Verano con mi abuelo
Práctica de incesto con mi abuelo, una tarde de verano.
Febrero en Buenos Sires.
El sol todo lo derrite. Junto con la excesiva humedad, la ciudad se vuelve irrespirable, tóxica diría.
Es domingo y terminamos de almorzar. La casa es vieja pero de patio espacioso. El calor agobiaba. Mi padre, empleado del ferrocarril, estaba trabajando. Mi abuelo, despaciosamente, buscó su sillón, debajo del parral, y se dispuso a dormitar.
Mi madre tomó la decisión…-Vamos al shopping, dijo
-A tomar fresco, prosiguió.
Mi hermanito asintió, yo no puse buena cara, a otro día tenía prueba de geografía. Mi madre lo notó y apuró a mi hermano. Y mirándome me dijo:
-Cuidá a tu abuelo,en una horas volvemos. se despidió mi madre
Quedamos el abuelo yo
El abuelo…76 años., los ojos cerrados, como absorviendo sombras…
Pasada media hora, lo ví al abuelo todo transpirado, envuelto en un sopor, como ahorrando energía.
Me acerqué a mi abuelo. Me miró medio dormido
-Porqué no se da un baño, sugerí.
-Yo lo ayudo, agregué
A medida que le sacaba la ropa, aparecía carne ya mustia y descolorida. Le saqué el calzoncillo y quedó a mi vista un puñado de pelos blancos, cubriendo su pene blando.
Lo ayudé a colocarse bajo la ducha, me saqué mi ropa y me quedé en tanga, para que el agua me salpique y refrescara. Le enjaboné los glúteos, despues los testículos y despues su pene, que tuvo una cierta reacción. Alenté su estimulación, le corrí su gastado prepucio, una y otra vez, dejando a la vista una cabeza arrugada y una gotitas de pre-semen que la hacía brillar
Me arrodillé y probé ese líquido, mi abuelo me miraba y acariciaba mi cabello. Un sabor a nada conocido invadió mi boca, me animé a cubrir su pene con mis labios, con mi lengua lamía miembro y testículos.
Sus piernas comenzaron a temblar. A ésta instancias , mi abuelo , como podía trataba de tocarme. Llevé sus manos ásperas a mis tetas y a mi cola, ya sin tanga.
De pronto, en medio de un gemido, sentí cómo el anciano trataba de llenarme la boca con un sémen amarillento, espeso y viscoso. El abuelo me hizo levantar y aún con mi boca cargada de su leche, me dió un beso profundo, de lengua, y me dijo:
-Gracias!!
Lo terminé de bañar, lo ayudé a vestirse. Después me bañé yo
Cuando volví al patio, el abuelo descansaba a la sombra de la parra
Una horas horas más tarde, mamá y mi hermanito volvieron del shopping
-El abuelo, bien?. Preguntó
-Durmió desde que se fueron, contesté
Mientras, sonreía, mirando cómplice a mi abuelo , y al mismo tiempo, sacaba algo pegado, en una comisura de mis labios…
Me gustaría contactarte Anabel
Lo bueno, si breve, dos veces bueno!
Muy buen relato profe !!!