VICIO SEXUAL – Cuidando a mi Hermanito 6 (Primera Parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Vane.
Esa tarde de sábado había reunión en casa una comida para algunos invitados que no sabía quienes eran aún. Como siempre al final terminaba haciendo todo yo ayudando a mi mama.
Como a las tres de la tarde ya estaba listo todo, mi mama quedo colocando las cosas en el horno y dijo que me fuera a vestir que en una hora llegarían los invitados. La verdad no me agradan mucho las reuniones en casa con amigos de mi mama o mi padrastro porque siempre terminó incomoda, generalmente si viene algún hombre entre los invitados, pasan todo el tiempo mirándome, ya he pasado por miradas incómodas del hermano de mi padrastro, comportamiento por la cual imagino que su esposa lo había dejado.
Camino a mi cuarto en el pasillo me conseguí a mi papa saliendo con una botella de whisky, aún me sentía bastante incómoda por ese encuentro sexual que habíamos tenido hace sólo unas horas. Haber estado con mi mamá a mi lado toda la mañana cocinando ya fue bastante complicado, sentía que había fallado a su confianza, pero ya lo hecho, hecho esta.
— Tienes que ponerte bella hoy, con esta visita seguro viene una sorpresa para ti.- dijo mi padrastro susurrando al pasar a mi lado.
— Que sorpresa?.- me detuve en la puerta de mi cuarto, sólo pensé "Que estupidez tendrá planeada esta vez?".
— Tu sólo ponte bella, provocativa.
Sólo entré en mi cuarto y cerré la puerta, me quedé unos segundos parada en el espacio de la entrada donde había ocurrido todo. "Ahora esto como que va a ser así siempre" pensando en el comportamiento de mi padrastro, "Esto será un secreto difícil de llevar".
Fui a bañarme por segunda vez ese día y al llegar de vuelta al cuarto me senté en la cama a ver mi closet. No sabía que ponerme y tampoco quería hacer lo que me había dicho mi padrastro de ponerme sensual, me parecía una falta de respeto sabiendo que mi mama estaba ahí, pero de seguro vendría alguien que seguramente estaría interesado en mi. De inmediato pensé que sería su hermano, el cual me caía bastante mal.
Luego de pasar unos quince minutos viendo mi armario sin saber que ponerme, encontré mis faldas de tenis, hacía ya bastantes meses que no me las ponía, pues con los estudios ya no había tenido chance de ir al club a jugar. Elegí una de mis preferidas, una falda Nike blanca, tenía un dobles que la hacia ver muy elegante, tome una de mis chemis azul oscura para usar de camisa, es ajustada y marcaba bien la silueta de mi cuerpo.
Generalmente las faldas de tenis se colocan con un short de licra ajustado debajo pues como la falda llega apenas a la mitad del muslo en el juego fácilmente se ve por debajo, pero como esta vez sería para estar en casa, busque un hilo blanco muy chiquito, de esos que dejan muy poco a la imaginación, unos zapatos deportivos blancos y lista, sencilla, Sport y sexy.
Me hice una cola en el cabello, me maquille muy ligeramente los ojos y los labios y al verme al espejo realmente me veía provocativa, ahora el problema sería si me había vestido así por mi iniciativa o por lo que me dijo mi padrastro, cosa que seguramente el tomaría como que yo hice caso a lo que el me dijo, cosa que no era cierta, o al menos así lo pensaba yo.
Me senté en la computadora antes de salir y Janeth me había escrito al Facebook saludandome y me tomó por sorpresa que tenía una solicitud de amistad de Rubén el amiguito de mi hermano, no me pareció mala idea y lo acepte.
Haciendo tonterías en internet se me había pasado más de media hora ya, eran más de las cinco de la tarde y escuche que llego gente a la casa, no entendía porque razón me ponía nerviosa, me dio risa que me pusiera de esa forma, todo era por lo que me había dicho el tonto de mi padrastro.
Al salir a la sala me estaba una señora vestida con unos vaqueros una camisa blanca y una chaqueta de cuero negra que se estaba quitando en ese momento, tenía cabello rubio, de verdad era muy linda, de verdad una mujer muy atractiva, tenía que ser amiga de mi mama, lo primero que pensé fue "Seguro de jóvenes eran unas putas las dos" pues mi mamá también era una mujer muy bella, pero las dos jóvenes seguramente tendrían a decenas de hombres a sus pies.
De inmediato me di cuenta cual era el premio al que se refería mi padrastro, venía con su hijo. Sólo verlo y recordar lo que me había dicho me hizo reír. Nos presentaron a mi y a mi hermanito, no se sí son ideas mías pero después de estas experiencias me doy cuenta más fácil de las miradas y los gestos de las personas que me ven, cosa que antes ni le prestaba atención. Verónica era el nombre de la amiga de mi mama y Héctor el nombre de su hijo, no sabía su edad aún pero debía tener unos 13 o 14 años, más o menos le calculaba y realmente era un chico muy lindo, alto, delgado, blanco y cabello castaño claro.
Apenas nos presentaron, Verónica dijo:
— Mira.- dijo tomando el brazo de su hijo Héctor y dirigiéndose a mi.– Así es como me gusta una novia para ti.
Su hijo se puso rojo como un tomate, seguido de eso se acercó a mi y me hizo varios cumplidos por la forma en la que estaba vestida, pensó que venía de clases de tenis, dijo que admiraba mis piernas, la verdad es que estaba definidas y eso las hacía torneadas. Me estaba dando cuenta que esos elogios se estaban poniendo incómodos, pues sentía que estaba detallandome demasiado, de hecho me hizo sonrojar.
Le cambie el tema preguntándole por la edad de Héctor su hijo.
— Héctor tiene 11 va a cumplir 12 dentro de dos meses.
— Wooow apenas 11?? pensé que era muchísimo mayor.- de verdad me asombro pues por su tamaño parecía de más edad.
— Si así es desde pequeñito ya le calculaban muchísima más edad de la que tenía, salió alto como su papa que media casi dos metros.
Nos fuimos a la terraza de la casa y pasado un rato, no tarde en darme cuenta en las miradas de Héctor, en ocasiones me daba cuenta por el reflejo de las ventanas que daban a la terraza otras porque al voltear me tropezaba con su mirada.
Me levanté porque mi mama me pidió el favor que la ayudara, ya mi hermanito estaba instalado con Héctor, su nuevo amiguito hablando de juego de PlayStation.
Al caminar a la cocina y a un lado de la puerta dos maletas.
— Y eso?.- le pregunte a mi mama refiriéndome al equipaje.
— Son de Verónica que va a pasar unos días aquí mientras termina de hacer unas diligencias.
— Y se puede saber donde van a dormir?
— Bueno creo que vas a tener que dejar que ella duerma en tu cuarto y tu duermes con los chicos en el cuarto de tu hermano.
— Mamaaa!.- dije en tono de queja, pero la verdad es que me pasaron mil pensamientos de sexo por la mente, de inmediato mi imaginación comenzó a maquinar de todo.
— Ay Vanessa por favor son sólo unos días.
La tarde pasó volando y de pronto ya eran las nueve de la noche, aún seguían bebiendo y hablando en la mesa y de pronto Verónica hizo un comentario dirigiéndose al esposo de mi mama, de esos que ponen incómodo a cualquiera.
— Rubén como haces para vivir con estas dos modelos en casa?, eres un hombre con suerte.- dijo Verónica la mamá de Héctor en referencia a mi mama y yo.
— Pues si, lo tengo todo.- se notaba por su respuesta que se había puesto nervioso.
— Es que a los hombres después de los 40 como les gustan las chica jovencitas.- otro comentario incómodo, pero mi mama y su amiga comenzaron a reír.
Comenzaron a hacer chistes sobre el tema y yo comencé a ordenar unos platos y los recogí para llevarlos a la cocina, era la excusa perfecta para abandonar la mesa, pues se ve que ya la bebida les estaba pegando y no me estaba sintiendo a gusto ahí con tres borrachos.
Deje los platos en la cocina y me fui al baño, pase frente al cuarto de mi hermanito y estaban los dos jugando PS sentados en el piso.
En el baño me subí la falda y baje mi panty para orinar y al terminar tome un poco de papel para secarme abrí mis labios y pase el papel suave entre ellos, por un momento me detuve a pensar en una maldad para jugar con los chicos ahora y sacarlos de concentración, la verdad es que estaba hecha toda una ninfomana corruptora de menores.
Me subí la panty y baje mi falda pero la subí un poco más, dejándola más corta aún de lo que era, salí del baño y fui directo al cuarto de mi hermanito, me puse de pie frente a ellos, como estaban sentados en el piso desde abajo podían ver bajo mi falda con facilidad sólo subiendo la mirada. Los dos estaban concentrados en el juego y no voltearon a mirarme.
— Daniel puede poner pausa un segundo al juego.- de inmediato lo hizo y al subir la mirada para verme a los dos se les fueron los ojos a mis piernas mirando lo corta que estaba mi falda, mi hermanito que estaba más cerca de mi podía ver con claridad mi entrepierna y Héctor, su nuevo amiguito imagino que también, pero de inmediato giró la mirada al televisor nuevamente.– Van a tener que ayudarme a ordenar aquí el piso porque debes sacar el colchón debajo de tu cama, porque vamos a dormir los tres aquí y la mamá de Héctor en mi cuarto.
— Ok.- dijo mi hermanito mientras sus ojos intentaban disimular que veían bajo mi falda.
— Pero hazlo de una vez, no lo dejes para más tarde. Ustedes van a dormir abajo así que busca una sábana para poner sobre el colchón y yo como soy la reina dormiré arriba.- dije esto último haciendo un gesto de coquetería poniendo mi mano sobre la cadera.
Los ojos de Héctor recorrieron mi cuerpo y luego se puso de pie. Me di la vuelta y a un lado de su escritorio en el piso estaba un vaso, inmediatamente y con toda la intención, me incline dejando mis piernas extendidas, sólo baje mi tronco para alcanzar el vaso lo que hizo que mi falda dejara al descubierto todo mi culo, sentí como mis nalgas se separaron un poco dejándoles por unos segundos a la vista todo mi trasero y un pequeño triángulito apenas tapado por mi panty, inclinada aún gire mi cabeza y estaban los dos fijamente viendo mi cuerpo concentrados en mis piernas y mi culo. Me incorpore y de espaldas a ellos saliendo del cuarto les dije:
— Apúrense que ya en un ratico me vengo a acostar.
Me reía por dentro, mi plan había salido a la perfección y lo mejor es que, a mi hermanito pareció no molestarle en lo más mínimo, parecía que le gusto lo que hice.
Salí de su cuarto y baje mi falda a su posición normal, fui a la cocina a llevar el vaso y luego a mi habitación para ordenarla y percatarme que no había nada fuera de lugar, empezando por en video porno que mi padrastro había dejado hace unos días y aún estaba ahí.
Termine de ordenar y me senté a terminar de responder algunos mensajes en la computadora, mi mama entro a mi cuarto acompañando a Verónica que traía su maleta.
— Hija nosotros vamos a salir.- dijo mi mama sujetándome del hombro.
— Así que vas a ser la niñera esta noche por unas horas.- dijo su amiga riendo.
— Niñera de quien? De esos dos manganzones?.- nos reímos las tres.– Ellos están para cuidarme a mi ya.
Le explique donde estaban las luces en mi cuarto, donde podía colocar sus cosas y salí de la habitación para que se pusiera cómoda, me fui a la cocina para ayudar a mi mama a lavar los platos mientras se acomodaba su amiga.
Luego de unos minutos salió Verónica y me quede mirándola, la verdad era una mujer muy hermosa con un cuerpo como el de mi mama, sólo que ella tenía los senos operados y eso hacia la diferencia, pensé "Ojalá a su edad me vea así" pensé, mi mama a pesar de ser una mujer despampanante no acostumbraba a vestir así tan sexy, pero después de esa noche y la forma en la que vi que mi mama vio a su amiga, creo que va a tomar en cuenta poner un poco más de cuidado al vestir.
Nos quedamos hablando cosas de mujeres unos minutos hasta que salió mi padrastro y les indico para salir, tomaron sus cosas y abriendo la puerta salieron ellas, mi padrastro se regresó y en voz baja me dijo.
— Llegaremos entre cuatro o cinco de la mañana, así que tienes tiempo para ver unas cuantas películas y algo más.
— De que hablas?.- era evidente que sabía que se refería a hacer algo con los chicos, pero intente disimular.
— Ese era el regalo.- se dio la vuelta y salió de la casa.
Me quede parada viendo la puerta por unos segundos, pensando en si debía o no hace algo con mi hermanito y este chico nuevo, más aún sabiendo que mi padrastro sabía que algo pasaría, que esto era hecho por pensando en que yo tuviera sexo con los dos niños en casa.
"Bueno Vanessa que más podría pasar que no ha pasado ya?" Fue lo que pensé, "Ya hasta con tu padrastro dejaste que pasara algo, no te vas a poner ahora a dudar por una tontería", mi conciencia hoy me hablaba y parecía dispuesta a todo, mi corazón se aceleró a mil por hora, nuevamente estaba nerviosa y de inmediato comencé a sentir cosquillitas abajo entre mis piernas.
Me fui a mi cuarto y lo primero que se me ocurrió fue buscar algo que usaría para dormir, me recordé que en la última gaveta de mi armario estaban unos conjuntos de pijama que ya tenía años que no usaba, pues mi cuerpo cambió y ya no me quedaban en alguna partes.
Pase frente al cuarto de mi hermanito y estaban los dos sentados en la cama viendo unos muñecos de juguete que tenía mi hermanito, pase de una vez a mi cuarto y cerré la puerta. Saque la primera batica para dormir color azul celeste y otra blanca, cuando las usaba no tenía los senos tan grandes y me llegaban a la mitad del muslo. Me quite la ropa sólo dejando mi panty hilo, al ponerme la batica azul casi ni cabía en mi cuerpo, quedaba ajustada pero como era de algodón se estiraba y se amoldaba a mi cuerpo, las tiras llegaban en mi pecho justo a los pezones apenas tapándolos y dejaban mis senos casi al descubierto en el centro y a los lados, tapaba un poco más abajo de mi cadera, quedaba como una minifalda muy muy cortica, cualquier movimiento mal hecho podía hacer que se subiera. Me pareció que era demasiado, casi estaba desnuda.
Me coloque la blanca que era un poco más ancha en mis senos, aunque ya con mis senos más grandes se mostraban por los lados pero tapaba más que la otra, el problema es que quedaba tan corta abajo que por más que la estirará se subía y dejaba ver mis nalgas y mi entrepierna.
Decidí ponerme la azul y al pararme frente al espejo la luz de la lámpara de mi mesa de noche que estaba a mis espalda dejaba ver entre mis piernas la silueta de mis labios juntos apretados por mi panty, mis pezones se podían ver un poco porque la tela transparentaba por lo estirada que estaba.
Sólo pensar que ellos dos me vieran así me excito de inmediato, mis pezones se pusieron duros y se marcaban claramente en los pequeños triángulos que los tapaban. Estaba ahí viéndome y ahora dudando si ir así vestida al cuarto de mi hermanito o no.
Pensé en que debía tener algo para ponerme abajo por si llegaban antes o para ponerme después para dormir, saque uno de mis monos deportivos blancos y lo doble para llevarlo en la mano.
Me senté en la cama, mis manos temblaban por los nervios, parecía que estaba planeando el robo a un banco, "Estas dudando mucho y esta pasando el tiempo" pensé dándome ánimos para atreverme.
Salí de mi cuarto y al llegar a la entrada del cuarto de mi hermanito me detuve, acomode mi pequeño vestidito de dormir, lo estire hacia abajo un poco y acomode la poca tela que apenas tapaba mis senos firmes, "Realmente casi ni me tapa" fue lo que pensé.
— Chicos acomoden la cama donde van a dormir.- cuando me vieron entrar como ese diminuto atuendo, los dos se quedaron mirándome con la boca abierta.– Vamos no se queden ahí hipnotizados que después más tarde les va a dar fastidio.
Me acerque poniéndome frente a la cama de mi hermanito, tire el pantalón del mono sobre la cama. Héctor no dejaba de verme, me recorría con la mirada.
— Tenía tiempo sin vete con esa pijama.- dijo mi hermanito.– Ya te queda pequeña.- estaba más cerca de mi y podía ver mi panty bajo la corta camisa.
— Me queda muy chiquita?.- les pregunte dando una vuelta lentamente para que me vieran completa por delante y por detrás.
— Pero te queda muy bien.- dijo Héctor sonriendo.
— Si pero de verdad me queda muy chiquita.- dije eso dejándoles ver el triángulito de la parte delantera de mi panty que se asomaba entre mis piernas, baje la batica un poquito para taparlo.– Si no tuviera la panty se me viera todo.
— Quitatela a ver.- dijo mi hermanito y Héctor tenía la carita roja de la pena.
— No no me la puedo quitar porque esta el aquí.- dije refiriéndome a Héctor que volteó a mirarme pero no dijo nada.
Los dos se pusieron de pie para sacar la cama de visitante que estaba debajo del colchón de mi hermanito. Héctor estaba de pie pero inclinado hacia adelante apoyado de sus rodillas tratando de ocultar lo que parecía una tremenda erección. Mi hermanito si no ocultaba nada, podía ver claramente en su pantalón como se hacía un bulto en su parte delantera.
Sacaron la cama y mande a mi hermanito a que buscara una sábana para cubrir el colchón y otras dos para que se arroparan. Al salir el de su cuarto para buscar eso en el cuarto de mi mama, me senté en la cama de arriba con los pies sobre el colchón de ellos que quedaba a un lado pero más abajo. Tenía mis piernas juntas pero al sentarme así mi batica se había recogido un poco dejando mis piernas y parte de mis caderas a la vista, la mirada de Héctor se iba por mis piernas hasta mis senos que parecían estar cubiertos por un traje de baño pequeño.
— Y en que gradó estas?.- le pregunte para intentar romper el hielo.
— En quinto grado.- me respondió mientras desabrochaba las trenzas de su zapato.
— Estas en primaria todavía?.- me asombro porque por su tamaño pensé que era mucho mayor que mi hermanito.– Que edad tienes?.
— Casi doce.- dijo subiendo la mirada para verme a la cara, parece que de sentía apenado de ser tan chico.
— Pero pareces de más edad, eres bien grande.- con mi mano aparte el cabello de su frente.
— Si siempre me dicen eso.- sus ojos nuevamente se concentraban en mis piernas.
Mi hermanito entro al cuarto con las sábanas y una cobija, me levanté sobre el colchón de ellos caminando sobre el y pasando entre los dos, mi pijama se subió sobre mi cadera quedando en mi cintura y dejando todo mi culo al aire sólo cubierto por un panty de hilo blanco que se metía entre mis nalgas, Héctor que estaba sentado en el colchón se quedo infartado viendo mis piernas mi mis caderas desnudas, mi hermanito pudo verme por delante y por detrás, a los dos se les fue la mirada detrás de mi cuerpo. Al tocar el piso nuevamente baje mi batica tapando mi parte de abajo.
Esta vez Hector no tenía opción, debía ponerse de pie para ordenar la cama y al voltearme quede frente a el, tenía una erección que parecía que reventaría su pantalón. Claro que se dio cuenta que lo había notado y se puso rojo como un tomate, coloco su mano sobre el pantalón a la altura de su pene intentando disimular.
— No tiene porque darte pena, es normal.- le dije inclinándome para susurrarle eso, aunque igual lo escuchaban los dos. Sólo me miro sonriendo pero su rostro estaba enrojecido.– Así yo se también que te gusta.
— Ayúdame a ponerlo.- dijo mi hermanito para que le diera una mano para poner la sábana en la cama.
— No seas flojo, pónganla entre los dos y así aprendes.- le dije eso porque me dio pena ayudarles con algo tan chiquito puesto, pues se vería todo y creo que Héctor, su nuevo amigo, estaba algo incómodo.
Mientras ponían la sábana le hacía preguntas a Héctor para saber más de el, lo típico que le preguntan a un chico, que si tiene novia, de donde era, donde estudiaba y cosas así, tratando de que ganara confianza.
Terminaron de ordenar la cama y les dije:
— Bueno ahora les toca a ustedes ponerse cómodos para dormir.
— Aquí frente a ti?.- dijo mi hermanito.
— Claro, que tiene de malo?, a mi también me toca mirar.- puse mi cara de picara y les guiñe el ojo.
Mi hermanito de inmediato se quitó la camisa y comenzó a quitar el cinturón de su pantalón. Héctor no se atrevía a quitar la ropa, pero no dejaba de ver mis piernas y mi entrepierna.
— Y tu no quieres?.- le dije refiriéndome a Héctor.
— Es que me da pena.- y su cara realmente decía eso, el bulto en su pantalón estaba por explotar.
— No vale eso no tiene porque darte pena, es algo normal.- me acerque donde estaba el, pase mis dedos apartando el cabello detrás de su oreja.– Cuando tengas novia te va a tocar que te vean en ropa interior y hasta desnudo.- los tres nos reímos.– Ven, déjame ayudarte.
El se aproximo más a mi lado y tome su franela y le ayude a quitarla, el desabrocho su cinturón y yo desabotone su pantalón. Ya mi hermanito estaba quitando su pantalón quedando en ropa interior.
— Ves ya Daniel se lo quito.- le dije para alentarlo un poco.– Pero Héctor no es obligatorio que te quites la ropa, esto es más un juego secreto entre los tres, pero si no quieres no importa.
— Es que si quiero pero me da pena.- dijo bajando su mirada al suelo.
— Mira que no te debes sentir así.- subí mi batica por encima de mi ombligo, dejando al descubierto el pequeñísimo hilo que tenía puesto.– Ahora te toca a ti, demuéstrame que se te quitó la pena.- diciéndole esto estiré suavemente mi panty acomodandola justo en mi vagina, casi pudo verla.
Bajo el cierre de su pantalón y yo lo ayude a terminar de quitarlo, me agache para bajarlo hasta sus tobillos y su pene erecto que estaba bajo su bóxer lo tenía apuntando a mi cara bajo la tela.
— Te has masturbado?.- le pregunte subiendo la mirada y viendo la cara de Héctor que se sorprendió por mi pregunta.
— Si.- respondió en tono muy bajo.
— Eso es normal y muy rico, verdad hermanito?.- quería incluir a Daniel en el juego.
— Si es lo máximo y cuando aprendes a acabar es lo mejor.- dijo mi hermanito acercándose a mi con su tremendo pene erecto también.
— Si yo se acabar ya.- dijo Héctor.
Sólo verlos así en ropa interior con unas erecciones tan evidentes y que vieran mi cuerpo desnudo ya me tenía mojada. Tenía unas ganas enormes de ver el pene de Héctor pero no quería que se pusiera nervioso otra vez, parecía estar entrando en confianza.
— Y ya has visto películas porno?.- le seguía preguntando mientras terminaba de ayudarle a quitar el pantalón.
— Si en internet, pero pocas porque la computadora es de mi mama y muy pocas veces estoy sólo para verlas.- ya se veía más calmado.
— Será que vemos películas xxx?.- dije volteando a ver a mi hermanito.
— Siiiii.- dijo Daniel con una sonrisa inmensa, ya sabía que pasaría algo .
— Muéstrale tu bolsa secreta hermanito.
De inmediato Daniel saco de su escondite en el closet la bolsa llena de revistas y vídeos porno. Nos pusimos a ver revistas porno los tres, yo me acosté boca abajo en la cama de arriba y ellos se sentaron en la cama de abajo. Mi hermanito le indicaba donde estaban las mejores fotos para el, ya se sabía las revistas de memoria, los dos estaban concentrados viendo las mujeres desnudas y teniendo sexo.
— Alguna vez había visto a una mujer desnuda real así como yo?.- le pregunte a Héctor.
— No nunca, pero igual tu no estas desnuda, es como si tuvieras un traje de baño.- dijo volteando a ver mi culo que estaba descubierto sobre la cama.
— Bueno pero estoy casi casi desnuda.- coloque ni cuerpo de lado para que se viera toda la panty.– Aparte que no me voy a desnudar yo sola.
— Bueno si te desnudas nosotros nos desnudamos.- dijo mi hermanito.
Sin pensarlo me puse de pie sobre la cama y me termine de quitar la batica, mi senos quedaron al descubierto, tire mi vestidito a las manos de mi hermano, mis pezones estaban paraditos, se notaba claramente que estaba excitada. Sujete mi panty por la liga a cada lado de mi cadera estirandola y haciendo como si la bajaría casi mostrando el inicio de mi vagina, luego me di la vuelta y la hale sacando el hilo entre mis nalgas suavemente y luego la volví a subir.
— Les toca a ustedes ahora.
— Pero todavía no estas desnuda.- dijo mi hermanito, Héctor estaba concentrado viendo mis senos y apretaba su pene sobre su bóxer, se veía que se moría de ganas.
— Bueno si quieren que me quite la parte de abajo tienen que quitarse ustedes primero la ropa interior.
Los dos se vieron a la cara y se rieron, creo que por haberse conocido ese día no tenían la confianza, aparte que Héctor estaba sin duda con muchísima pena por lo que estaba pasando, jamás el se habría imaginado que esto pasaría.
Así mismo sentados los dos se quitaron la ropa interior y se quedaron sobre la cama, Héctor tapaba su pene con las manos, mi hermanito no porque ya tenía confianza conmigo. Me senté en la cama más alta colocando mis pies sobre la de ellos, me acerque a Héctor y le dije:
— Esto es como un juego y claro esta que es un secreto, lo que pase aquí no se le puede contar a nadie.- el me miraba fijamente.– Así que si hay algo que no quieras hacer no lo hagas, ok?.- hizo un gesto afirmativo con la cabeza, le sonreí y le di un beso suave y lento en la mejilla.
Me puse de pie nuevamente sobre la cama y comencé a bailar suavemente como si les estuviera haciendo un strip-tease, acariciaba mi cuerpo pasando mi mano por mis senos y apretando mis pezones, jugaba con mi cabello y me ponía en diferentes ángulos para que vieran todo mi cuerpo.
Podía ver como mi hermanito movía suavemente su mano masturbandose y Héctor apretaba su pene oculto bajo sus manos. Lleve mis manos a la cintura y estire nuevamente la panty bajándola sólo un poco, la detuve justo antes de dejarles ver mis labios vaginales, me gire colocándome de espaldas a los dos y baje mi panty hasta los tobillos inclinándome completamente hacia adelante, eso hizo que mi culo quedara completamente abierto frente a ellos, mi ano y mi vagina estaban a la vista completa, los deje disfrutar unos segundos de esa vista y podía ver sus caras de asombro. Los dos se miraron para reír me imagino que producto de la excitación.
Me incorpore y gire quedando de frente a ellos, les sonreí ahora yo y les tire un beso a cada uno.
— Les gusto el show?.- inmediatamente los dos riendo dijeron que si.– Bueno ahora a ver una película.
Mi hermanito saco una de las películas de su bolsa y la coloco rápidamente en el PlayStation. Yo me deje caer en la cama dejando que mis pechos rebotaran, acomode la almohada a la pared y me acosté completamente desnuda.
Héctor no dejaba de mirarme y cada vez que lo sorprendía le sonreía, estaba muerto de pena aún. Debía conseguir la forma de quitarle ese sentimiento. La película inicio y mi hermanito la adelanto hasta la primera escena, era una casa muy lujosa y bajaba una chica desnuda y en zapatos de tacón alto por la escalera, realmente era una carita muy bella y con un cuerpo operado, pero realmente hermosa, luego llego un chico y comenzaron a hacerlo, ella le chupaba la verga a el, luego el le hacia sexo oral a ella, me babeaba ver la reacción de sus rostros con cada detalle de las tomas. En ocasiones los dos volteaban a verme y aprovechaban para detallar mi cuerpo desnudo, me encantaba que aún así era yo el centro de atracción.
Llego la escena en la que el chico acababa sobre el cuerpo de ella, le salió una cantidad enorme de semen y lleno sus senos y su abdomen. Con las piernas juntas metí uno de los dedos entre los labios pasando sobre mi clítoris y llegándolo justo a la entrada de mi vagina, los dos voltearon a verme y abrí mis piernas para que pudieran ver mejor. Les dije que se sentarán sobre mi cama frente a mi para que pudieran ver mejor, al sentarse Héctor frente a mi por fin pude ver su pene con detalle, tenía un glande muy diferente al de mi hermanito, era mucho más ancho, parecía un champiñón, me encanto eso porque ese escaloncito se debía sentir divino.
Nadie decía nada, los dos estaban concentrados viendo como les abría mis labios mostrándoles mi vagina completamente, pasaba mis dedos por la breada mojandolos con mis líquidos y luego masacraba suave mi clítoris.
— Este botoncito que ven aquí se llama clítoris, es el lugar donde la mujeres sentimos más rico, peo hay que tratarlo suave.- Pasaba mis dedos con delicadeza sobre el abriéndolo y dejando que saliera completo para que lo vieran bien.– Por aquí es donde ustedes meten el pene.- abrí mis labios bien para que se mostrará el huequito de entrada a mi vagina y luego metí mis dedos suave hasta el fondo sacándolos completamente mojados.
Luego eleve mis rodillas llevándolas hacia mi pecho abriendo mis piernas más para que mi culo se mostrara completo, coloque mi mano sobre mi ano y les indique: — Por aquí por el ano también se puede meter pero a veces duele.- pasaba mi dedo húmedo sobre la entrada de mi culo haciendo círculos suaves, volvía a subir los dedos y los metía en mi vagina. De pronto Héctor rompió el silencio:
— Que sientes cuando te lo meten?.
— Se siente rico, es como una cosquillita rica.- cada vez estaba más mojada.
— Y por donde te gusta más por delante o por detrás?.- seguía preguntando y me encantaba que lo hiciera.
— Nunca lo he hecho por detrás, pero me gustaría probar.
— Yo quiero ser el primero.- de inmediato dijo mi hermanito, eso me excito más aún.
— Vengan acérquense.
Los dos se sentaron de rodillas frente a mi aún con las piernas abiertas, sus penes estaban duros apuntandome.
— Ven préstame tu mano.- le dije a Héctor y la coloque en la parte posterior de mi muslo, sujetándola la pase suave acariciandome hasta llevarla hasta mi vagina.– Sientes?.- le dije mientras el afirmaba con la cabeza, podía sentir como estaba temblando mientras lo guiaba para tocarme, pase su mano por mis nalgas hasta colocarla entre ellas para que tocara mi ano.
— Ahora tu Daniel.- le dije a mi hermanito, que hizo todo el recorrido sólo sin que lo guiara, se sentía divino el toque de sus manos sobre mi piel.
— Ahora pon dos dedos así juntos y firmes.- le indique a Héctor que los coloco así de inmediato.– Así mismo, déjalos firmes.- tome su mano y coloque la punta de sus dedos en la entrada de mi vagina y los metí lentamente hasta que entraron completos, sus nudillos tocaban mi culo, lo saque un poco y volví a meterlos, repetí eso varias veces, solté su mano y deje sus dedos adentro.– Ahora sigue moviéndolos tu sólo.
Seguía haciéndolo pero más rápido, sujete la mano de mi hermanito, eleve mi cadera un poquito más y puso dos dedos firmes, los pase por la entrada de mi ano suavemente, los empuje pero sólo entro la punta de uno de sus dedos, Héctor detuvo el movimiento para ver como mi hermanito metía sus dedos en mi ano. Trate de relajarme y empujé los dedos de mi culo suavemente hasta que entraron por completo. Tenía por primera vez una doble penetración, era poquito porque sus dedos no eran grandes, pero era un rico inicio. Los deje que se divirtieran así unos dos minutos y ahora me tocaba a mi darles placer, saque los dedos de mi hermano de mi ano y los de Hector de mi vagina.
— Ahora hermanito debes lavar tu mano porque hacerlo por ahí debe ser con cuidado.
— Y yo?.- dijo Héctor.
— No por delante no hay problema.
Podía notar que los dos estaban al borde de la excitación y yo estaba llevándolos aún más allá, era la profesora de sexo de estos dos niños y me encantaba hacer eso.
Mi hermanito salió rápido al baño a lavar su mano y nos quedamos unos segundos solos Héctor y yo, me senté a su lado, la película que aún seguía corriendo estaba en Una escena en la que una chica le hacía sexo oral en la cama a un chico, le indique a Héctor que mirará y mientras los dos lo hacíamos pasaba mis dedos muy delicadamente por sus muslos, rozando mis uñas suavemente, podía sentir como temblaba aún al tocarlo.
Creo que no estaba cómodo Héctor con la presencia de mi hermanito ahí, eso fue lo que pensé, aparte de ser su primera vez, era demasiado para ser el primer día que nos conocía.
Al entrar mi hermanito de vuelta al cuarto dije:
— Vamos a hacer algo más rico.- tenía que estar a solas con Héctor.– Les voy a dar quince minutos a cada uno a solas conmigo, mientras uno entra el otro espera aquí viendo la película.
— Ok/perfecto.- respondieron los dos al mismo tiempo.
— Voy a llevar a Héctor primero que esta muy nervioso.- le dije rápido y en secreto a mi hermanito al oído.
Me levanté de la cama y le extendí la mano a Héctor para llevarlo a mi cuarto. Mientras caminábamos lo detalle completo, su pene estaba tan duro que casi no se movía al caminar.
Entramos a mi cuarto y cerré la puerta, me senté en el borde de la cama y deje que el se quedara frente a mi de pie, abrí mis piernas para que se acercara un poco más.
— Estas nervioso?.- le pregunte viéndolo a la cara.
— Si mucho.- me dijo sonriendo.
— No tienes porque estarlo ya, aquí estamos solos.- sujete su mano derecha y la puse sobre uno de mis senos, el automáticamente lo apretó.– Te gusta?.- afirmo con su cabeza.– Puedes tocar lo que quieras.
Inmediatamente si otra mano agarro mi otro seno, los acariciaba y los apretaba, con mis dedos apreté nos pezones enseñándole como me gustaba y el lo captó inmediato imitando lo que hacia. Me moría de ganas por sentir su pene, pero quería ir con calma, lo acerque más para que sintiera todo mi cuerpo, lo abrace y pegue su cuerpo del mío, mis senos quedaron en si pecho y pide mis manos en su espalda baja empujando su cadera hacia adelante, su pene toco mi abdomen y lo acerque más para que quedara apretado entre nuestros cuerpos, podía sentir lo caliente de su verga, estaba dura como el acero y en ocasiones sentía como hacía alguna contracción, el me abrazo y sólo puso sus manos en mi espalda, pero se notaba que tenía pena aún, estaba inmóvil de los nervios.
— Te gusta así?.- le pregunte hablándome al oído.
— Si.
— Estas hirviendo.- me reí suave y comencé a besarlo en su hombro, llegue a su cuello y el se movió riendo.
— Es que me haces cosquillas.- su piel se erizó, podía sentirlo en su espalda.
— Esta bien eso es normal.- lo acaricie suave por la espalda llegando hasta sus nalgas que al tocarla de apretaron las dos, aún estaba nervioso.– Has besado en la boca?.- sus ojos se abrieron más y movió su cabeza para decirme que no. Me acerque suavemente y lo bese suave en la boca dándole varios besitos pequeños.– Te gusto?.- nuevamente afirmo con su cabeza, lo bese unas veces más y comencé a bajar por su mentón, por su cuello y luego lo aparte de mi cuerpo, su pene dejo en mi abdomen un hilo de líquido espeso, estaba tan excitado que salía agüita por la punta de su pene.
Sujete su pene suavemente entre mis dedos y de inmediato sentí como tuvo una contracción al contacto, lleve mis dedos hasta sus bolitas y luego sujete su verga completa cerrando mis dedos, era mucho más larga que la de mi hermanito, pero era más delgada, pero me sorprendió lo larga que era. Me incline hacia adelante y lo bese en su abdomen, su ombligo, podía sentir como su respiración se aceleraba.
— Que parte de mi cuerpo te gusta más?.- le pregunte para que se relajará nuevamente.
— Tu pecho.- respondió de inmediato.
Sujete mi seno izquierdo con la mano y lo acerque a su pene, pase la punta de su glande por mi pezón y lo frote contra el, salía más líquido y lo mojo inmediato, baje mi cara y bese la punta chupando la suave, quedo el sabor salado de su agüita en mis labios, sin pensarlo lo metí en mi boca saboreandolo y comencé a hacerle sexo oral suave pero profundo, la punta de su verga llegaba hasta mi garganta.
Me sujeto por los hombro como para intentar separarse de mi, pensé que le había hecho algo que le molesto y me aparte para preguntarle:
— Que paso t…
No había terminado de hacer la pregunta y salió una enorme carga de semen espeso llegando a mi nariz, mi boca y mi mentón, el segundo chorro llego a mi cuello y mis senos, sólo mirar como su verga disparaba semen por mi, por poco me hizo acabar de sólo verlo.
Sujete su verga con los dedos y comencé a masturbarlo rápido, acerque mi seno que me había dicho que le encantaba para que lo llenara de su leche, le seguía saliendo un montón, se derramaba por los costados de mi seno, estaba hirviendo era muy caliente.
En la medida que salía menos lo apretaba con fuerza sacándole toda la que quedaba dentro, estaba fuera de el, hacia sonidos de placer y me sujetaba con fuerza. Cuando abrió los ojos nuevamente y vio mi cara como estaba llena de su semen, lo primero que dijo fue:
— Perdona, discúlpame no sabía que hacer.- su rostro estaba rojo como un tomate y su respiración acelerada.
— No tienes que disculparte, así como lo hiciste esta perfecto, déjame decirte que me encanto.
— De verdad te gusto?.
— Si me encanto, mira lo rico que acabaste, me llenaste toda.
— Y eso te gusta?.- me pregunto con una carita como si fuera a llorar.
— Así como lo hiciste es que adoro que acabes siempre. Déjame limpiar tu verga.- La agarre con mis dedos por la base y me la metí en la boca, la envolvía con la lengua succionandola comiéndome todo su semen.
— Ahhhhhhh!!!.- fue el único sonido que hizo apretando todo su cuerpo, sus piernas temblaron y por poco se cae al piso, tuvo que sujetarse de mis hombros para mantenerse en pie mientras yo le chupe su verga por casi un minuto.
Su erección bajo después de acabar un poco pero después de chuparla así volvió a ponerse dura, mire el reloj y nos quedaban cinco minutos para que se acabara su tiempo.
Lo acosté en la cama y aún llena de su semen que ahora se secaba sobre mi, le dije que se pusiera boca arriba y me subí sobre el, estaba fuera de mi, estaba demasiado excitada, sujete su verga apuntandola a mi vagina y la metí hasta el fondo, separe bien mis pierna hasta que mi vagina quedo abierta sobre su vientre y comencé a mover mi cadera hacia adelante y hacía atrás frotándome con fuerza el clítoris y mis labios contra su cuerpo. Su pene que estaba completamente dentro de mi, hacia movimientos dentro de mi vagina con el vaivén de mi cadera.
Me movía frenéticamente, necesitaba urgente acabar, sentía como se mojaba su verga, su barriguita con los líquidos que salían de mi. Me incline sobre el sin dejar de moverme y puse mis senos en su cara.
— Chupame los pezones.- le dije colocándole cerca de su boca mi pezón izquierdo.
Con sus manos agarro mis dos senos y comenzó a chuparmelos, cerré mis ojos y me deje llevar. Era divina la sensación de su pene moviéndome dentro de mi, como escarbando y mi clítoris rozando su piel. Al abrir los ojos podía ver como su cara estaba en el éxtasis mientras jugaba con mis senos y estaba dentro de mi.
— Te gusta como se siente meter tu pipí dentro de mi?.- lo miraba fijamente a la cara, estaba sintiendo que venía mi orgasmo, aceleraba los movimientos.– Te gusta mamarme las tetas?, te gusta cogerme así?.- estaba completamente ida y hablándole de forma morbosa a ese niño que me estaba dando un placer inmenso.
Sólo respondía moviendo su cabeza de forma afirmativa. Me incorpore poniendo mi manos sobre su pechos y para que viera mi cuerpo completo como estaba sobre el, quería que viera la mujer que se estaba cogiendo, con quien estaba perdiendo la virginidad.
Al ver mis senos moverse al ritmo de mis caderas y ver mi vagina perfectamente depilada como estaba enrojecida de la fricción, la sensación de estar dentro de mi, me imagino que no pudo más.
— Creo que otra vez.- me dijo casi tartamudeando.
— Otra vez que?.- mi voz era agitada no quería bajar el ritmo, estaba sudando ya.
— Me va a salir otra vez.- me dijo aún con pena de decirlo claramente.
— Vas a acabar dentro de mi?.
Justo al hacerle esa pregunta, todo su cuerpo se tensó, sus piernas se pusieron rígidas y su pene se inflo dentro de mi, pude sentir como sus bolas se contraían y de pronto estaba llenándome de semen por dentro, las contracciones eran fuertes y yo seguía moviéndome sin parar. El me sujetaba por las caderas, sentía que estaba llena de agua, su pene nadaba entre mis líquidos y su semen caliente.
Con cada movimiento de cadera se escapaba entre mis labios todo ese líquido llenando su barriga y eso hacia que se deslizara mi vagina sobre el más suave. La fricción de mi cuerpo con el de suyo hacia sonidos por lo húmeda que estaba.
Sólo de pensar que había acabado dentro de mi y verlo a la cara me arranco un pequeño grito y un orgasmo recorrió mi cuerpo desde los pies hasta mi cabello, me detuve apretando su verga dentro de mi, apreté mis dedos sobre su pecho y detuve hasta la respiración.
Fue un orgasmo corto pero muy muy intenso. Me quede sobre el unos segundo y cuando abrí mis ojos el estaba viéndome fijamente con una cara de felicidad inmensa, le sonreí, casi no podía hablar estaba recuperando el aliento, mi cuerpo estaba sudando pues realmente lo había hecho con ganas.
— Te gusto?.- le pregunte casi jadeando.
— Si muchicimo.
— Que rico eso me gusta, lo haces muy bien.- quería que se sintiera perfecto aunque todo el trabajo lo había hecho yo y estaba cansada.
Al levantar mi cadera y sacar su pene que estaba aún erecto pero con menos dureza, entre mis labios salió una pelota de líquido, le había salido tanto que aún tenía mucho dentro de mi. Aún sobre el con las piernas abiertas me puse en cuclillas y metí un dedo dentro de mi abriendo la entrada de mi vagina, puje un poco y salió otro poco más de su semen cayendo sobre su abdomen, se veía tan erótico eso que hacía, tan morboso, realmente lo lleve al límite de su excitación. Me impactaba que en la segunda oportunidad de eyacular, le saliera tanto líquido, los dos nos reíamos de todo lo que salió y lo felicité por haber acabado así. Le explique que cuando lo haga con alguna chica no puede acabar dentro porque puede dejarla embarazada, en mi caso si podía porque tomaba pastillas.
Me levanté y busque un paño pequeño, le sequé su abdomen que estaba todo mojado y luego lo pase por todos los lados de mi cuerpo donde tenía su semen. Le dije que fuéramos al baño a lavarnos porque ahora le tocaba a mi hermanito.
Al salir del cuarto mi hermanito a asomo inmediatamente, sabía que le tocaba a el, fuimos hasta el baño y le indique que abriera la regadera para saliera agua caliente, mi hermanito se coloco en la puerta del baño con una tremenda erección, de su cuarto se escuchaban los gemidos de la película que aún estaba puesta.
No me aguante y me puse de rodillas frente a el y comencé a chuparle suavemente su pene, el me sujeto por el cabello y empujaba mi rostro metiéndolo completo en mi boca. Dure unos segundos haciéndole sexo oral y me voltee poniéndome en cuatro dejándole mi culo completamente abierto para el, Héctor estaba en la regadera frente a mi viendo todo el espectáculo con detenimiento. Pase no brazo por mi espalda llevándo mi mano hasta mi vagina, metí dos dedos dentro de ella y los saque llenos aún de mi líquidos y del semen de Héctor que aún quedaba dentro de mi, lubrique mi ano con los dedos y metí uno de ellos dentro de mi culo varias veces, luego lo lleve a mi boca dejando caer en el un poco de saliva y la pase por mi ano nuevamente para lubricarlo más, metí ahora dos dedos dentro, lo más profundo que me permitía la posición.
— Ven metemelo por el culo.- le indique a mi hermanito sacando mis dedos y dejándole mi culo dilatado y abierto completamente para el.
Se acercó y sentí cuando la punta de su verga toco mi culo, trataba de no apretar para que entrara más fácil. Sentí como intento empujarlo dentro pero a la primera no entro, así que puse mi cara contra el piso elevando mi culo y sujete cada nalga con una mano abriéndolas todo lo que podía, en ese momento sentí como la comenzó a meter, primero sólo paso el glande, no sentía molestia pero si era una sensación extraña. El me agarro por la cadera y la metió completa, sentía sus bolas como tocaban la entrada de mi vagina, mi culo apretaba su verga, no podía contener esos movimientos de mi ano.
Comenzó a mover sus caderas rápido y con fuerza metiéndotela hasta adentro, lo hacía con tanta rapidez que se salió y sin necesidad de acomodarla al volver a embestirme su verga entro de golpe en mi culo, eso si me arranco un pequeño quejido de dolor y el no se detenía, sus dedos se clavaban en mis nalgas y mi cadera, mi hermanito me estaba cogiendo duro como si fuera una perra.
Al subir la mirada Héctor estaba dentro de la ducha nuevamente con su pene duro como una piedra y se estaba masturbando viendo como mi hermanito desvirgaba mi culo, realmente me estaba dado duro.
Esa sensación de sentir mi ano siendo penetrado por mi hermanito y ver a otro niño masturbarse viéndome me calentó en un segundo. Estaba disfrutando el sexo anal pues el tamaño de la verga de Daniel no era como la de un hombre mayor, era del tamaño perfecto para disfrutar. Me incorpore apoyándome sobre mis manos y le hice señas a Héctor para que se acercara frente a mi cara, de inmediato se coloco frente a mi, con una mano lo sujete por sus nalgas y lleve su pene a mi boca. Me sentía como la mujer más puta mamandole la verga a un niño mientras que otro me daba duro por mi culo.
Mi hermanito no tardo y sin avisarme sentí como me apretó con fuerza contra el y descargó todo dentro de mi ano. Detuve el sexo oral sin sacarme el pene de Daniel de mi boca, estaba sintiendo como un mar caliente llenaba mi culo por dentro, era súper excitante y al mismo tiempo demasiado extraño sentir como su semen se metía dentro de mi, profundo con cada chorro, mi ano hacia contracciones apretándolo, eran espasmos incontrolables.
Mi hermanito estaba tan excitado que no se contuvo y acabo rapidísimo.
— Ahora tu Héctor.- le dije indicándole que me la metiera por el culo, trate de no moverme mucho para que se quedara todo el semen adentro.– Metela por mi culo.
Me hizo caso inmediatamente, se coloco detrás de mi y al poner su pene en mi ano y empujarlo paso fácilmente, sentía como un hilo líquido que salía de mi culo bajaba entre los labios de mi vagina y goteaba en el piso.
Héctor intentaba cogerme duro como lo había hecho mi hermanito pero aún no sabía moverse, su pene se salió en varias ocasiones y cada vez que se salía yo sin querer expulsaba un poco del semen de mi hermanito que estaba dentro de mi. Lo volvió a meter por cuarta vez y de pronto sentí como se vino dentro de mi el también, estaba llenando mi culo con más semen, se sentía rarísimo era algo difícil de describir. Sin esperarlo y sólo por el morbo que me causo que los dos me la metieran por detrás tuve un orgasmo pequeño pero muy rico, fue algo espontáneo, ni siquiera me había tocado ni me estimule de ninguna manera, no sabría decir si fue un orgasmo causado por la penetración anal o simplemente por la excitación.
Al sacar su verga de mi culo sentí como se derramo un poco, me quede inmóvil y me incline hacia adelante para evitar que el semen bajara.
— Woow los dos acabaron dentro de mi.- los dos se rieron, la regadera estaba llena de vapor por el agua caliente y los gemidos de sexo de la película del cuarto de mi hermanito aún sonaban en el fondo.– Estoy completamente llena por dentro.- cuando intente pararme sentí como se salió un poco de semen de mi culo, me dio risa.– Y ahora como me voy a levantar sin hacer un desastre?.
Coloque mi mano en la entrada de mi ano y apretándolo me puse de pie y rápidamente me senté en el inodoro, al relajar mi recto salió una gran cantidad de líquido que cayo al agua, me asombro que fuera tanto, abrí mis piernas y me asome para ver, hundí mi vientre un poco pujando y volvió a salir un poco más de mi ano y también de mi vagina, realmente estaba llena de semen.
El olor a sexo en el baño era tremendo, se mezclaba con el vapor de la regadera. Los dos niños estaban simplemente parados frente a mi viendo mi cuerpo desnudo con las piernas abiertas sacando los restos del semen dentro de mi cuerpo.
— Están hipnotizados?.- les dije con una sonrisa en mi cara para que reaccionaran porque estaban inmóviles viéndome.– Acomoden la temperatura del agua y vamos a bañarnos los tres, rápido que es tarde.
Al entrar a la regadera me lleve una sorpresa, nuevamente los dos estaban con su pene duro, "No puedo creerlo, otra vez la tienen dura, los niños son incansables que divino", fue lo que paso por mi mente pero sin decir nada metí mi cuerpo bajo el agua agarrando una cola en mi cabello para no mojarlo, mi hermanito me dio el jabón y pase las por mi cadera enjabonando todo, metí mis manos entre mis nalgas y en mi vagina abriendo mis labios, enjabone mi cara que estaba llena de semen seco de Héctor que había llenado mi rostro, quite todo el jabón de mi cuerpo y nuevamente tome el jabón haciendo espuma y agarre el pene de mi hermanito enjabonandolo completo como si lo masturbara, llene todo hasta sus bolas de espuma, quedo inmóvil sintiendo esa divina sensación de ser enjabonado por su hermana mayor. Luego repetí la misma operación con Héctor que también se quedo igual disfrutando.
— Yo no puedo creer que después de todo ustedes dos aún les quedan ganas?, son incansables.- riéndome realmente asombrada que aun sus penes estaban duros.
— Pero es por tu culpa.- dijo mi hermanito con una gran sonrisa.
Continuamos bromeando los tres desnudos en la regadera terminando de bañarnos, era de lo más natural, como si lo hiciéramos todos los días.
Salí primero y me percate que en la entrada del baño había restos de semen en el piso, tome un poco de papel de baño y lo limpie, al tirarlo en el inodoro me di cuenta de todo el semen que estaba en el agua, era impresionante todo lo que los chicos habían descargado dentro de mi, me sentía como la mejor del mundo y no sólo eso, después de todo eso ellos aún tenían ganas de seguir cogiendome, era el paraíso.
Nos fuimos al cuarto, eran ya las dos y media de la madrugada, aunque mi padrastro me había dicho que llegarían más tarde, no debía confiarme y debía tomar precauciones, les indique que se vistieran y se acostaran. Fui a ordenar la cama de mi cuarto pues ahí dormiría la mama de Héctor y a buscar el pantalón de dormir que había dejado tirado en el cuarto de mi hermanito, debía vestirme normalmente ya, escondí las cosas pornográficas que teníamos regadas por ahí y me fui a la cocina tomarme un gran vaso de agua, estaba sedienta, había sido una noche rica de sexo y en mi mente estaban volando todas esas ricas imágenes de lo que había hecho con ellos hoy, me calentaba sólo de recordarlo.
¿Ya no hay otra parte?