Vendo a mi nena

Demasiadas cuentas por pagar y la plata no alcanza, no me queda de otra que vender a mi nena al que ofrezca más.
El mismo día que llega la factura de la luz, llega la del agua, la del monoambiente en el que estoy viviendo con mi hija, los vencimientos de la tarjeta, y no había nada en la heladera. Me sentía una mierda por no poder darle lo que se merece a mi nena, pero no había nada que podía hacer.

Trabajaba en todo lo que me aparecía, pero la plata no alcanzaba para nada.

Cuando nació Catalina yo solo tenía 18 años y el papá se borró inmediatamente se enteró de que estaba embarazada. Ahora Cata tiene 7 años y se da cuenta de todo lo que pasa. Se da cuenta de que apenas comemos o que no puedo comprarle un par de zapatillas hace dos años.

Encima mi familia no quería saber nada de mí por lo mismo de que no termine el colegio y quede embarazada de mi nena. Estábamos completamente solas, pero como sea, iba a sacar a mi hija adelante.

Mi amiga, Marcela que también era mi vecina y cuidaba de Cata cuando yo trabajaba algunas noches en la ruta, estaba ese día en casa tomando mates conmigo.

-¿Y no pensaste en ir por el día a la ruta también? Capaz conseguís algo.

-No boluda, hay demasiada competencia ya ahí.

-¿Y en constitución qué onda?

-Me linchan los travas, ¿sos boluda?

-Bueno tarada, estoy intentando buscar una solución.

-Si ya sé, perdón… por ahora con cafecito estoy estirando para comprar la comida, pero debo mucha plata. Necesito más.

-Yo conozco a un viejo que a veces se coge a alguna de las chicas que está podrido en plata. Es político o juez… no sé, algo así. Pero tiene mucha plata posta. El otro día le pago 100 mil a Vane solo para que se deje mear por él y otro viejo.

-¿Qué? ¿En serio me decís?

-Te lo juro. La Vane esta chocha. Igual se gastó la plata en drogas, sabes como es.

-La concha de su madre. Con la falta que me hace esa plata a mí… además ese tipo de viejos ni bola me van a dar.

-¿Qué no boluda? Los viejos le entran a cualquier cosa.

-Bue.

-Con todo respecto obvio.

Las dos nos reímos y nos quedamos en un silencio cómodo, cada una pensando en soluciones para mis problemas económicos.

-Además, ¿Vane cuantos años tiene?

-17 creo.

-Y por eso boluda. A los viejos esos les gustan las pendejitas. Yo ya soy vieja para ellos.

-Ay boluda, tenés 25 años que vas a ser vieja.

-Bueno para otros no lo soy, pero para esos viejos con plata que les gustan los morbos raros, les gusta hacer esas cosas con las pendejitas. Es obvio.

-Mami, ¡¿dónde está mi cartuchera?!

-¡No sé, Cata! ¡¿No la habrás dejado en el cajón de la ropa?! ¡Estabas jugando con ella ahí ayer!

-¡Ah si la encontré!

-¿El mes que viene cumple 8, no? -me pregunta mi amiga y yo asiento. Ella me mira y mira hacia dónde está mi hija sentada haciendo sus tareas. Por lo menos la educación es pública en este país porque ni para pagarle un colegio tendría. -¿Y si?… -me dice Marcela, interrumpiendo mis pensamientos.

-¿Qué?

-Mirá, no me juzgues ni te enojes, yo solo quiero ayudarte de una amiga a otra y sabes que yo la amo a Cata, soy su madrina… pero… es hermosa la nena y a los tipos… que sé yo… te pagarían una fortuna por ella…

Los ojos se me abren grande cuando entiendo a qué se refiere. -¡¿Qué?! ¡¿Marcela, vos estás loca?!

-¿Qué pasa, mami? -mi hija nos mira.

-Nada, nada. Seguí con tu tarea.

-Boluda, perdón pero pensalo. No es muy loco lo que te digo y además sería solo una vez por la plata que necesitas. Podés cobrar fortuna… yo tenía una conocida que lo hacía.

-¡¿Hacer que, pelotuda?!

-Y vender a su hija. Ella por una re plata dejaba que algún viejo cheto se garche a la hija. No era muy linda la nena, pero Cata si lo es. Mira lo que es esa nena, sabes que hasta puede ser modelo de grande.

Y tiene razón. Cata es idéntica a mí cuando era chica. Alta, pelo largo castaño cobrizo, ojos verdes grandes con unas pestañas que parecen hechas. Va a tener un culo chiquito, pero gordo con linda forma y seguro que muchas tetas como yo, pero que ahora no se le nota nada.

Mi hija es hermosa y todos me lo dicen. La lleve a algunas agencias para que sea modelo y haga fotos de ropa para nenes. Con algunas firme, pero todavía no nos llaman. Y esa plata me vendría fenómeno.

Pero lo que me dice mi amiga es descabellado… digo, nunca lo había pensado. Es una nena virgen e imaginar a un tipo viejo y más grande que ella en todo sentido metiéndole la pija en su pequeña conchita un poco me… calienta.

¿O tal vez es la idea de la cantidad de plata que me darían por ella?

La miro a Marce. – ¿Quién haría algo así?

-Cualquiera. ¿Querés que me encargue de conseguir al candidato adecuado? Yo me encargo de que tenga la plata para darte.

-Dios Marce, ¿vos decís? ¿Y si nos metemos en un quilombo? Esto… sabe todo Cata.

-Quédate tranquila, a la nena le va a encantar. Seguro que es igual de trola que la madre.

Quiero hacerme la enojada, pero me termino riendo y ella también.

Pasan dos semanas en las que Marce no me trae noticias del “candidato adecuado” En esas dos semanas hago lo que sea para ganar plata, desde prostituirme más horas y en otros lugares, y hasta vender fotos de las bombachitas de mi hija usadas o de partes de su cuerpo como sus piernitas, pies y su culito con la bombacha.

Esa idea me la dio Marce que me dejo el contacto de varios de Telegram que pagaban bien por cosas así. Algunos me pidieron videos o fotos más porno de ella, pero no me anime.

El sábado cuando mi nena y yo estábamos viendo una peli en mi celular, ella me mira con seriedad y me dice para mi sorpresa.

-Mami, ¿qué es ser prostituta?

-¿Qué? ¿Quién te dijo eso?

-Mi compañero, Nahuel.

-¿Él habló de eso? -mi nena asiente. Yo como puedo trato de buscar las palabras para explicárselo, pero tal vez decirle la verdad de la forma más cruda sea lo mejor para lo que ella tendrá que hacer después. -Pues, ser prostituta es tener sexo con varios hombres por plata. Vos te los coges y ellos te pagan.

-¿Por sexo?

-Si mi amor, sexo es cuando un hombre mete su pito en la conchita de una mujer. ¿Te hablaron de eso ya?

-Un poco… ¿y vos sos prostituta?

-¿Qué?

-Es que Nahuel también dijo que vos sos prostituta porque su papá y sus amigos te cogen en la ruta por plata. Eso dijo.

Sí, es verdad que me eh garchado a alguno que otro papá de los compañeritos de mi hija, pero no pensé que se lo dirían.

-Escucha Cata, todo lo que hago lo hago para que podamos comer y vivamos bien. Sí, soy prostituta, pero porque quiero lo mejor para vos, ¿si? Te amo mucho y quiero que tengas todo lo que te mereces por eso me cojo a esos hombres y me pagan.

-¿Y te duele?

-Para nada. Es hermoso, cuando te meten la pija en la conchita se siente riquísimo. -mi plan de meterla en esto, ha comenzado. -¿Qué opinás?

-No sé… ¿yo también puedo ser prostituta y que me metan una pija en mi conchita?

La conversación, su mirada inocente y como se toca su conchita por sobre el pantalón señalando de lo que habla, me está calentando. Mi concha está húmeda solo de pensar en mi hija haciendo lo que yo hago con tipos que podrían ser su abuelo.

-Si mi amor, podrías serlo. Te encantaría porque sos como mami, ¿querés?

Asiente. -Si mami, ¡y que me paguen!

Dios mío, ella entendió todo.

-¡Perfecto! La tía Marce va a traer a un amigo para que sea tu primer cliente y él te va a pagar.

-¿Cliente?

-Si, cuando sos una prostituta tenés clientes que te pagan. Lo vas a hacer perfecto, mi amor.

Esa misma noche, le mando un mensaje a Marce diciéndole que se apurara en conseguir al candidato porque mi nena estaba más que lista.

Y este llega tres días después. Marce me cita en un telo carísimo al que yo nunca he ido. Me dice que el tipo es un juez conocido de mucha plata de Buenos Aires y que está al tanto de todo. Todo quiere decir de la edad de mi hija.

A Cata la visto como lo que es, una nena de 7 años. Le peino su pelo largo con dos colitas, la perfumo y le preparo su mochilita de salir con una muda de ropa. Marce nos paga el Uber para que vayamos y antes de las 8 ya estamos ahí.

El telo ni siquiera parece un telo. Es un hotel de esos chetos de las zonas caras de capital. Marce nos está esperando afuera cuando llegamos. Yo estoy muriéndome de los nervios y ella se da cuenta.

-Cálmate loca, va a salir todo bien. Hola, Catita, estás hermosa.

-¡Hola, tía!

-¿Sabe ella? -me pregunta Marce y yo asiento.

Mientras bañaba a mi hija le explique de la forma más clara y cruda lo que iba a pasar esta noche. Ella parecía entenderlo y para nada asustada, así que eso me alivio un poco.

Le dije que hoy conocería a un hombre que sería su cliente y que ella sería su prostituta como me dijo que quería serlo. Se rio con una risita inocente y me dijo que estaba feliz de hacer lo que hacía su mami.

Me emocioné debo decirlo.

-Le expliqué todo así que todo bien.

-Bueno entonces entremos, ya están esperando.

-¿Están? ¿No era solo el juez?

-Shh, adentro te explico.

Entramos y mi amiga dice a quien venimos a ver. Los del telo deben saber todo lo que pasa acá porque no preguntan nada ni porque entramos con una nena. Subimos en el ascensor y mi hija no para de hablar de todo lo que vemos. Cuando llegamos a la habitación, me sorprendo cuando veo al famoso juez y a un diputado del congreso.

-Amiga ellos van a ser los clientes de tu nena esta noche. No vamos a decir nombres ni nada que pueda comprometer a nadie. Por la nena, ellos te van a pagar 4 millones, 2 millones cada uno. En caso de que no quieras que se cojan a la nena entre los dos, entonces solo será 2 millones. Vos decidís.

Ellos deben notar la sorpresa en mi cara porque se ríen, siguen tomando de lo que sea que están tomando y miran a mi hija con deseo. En una mesa hay bolsitas de un polvo blanco y rosa. También hay porros y condones.

Miro a mi hija que solo parece curiosa pero para nada asustada.

4 millones me podría salvar de tantas cosas. Literalmente es más de lo que podría haber imaginado o pedido. No lo esperaba para nada y podría comprarle tantas cosas lindas a Cata. A ella le encantaría.

Y el sacrificio no es tanto.

-Amor. -me agacho para estar a la altura de mi hija y la miro seriamente. -Escucha, estos dos señores de acá quieren ser tus clientes esta noche. ¿Te acordás lo que hablamos en casa? ¿Lo de ser prostituta? ¿Qué pensás?

Se encoge de hombre y mira a los dos tipos que podrían ser su abuelo. -Me van a pagar?

Ellos se sorprenden por la pregunta y se ríen. -Claro nena, vas a tener toda la plata para vos.

-Entonces si mami, voy a ser prostituta, pero quiero que te quedes conmigo.

-Obvio mi amor, mami va a estar acá.

No me permito llorar aunque una felicidad y excitación me recorre todo el cuerpo. Marce sale de la habitación luego de dejar en claro lo que está o no permitido hacerle a la nena, y son cosas que yo le pedí que hablara con ellos.

Los tipos hablan entre ellos y se ríen. Están tan drogados que no parecen ni estar presenten en este momento. No puedo creer que nosotros como ciudadanos mantenemos a estas escorias. Pero no voy a quejarme.

Le doy un beso a Cata y me siento en el sillón enfrente de la cama, tranquilizándola de que voy a estar acá y voy a ver todo lo que pasa. Y que si me necesita solo diga mami.

Los tipos se acercan a ella solo con los bóxer puestos. No son tan viejos, pero ver a mi hija de 7 años en el medio de ellos que la doblan en tamaño y edad, un poco me moja toda la concha.

El primero en cargarla es el juez, que le hace upa y le besa la boca como si fuese una mujer adulta. Mi hija para mi sorpresa le sigue el ritmo pero con sus ojitos abiertos. El diputado se acaricia la pija por sobre el bóxer mientras ve como su amigo le chupa la boca y le deja los labios todos babeados a mi hija.

La deja sobre la cama y empiezan a sacarle la ropa. Primero su remerita dejando sus tetitas de nena a la vista. Sus pezones tan chiquitos están duros y parados y el diputado no pierde oportunidad de chupárselos. Le besa toda la pancita, el cuello y sube hasta su boca casi comiéndole toda la cara. Solo me fijo en las reacciones de mi hija que vuelvo a repetir, me sorprenden. Es como si ella supiera ya lo que significa todo y lo aceptara porque le gusta.

Cuando le sacan su pantaloncito y la bombachita de corazoncitos que le puse, mi hija queda completamente desnuda. Los dos tipos la miran como un lobo mira a su presa. Mi hija es hermosa, y ahora miro con otros ojos su conchita totalmente lampiña. Es chiquita y sus labios se ven rosaditos y deliciosos. Hay un brillo ahí que solo puede ser jugos de humedad por la excitación.

-Por Dios, pero mira lo que es esta cosita. -dice el juez. -Nunca me comí una de esta edad.

-Yo sí, a mi sobrina. Pero no estaba tan buena como esta. Mira esta conchita, que rico olorcito tenés nena. -él se lleva la bombachita de mi nena a la nariz y la aspira como al polvo blanco que aspiro delante de nosotras antes de empezar todo.

Le dicen a mi hija que se acueste en la cama y ella lo hace. Sus piernitas quedan semi abiertas y ellos se la abren del todo, quedando su concha a la vista de todos. Rosita, limpiecita, hermosa y sin usar. La maravilla para estos tipos. Los dos bajan a chupársela. Solo se escucha el lengüeteo, como la escupen, los gruñidos de ellos y las gemiditos de ella.

Por Dios, mi hija gimiendo porque dos tipos están chupándole la concha me pone mal. No lo pienso cuando me saco el short y me empiezo a masturbar por encima de la tanga que la tengo toda mojada.

-Mmm, que rica conchita que tiene esta nena. Sabe a gloria. Te la vamos a romper toda y te va a encantar.

-¿Es la primera vez que le chupan la conchita? -me pregunta el juez. -Ah bueno, pero mírala a la mami como se toca la concha viendo cómo se cogen a su nena. Que puta hermosa que son las dos.

-Nadie nunca la toco. Es totalmente virgen.

-No sabes cómo tengo la pija con eso que me decís. La vamos a arruinar entonces. ¿La mami me deja llenarle toda la conchita de leche? -pregunta el diputado.

-Dios si, le va a encantar. Es como yo.

El primero en pasarle la pija por la conchita a mi hija es el diputado que es el que estaba con más ganas de explotar. Se notaba como tenía los huevos pesados y que con solo meterle la puntita la iba a llenar de leche a mi hija.

Juega con su clítoris con la punta de su chota y mi nena gime con más fuerza. La insulta y yo ahora me meto los dedos con bronca. Rezo para que no le duela cuando le metan la pija, quiero que lo disfrute.

El diputado primero mete la cabeza y sin esperar a que mi hija se acostumbre, la penetra con brusquedad tapándole la boca cuando la nena grita. Mi concha expulsa líquido con fuerza cuando veo lágrimas caer por la carita de mi nena, y como un líquido rojo cubre la gran pija del diputado que ni siquiera usó forro.

-La lastimaste. -es lo único que puedo decir por qué realmente no me importa. Ver eso fue lo que me hizo acabar.

-Le rompí la concha que es diferente, pero a ella le gusta. Es una puta como la madre.

Se la coge con fuerza todavía tapándole la boca hasta que esta se acostumbra y deja de gritar. No parece gustarle del todo, pero eso al diputado no le importa porque se la coge como si fuese una muñeca. La pone en todas las posiciones mientras su pija la penetra. El juez no se queda atrás, hace que mi nena como pueda le chupe la pija. No sabe hacerlo, pero con su lengüita inocente le da lamidas a la pija del juez. Este le abre la boca con los dedos, le agarra la cabeza y le coge la garganta como si fuese una mina grande. Mi nena se que, pero de lo que me doy cuenta es que a pesar de todo lo que le están haciendo, ella no me llama para que la rescate.

Y eso como mami puta que soy, me enorgullece.

El diputado se viene en toda la conchita rota de mi hija, y cuando saca su pija de su hoyito todo abierto, todos vemos como una gran cantidad de leche sale de ella. Él agarra un poco con sus dedos y se la da en la boca. Mi hija se la come sin decir nada.

Es el turno del juez ahora. La pone en cuatro y se la coge también sin forro, juega con su anito cerrado escupiéndolo y tratando de meterle un dedo. Mi nena se retuerce tratando de evitarlo y yo no digo nada, pero si él me pide que le quiere romper el culo tendrá que pagarme por lo menos medio millón más.

Pero solo juega con su anito mientras le coge la concha. Es más dulce con ella de lo que fue el diputado y me quedo tranquila con eso. Se la coge mientras le susurra cosas al oído. No puedo escuchar que, pero parece que a mi nena le gusta porque mueve su culito para que el juez se la coja más, cierra los ojos y asiente a todo lo que él le dice. El juez la agarra de las dos colitas que le hice y se la coge con más fuerza, le pega cachetadas en la cola y sigue diciéndole cosas que no puedo escuchar.

Cuando acaba, le agarra la carita a mi hija y sé la pinta de blanco con su leche. Ella cierra sus ojitos y se ríe picara. Yo me emociono.

Los dos tipos la halagan y cada uno le da dos billetes de 10 mil pesos. Mi hija feliz viene corriendo a enseñármelo. Esta toda roja y en algunos lugares tiene moretones. La leche le sigue cayendo por las piernas así como el líquido rojo y sus juguitos. En su cara la leche se seca.

-¡Mira mami, tengo plata!

-Si mi amor, estoy orgullosa de vos.

Antes de irnos Marce viene a buscarnos, me despido de los dos tipos como si hubiésemos hecho el negocio más importante del país. Ellos prometen que mi plata estará en mi cuenta a primera hora y es así. Al otro día tengo depositado en mi cuenta bancaria 5 millones de pesos. Marce dice que un millón me lo dieron como propina por la buena predisposición de mi nena y mía.

-Ah, y te tengo otro negocio. Este es grande… una fiesta. Más de 5 millones. Ya se corrió la voz y todos quieren conocer a tu nena.

-¡¿5 millones?! -mis ojos se abren en grande.

-Y más, pensalo. Las veo después.

En nuestra casa, baño a mi hija que se ve agotada, le doy de comer lo que más le gusta y con lo poco que me queda en efectivo pido un helado por delivery para ella. Cuando está sentada comiendo su helado y viendo su programa favorito en la tele, tan inocentemente con su cuerpito ya limpio y su pijama infantil, no puedo creer que ya es una pequeña prostituta como su mami.

-¿Ma? -me dice. La miro mientras peino su pelo mojado.

-¿Qué pasa amor?
-¿Cuándo voy a volver a ser una prostituta?

Mi cara de sorpresa debe ser tremenda. -¿Te gusto lo que hiciste hoy Cata?

-Si, mami. Mucho.

-Bueno entonces muy pronto vas a volver hacerlo.

No pierdo tiempo en mandarle un mensaje a Marcela confirmándole que voy a vender a mi nena a esos hombres con plata.