Vacaciones Todo Incluido – Parte 9
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElianOcho.
Vacaciones Todo Incluido – Parte 9
por Andrés Elián
El resto de la tarde nos la pasamos en la casa entre la alberca y el jardín mientras Cloe no dejaba de fotografiar nenes desnudos.
Llega Papá
Ya habiendo obscurecido yo ya era el último en la alberca, cuando vi a papá parado en la orilla esperándome con una toalla en la mano, lo salude alegre y me salí de la alberca desnudo, me envolvió como taco y me cargo y como cuando alguien carga a una alfombra enrollada me llevo a aquel cuarto donde en la mañana había dejado toda mi ropa, Papa me preguntaba como la había pasado y yo le conteste con un simple "bien" y el diciéndome "qué bueno que estuviste contento, mi muñequito" y dentro del cuarto me tiro sobre la cama donde mi toalla salió volando y me dijo "metete a bañar" y mientas yo me bañaba con la puerta abierta el me explico que iría a cenar y bailar con Cloe y que el llegaría más de noche.
Cuando salí de la regadera papa ya no estaba, me seque y me metí a la cama sin ponerme nada, extrañe que mi papa no se quedó a ponerme crema.
Después de un día de mucha acción pronto rendido me quede dormido, pero la acción continuó, porque incluso en mis sueños soñé con más aventuras en la selva en el fantástico reino del Príncipe maya.
El Principito (Maya)
Conocí al hijo del Príncipe de Akumal cuando yo era un niño pequeño, quizás de seis o siete años y él tendría unos cinco o seis, le decían "principito" de cariño, todavía estábamos en la edad en la que no usábamos ninguna ropa, fue durante las aburridas negociación de unas mercancías que el templo requería para alguna ceremonia.
Pronto hicimos amistad y mejor nos fuimos, o nos sacaron, a jugar fuera.
Jugando a perseguirnos entramos dentro de una de las chozas donde se almacenaban las pieles y las plumas, como si fueran espadas nos hacíamos cosquillas con las plumas largas y en toda oportunidad el principito me apachurraba mi pitito lo que me daba mucha risa.
Y entre las luchitas él se sentaba sobre mi pancita y se daba sentoncitos sobre mi pitito y luego se subía hacia mi pecho y me decía "chupa pitito" mientras yo solo me reía mientras él ponía su pitito con sus huevitos tiernos sobre mi carita.
Pero como era un poco más grande pronto lo dominaba quedando yo sujetándolo acostado sobre su cuerpo diciéndole "¿te rindes?" pero cuando quería hábilmente se sabía escapar porque otras veces solo se quedaba, así quieto, cayado, conmigo encima suyo, como esperando algo de mi.
Y en una de esas veces entre las luchas quedamos ambos en posiciones opuestas, con nuestras caras en frente del pitito del otro y con un "chupa pitito" comenzó a chuparme y como todo niño que hace lo que el otro hace, solo abrí mi boca y me metí su pitito, lo chupaba y lo lamia dentro de mi boca, tan rico como él me lo estaba haciendo a mí…
…hasta que oímos que nos buscaban.
Llegamos al salón y el Príncipe de Akumal le dijo a mi padre con voz sabia: "Nuestros hijos se han hecho buenos amigos, por favor cuando visite el templo lleve a su hijo a jugar con el mío.
" Mi padre honrado asistió con su cabeza mientas yo no dejaba de ver el lindo cuerpecito del principito y es así como hicimos una amistad duradera y así también como recibí la medalla de protección de la casa real de Akumal
La Luna lo vio todo.
Papá llego de noche y me encontró dormido en la cama, el dejo su camara y sus demas cosas sobre la cómoda y se desnudó y para acostarse empezó a jalar lentamente la sabana que me cubría pero siguió descubriéndome completamente, hizo una pausa y se sentó un rato a contemplarme: La luz de la luna entraba brillantemente por la ventana y le daba a mi asoleada piel un tono plateado, como tersa escultura griega, yo estaba acurrucado, como sentado de lado, papá acaricio mi costado y caderas y no hubo ninguna reacción mía, yo ya había caído rendido a los brazos de Morfeo o al menos a los de mi papá.
Papá entonces se acostó atrás de mi de la misma forma en que yo estaba acostado, como cuando apilas una silla encima de la otra y me abrazo mientas yo pasaba del quinto al sexo sueño.
El Príncipe de Akumal
.
en el que estaba acostado, desnudo en una cama de una choza del templo maya y me pare para tomar agua porque era una noche calurosa y me asome por la puerta de la choza a sentir el fresco, el intenso brillo de la luna hizo que mi medalla resplandeciera.
El Príncipe de Akumal que estaba fuera me vio y vino hacia mí y me cargo tiernamente, con sus manos sosteniéndome de mis nalgas y yo bien abrazado al frente por su cuello.
¿Cómo describir al Príncipe de Akumal? Sería un señor joven y guapo, igualito al jardinero, de piel lampiña dorada por el sol y de músculos fuertes.
Firme y sereno, pero siempre amable y muy cariñoso conmigo, la única diferencia seria que el Príncipe de Akumal siempre estaba adornado de plumas finas, además de ser tan parecidos ambos traían esa misma medalla de oro.
El Príncipe camino por la vacía explanada, iluminada por la luna, y se sentó sobre un Chac Mol sosteniéndome en su regazo como a un bebe, aunque ya tenía como ocho años en ese entonces y mientas fumaba una especie de puro observaba pensativamente las estrellas.
Pasaron unos minutos y se paró sobre la escultura, me sostuvo por mi cadera y me alzo con sus fuertes brazos extendidos, como en la película del Rey León y yo de esa altura podía ver todo su reino, los blancos templos resplandecían entre la negra azulada jungla y la resplandeciente luna se reflejaba borrosa en el mar "esta belleza no durara para siempre" dijo gravemente mientras una ligera brisa recorría mi cuerpecito desnudo y si bien hasta hoy en día sigo pensando que se pudo haber referido a varia cosas al bajarme al piso lo tome de la mano y lo guie como si él fuera un niño triste hasta dentro de la cabaña, sabía que tenía que hacer algo para alegrarlo, algo que sabía que le gustaba…
Alegrando al Príncipe
Tome un puño del aceite y me embarre mi colita, me hinque con mi cabeza sobre una de las pieles del piso mientras le daba palmaditas a una de nalguitas, recordando aquello que dijo de la belleza.
Y así hincado, con una colita linda e invitadora, el Príncipe me metió su real pene como en otras muchas ocasiones lo había hecho, primero así hincado, luego parado con mis manos sobre la cama hasta que se acostó viendo hacia arriba y poco yo me senté sobre él y guiando su pene con mi mano a que apuntara al lugar correcto y poco a poco sentándome un poco más, y un poco más, hasta que quedé sentado sobre sus grandes huevos y esperando un momento para que mi hoyito se adaptara y como montando un caballo me puse a hacer los movimientos ondulantes de abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo…
Yo disfrutaba con los ojos cerrados, abría los ojos y veía las palmas del techo, las raras mascaras mayas colgadas en la pared y los cerraba, abría los ojos y el ventilador sobre el blanco techo giraba lentamente, sobre la cómoda un foquito rojo parpadeaba en la cámara de papa.
De tanto galope me sentí cansado me zafé con un "plof" y me acosté de lado nuevamente y él se acostó atrás mío, fácilmente me lo volvió a meter y se apuró a terminar, ya se me cerraban los ojos de sueño, y así lo último que recuerdo es esa palpitación y cálida sensación que me llenaba por dentro: me llenaba de su amor.
Y así abrazándome nos quedamos dormidos.
Entra el Sol
Salió el sol y entraba impertinente por la ventana, todavía papá estaba con un brazo y una pierna sobre mí, por lo que no podía pararme y no quería despertarlo.
Después de un rato se abrió la puerta y apenas escuche los pasitos descalzos de un niño, era Emi.
Emi se paró junto a la cama y nos contempló pensativo quizás recordando lo sé que el mismo ha vivido: la linda imagen de fuerza y ternura de un padre y su hijo abrazados desnudos.
Emi me ayudo a levantar el brazo de mi papa y me salí de la cama, Emi me tomo de la mano, me beso la mejilla y en quedito me dijo, "vamos a la alberca" y tomando una toalla salí al jardín con Emi de la mano hasta que llegamos a la orilla de la alberca y soltando la toalla y sintiendo un fresquecito en mi colita nos tiramos a la alberca, bajo el agua noté que ya no traía mi medalla.
Grandes Recuerdos
Al regresar a buscar a papa para que nos acompañara a jugar en la alberca encontré la cama vacía y el sonido de la regadera en el baño, vi la cámara en la cómoda y ya no parpadeaba, la prendí y vi que se había grabado todo y ¿saben cómo comenzaba? comenzaba con una carita traviesa que escogía el mejor ángulo y un lindo cuerpecito que silenciosamente se salía de la habitación y terminaba cuando entro el sol, rubio, alegre, risueño y resplandeciente: Emi regresando a apagarla, una cámara llena de lindos recuerdos.
y ese fue el.
¿fin?
Epilogo
Tantas cosas pasaron y tantos recuerdos se guardaron antes de que regresara a la ciudad.
Y entre tantas cosas y justo antes de regresar me encontré al Jardinero que pensativo me dijo, ".
aquella noche de la luna llena soñé contigo.
" y yo sonrojado, viendo al piso le dije "si, yo también".
Revolvió mi cabello, me tomo de la mano y caminamos, nuestras medallas resplandecían alegres, el Príncipe me dijo "ven, vamos al templo.
"
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