Vacaciones Todo Incluido – Parte 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElianOcho.
Vacaciones Todo Incluido – Parte 3 – por Andrés Elián
Ángeles y Querubines
Yo no había terminado, y quería continuar, pero entendí que debí de darle tiempo a Emi, así que me acosté de espaldas, mis piernas flexionadas con mis pies sobre la cama y mis manos debajo de mi cabeza viendo al techo, mi pitito comienzo a ponerse suave, no había pasado mucho rato cuando siento la manita de Emi entre mis piernitas, acariciando mis bolitas y mi suave pitito, baje, estire y abrí mis piernas y Emi se hinco entre ellas, se dedico a acariciármelo de arriba abajo y una vez ya duro lo embarro todo de crema y se sentó sobre mí y mi pitito lubricado se restregaba fácil y ricamente entre sus nalguitas, entonces se puso en cuclillas y con una manita tomo mi pitio y lo apunto a su anito, poco a poco Emi con unos sentóncitos logro que mi pitito duro entrara a su hoyito hasta que Emi quedo sentado sobre mis huevitos. ¡qué cosa!, ¡que rico!, sentía ese apretoncito único, calientito que abarcaba todo mi pitito, no hubo un galope como hacia Cloe y papa sino solo un leve paseo arriba abajo como de ponis en un carrusel, después de un minuto o dos Emi se dejo caer hacia atrás de espalda y separándose de mi quedo entre mis piernas y con sus manos atrás de sus rodillas se ayudo y levanto sus piernas hacia tras, su hermoso hoyito quedo a la vista, palpitaba, invitaba, “mmm”, ¡que visión! me hinque y puse mi pitito sobre su hoyito, lo restregué un poco sobre su anito antes de darle unos empujoncitos, ahora veía como mi pitito se perdía en ese hoyito, redondito, calientito, ahora veía su pitito paradito, sus bolitas lindas, ahora yo comenzaba el mete y saca, ese mete y saca que lo hacía gemir casi silenciosamente mientras Emi cerraba sus ojos y mordía sus labios húmedos. La vista, la sensación y la acción me hicieron terminar en una explosión electrizante, eterna y fugaz que los ángeles y querubines desde sus nubes celestiales no podrían haber evitado espiar y así desnudos como estábamos y sin taparnos nos dormimos abrazados.
Otro sueño Extraño
Esa noche soñé que al llegar a la cima de la pirámide había como una casita de paja y ya sin la túnicas “Emi maya” y yo entramos desnudos, dentro de ella no se alcanzaba a distinguir bien pero había un grupo de personas sentadas alrededor de unos tapetes de piles muy suaves, alguna hoguera tenía el ambiente lleno de humo, un lindo jovencito desnudo con el pendiente dorado nos acerco unas copas para que bebiéramos algo que tenía un sabor entre café y chocolate que al final me dejo un gusto raro en mi garganta.
Nos indicaron que nos sentáramos hincados en medio de las pieles, “Emi maya” me pareció muy lindo con su piel más morenita y su pelo negro. Aguardábamos que algo pasara pero yo solo veía cada vez más lindo, más atractivo, nos veíamos fijamente, algunos destellos brillaban alrededor, nuestros pititos se pararon, nuestras bocas se abrían y solo recuerdo que saltamos a abrazarnos y nos enganchamos en un apasionado beso y perdiendo la noción de la gente que estaba alrededor caímos sobre las pieles y….
Papa amaneció contento
…amanecí abrazando a Emi. El sol entraba entre las cortinas, mi pijita amaneció contenta, me espere un poco hasta que Emi empezó a estirarse, me entretenía acariciando su pelo larguito y tratando de recordar mi sueño, me salí al balcón y mientras orinaba salió Emi y se puso junto a mí y también orino hacia el jardín, un jardinero con sobrero de paja paso sobre una podadora al lado de la casa pero no nos vio, más tarde entramos y nos sentamos en la cama y nos entretuvimos saltando de una cama a otra y jugando alegremente a los almohadazos.
Como a las 8 de la mañana Emi dijo: “vamos con tu papa” y yo pensé: “a ver si nos pone crema” llegamos a su cuarto el dormía acostado de panza pero aún así empezamos a brincar en su cama y con nuestras vocecitas le decíamos “¡ya despierta!”, “¡queremos desayunar!”, “¡vamos a la alberca!”, “¡vamos al mar!”, “papá, papá, ¡papaaa!”, “¡papa levántate!” decía yo y Emi me imitaba “¡papa levántate!”, ambos reíamos, pero papa solo balbuceaba “Mmmb, mmmb, nnnb” y se dio la vuelta y se tapo la cara bajo las almohadas y empezó a roncar otra vez. Emi se quedo quieto y me señalo algo, la sabana parecía una carpa, papa estaba contento.
Leche en el Desayuno
Estando parados a cada lado de la cama Emi con cuidado comenzó a bajar la sabana que cubría a papa mientras con mi cabeza decía “no, no, no” pero ya era tarde, vi que papa también durmió desnudo, al ver que seguía roncando Emi dejo la sabana a los pies de la cama y se sentó a un lado junto de él y yo del otro lado. Ambos observábamos su polla con detalle, se nos hacia enorme, además de la diferencia en tamaño había un mechoncito de pelos encima de su pene, Emi con cuidado palpo los huevos de papa, fijándose de que no despertara, pero como papá seguía roncando puso su manita alrededor del pene de papa, con su cara de “tu también” con cierta pena también lo agarre, se sentía gordo y caliente, mi pitito y el de Emi también estaban paraditos.
Entonces Emi me dijo al oído “¿te atreverías a chuparle el pito a tu papa?” y sin decir mas acerco su cara abrió su boca y apenas pudo metérselo a la boca, yo con los ojos como plato lo veía asombrado, cuando Emi se lo saco de su boca dijo “te toca a ti” y me empezó a jalar para que acercara mi cara al pene de papa, pensé que eso lo despertaría así que mejor lo hice solo, cerré los ojos y abrí mi boca grande, grande y me lo metí lo mas que pude, mis cachetes se inflaban, de la puntita del pene de papa salió como una gotita entre dulce, entre salada, y me lo saque de la boca, Emi nuevamente lo tomo con las dos manos y se lo restregaba en la cara, lo besaba, lo lamio y lo chupo otra vez, al terminar ya sin que Emi me dijera nada me lo metí a la boca otra vez, con mi lengua hurgue el hoyito por donde salía esa gotita. Abrí los ojos y vi que Emi ahora chupaba y lamia las tetillas de papa, deje el pene de papa en paz y lamí el otro pezóncito de papa, que curioso, como que se había puesto duro y paradito, no habíamos notado que papa ya no roncaba.
Nos volvimos a sentar a su lado y Emi con sus dos manos empezó a mover la piel del pene de papa de arriba abajo, yo le ayude, cuatro manitas sobre el pene de papa, Emi acercaba su boquita a la cabeza descubierta del pene de papa, sacaba su lengüita o la restregaba sobre sus labios húmedos, Emi aumento la velocidad del movimiento, el pene de papa empezó a palpitar, papa empezó a estremecerse y todos sus músculos se pusieron duros y de repente, de forma inesperada, al menos para mí, algo blanco y cremoso salió disparado a chorros, los primeros chorros cayeron dentro la boca de Emi pero los siguientes en su cara y los restantes sobre la panza de papa. Dejamos el pene de papa que siguió palpitando unas veces más mientras Emi esparcía las gotas que cayeron sobre la panza de papa y con su manita se los embarro sobre su penecito, Emi me dijo “embárrate tu también, para que te crezca como la de tu papa.” y así lo hice, era curioso, no era como crema, pero era igual a la que me puso papa esa noche mientras dormía, tenía un olorcillo que me recordó al cloro de las albercas, papá roncaba otra vez,
Me pare y tome la sabana y con cuidado tape a papá, nuevamente quedo como una carpa de campaña que poco a poco se desinflaba, temiendo que papa despertara en cualquier momento mejor jale a Emi y nos salimos.
El jardinero
Emi bajo las escaleras y lo seguí, se acerco a la puerta y la abrió y salió corriendo así como estaba desnudo y se tiro a la alberca con un “splash” yo me asome, como esperando que hubiera alguien pero al fin corrí al fresco del jardín y me tire también a la piscina, ¡estaba calientita!
Emi dijo “¡Trae un inflable!” y me salí de la alberca y fui donde había un cuarto junto la cochera con las cosas de playa y vi a un señor de pelo ya algo canoso y facciones mayas sembrando unas plantas a un lado de la casa y la podadora estacionada a un lado.
Reconocí al jardinero que vimos pasar, me vio y dijo: “Buenos días.” yo dije “buen día” tapándome un poco con las manos y dijo: “Esta lindo el día para bañarse” yo respondí: “si”, ya quería regresar a la alberca, dijo “Aquí solo vienen recién casados solo de vez en cuando vienen familias con nenes lindos como ustedes.” – “ah” respondí, “Los vi en el balcón y anoche te vi corriendo con tu hermanito por el campo de golf.” y lo voltee a ver, le iba a decir que no somos hermanos pero algo me intrigo, se parecía al jovencito que nos dio las bebidas en mi sueño, como si fuera su papa, quizás su abuelo, ¡además tenía colgada la misma medalla! sin importar que estaba desnudo me acerque a él, tome su medalla y el me tomo de los hombros y serio me dijo: “La hemos tenido en la familia por generaciones, cuando cumplí ocho años mi padre me la dio, como mi abuelo a él…” – “¿qué significa?” interrumpí – “Esta medalla se le daba a ciertos niños o niñas especiales los cuales eran protegidos…”, al ver mi interés prosiguió “Mira el pececillo significa “niño” la conchita “niña” esta raya con tres puntitos encima es el número 8 en maya. “ En la medalla había también un Puma y u Delfín, por la parte de atrás unos círculos concéntrico en forma de engranes, “un calendario maya” explico, con naturalidad dije “si ya la había visto” el abrió los ojos grandes, el me veía intrigado como si ahora el me tratara de recocer y continuo: “El portador de la medalla al crecer tiene el deber de proteger y guiar a los elegidos…”.
En eso estábamos pero sonó su radio y entre la estática se escucho algo inentendible y me dijo un “adiós” muy distraído y tome el flotador del cuarto y me regrese a la alberca, sentí que el jardinero me veía por atrás hasta que brinque a la alberca, cuando le iba a decir a Emi que ahí estaba el jardinero a la distancia lo vimos alejándose con su podadora.
Jugando con Papa
Seguimos Emi y yo jugando, uno se subía al flotador en forma de ballena Orca y el otro por abajo trataba de tirarlo y a veces ambos nos subíamos al mismo tiempo, eso ponía nuestros cuerpecitos desnudos muy juntos algún pitito junto a las lindas nalguitas del otro, el de atrás se abrazaba para no caerse.
Vimos que papa estaba en su balcón, nos sonreímos y nos saludamos con las manos, traía su cámara en la mano, lo cubría una toalla pero pareciera que no se le había quitado todavía lo contento.
Grite: “¡papa, ven!” y Emi me imitaba: “¡papa, ven!”, recode que el Jardinero dijo que éramos hermanitos, me dio gusto la idea, al rato papa se metió del balcón y un poco después estaba ya junto a la alberca, y se fue al lado opuesto de la alberca, dejo caer su toalla y así desnudo se hecho un clavado y por debajo del agua cruzo todo el largo de la alberca hasta que llego junto a nosotros y nos atrapo y así empezamos a jugar atrapadas dentro de la alberca.
Entre luchitas cargadas, aventadas y sobadas no faltaba sentir la mano de Emi o de papa sobre mi penecito, sobre mis nalguitas. Emi buceaba bajo el agua, pasaba bajo las piernas de papa, le daba un tirón a su pito y se salía y subía sobre la espalda de papa que lo sujetaba de las nalgas era lindo ver el hoyito de Emi en medio de su ricas nalguitas mojadas.
Cuando tiraba a Emi yo también me subía sobre su espalda, lo abrazaba su cuello y con mis pierna abrazaba su cuerpo, al deslizarme hacia abajo mi pitito rozaba entre la nalgas de papa, sentía rico pero papa con una mano el me detenía de mis nalguitas, algunas veces uno de sus dedos quedaba sobre mi hoyito.
La siguiente vez que Emi se subió a la espalda de papa al girar note que la mano de papa sostenía una de las nalguitas de Emi, pero como si fuera una bola de boliche ya que el dedito de papa quedaba ¡dentro del hoyito de Emi!
Otras veces nos atrapaba por la espalda, “¡no se escaparan!”, nos abrazaba y su pitote quedaba bajo nuestras nalguitas, entre nuestra piernas, sentía un rico especial porque acariciaba nuestras colitas y nuestros huevitos, yo trataba de liberarme agitando las piernas lo que causaba más ricas sensaciones pero realmente no quería que me soltara, cuando me soltaba yo le decía, “¡a que no me atrapas!” quería sentirlo otra vez, pero ya había atrapado a Emi… y así estuvimos hasta que de pronto papa salió de la alberca, escucho algo, el teléfono timbraba, tomo su toalla, dijo “chicos, me voy a bañar” y entro a la casita.
Una vez que entro Emi dijo, “Vamos a bañarnos con él.”, yo solo sonreí.
Continuara…
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