VICIO SEXUAL – Cuidando a mi Hermanito 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Vane.
(Me quiero disculpa de antemano si hay algun problema de redaccion o errores pues lo he escrito desde el celular y a veces se me pasan algunas cosas, pero espero que disfruten esta tercera parte y si no has leido las dos anteriores, NO leas esto antes de leer las dos primeras)
La noche anterior había sido más ajetreada que nunca y había hecho planes de ir al club saliendo a las 8 am para conseguirme con mis amigas desde temprano, pero fue más o menos a las 4 am que logre quedarme dormida después de un día bastante extraño con Daniel mi hermanito.
Cuando abrí los ojos en mi cama eran las 11 de la mañana, bajo la sábana vi el reloj en mi mesa de noche, mis planes del club ya no existían. Ayer me había masturbado tres veces, sin contar todo inicio sexual de mi hermanito conmigo, aparte de el material porno que ahora tenía en mi poder.
"Las películas y las revistas!!" Me levanté de golpe sin recordar donde las había puesto, mira rápidamente por el cuarto y la carátula del DVD porno de la película Taboo estaba a un lado del teclado de mi computadora en el escritorio. Sólo esperaba que nadie hubiese pasado a mi cuarto temprano porque estaba claramente visible.
Luego buscaba la bolsa, no estaba en ningún lugar, me agache bajo la cama sobre la punta de mis pies y ahí estaba.
Al ponerme de rodillas con las piernas separadas, los labios de mi vagina se separaron un poco, sentí un hormigueo en mi entrepierna, estaba tan sensible después de haberme masturbado tanto ayer, que lo más mínimo lo sentía el triple. Me incline para revisarme moviendo mi abdomen hacia atrás y sacando mi pelvis, estaba perfecta, sólo mis labios internos un poco más rojitos de lo normal, tome con cada mano mis labios y los estire un poco para revisarme y así sentir cuán sensible estaba. Lejos de dolor se sentía divino, aunque no estaba excitada, estaba bastante mojada y me quede unos segundos pensando en todo lo del día anterior, fue un incesto divino.
Reaccione me coloque el pantalón de algodón de mi pijama sin nada debajo, guarde el video en la bolsa que coloque en el closet escondida muy bien y salí al baño.
Al salir del cuarto el silencio en la casa era total, habían salido todos dije en mi cabeza, eche una ojeada rápida en los cuartos y no había nadie y continúe mi camino al baño.
Con toda la calma del mundo cepille mis dientes y al verme al espejo comencé a dialogar en mi mente conmigo misma, no podía creer todo lo que había hecho con mi hermanito el día anterior, era muchísimo más de lo que podía haber imaginado jamás, yo me había convertido a su tan temprana edad en su profesora sexual y la verdad ahora no lo veía tan mal, sentía que el al ver mi cuerpo lo disfrutaba y me encantaba ver que sea yo, siendo su hermana mayor la que no sólo causara ese cariño de hermanitos, también causaba pensamientos muy ricos, podía educarlo a mi gusto y hacerlo con calma. Ahora sentía que este incesto era lo que me gustaba.
Me senté en el inodoro para orinar, luego a darme una lavadita refrescante con la ducha de mano que se encuentra a un lado. Se sentía divino el agua fría llenando mis labios por dentro y por fuera, no era algo morboso pero se sentían cosquillitas suaves que me recorrían por dentro.
Me tome unos minutos y me percate que no había traído paño y que tampoco había en el baño. Frustrada me termine de quitar mi pantalón del pijama para no mojarlo y me levanté, salí del baño tranquilamente y en mitad del pasillo sin que me lo esperara, venían caminando desde la sala de la casa mi hermanito y su amiguito que hoy venía a la casa.
Terror y desesperación estaba desnuda y sólo cubrían mis pechos un top blancos, pero en esos 3 o 4 segundos pudieron los dos detallarme completamente sin nada frente a ellos. Sus caras eran indescriptibles y sus ojos tan abiertos parecía que se saldrían de su cabeza.
Sólo alcancé a taparme mi cadera con el pantalón que tenía en mis manos y salí disparada a mi cuarto tirando la puerta y gritando como si viera un fantasma.
Mis orejas estaban hirviendo y roja de la pena, me tire en la cama y mi cerebro sólo decía una oración que repetía sin parar "QUE PENA", me puse el pantalón de la pijama volando y me senté en la cama. Sentía vergüenza de que me vieran desnuda, no tanto por mi hermanito, pero el y su amiguito juntos era demasiado.
No sabía que hacer, no quería salir del cuarto ahora, me reía y me preguntaba con que cara los vería a los dos. Abrí sólo un poco la puerta y llame a Daniel para que viniera a mi cuarto con un grito fuerte, inmediatamente salió al pasillo:
— Ven entra acá un segundo.- su cara fue como si lo fuera a regañar y no dijo una sola palabra.– Dime que no se vio nada.
— Si se vio todo.- respondió inmediato y de inmediato se comenzó a reír.
— Cállate no te rías, baja la voz.- también me daba risa pero eso no eliminaba mi pena.
— A que hora se va?.
— Acaba de llegar.- es decir que debía enfrentar el momento con ese niño.– Pero no le pares, más pena tenía el cuando te vio que tu, además no va a decir nada, no seas tonta.
Era normal pensé, un niño de 10 años más bien se sentiría intimidado al verme desnuda, creo que me había calmado por unos segundos hasta que mi hermanito dijo:
— Además el esta enamorado de ti.- se reía más al decir eso.- El es el que no quiere salir del cuarto ahora.
— Que estas diciendo como va a estar enamorado de mi si es un niño.
— Y que importa que sea menor que tu, no le pares a eso hermanita, yo siempre le hago bromas pero el tiene siempre mucha pena contigo y nunca quería que te lo dijera.
Era verdad, era notorio que siempre al estar ellos en casa y yo pasar cerca, el actuaba muy callado, no decía nada, sólo respondía lo justo. Pero claro siendo tan pequeño era normal.
Hice una pausa en mis pensamientos y recordé que según mi hermanito, parte de lo que estaba en la bolsa llena de revistas y vídeos pornográficos le pertenecía a Rubén, el amiguito de mi hermano. Lo que quería decir que no era tan santo como podía esperar de un niño de su edad.
Ahora llego a mi mente que estos dos bebés de 10 y 11 años eran dos adictos al sexo desde pequeños, y si yo era la enamorada de su amiguito, cuantas veces seguramente estaría en la imaginación de este chiquito cada vez que se masturbaba, sin querer quizás había cumplido du fantasía.
Haber tenido ese encuentro sexual con mi hermanito realmente me había cambiado la forma de pensar drásticamente con respecto a las cosas que en mi cabeza sería capaz de pensar en el sexo.
— Bueno ya ni modo, sal de mi cuarto que tengo que vestirme, me quede dormida y ya no voy al club.
Su cara cambio con un gesto de asombro y frustración. Giró antes de salir del cuarto y me pregunto retóricamente:
— Ya no vas a ir al club?
— No estas viendo la hora, me quede dormida por tu culpa.- y acercándome le agarré un gluteo como para a verlo sonreír y apurarlo.
— Por mi culpa?.- salto fuera del cuarto.
— Claro que sí o no te acuerdas todo lo de ayer?.
Se quedo en la puerta sonriendo viéndome por unos segundos y antes de cerrarla dijo en voz muy baja casi suplicando:
— Hermanita tu me puedes dar la bolsa que te la quedaste tu y tengo que devolver una de… – antes que terminara la oración lo interrumpi.
— Ya va ahora no, esta decomisada.
Y con una sonrisa picara cerré la puerta. Era yo ahora la chica de los sueños de mi hermanito y ahora de su amiguito.
Me reía porque sentía que no era posible que los niños me vieran así, serán todos los niños así?, tendré que cuidarme entonces, como han cambiado las cosas.
Me detuve en mitad del cuarto y pensé: " Y si le cuenta a su amiguito algo de anoche?". Inicie un dígalo conmigo misma, "No vale no creo que le cuente", "Pero que va a pensar cuando le diga que la bolsa la tengo yo?", "Pues ahora si le va a dar pena".
Mientras me quitaba el pantalón de la pijama y el top, pensaba en si yo misma entraba al cuarto y se la entregaba ahí a los dos, así podría ver la cara de esos dos niños al recibirla. La de mi hermanito ya me la imaginaba, pero la de su amiguito Rubén me causaba risa pensarla.
Buscaba ropa interior que ponerme mientras me reía sola imaginando la conversación y al verme desnuda frente al espejo pensé, " Y si voy con algo chiquito y los sorprendo?".
Saque una panty de Victoria Secret rosada, tiene una banda elástica de encajes muy suave y delicada, por delante es un triángulito pequeño y por detrás es hilo dental. Me la coloque y me pare frente al espejo, apenas tapaba los labios de mi vagina envolviéndolos y marcando la línea que los separa.
Me imagine entrando al cuarto así sin nada arriba, pero no, era demasiado loco hacer algo así. Volví a buscar en mi gaveta de ropa interior y saque una panty tipo short pequeño, también Victoria Secret, es de líneas blancas y moradas con bordes de encaje pequeños. Se marcaban mis nalgas perfectamente dejando la mitad de ellas al aire, por delante hacia la silueta perfecta de mi vagina, se notaban mis labios y su separación claramente, llegaban hasta el inicio de mis muslos definidos.
Me coloque una camisa holgada de tiras color blanco que dejaba ver parte de mi abdomen dejando al aire mi ombligo, muy elegante como para usar de noche, y nuevamente frente al espejo me imagine entrando a su cuarto y esos dos niños excitados viéndome.
Hice una pausa, realmente me excitaba pensar en que ellos me vieran, en provocar a esos chiquitos dejándolos apreciar un cuerpo real de mujer.
Mirando mi cara en el espejo me dije: "No puedo creer que te excita provocar a esos niños" pero es que realmente sentía como me mojaba pensándolo, "Eso ya no es incesto, eso es pedofilia".
Haciendo un gesto de negación con mi cabeza trataba de sacarme eso de mi mente, pero de verdad quería hacerlo. Debo pensarlo mejor puedo hacerlo pero no así tan evidente, debe ser más recatada, " Que te pasa Vanessa?", me estaba volviendo loca.
Debía ser algo que les dejara ver pero disimuladamente, me pare frente al closet tratando de buscar una idea y ahí estaba, mis licras de hacer ejercicios.
Tenía dos una negra y una blanca, de algodón, con un corte a la cadera y llegaban un poco más abajo de las rodillas marca Adidas. Me quite la ropa interior y me puse la licra blanca, la subí bien para que se notará los labios de mi vagina y luego arremangue la licra a la altura de la cadera un poco para que quedara bien abajo, tan abajo que era casi el inicio de mi pubis, así se vería más provocativa. Se veía el inicio de mis nalgas claramente y se marcaban los dos agujeros al final de la espalda.
Tome la bolsa y salí del cuarto rumbo a la habitación, mi reflejo en el espejo del pasillo que estaba entre los cuartos, dejaba verme de pies a cabeza, vestida toda de blanco realmente me veía muy linda. Me pare frente a la puerta del cuarto de mi hermanito que estaba abierta, no podía faltar mi cerebro diciéndome "Estas loca" y entre sin avisar.
Los dos estaban sentados en la cama con un montón de juegos de PlayStation sobre el colchón hablando de eso me imagino y al verme, los dos se quedaron callados, fijamente viéndome. La cara de Rubén, el amiguito de mi hermanito era indescifrable.
— Hola buenos días.- rompí el silencio.
— Hola / Hola.- respondieron a destiempo los dos.
Seguí en dirección a Rubén quien se acomodo en la cama al verme ir hacia el sin pausa, se puso tan tenso que al acercarme encogió sus hombros como esperando algo desagradable, me causo risa y haciendo una pausa parada justo frente a el dije:
— Oye cálmate no te voy a morder.
Me incline y lo salude con un beso en el cachete, deje mi cara suavemente recostada a su mejilla y luego coloque mis labios completos para que sintiera mi boca, un beso de esos que no se le dan a cualquiera. Su cara se puso roja que parecía algo raro, mi hermanito se comenzó a reír de el y yo le reproché que no se burlara.
Me separe de la cama quedando de pie frente a los dos. La mirada de ambos fue directa a la bolsa que sujetaba en mis manos, los dos sabían cual era el contenido.
— Así que van a hacer intercambió de pornos.- levanté ligeramente la bolsa.
Los dos se vieron y se rieron juntos, pero no decían usa sola palabra.
— Así que esto es tuyo Rubén.
— Nooo eso es de Daniel.- dijo echándole la culpa a mi hermanito.
Comenzaron a discutir sobre el contenido y de quien era, me daba risa verlos así, se notaba que a Rubén le da a muchísima pena que yo supiera eso, así que debía calmarlo.
— Ya va cálmense!!.- dije levantando la voz para que se callaran.– No tengo problema con que sea de los dos o tuya Rubén, sólo que deben tener cuidado con esto porque no son cosas para niños.
Los dos simplemente movían la cabeza de forma afirmativa, los do estaban rojos con la pena. A pesa de lo que había pasado entre mi hermanito y yo el aún le causaba pena estar en una situación así.
Coloque la bolsa sobre la cama y dije:
— A ver Rubén que fue lo que trajiste nuevo.- inmediatamente el volteo a mirar a mi hermano en busca de una señal, ahora estaba pálido.
— Nada nada.- dijo Rubén con un temor a que los siguiera descubriendo.
— Saca las cosas no le pares, mi hermana no va a decir nada.- le dijo mi hermanito para que sintiera en confianza.
Rubén se paró de la cama y busco su morral, saco una toalla y la coloco sobre la cama y al desenrollarla había una revista de caricaturas porno, otra revista más y un cd que no tenía nada, imagino que tendría vídeos.
— Woow Rubén.
Los dos chicos sonrieron viéndome, ya estaba entrando en confianza con los dos. Me acerque nuevamente al costado izquierdo de la cama donde estaba Rubén el amigo de mi hermanito y le indique que se arrimara dentro de la cama para yo sentarme en el borde.
Coloque la bolsa que tenía en la mano sobre la cama y comencé a ojear rápidamente las revistas que había traído este niño.
— Te masturba mucho Rubén?.
— Si a veces.- tenía pena de decirme.
— Pero cuantas veces, todos los días o algunos días?
— Casi todos los días.- se reía sin verme a la cara.
— Y tu Daniel, no me has dicho si lo haces mucho?.
— También todos los días.- respondió rápido, ya teníamos la confianza ganada.
— Y lo hacen una vez al día o varias.
— Depende/Varias.- respondieron ambos interrumpiendose.
— Siempre se masturban viendo revistas o vídeos.
— Yo no siempre porque para ver vídeos tengo que estar sólo en casa porque sólo puedo en el cuarto de mis papas y la puerta de mi cuarto no cierra con llave así que llevo una revista al baño para poder hacerlo.- Rubén se reía mientras me explicaba explicaba con detalle.– Pero si no puedo lo hago en el cuarto imaginando.
— Yo también.- respondió mi hermanito.- Lo bueno es que yo si puedo ver vídeos aquí.
Eran un par de niños amantes del sexo sin saber nada de ello. Sólo verlos hablar me hacía imaginar cosas que no debía.
Rubén al igual que mi hermanito también era un niño delgado, blanco y tenía cabello negro liso, seguramente peinado por su mama. Era bien eduardo, tenía padres estrictos, cosa que me causaba otra interrogante.
— Y de donde sacas todas estas cosas.- le pregunte a Rubén.
— Me las traigo de casa de mi tío que tiene miles, ese ni se da cuenta que me las llevo.
Me dio risa saber lo tremendos que eran los dos desde tan pequeños.
— Y las novias que dicen?.- era una pregunta para provocar.
— Yo no tengo.- dijo mi hermanito rápidamente.– Ni yo.- agrego Rubén.
— Y las enamoradas?.
Los dos se rieron al mismo tiempo mirándose, eran cómplices los dos. Ya sabía que yo estaba en la lista de enamoradas del amiguito de mi hermanito.
— Hay muchas que nos gustan.- dijo mi hermanito.
— Me imagino que en todas estas revistas tendrán un montón de enamoradas también.
Me daba risa averiguar de sus gustos y al decir esto me subí por completo en la cama, coloque las almohadas amontonadas en la cabecera y me senté con las piernas extendidas por completo, eso hacia que de notara claramente el boleto de mi vagina entre los muslos. La camisa arremangada dejaba ver todo mi abdomen, la forma de mis piernas se delineaban claramente, era como poder mostrarles mi silueta desnuda que se marcaba claramente en la licra.
— A ver, siéntense los dos aquí a mi lado mirándome de frente.- ya había empezado las preguntas y me estaba gustando.- Yo soy la primera mujer real que ven desnuda?.
Los dos dijeron que si riendo y rojos de cara. Quería ahora provocarlos a ver si conseguía más confianza por parte de Rubén, ya con mi hermanito existía.
— Y que parte del cuerpo de una chica les gusta más?.
— A mi el tracero y la totona.- dijo Daniel.
— A mi la totona, el tracero y las piernas.- dijo Rubén.
Me dio risa, totona a veces de le dice a la vagina de la mujer en mi país. Y viendo mi pelvis sujete la licra con los dejos y la estire para que se marcarán más los labios con las piernas cerradas y le di unas palmaditas suaves.
— La mía es chiquita.- ahora si estaba provocándolos.- Y como les gusta, depilada completica o con pelitos?.
— Depilada.- dijeron en coro los dos.
— Y ustedes ya tienen pelitos?. Bueno ya se como es el tuyo Daniel.
— Yo no tengo todavía.- dijo Rubén.
Ya sentía que me estaba calentando tener a estos dos chiquitos, estaba seduciendo a dos niños y me sentía como una sádica, pero me encantaba ser admirada así. Nuevamente era como la profesora de estos dos chicos.
— Y que es lo que más les gustaría hacer de sexo?.
— Que me la chupen.- dijo inmediatamente Daniel.- Y también meterla dentro.
— Daniel!! Eso es lo que imaginas cuando te tocas el pene?.- me sorprendió lo rápido y directo.
— Si eso me gusta.
Rubén se sujetaba por sobre su pantalón el pene como si estuviera aguantando las ganas de ir al baño, creo que ya estaba excitado y no se contenía pues se apretaba su entrepierna, aparte que a cada momento veía mis piernas y mi vagina delineada bajo mi licra. Intente no decirle nada para no intimidarlo.
— Y tu hermanito que es lo que más te gustaría?.
— También me gustaría saber que se siente que me la chupen y hacer todo lo demás.
— Ustedes dos son unos diablitos.
Podía notar la erección de mi hermanito en su short y ahora también me daba cuenta de que Rubén también la tenía dura. Creo que había pasado la línea con ellos, quería seguir pero me dudaba si seguía o no.
Debía asegurarme antes con mi hermanito que hablará con el para que evitar que dijera algo, debía saber si mi hermanito consideraba que el era de confianza como para seguir hablando de esto.
— Rubén sal a la sala y asomate por el balcón para ver si esta el carro de mis papas en el estacionamiento y vienes.
Era obvio que no estaba pues ellos habían salido, sólo necesitaba que saliera unos segundos.
Se levanto acomodando su pene que levantaba notoriamente su pantalón, salió del cuarto y de inmediato le dije a mi hermano:
— Daniel dime de verdad, tu crees que Rubén es de confianza como para hablar de estas cosas?.
— Si el guardara bien el secreto.
— Estas seguro? Juramelo.- dice acercándome para que viera la seriedad con la que se lo decía.
— Te juro que el no dirá nada de verdad.
Parecía que mi hermanito sabía que quería seguir con un plan y a el le encantaba la idea.
— Bueno en lo que venga el yo voy a salir del cuarto para ir a mi cuarto y tu vas a hablar con el que no debe hablar con nadie lo que pase aquí y jurartelo, que después se lo diré yo.
Acepto de inmediato y al entrar su amiguito me levanté de la cama:
— No hay nadie.- dijo al entrar.
— Perfecto Rubén, ya vengo denme un minuto.
Salí de la habitación rumbo a la mía para hacer tiempo de que mi hermanito hablara con el.
Me detuve frente al espejo de la peinadora de mi cuarto, no sabía que era lo que quería hacer, pero provocarlos me tenía excitada. Me encantaba la idea de convertirme yo en lo que son sus revistas y vídeos, me gustaba la idea de experimentar con alguien tan joven y más después de saber lo rico que fue lo que habíamos hecho mi hermanito y yo. Sentía como me mojaba por dentro, mi pulsó estaba a mil por hora, era una locura lo que hacía pero eso lo convertía en algo más excitante.
Le di unos 4 min para que Daniel hablara con su amiguito y volví a si cuarto.
— Listo estoy de vuelta.- los dos estaban sentados en la cama aún como antes, me causo risa lo obedientes.– Que obedientes mis niños.
Me coloque de pie frente a la cama y los dos giraron quedando sentados frente a mi.
— Lo primero que tengo que decirte Rubén es que lo que hablamos y hagamos es secreto.- estaba nerviosa.– Tiene que ser un súper secreto así como yo guardó el secreto de su bolsa de cosas, Ok?.
— Si si.- movía su cabeza afirmativamente.
— Juramelo.
— Lo Juro Vanessa que será secreto.
Ahora tenía el control, era más que una fantasía, más porque era algo inimaginable que salió de la nada.
— Sigamos con lo que estábamos hablando, hagamos un juego. Ustedes deben toca con una mano las partes que les gustan de mi, Ok?.
Rubén abrió los ojos asombrado y miro a mi hermanito. Era claro que les gustaba el juego pero les daría pena tocar, así que empezaría con Daniel para que su amiguito no se sintiera incómodo.
— A ver Daniel ponte de pie, debes tocar las partes de mi que te gustan y decir porque.
— Y decir porque??!!.- fue como mucho quizás eso que le pedí.
— Bueno si quieres decir puedes decirlo.
Se coloco de pie y lo primero que toco fue mi tracero, luego mis senos, luego señalo mi vagina de muy cera pero no la toco.
— Debes tocarla.- quería que lo hiciera.
— Es que me da pena.
Tome su mano y la coloque sobre mi vagina cubierta apenas con una fina licra. Su mano estaba tensa, caliente, su cara se puso roja. Sujetando su mano pase sus dedos y la palma, suave varias veces acariciandome con ella, se sentía divino las cosquillas que hacia frotarle contra el. Lo hice unas 6 veces y le solté la mano.
— Que más?.
Toco no cara mi cabello mis piernas mi abdomen.. Casi toda lo único que falto fue mi espalda.
— Te gusto toda completa.- le dije riendo.– Ahora le toca a Rubén.
Inmediatamente se levanto y se coloco frente a mi, se notaba claramente el bultico de su erección que parado frente a mi me apuntaba directamente.
Sin pensarlo puso su mano completa sobre mi vagina, de la sujete por la muñeca suavemente y la apretaba contra mi para que sintiera mi calor. Podía abrir como el me la apretaba suave, miraba como me tocaba y por segundos volteaba a ver mi cara.
— Te gusta mi vagina?.- quería que en momento fuera más morboso.
— Si.
— Porque?.
— Porque la tienes afeitadita.- tenía la imagen en su mente d cuando me vio sin ropa.
— Te gusto cuando me viste sin ropa?.- mientras le preguntaba seguía dejándolo que me tocara toda la vagina como quisiera.
— Si me gusto mucho.
Le separe la mano y le dije que continuara con las otras cosas que le gustaban de mi.
Daniel estaba sentado en la cama apretando su pene sobre su ropa como masturbandose mientras veía. Fue tan excitante verlo hacer eso y más excitante aún estar ahí con los dos. Estaba hiper caliente, creo que jamás me había sentido así de excitada y aún sin sexo, era puro deseo.
Toco mi trasero apretándolo un rato, mis senos, mis piernas, me toco completa.
Ya no aguantaba más quería masturbarme y hacerlo con ellos, pero era un paso que no sabía si estaba dispuesta a dar. Pensaba también que mis papas podían llegar en algún momento.
Rubén se sentó en la cama y la cara de mi hermanito era como si estuviera a punto de acabar:
— No se vale Daniel, detente.- le dije para que dejara de masturbarse.– Todavía no he dicho que se pueden tocar.
Quería seguir pero no sabía como.
— Me gustaría ver como es el pene de ustedes. Los dos ya me vieron desnuda, ahora me toca ver a mi.
Ya el de mi hermanito lo sabía de memoria pero aún así quería verlo paradito para mi. Me moría de ganas de ver el de su amiguito Rubén.
Se colocaron de pie los dos frente a la cama y yo me puse de rodillas para estar más a su altura. Me movi un poco para quedar frente a Rubén, su pantalón estaba apuntandome, metí mis dedos debajo de la elástica de su pantalón y lo baje hasta las rodillas, su interior era azul y al pasar mis dedos debajo de la elástica de su ropa interior, hizo un movimiento hacia atrás con su cadera, se sujetó de mi brazo y con la otra mano se tapó el pene sujetándolo debajo de su ropa interior.
Por un segundo pensé que le había hecho daño o que quería detenerse, le pregunte que paso de inmediato y el cerrando los ojos dijo que nada. Podía ve como el azul de su ropa interior se hacía más oscuro entre los dedos de su mano.
Rubén estaba acabando frente a mi.
— No tienes que tener pena Rubén, eso es algo normal.- era tan rico saber que le excitaba tanto que sólo tenerme así cerca era suficiente para hacerlo acabar.
— Es que no me pude aguantar.- dijo jadeando
— Eso es rico mi lindo, a ver quita la mano.
Al apartar la mano de su bóxer se notaba la gran cantidad de poquito que mojó su ropa interior.
Mi hermanito no decía una sola palabra, miraba fijamente y se masturbaba apretando su pene sobre su pantalón.
Dije la elástica de la ropa interior de Rubén y la baje suavemente, su pene salió disparado como una abra de metal apuntando a mi cara. La piel que cubre el glande estaba hasta la mitad de su cabeza y salían gotas aún.
No me pide contener y cine se a tocarme sobre la licra apretando suavemente mi clítoris.
— Que divino Runben, eso que hiciste me encanto.- me incline hacia el y le di un beso profundo en el cachete pero mi boca toco la de el en un costado con toda la intención de que sintiera mi boca.– Siéntate en la cama que ahora le toca a Daniel.
Rápido mi hermanito se coloco frente a mi, baje su pantalón y no tenía ropa interior, lo que hizo que su pene estuviera listo frente a mi.
— Woow aquí esta mi amiguito, y no va a acabar?.
De inmediato Daniel tomo su pene en la mano y lo movía con velocidad increíble subiendo y bajando la piel que tapaba casi la punta de su pene, lo hizo unas seis o diez veces y salió dudara toda esa sorpresa. Nuevamente salió su agüita transparente, era su semen de niño directo en mi pecho, lleno toda mi camisa y luego en mi licra, el piso, le salió muchísimo.
— Explimelo, que le salga todo. Ven tu también Rubén, exprimelo.
Los dos parados frente a mi estaban tocandose el pene para mi. Me sentía como una estrella porno. Tenía la ropa llena de semen de mi hermanito y en el piso había semen de ellos dos, me puse de pie y dije:
— Se tienen que quitar los zapatos el pantalón y el interior.
— Y si llega alguien?.- dijo Rubén.
— No van a venir hasta la tarde así que tranquilos.
Ahora de pie si podía ver que estaba manchada de esperma de mi hermanito por toda la ropa. Mi hermano fue el primero en quitarse la ropa.
— Busca el rollo de papel que esta en la cocina y lo traes para limpiar el piso.- quería quedar sola con Rubén unos segundos.
Al salir mi hermanito del cuarto me quite la camisa lentamente dejando mis senos al aire, luego me quite la licra dejando desnudo mi cuerpo delante de el que aún tenía su bóxer puesto. Podía ver la erección y la mancha de semen en su ropita.
— Te gusto Rubén?.- me acerque más a el y el sólo movió la cabeza diciendo que si.– Yo se que estas enamorado de mi.- se puso más colorado que nunca.
— Quien te dijo?.- se notó que le daba pena.
— Me lo dijo Daniel pero no te tienes que molestar, me gusta que estés enamorado de mi.
— También Daniel esta enamorado de ti.- eso si me tomo por sorpresa, me estaba diciendo que mi hermanito le gustaba como mujer.
Quizás era normal por ser un niño aún, pero estos dos chiquitos estaban pensando en mi de otra manera y sabrá dios desde cuando estaba pasando eso.
Me incline y le si un beso en la boca, suave y chiquito.
— Es tu primer beso en la boca?
— Si.- estaba hipnotizado viéndome desnuda.
Mi vagina estaba súper mojada, estaba excitada al máximo. Le quite los zapatos a Rubén y le baje el bóxer, estaba justo agachada terminando de quitarlo de sus pies y llego mi hermanito.
— Dame el papel yo lo limpio.- estaba apoyada con las rodillas juntas sentada en el piso delante de ellos aún.
Limpie rápido el piso y me levanté, camine hasta la papelera que estaba a un lado de la puerta y al volver los dos estaban detallando cada centímetro de mi. Pase por un lado de ellos y me senté en la esquina de la cama con mis pies apoyados en el piso.
— Vamos a hacer algo, yo les voy a explicar a ustedes cositas de sexo para que vayan aprendiendo, voy a ser como su profesora, quieren jugar?.
— SIII.- sincronizados aceptaron.
— Bueno empecemos por sus partes.- me moría por tocarlos.– Esta parte de aquí se llama glande, es como una cabecita.
Comencé primero apretando entre mis dedos la punta del pene de mi hermanito, al apretarla se abrió el guequito y salió una gótica pequeña que esparcí in el dedo gordo regando la por todo el glande.
Inmediatamente agarré la de Rubén, no tina la circuncisión como el pene de mi hermano, así que sujete su piel suave y la empuje hacia atrás hasta que su glande salió por completo, estaba mojado y brillante. Los dos tenían sus penes duros como piedra, podía sentirlo agarrándolos a los dos.
— Este es el glande Rubén, debes intentar siempre sacarlo completo para que sientas más rico.
— Si es que se me sube cuando lo muevo.- dijo riendo con pena.
— Ok, y mira que pasa cuando lo aprieto.- podía sentir cuando palpitaba su pene de placer y se asomó una gota grande de líquido transparente.– Sale agüita que es lubricante con un poquito de semen.
Con mi pulgar regaba haciendo círculos todo el líquido por su glande, sus ojos se cerraban por segundos por la sensación tan rival que le hacía sentir.
— Cuando los hombres se excitan mucho les sale agüita así como a ustedes.- les seguía explicando sin dejar de mover mis dedos sobre todo ese capullo.
Baje mis manos hasta las bolas de cada uno, eran unas bolsitas ahora duras y arrugaditas, las metí en mis manos y mis dedos se metieron entre sus piernas tocando con la punta la entrada de su ano. Sentí claramente cuando casi al mismo tiempo los dos apretaron el recto al sentir mis dedos.
— Esta parte de aquí también es muy sensible para los hombres.
— Si en las películas a veces las mujeres le hacen cosas con la boca y la lengua ahí.- dijo mi hermanito.
— Exacto, si le hago así cariñitos que sienten?.- les pasaba la punta de mis dedos y las uñas muy suave entre sus piernas y por sus bolitas.
— Se siente bien/Se siente sabroso.- dijeron los dos.
— Es como cuando ustedes se masturban?.
— Mucho mucho mejor.- dijo Rubén viendo mi mano como le daba placer en su pene.
La contracciones de excitación que tenían hacían que sus penes se movieran como brincando, se ponían más tensos y subían. Se marcaban las venitas a lo largo de sus cositas.
— Les gusta?.- sus miradas saltaban mientras veían mi cuerpo desnudo, mi cara al hablarles y mis manos daler placer.
Me incline hacia adelante en dirección al pene de mi hermanito y tome la puntica de su pene y la metí entre mis labios succionado suave como un beso profundo. Estaba sujetándolo por la cadera y pude sentir como se apretaron sus nalgas y su pene se movió entre mis labios.
Luego fui donde Rubén y repetí la operación, me tomo por el cabello con un gesto tan lindo que mi beso en su pene fue un poquito más largo.
Tenía el sabor saladito en mi boca, sus glandes parecían de cerámica de lo liso y duro que se sentían.
— Ese es un besito de cariño, eso es algo ya casi como sexo oral.
— Pero no se vale, en las películas se lo meten todo en la boca.- dijo Rubén, me dio risa que fuera tan vivo de provocar así.
— Pero eso es en las películas Rubén.- sentía como pena de continuar.
— Profe no se vale, eso no fue completo, queremos aprender.- agrego mi hermanito apoyando a su amiguito.
— Y ustedes se pusieron de acuerdo?, como que lo tenían planeado todo.
Bueno ya estábamos los tres desnudos ya que más da, pensé justificando lo que haría.
Me coloque frente a Daniel, me agache apoyada en la punta de mis pies con las piernas abiertas, lo agarre con ambas manos por la cadera y lo acerque más a mi, podía sentir como se abrían más los labios de mi vagina dejando verla por completo. Mire de reojo a Rubén que veía mi entrepierna abierta mientras se agarraba su pene.
Mire a mi hermanito a los ojos y le sonreí, me coloque su pene cerca de la boca, le di un beso chupandole suavemente la punta y tomándolo de la cadera lo traje hacia mi cara metiendo todo su pene duro hasta sentir sus bolas en mis labios y su abdomen chocar contra mi nariz y mi frente. Lo aleje unos centímetro y volví a meterlo, lo succionaba suave pero profundo mientras lo movía por su cintura como si me cogiera por la boca. Lo hice así unas seis veces cada vez más lento, podía sentir como su punta se hacía más gruesa. Lo saque me mi boca, trague la saliva con sabor a su pene mirándolo a la cara, tenía la boca abierta, estaba lleno de placer.
Su pene estaba duro a más no poder apuntando hacia arriba, lo mordí suave pasando mis dientes y chupando debajo de su glande y bajando por todo su pene hasta sus bolas, las comencé a lamer haciendo círculos con mi lengua, se ponían duras, su piel se arrugo, su pene palpitaba, podía ver su cara como disfrutaba. Apretaba sus nalgas y metía sus bolas en mi boca mientras las acariciaba con la lengua succionandolas suave.
Sentí como me sujetó los brazos duro, sus muslos de apretaron y sus nalgas también, estaba a punto de hacerlo acabar.
Rápidamente volví a meter su pene en mi boca hasta la mitad, aprisione con mi lengua su pene contra mi paladar chupandolo suave. Sentí como su glande creció, se hizo más gordo dentro de mi boca, hundí mis dedos en sus glúteos duros y de pronto arqueó un poco si espalda hacia atrás.
Abrí mis ojos y mi hermanito respiraba por la boca completamente abierta viéndome fijamente como le mamaba su verga. De pronto sin esperarlo sentí su primera contracción, su pene intentaba ligeramente empujar mi paladar hacia arriba y en mis labios sentí como se llenó su verga de semen, lleno toda mi lengua y el cielo de mi boca de líquido, trate de tragar rápido pero inmediatamente salió otro chorro que al aflojar mi lengua salió disparado en mi garganta directamente. Con cada contracción salía un chorro de semen y sentía como apretaba su cuerpo con cada una. Trague todo lo que tenía y comencé a mover mi cabeza sacándolo y metiéndolo sólo un poco mientras chupaba suave para ayudarlo a sacar todo. Sus manos temblaban mientras me agarraba, tragaba todo lo que descargaba en mi boca, era salado, ligeramente amargo y súper caliente.
Deje mi boca quieta pero succionaba suave, ahora sus ojos estaban cerrados y casi perdió el equilibrio porque estaba muy sensible.
Lo saque de mi boca y sonreí viendo su cara de satisfacción, su respiración estaba acelerada, lo separe y le dije que se sentará en el piso a descansar.
Tome a su amiguito Rubén por la mano y lo puse frente a mi, me metí los dedos en mi vagina y me masturbe duro, los metía y sacaba pegando la palma de mi mano con fuerza contra mis labios, con una mano me sujetaba de su mano y lo veía mientras me daba placer, el miraba como entraban mis dedos entre mis labios y brillaban al llenarme de líquidos, de escuchaba claramente lo mojada que estaba.
Lo agarre con mis dos manos por su cintura y puse su pene en mi cara, de una lo metí hasta el fondo y lo abrace con mis brazos rodeando sus caderas. Comencé a mover mi cabeza con fuerza metiendo y sacando su pene hasta la mitad masturbandolo en mi boca, lo mamaba fuerte.
Me agarro por la cabeza, sujetaba mi cabello con sus dedos, el mismo comenzó a mover sus caderas llevando el ritmo hasta el punto que deje mi cabeza quieta y era el quien lo movía en mi boca pegado con cada embestida su abdomen contra mi cara, abrí mis ojos del asombro de ver como este niño se movía de rico, subí la mirada y veía su mirada fija y los jadeos de excitación que hacía era lo máximo. Su pene era más grande que el de mi hermanito, llegaba mucho más adentro de mi boca.
Pude sentir como se inclinó hacia adelante, casi acostándose sobre mi cabeza, su pene se puso mucho más gordo, estaba a punto de acabar, deje sólo un brazo en su cintura y con una mano comencé a frotar mi clítoris rápido, estaba súper mojada y mi clítoris estaba inmenso.
De pronto apretó mi cabeza contra el con fuerza y lo metió hasta lo más profundo que pudo en mi boca, tocaba mi garganta, me cortaba la respiración de la fuerza que hacia apretándome contra el. Su primer chorro fue directo a mi traquea, estaba tan caliente que sentía como su calor recorrió mi garganta hasta llegar a mi estómago mientras bajaba al tragarlo, luego fueron tres cargas seguidas abundantes y espesas, estaban calientes.
Sentí electricidad en mi cuerpo justo antes de llegar al orgasmo y de pronto me estremeció, mi piel se erizó, estaba acabando al mismo tiempo Rubén lo hacía dentro de mi, mis piernas se intentaban cerrar chocando con las de el, no podía controlarlas era un orgasmo bien intenso. Abrí mi boca para jadear de placer y respirar. Mientras tenía mis contracciones, a el aún le salían chorros más pequeños de su semen transparente que ahora se derramaban mezclados con mi saliva cayendo en mis muslos y mi pecho. Estaba teniendo un orgasmo divino tocándome, con el pene de un niño en mi boca que me llenaba de esperma virgen.
Rubén terminó de acabar y se separó un poco de mi. Coloque mis rodillas en el piso y me apoye con una mano, tenía los ojos cerrados y la mente en blanco, estaba llena de placer y había tenido un orgasmo demasiado rico.
Daniel estaba acostado en el piso, Rubén estaba sentándose cansado y yo estaba completamente extasiada. Me había comido todo el semen de estos dos niños, les había dado placer al máximo, jamás me había atrevido a que acabarán en mi boca con nadie y este día había dejado que dos pequeños me llenaran con una buena cantidad, aún sentía caliente mi estómago y el sabor profundo en mi boca, aún tragaba residuos que quedaba.
Era una locura lo que habíamos hecho hoy, estaba mojando el piso de lo húmeda que estaba después de acabar, no sabía que podía llegar a estos niveles de excitación y morbo.
— Que tal?, les gusto como el sexo oral?.-
— Esto debe ser lo mejor del mundo.- dijo mi hermanito.
— Podría hacerlo todos los días de mi vida.- riendo dijo si amiguito.
Me dio risa pero me sentía como la mejor de las mejores, es lo máximo sentir y ver que das placer a alguien hasta ese nivel.
Me levanté, debía ir al baño. Al ponerme de pie, mis dos pequeños se incorporaron para admirarme desnuda. No podía creer lo que veía, sólo de verme desnuda nuevamente sus penes se ponían duros poco a poco, ellos se deleitaban viéndome y yo viéndolos a ellos como les calentaba verme.
— Que bella eres hermanita.- dijo Daniel, que bello pensé, fue tierno que dijera eso.
— Tu debes ser la más linda del mundo.- dijo Rubén.
Mi sonrisa fue tan grande que por poco se me sale de la cara, me puse colorada, no de pena, era un sentimiento bonito. Sentí como mi piel se erizó, fue algo que jamás espere que dijeran unos chicos tan pequeños.
— Gracias mis novios hermosos.- les tire un beso a cada uno mientras los dejaba verme completa.
Pase entre los dos mientras seguían viéndome fijamente y fui en dirección al baño. Iba pensando que realmente me consideró una chica bastante atractiva, tengo muy buen cuerpo, siempre llamo la atención, estoy contenta con cada parte de mi, pero hoy me sentía como la mujer más sensual del universo.
Me pare frente al lavamanos y al mirarme al espejo aún tenía mis pezones duros, me sujete el cabello con una cola y me enjuagué la boca. Aún tenía el sabor a semen dentro, me reía en silencio sorprendida de la cantidad de semen que trague. Tragar semen jamás fue algo que le gustara, por eso jamás lo había hecho pues me parecía desagradable, pero hoy lo hice tan natural y fue tan rico, mientras jugaba con el enjuague bucal en mi boca podía recordar como se sentía el movimiento de sus penes dentro y como se sentía cada descarga dentro de mi, lo caliente, el sabor, la cantidad. Realmente Rubén había acabado muchísima más cantidad que mi hermanito.
Me salí de mi pensamiento y podía escuchar como se reían en el cuarto celebrando todo lo que les había hecho disfrutar.
Tome una cantidad de papel de baño y lo humedecí un poco para poder quitar el semen y saliva que tenía en mi seno y los muslos. Por momentos mientras me limpiaba pensaba en cosas de sexo con ellos dos, con mi hermanito sola o con Rubén. Me sentía demasiado puta ya y al mismo tiempo de daba risa.
Los llame al baño para que se lavaran y los dos llegaron de inmediato, ambos tenían sus penes pequeños así podía ver cuanto le crecían porque así se veían tan chiquitos y luego al este erectos aumentaban mucho su tamaño.
Rubén de inmediato de coloco frente al inodoro para orinar, fue natural y sin pena, parecía que esto pasara todos los días, los tres desnudos en el baño.
Le indique a mi hermanito que se colocará sobre el banco que estaba frente al lavamanos. Es una pequeña escalerilla de dos peldaños que usaba desde pequeño para subir a lavar los dientes, pero ahora que esa más grande le sirve para subir y verse al espejo. Ahora al subir al segundo escalón su pene queda a la altura del lavamanos.
Abrí el agua y la regule hasta que quedara tibia. Rubén había terminado de orinar y ahora se había puesto a un lado, cerca de la puerta para observar todo lo que hacia.
Moje mis manos y luego tome el pene de mi hermanito para humedecerlo, pase mis manos por sus bolas y de inmediato su pene se comenzó a llenar de sangre por dentro, me detuve a ver como crecía frente a mis ojos sólo por haberlo tocado unos segundos.
Debo admitirlo, jamás había visto el pene de un niño crecer así por la excitación y eso me calentó nuevamente de forma inmediata. Los tres nos vimos unos con otros y nos reímos.
— Ustedes tienen esa espadita lista siempre en cualquier momento.
— Yo siempre.- dijo mi hermanito.
— Yo también yo también.- dijo Rubén subiendo en un costado de la escalerita.
Los dos tenían sus penes asomados dentro del lavamanos para limpiarlos. El de Rubén también crecía aún sin haberlo tocado.
— Que están esperando?.- puse mis manos mi cintura como gesto de regaño.– Están pasados de flojos, no pretenderán que también tengo que lavarles el pipí.
— Tu dijiste que eras la profesora hoy.- dijo Rubén, los dos se reían como pícaros.– Tienes que enseñarnos a lavarlo bien.
Mi niños siendo morbosos conmigo, eso era excitante. Ya los dos tenían sus penes completamente duros apuntando al frente, tome un poco de agua en mi mano y moje el pene de Rubén hasta sus bolitas.
Sujete la piel que cubría la mitad de su glande y la empuje hacia atrás dejando que saliera por completo.
— Ok la primera lección es para Rubén, debes siempre para lavarlo llevar la piel de tu pene hasta atrás para lavarlo bien que salga toda la cabecita, sobretodo en esta zona.- con mis dedos pase suavemente alrededor de la línea que separa su glande del resto de su pene.
Llene mi mano de jabón y frotándolas hice espuma suficiente, con una mano enjabonaba a mi hermanito y con la otra a Rubén. Lo hacía suave como si los masturbara pero fregando bien toda sus espaditas hasta las bolas. Pasaba la punta de mis dedos por su glande y eso hacia que se movieran dando pequeños brincos producto de las contracciones, aún estaban sensibles.
Retire todo el jabón y me puse a medirlos cerrando mi puño sujetándolos, el de Rubén era más largo por uno o dos centímetros, pero el de Daniel mi hermanito era mucho más grueso.
— Ustedes son incansables, después de lo que acabamos de hacer se les pone dura aún.
Esas sonrisas en sus caritas era lo máximo, tenía el control total.
En ese momento sonó el teléfono de la casa y salí del baño ordenándoles que se secaran. Era mi padrastro para avisar que saldríamos a cenar a final de la tarde al club así que cuando estuvieran por llegar llamarían para que estuviéramos listos los tres, lo que nos dejaba unas horas más solos en casa.
Regrese al baño y lleve a los dos de la mano a mi cuarto esta vez, me senté nuevamente en la esquina de la cama, abrí mis pierna un poco y coloque a cada uno con mi pierna entre las de ellos que estaban de pie, sus bolas casi tocaban mis muslos. Rubén sin decir nada toco mi seno y paso su dedo por mi pezón que se había arrugado y estaba muy duro. No me lo esperaba y actúe como si nada para que sintiera la confianza de hacerlo cuando quiera, aparte que se sintió divino.
— Ya va Rubén, ahora voy a enseñarles una lección importante.- quería educarlos a mi gusto, ahora quería que aprendieran a darme placer.– Tienen que aprender a besar, eso es básico para que una mujer se excite.
Comencé con mi hermanito, lo sujete por la cadera y lo acerque hacia mi hasta que quedo pegado a mi cuerpo, su pene quedo apretado entre mi cuerpo y el suyo. Mi pierna derecha estaba entre sus piernas, pase mi brazo derecho por su espalda y comencé a besar su cuello, suavemente pasaba mis labios y le daba pequeños besitos en diferentes lugares, subí hasta su mentón y luego volví a bajar hasta el inicio de su pecho.
Podía sentir como el movía su cadera muy suavemente para frotar su pene contra mi. Lo sujete con más fuerza por la espalda para que su pene se aprisionara con fuerza contra mi.
Lo besaba ahora más profundo, chupaba su cuello y pasaba mi lengua lo más sensual posible, subía lamiendo y besando hasta su oreja. Al llegar ahí causo que el moviera su cabeza, porque sentía unas cosquillas extrañas, lo chupaba y mordía suavemente y comenzaba a pasar mis dedos y uñas por la espalda. De pronto toda su piel en todo su cuerpo se erizó, toda una corriente paso por su cuerpo, logre hacer que hiciera gemidos de placer y en ese momento me detuve.
— Como se siente?
— Perfecto.- respondió soltando todo el aire de sus pulmones.
Separe a Daniel un poco de mi cuerpo y acerque a su amiguito contra mi.
Comencé a besar su pecho, lamí sus pezones que se pusieron duros en mi lengua, subí besándolo hasta su cuello y podía sentir su respiración como se aceleraba.
Lo sujete por las nalgas y lo pegue a mi cuerpo, su pene estaba apoyado a la altura de mis costillas y de inmediato comenzó a mover su cadera frotándolo contra mi masturbandose mientras lo lamia hasta sus orejas.
Le causaba cosquillas de placer, continúe por su mejilla hasta llegar al mentón, lo chupe suave y subí hasta su boca. Abrí mis ojos y el envía la mirada fija en mi, parecía con miedo porque no se esperaba eso, así que lo bese con todo chupando sus labios y mordiendo los suaves, si cuerpo se puso rígido, metí mi lengua en su boca, primero la punta para que no se incomodara y luego la pero más adentro tocando su lengua y moviéndola entre la mía.
Me sujeto con sus manos por el cabello y pego con más fuerza su cadera para frotar más si pene contra mi. Nos estábamos besando como locos, aunque el hacía unos movimientos inexpertos, por eso me detuve y sin despegar mi boca de la suya le dije:
— Déjame primero enseñarte a besarme.
Continúe haciéndolo y el sólo me dejaba a mi. En ese momento sentí como mi hermanito que estaba a un lado de nosotros con mi pierna entre las suyas comenzó a frotar su pene corta mi muslo para masturbarse, se sujetaba con la dos manos de mi pierna y movía su cadera fregando su pee y bolas contra mi, podía sentir sus bolitas en mi rodilla y su duro pene en mi muslo.
Así pasamos unos minutos ellos dos disfrutando masturbare en mi cuerpo y yo ahora completamente mojada de excitación.
No me pude conteneme y con una mano comencé a masajear mi clítoris que estaba inmenso, lleno de deseo, se salía del capullo que lo envuelve y mis líquidos ya se salían fácilmente entre mis labios. Estaba excitada al máximo.
Mis dos chicos se movían sobre mi cuerpo ahora tan fuerte que me hicieron perder el equilibrio y me fui hacia atrás sobre la cama, me apoye sobre mis brazos quedando frente a ellos que veían ahora mi vagina que de había enrojecido un poco por masturbarme. Tenían sus penes erectos apuntandome.
— Vengan vamos a subirnos sobre la cama.- me impulse con nos brazos subiéndome boca arriba sobre el colchón.– Acuestence uno de cada lado.
Los dos se subieron rápidamente y se acostaron Daniel a mi derecha y Rubén a mi izquierda.
— Acérquense, tienen que quedar pegaditos a mi.- quería sentirlos y que ellos me sintieran a mi.– Quiero que ahora me enseñen si aprendieron lo que les acabo de enseñar, uno a cada lado.
Los dos me abrazaron de lado montando cada uno una pierna sobre mi abdomen, podía sentir sus penes a cada lado en mis caderas. Los abrace acercándolos a mi aún más y abrí un poco mis piernas, estaba demasiado excitada pero en esa posición no podía hacerlo con mis manos, no llegaba.
Primero empezó mi hermanito a besarme el cuello, lo hacía de forma muy tosca, pero se sentía divino el calor de su boca en mi piel.
Sujete a Rubén por su cabello y lo acerque a mi cuello para que se le quitará el temor. Iba indicándoles como debían besarme suave y cuando chuparme como yo de los hice a ellos.
Giraba mi cabeza a cada lado y los besaba profundo en la boca, dejaba que metieran su lengua en mi boca. Comencé con mi hermanito, mojaba su boca con mi saliva y luego lo tome por el cabello llevándolo hasta mi cuello para que continuara besando me y gire al otro lado para besar a Rubén.
Me sorprendió porque de inmediato metió su lengua en mi boca y lamía la mía rápido, inexperto pero muy sexual, estaba desesperado, le indique que se calmara y que lo hiciera idéntico pero más suave y así lo hizo. Lleve mano deslizandola por toda su espalda hasta sus nalgas y las apreté empujandolas contra mi para que se masturbara contra mi, me excitaba que hicieran eso.
Sujete a mi hermano por su cabello y baje un poco su cabeza hasta llevarla a mis senos, lleve su boca hasta mi pezón y levanté un poco el pecho pegando mi pezón en sus labios, no podía hablar porque me besaba con su amiguito, pero capto la idea, comenzó a besarlo y lo lamia.
Apreté su rostro contra mi seno y me separe del beso con Daniel para decirle:
— Chupa mi pezón, hazlo fuerte que se sienta.- de inmediato lo hizo y electricidad paso por todo mi cuerpo.
— Te gusta eso?.- me pregunto Rubén mientras veía como mi hermanito chupaba y lamía todo mi seno derecho.
— Me encanta.- dije jadeando mientras veía como mi hermanito lo hacía perfecto.
Rubén bajó sin que le dijera nada y comenzó a lamerlo, lo mordía suave, lo chupaba, se nota que había visto muchas películas porno.
Era demasiado para mi que estos dos niños estuvieran haciendo esto al mismo tiempo.
Pase mi brazo izquierdo por debajo de Rubén y me comencé a tocar de una vez como loca. Podía ver como los dos abrían los ojos para mirar como lo hacía y eso me causaba una excitación tremenda poder enseñarle a estos dos chicos como me masturbaba.
El pene de Rubén en ocasiones rozaba mi brazo, podía abrir lo duro que estaba. Los tres estábamos sudando, yo más que ellos, frotaba mi clítoris con fuerza con los dos dedos medios de mi mano subiendo y bajando la pequeña piel que cubre mi clítoris.
De pronto sentía las contracciones justo antes del orgasmo, apretaba mis músculos dentro de mi vagina, mis piernas se pusieron rígidas como madera y se juntaron, sentía mis dedos con más fuerza ahora y me salían líquidos entre mis labios. La sensación que me causaban mi hermanito y su amigo al chupar mis pezones fue demasiado combinado con lo que hacían yo. De pronto ya no podía más.
— Miren como acabo.- fue lo que alcancé a decir justo antes de mi orgasmo.
Mi cuello se tensó y luego cada músculo de mi cuerpo, sentí como un vacío y electricidad recorría mi cuerpo y en especial en mis pezones. Sin poder evitarlo comencé a temblar ligeramente y apreté a mi hermanito contra mi y mis dedos detuvieron su movimiento en mi vagina, sólo apretaba los labios con fuerza y sentía como la entrada de mi vagina tenía espasmos de placer, que duraron más de 20 segundos.
Se detuvieron y se quedaron viendo como simplemente intentaba recobrar el aliento. Jamás había tenido un orgasmo de esa magnitud, no sabía que mis pezones de ponían tan sensibles al hacerlo así.
Se apartaron de mi lado y se colocaron sentados de rodillas sobre la cama a cada costado de mi cuerpo y con los ojos cerrados y aún jadeando les dije:
— Lo que acaban de ver es un orgasmo, los dos me hicieron acabar supe fuerte.- los dos se rieron al mismo tiempo.
— Y que sentiste?.- pregunto mi hermanito.
— Es complicado de describir, no se como sienten ustedes, pero es como si estuvieras cayendo en una montaña rusa, es divino.
Abrí mis ojos y los dos se deleitaban viendo mi cuerpo desnudo extendido sobre la cama para ellos.
Abrí mis pierna y lleve mis rodillas casi hasta el pecho separándolas, así quedaba bien abierta para que me vieran. Quería enseñarles como había quedado después de acabar.
Coloque mis brazos entre mis piernas empujando las rodillas hacia los lados abriéndome más. Sus caras eran de asombro al verme así, pase mi mano desde la entrada de mi ano hasta mi clítoris, estaba llena de mis líquidos.
— Nunca habían visto una chica así de abierta real.- movían sus cabezas diciendo no y viendo mi vagina y mi culo fijamente.– Ven como esta de mojada?.
— Y siempre se pone así de mojada?.- pregunto Rubén, la verdad es que estaba muy mojada, había líquido hasta en la sábana.
— No siempre eso depende de lo excitada que este.
Sujete un labio con cada mano separándolos un poco para que la vieran completa.
— Esta es la entradita de mi vagina.- les dije señalando con un dedo el orificio de entrada a mi cosita.
— Y cuantas veces lo has hecho?.- pregunto mi hermanito.
— No muchas pero si lo suficiente.
— Y que se siente cuando se mete.- pregunto Rubén inclinándose y mirando con detenimiento.
— Me imagino que ustedes los hombres sienten rico, yo siento rico, pero debe estar así mojadita, sino no se siente tan bien.- extendí nos manos para invitarlos.– Permítanme sus manos.
Sujete cada mano y coloque la punta de sus dedos en mis labios externos indicándoles que apoyaran sus dedos en ellos y haciendo una suave presión abrí mi vagina con sus dedos. Me inclinen un poco hacía adelante para ver bien como me veían y tocaban.
Mis labios internos eran pequeños, mi clítoris se levanto como una punta que sobresalía de todo.
— Esta es la entradita por donde se mete.
Metí dos dedos dentro de mi y los saque suavemente completamente mojados, los metí y saque varias veces para que vieran como se hacía.
Aparte sus manos y me abrí los labios yo como ellos lo estaban haciendo y le dije a mi hermanito que metiera sus dedos.
— Extiende dos dedos y ponlos duros y suavemente vas a meterlos por mi entradita.
Sus dedos índice y medio entraron poco a poco dentro de mi, se sentía tan divino y más porque estaba tan sensible. Por primera vez mi hermanito estaba dentro de mi, me daba un morbo terrible poder ser yo su primera experiencia.
Comenzó a moverlos poco a poco metiéndolos y sacándolos, sus dedos eran más delgados que los míos así que podía decirle que metiera otro:
— Pon tres dedos juntos así.- le indique juntando tres dedos de mi mano.– Y mételos igual.
Sus dedos salían húmedos de mi.
— Van a turnarse, cada uno lo va a meter y sacar 10 veces.
Fue lo máximo dejar que jugarán con sus dedos dentro de mi, me lograron excitar nuevamente en segundos.
— Y como es por detrás?.- pregunto Rubén tocando mi nalga izquierda suavemente mientras estaba en su turno mi hermanito metiéndome sus dedos.
— Por detrás es lo mismo, pero es medio doloroso para la mujer a veces si no se sabe hacer.
— Pero que sientes si hago esto?.- dijo mi hermanito sacando sus dedos dentro de mi y pasándolos por todo mi ano.
— Uff de siente rico.- me arranco un suspiro y la sensación de sus dedos hay hizo que lo apretara un poco.
— Si lo mueves así es que te gusta?.- pregunto Rubén.
— Si, aprieto sin querer pero es porque se siente rico.
Tome la mano de Rubén y lleve sus dedos a mi ano también. Mientras ellos tocaban y estiraban suavemente la entradita de mi culo, metí mi dedo medio en mi vagina para humedecerlo un poco y lo lleve a la entrada de mi ano. Comencé a introducirlo suave, muy lento hasta meterlo completo.
— Así es el sexo anal, por aquí.- les decía mientras sacaba lentamente mi dedo de mi culo.
— Y te duele?.- dijo mi hermanito
— No porque los dedos no son tan grandes y gruesos como un pene.
— Podemos ver como se siente?.- mi hermanito quería sentir como era mi año también.
— Esta bien pero sólo una vez cada uno y antes de meterlo deben poner saliva en la entradita para lubricar.
Y así lo hizo mi hermanito primero dejo caer saliva en sus dedos y coloco dos en la entrada y presionando los empujo dentro.
No esperaba dos dedos por detrás pero no dije nada, no estaban tan gruesos, a su edad sus dedos eran mucho más delgados y se sentía rico.
Los metió y saco unas tres veces:
— EYYYY!! Sólo era una vez.- dije riendo.
— Ok!.- los saco de inmediato.
— Ahora tu Rubén.
Hizo la misma operación tenía ahora dos dedos de Rubén llenos de su saliva dentro de mi ano. Hoy había pasado todos los límites de sexo con ellos.
Por dentro quería saber que se sentiría desvirgar a unos chicos tan jóvenes, quería sentir como sería tenerlos dentro, pero sentía tenía de hacer eso, llegar a ese punto ya era algo delicado, no estaba tomando pastillas y a unos niños como ellos un preservativo no les serviría. Sentía temor de que pudiera quedar embarazada, aunque a los 10 años no sabía si podían hacer eso, pero ese era mi temor.
De pronto el sonido del teléfono rompió mis pensamientos y la clase de sexo con mi hermanito y su amiguito. Eran nuestros padres pensé de inmediato y nosotros tres estábamos desnudos aún.
— Vístanse rápido que deben ser ellos.- dije refiriéndome a nuestros padres.
Salí corriendo al teléfono para atender y efectivamente era mi padrastro.
— Alo.
— Venias corriendo que suenas tan ajitada?.- noto mi respiración acelerada producto de la carrera que di para llegar a tiempo al teléfono más todo el sexo acumulado.
— Si es que estaba en el cuarto y salí corriendo.
— Ya vamos en camino a buscarlos en 20 min llegamos.
— Esta bien.
Colgué el teléfono y me fui directo al baño a lavarme, estaba llena de líquidos de mi sexo, sentía aún que tenía ganas de más.
Salí del baño aún desnuda y pase a revisar que estaban listos y los dos ya se estaban poniendo los zapatos.
— Terminan y los dos se van a lavar las manos que tienen todos los dedos llenos de mi.- y les di una sonrisa picara.
Fui a mi cuarto y me coloque una falda negra plegada, parecida a las que se usan en el tenis que por debajo son como un short pero queda muy holgada, la usaba generalmente cuando iba a la playa, pero hoy quería verme sexy. Pensaba ponerme ropa interior pero no lo hice. Me coloque una camisa pegada deportiva de tirantes y un suéter negro del mismo conjunto de mi falda short, zapatos deportivos blancos. Parecía que salía del gimnasio, me solté el cabello y realmente hoy me sentía hermosa.
Antes de que llegarán fui al cuarto de mi hermanito y nuevamente me pare frente a ellos:
— Recuerden este es nuestro secreto, no se puede decir a nadie ni que pase lo que pase, A NADIE!!
— Si/Esta bien.- respondieron los dos.
— Juerenlo.
— Lo juramos.- respondieron en coro.
Les di un beso en la boca a cada uno y les ordene que bajarán a la sala. No paso mucho para que soñara el intercomunicador, eran nuestros padres que ya habían llegado.
Estábamos saliendo y mi mama entro a la casa para buscar unas cosas que debían llevar, yo baje con mi hermanito y su amigo al carro.
Al llegar mi padrastro estaba ordenando unas cosas en la parte de atrás de la camioneta y cuando nos vio llegar fue la primera vez en mi vida desde que sale con mi mama que lo vi mirarme así, por momentos pensé que quizás era mi idea, pero mientras nos organizamos para entrar y sentarnos me dijo algo que corroboró lo que pensaba:
— Vanessa estas bella, te ves bien así deportiva.
— Gracias.- si era verdad me había visto detenidamente mientras caminaba al carro.
Quizás no era nada, quizás fue demasiado sexo en tan pocos días que me hacia ver todo de otra manera, quizás me sentía culpable por todo lo que había hecho y ahora las cosas normales las juzgaba mal.
Nos sentamos en el asiento de atrás de la camioneta y tenía a mi hermanito a mi derecha y a su amiguito a mi izquierda, no pensaba discutir con ellos como siempre hacen por quien iría en la ventana.
Me sentía como si hubiese robado un banco, a pesar que los chicos actuaban de lo más normal como si nada, yo me sentía extraña, pero trataba de disimularlo.
No es normal que una chica de mi edad este corrompiendo unos niños de 10 años y aparte que le excite la idea de hacerlo. Me sentía como una sádica, pero eso no me hacia sentir mal, por el contrario me gustaba poder sacar ese lado que no yo misma sabía que tenía, me sentía capaz de hacer cualquier cosa.
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