rayita, tomo mi mano y la puso encima, que sensación! una pielecita suave, calientita, me dijo "dale un besito" pero yo me quede quieto, Emi dijo “así” y le dio unos besitos tiernos sobre su vaginita, y me vio para que yo lo imitara, acerqué mi boquita y de di un besito muy penoso, note cierto aroma entre jabón y algo dulzón, como el aroma de algunas flores, Emi repitió pero esta vez le paso su lengua, Mía se estremeció, pero no se despertó yo tenía abiertos los ojos como platos.
Mi hermanito lindo y ausente
Emi me dijo: “Tú también tienes mucha suerte de tener un hermanito lindo ¿también juegas con él? ¿Por qué no lo trajeron?” y le mencione que se enfermó, dijo: “Que pena tan lindo que es, hubiera sido bonito que hubiera venido para que jugáramos con él.” aunque en ese momento apenas estaba aprendiendo el significado del verbo “jugar”, yo me quede pensando varias cosas y de porque decía que “era lindo” y le pregunte: “¿lo has visto?” y dijo “Si, ha venido a la casa de la ciudad, cuando mama necesita un niño pequeño para algún anuncio, mami dice que es un angelito.” yo dije “ahh” eso no lo sabía. Como Mía y mi hermanito tienen la misma edad por un momento me pasó por la mente la imagen de mi hermanito encueradito sobre la cama, ¿sus nalguitas serian tan bonitas como las de Mía?
Estaba Emi entretenido examinando a Mía, y yo pensando en la nalgas de mi hermanito cuando oímos un ruido y rápidamente Emi bajo el vestido de Mía y nos paramos enfrente de la pantalla como jugando, oímos que la puerta del cuarto de papa se cerró, se oían risitas apagadas, Emi me vio y girando los ojos dijo, "Ya van a hacer otra vez el amor."
Inocentes o Ignorantes
Emi regreso al juego pero yo quede intrigado, como hijo uno jamás piensa que sus papas hacen del baño o que hacen el amor, al menos yo no, con mi cara de incrédulo Emi me comento: “Cada vez que visita tu papa a mama acaban haciendo el amor.” y yo que era tan inocente o más bien ignorante, quería más detalles – “¿cómo se hace el amor?” Emi me explico apretándose su pito y señalando a Mía, “¿viste el hoyito de Mía?”, “si”, “¿viste su rayita de su conchita?”, “si”, bueno, el amor se hace metiendo "la cosa" en esos agujeros”.
La teoría de La Cosa
Y acercándose a mi oído, susurrándome me dijo: Un hombre puede meter su cosa – “¿pene?” en la raya – ”¿vagina?” – si coger, puede meterla dentro del – "¿anito?" – por igual en el de una mujer o de un – “¿niño? – si, de hombre o de mujer – “ahh” – para el hoyito se usa – “¿vaselina?” – los prepara, suavemente le mete – “¿el dedo, no que el pene?” – shhh, luego la mete – “¿su cosa?” – si, el pene, pues, y poco a poco – “¿duele?” – lentamente primero y al fondo hasta que – “¿los testi.. que?” – culos, si la bolas en el culo chocan, después viene el – “¿el mete y saca?” – rápido, más rápido, vienen sensaciones – “¿viene qué?” – sacan la leche – “¿qué leche?” – solo los grandes – ¿llenan el hoyo o la concha?” – a veces solo les embarran la tetas – “¿de leche?” – si, con la leche -“ohh, ¿qué leche?” – sobre las nalgas o sobre – “¿las pijas, hoyito?” – además – “¿qué hay más cosas?” – si, además mama se lo chupa – “¿su cosa?” – su verga, pues y a veces solo eso piden, que se lo chupes – “¿a quién se lo piden?” – y a también veces a ellos les gusta chupar – “¿nos? – el pitito, el hoyito o la concha, – “¿lamer?” – si, rico y cuando tu papa nos visita – “¿papa?”- si, tu papa es muy cariñoso – “¿contigo o con tu mama?” – con todos, “¡tu mama es muy cariñosa también!” – shh, pero además Mía y yo a veces – “¿qué juegan qué?” – a Mama y Papa – oye, cuando tu juegas con tu hermanito – “¿a Papa y Mama?” – si, ¿juegas no?, además Mía dice que tu papa es muy cariñoso contigo y seguro ya te da – “¿Qué me da qué?”…
Y en el caos de hablar tan quedito la cosa era que no se entendía nada, tantas “cosas” diferentes y nada tenía sentido todavía para mí y finalmente nos callamos, respire hondo y pregunte: “¿y tu como sabes tanto?” y Emi alegre respondió: “Tu papá es muy cariñoso y entre “otras cosas” cuando viene a casa Mía y yo nos escondemos, los espiamos y vemos como hacen el amor. ¿Quieres verlos?"
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