VICIO SEXUAL – Cuidando a mi Hermanito 6 (Segunda Parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Vane.
Mire el reloj de la pared, ya eran las tres y cuarto de la madrugada, coloque el vaso en el lavaplatos y me fui al cuarto de los chicos, al entrar me sorprendió que los dos estaban profundamente dormidos, realmente tenían que estar cansados después de todo lo que habíamos hecho, yo también estaba cansada pero tanto sexo me mantenía despierta, apague el televisor y busque mi celular para meterme en internet y revisar mis redes sociales mientras conseguía quedarme dormida y sin esperarlo entro una llamada a mi celular, era mi padrastro, no podía creer que me llamara, lo primero que paso por lo cabeza fue que algo malo habia sucedido, porque no era muy común que el llamara a mi celular y menos a esa hora.
— Alo.- conteste lo más rápido que pude para que no se despertarán los chicos.
— Te llamaba para avisarte que vamos saliendo a la casa ya, llegaremos en unos veinte minutos.- hablaba rápido y se escuchaba música de fondo.
— Ok y para eso me llamaste?.- me pareció extraño que llamara, quizás fue grosera la forma en que le conteste pero no sabía que decirle.
— Lo hiciste?.- preguntó bajando el tono de voz.
— Hacer que?.- no podía creer que me preguntara sobre eso, aún más porque estaba con mi mama y su amiga la mamá de Héctor.
— Tu sabes a que me refiero, lograste hacer algo?.- era evidente que sabía que pasaría algo mientras estuviera sola con los dos niños en casa.
— Más o menos.- no quería darle detalles y más hablar con los niños durmiendo a mi lado.– A eso te referias con lo del regalo?.
— Si a eso me refería, dime rápido paso algo?.
— Ehhh.- hice una pausa, mi cerebro estaba en blanco, no sabía que decir, de igual forma el quería que algo pasara y me estaba ayudando para eso, así que después de unos segundos de silencio — Si paso algo.- dije riendo de la pena.
— Ufff que divino Vanessa eres la mejor me encantas, ya me contarás.
Me dejo con la palabra en la boca y trancó la llamada, no podía creer que todo esto fue planeado por el, con la idea de que hiciera algo con los chicos, "Dios mío que pena", sólo eso pasaba por mi mente, todo lo que había pasado con el, ahora debía sumarle que mi padrastro me ayudara y consintiera con cosas como esta a espaldas de todo el mudo.
La verdad era privilegiada, pero siempre se me pasaba por la mente la idea de que alguien se enterara de esto y todo el problema que se formaría, a veces pensaba en detener esto que hacía con mi hermanito y ahora con otros niños, pero ya era un vicio, mis ganas podían más que yo.
Cuando quite mi vista del teléfono mi hermanito estaba asomado a un costado de la cama, evidentemente la llamada lo despertó:
— Que paso, quien era?.- estaba medio dormido.
— Llamaron para saber como estábamos y que ya en unos minutos se vendrían a casa.
— Puedo dormir contigo?.- pregunto susurrando.
Levanté la sábana indicándole que si, de inmediato se levanto con cuidado se subió a la cama y al cubrirlo con la sábana se quitó el pantalón de su pijama.
— Que estas haciendo?.- le pregunte asomándome bajo la sábana y viendo como quedaba desnudo de la cintura para abajo.
— Es que tengo calor.
— No esta haciendo calor mentiroso.- y la verdad es que no hacía calor, eran sus ganas de estar conmigo.
Estaba acostada boca arriba y el se coloco a mi lado, puso una pierna sobre mi, su muslo tibio estaba sobre mi abdomen y su cara quedaba justo a la altura de mis senos. Al pegar su cuerpo contra el mío podía sentir su erección en un costado de mi cadera, me abrazo y coloco su cara pegada de mi seno izquierdo, su respiración se sentía a través de la tela de mi camisa. Levanté mi cabeza para observar a Héctor, que estaba acostado en la cama de abajo de espaldas a nosotros aún dormido, estire la sábana tapándonos por completo, subí mi camisa hasta dejar mis senos al aire y de inmediato mi hermanito se acomodo para chupar mi pezón, lo hacía suave con mucha delicadeza, se sentía divino que me lamiera así, ni yo misma sabía que era tan sensible en mis senos y su boca tibia sobre mi piel era lo máximo.
Su cadera comenzó a moverse suave apretando su pene contra mi cuerpo, se estaba masturbando frotando su pene contra mi muslo como me había mostrado la primera vez que me enseño como se masturbaba, su pene estiraba la tela del pantalón de mi pijama y cada vez lo hacía con más fuerza, podía sentir lo duro y caliente de su verga a través de mi pijama.
Como pude y con su ayuda baje mi pantalón hasta mis rodillas y lo deje que se masturbara sobre mi piel, la situación me excito de inmediato.
— Me vas a volver loca hermanito, tu no te cansas jamás.- le dije riéndome y asombrada de sus ganas de sexo conmigo.
No me aguante y baje mi mano hasta mi vagina y comencé a tocarme, en la oscuridad y bajo la sábana casi no podíamos ni vernos, pero sentir que se estaba masturbando contra mi cuerpo era divino y ahora quería que el sintiera que me estaba masturbando con el. Pase mis dedos entre los labios y comencé a acariciar mi clítoris suavemente.
Se dio cuenta del movimiento de mi mano porque mi brazo tocaba su muslo que estaba sobre mi abdomen, aparto su muslo y bajo su mano colocándola sobre la mía, así podía sentir los movimientos de mis dedos dándome placer. Sus movimientos frotándose contra mi comenzaron a acelerarse, podía sentir la piel de su pene tocando mi cadera y sus bolas como se apretaban contra mi, su mano estaba inmóvil sobre la mía sólo siguiendo mis movimientos, así que quite mi mano y deje que la suya tocara mis labios, hundí sus dedos presionando con los míos para que tocara mi clítoris separando mis labios vaginales, al tenerlos en posición correcta movía su mano enseñándole a masturbarme con los dedos, lo hacía rápido y con fuerza, presionando con fuerza.
Los movimientos de su cadera se hicieron más rápidos, su cuerpo se pegó aún más al mío, frotaba su pene con más fuerza contra mi cadera, realmente mi hermanito estaba excitado masturbandose para mi y se podía sentir que deseaba acabar por la forma en la que se estaba moviendo.
Mi flujo comenzó a mojar sus dedos que ahora acariciaban mis labios y mi clítoris, sin decirle nada volvió a meter mi pezón en su boca y lo lamia y chupaba con fuerza. Eso me arranco un gemido de placer, era sorprendente que mi hermanito siendo un niño aún, me hiciera sentir así de caliente.
Pasaron como cinco minutos mientras lo hacíamos así sin parar, de pronto su mano que se movía masturbandome se detuvo, sus dedos apretaron mis labios hundiendo mi clítoris, los movimientos de su cadera se hicieron rápidos y cortos, si boca soltó mi pezón y sentía como jadeaba de placer hasta que llego al punto máximo.
Sentí como entre su cuerpo y el mío se llenó de su semen caliente, estaba llenando mi cadera de sus líquidos, con cada contracción movía su cadera presionando la contra mi cuerpo y derramando más semen. Sentía como sus líquidos espesos bajaban por un costado de mi cintura hasta mi gluteo y después llegaban al colchón, pasaba mis uñas por su espalda con suavidad sintiendo como su piel temblaba con ese rica eyaculación que estaba teniendo.
Su mano que estaba en mi vagina estaba inmóvil aún con los dedos entre mis labios, la sujete con fuerza y comencé a frutarla, la sujetaba haciendo yo el movimiento, el simplemente se dejo llevar y dejo su mano en esa posición. No tarde ni veinte segundos hasta que vino un tremendo orgasmo, la excitación de sentir que me masturbaba con la mano de mi hermanito, sentir que mi piel estaba llena de su semen, sentir su pequeño pene sobre mi piel, era nuevamente demasiado, mis muslos se apretaron, apreté sus dedos contra mis labios casi metiéndolos dentro de mi y me deje llevar, fue un orgasmo intenso, hizo que mi mano que estaba sobre la de el temblará de placer.
Al terminar mi orgasmo deje salir todo el aire que estaba dentro de mis pulmones, mis ojos estaban en blanco casi, me deje hundir en la almohada y así nos quedamos sin decir una sola palabra, quede realmente cansada, había tenido una noche de sexo con estos dos niños como nunca. Me quede recordando todo lo que había hecho con ellos en esta noche, Daniel había quedado dormido casi de inmediato abrazado a mi, intente separar su cadera para limpiar un poco su semen que aún estaba fresco bajando por mi nalga hacia la cama con la sábana y en su pene y su abdomen, menos mal esta vez no le salió tanto cuando eyaculo, me sorprendió que aún le saliera leche después de haber acabado tantas veces, estaba tan agotada que no me importo dejarlo así y poco a poco me quede dormida.
Sentí que tocaron mi pierna y me llamaban por mi nombre en un tono muy bajo, el sueño que tenía no me dejaba abrir los ojos, pero al sentir que nuevamente tocaron mi rodilla intente mirar, al abrir mis ojos podía ver que apenas estaba amaneciendo, entraba la claridad por la ventana y al levantar la mirada mi padrastro estaba frente a la cama, sólo tenía un paño amarrado a la cintura, aún estaba medio dormida y no sabía realmente si estaba despierta o soñando.
Al volver a tocar mi pierna puso su mano sobre mi muslo, pude sentir el calor de su piel sobre la mía y eso logró que abriera mis ojos bien.
— Vanessa.- dijo susurrando para no despertar a los niños.– despiértate un momento.– mientras decía esto su mano apretaba mi muslo suavemente.
— Que hora es?.- fue lo primero que dije.
— Son las cinco y media de la mañana.- su mano subió un poco más quedando muy cerca de mi vientre, eso hizo que reaccionara y me diera cuenta que era mi padrastro quien me tocaba, el sueño desapareció inmediatamente.
— Que haces!!?.- dije en voz alta, al levantar mi cabeza, aún estaba en la misma posición boca arriba como me había quedado dormida, pero no tenía puesto el pantalón de la pijama que se había quedado a la altura de mis rodillas y la sábana que tapaba ahora sólo cubría a mi hermanito dejando mi cuerpo al descubierto, la camisa también estaba arriba pues mi hermanito había jugado con mis pechos subiendo mi camisa y dejando mis senos al aire, en tres segundos mi sueño había desaparecido por completo.
— Baja la voz que vas a despertarlos.- mi padrastro aún susurraba, me extendió la mano para ayudarme a levantarme pero en lugar de sujetarla tape mi entrepierna que estaba al descubierto.
— Que te pasa, te volviste loco?!!.- aunque susurraba también ahora yo, intente que sonara con carácter, no entendía que estaba pasando.– Donde esta mi mama?.- me puse nerviosa y eso fue lo primero que tenía que preguntar.
— Tranquila que esta dormida.
— Y la mama de Héctor?.- me percate que mis senos estaban al aire y baje mi camisa rápidamente.– Donde esta mi pantalón?.- estaba realmente nerviosa en la oscuridad que pronto desaparecería, saldría el sol en unos minutos.
— Todos están dormidos, quieres calmarte y venir. Párate.
Por unos segundos me quede inmóvil con mis piernas juntas y mi mano tapando entre mis piernas, su mano seguía extendida esperando para ayudarme a parar de la cama. No se porque motivo me senté en la cama y tome su mano para levantarme, no dejaba de tapar mi vagina con una mano, estando de pie vi el pantalón de mi pijama en el piso, quería agarrarlo pero de inmediato el me llevo de la mano en dirección a la puerta del cuarto, mi corazón latía a mil por hora, sabía que esto no terminaría bien como la última vez.
— Tu estas loco.- dije deteniéndome justo antes de llegar a la puerta del cuarto.– A donde vamos?.
— Vente, vamos al cuarto de servicio, tranquila que nadie se va a despertar, se quedaron dormidas hace una hora y estaban casi borrachas.- dijo mi padrastro refiriéndose a mi mama y la mama de Héctor que dormía en el cuarto que estaba a un lado.
— No vale, no quiero.- había algo que me detenía y al mismo tiempo una parte de mi quería seguir sus indicaciones.
Seguía de pie frente a el desnuda, sólo con una camisa muy corta y mi mano tapando ni entrepierna. Salió aún sujetando mi mano con fuerza y me detuve nuevamente en el marco de la entrada del cuarto de mi hermanito, gire ni cabeza viendo a los lados, la puerta del cuarto de mi mama estaba cerrada al igual que la puerta de mi cuarto donde dormía la mama de Héctor.
Salí y corrimos los dos al cuarto de servicio que esta al final de la cocina, pasando el cuarto de lavado, la verdad es que esta bastante apartado del resto de las habitaciones, pero ese cuarto lo usábamos como depósito, pero tenía una cama pequeña, no había razón para que estuviéramos ahí los dos y mucho menos desnudos.
Entramos a la habitación de servicio y mi padrastro cerró la puerta, prendió la luz del baño pequeño que tenía el cuarto para que pudiéramos ver. Yo estaba petrificada apoyada de la pared aún con mi mano entre las piernas tapándome, tenía una liga entre temor y excitación difícil de describir.
— Cuéntame, lograste hacerlo con Héctor? Lo hiciste con los dos?.. Cuéntame.- mi padrastro estaba parado frente a mi, nos separaba más o menos un metro.
— Para eso me trajiste aquí?.- sentí como se calentaba mi rostro, sabía que estaba roja de la pena, no sólo por estar casi desnuda frente a el, también por la pregunta.
— Si, no podía dormir, quería saber y de verdad no me aguantaba.
— Si eres exagerado.- me reí, la verdad me dio risa que tuviera esas ganas.
— Te lo juro, pase toda la noche pensando en eso y en el día sería imposible que me contaras.- mientras me hablaba se acercó un poco a mi, yo no movía ni un cabello.– Cuéntame.
Con su dedos aparto mi cabello de la cara y lo paso por detrás de mi oreja, sentí electricidad pero no se si era porque me gustara o porque estaba realmente asustada, subí la mirada y el detallaba mi rostro y después todo mi cuerpo, volvió a insistir que le contará y teine por aceptar.
— Si lo hicimos, fue más fácil de lo que pensé.- dije sonriendo y viéndole a la cara.
— Cuéntame con detalle.- se coloco frente a mi y dejo caer su paño al piso, si verga que aún no estaba completamente erecta quedo frente a mi.– Quita tu mano para vernos completos.- sujeto mi muñeca apartando mi mano que tapaba no vagina, la verdad no puse resistencia, simplemente lo deje.
Comencé a relatarle paso a paso como pasaron las cosas y el me hacia preguntas sobre los detalles, cosas muy específicas que se notaba que le excitaban mucho, a medida que le contaba su verga se ponía más dura, en un minuto su pene estaba completamente erecto, su enorme glande apuntaba hacia mi abdomen.
Mientras seguía relatandole todo, el sujeto mi camisa y la subió quitándomela, yo misma no sabía porque no me negaba, simplemente me dejaba llevar, la verdad estaba excitada contándole todo lo que había hecho con ellos, como me habían llenado de semen por dentro y cuando le conté que los deje metérmela por el culo su reacción fue inmediata.
— Uffff dejaste que te la metieran por tu culito?.. Que rico Vanessa, que suerte tienen.
— Si es que aún el pene de ellos es pequeño y no tan grueso, la verdad ni me dolió.- me dio risa su reacción.
— Y acabaron dentro de tu culo?.- al preguntarme eso de inmediato agarro su pene en la mano y comenzó a masturbarse suavemente frente a mi. Fue inevitable que mi mirada se fuera hasta su verga y ver como movía su mano a lo largo de toda ella.
— Si los dos.- dije mirando su pene sin perder detalle.– Eso te excita mucho verdad?.
— No te imaginas cuanto.
Comenzó a hacerme preguntas sobre detalles de como se la chupaba a los chiquitos, como me la metían, cuanto tardaron en acabar, los dos sonábamos como unos sádicos, el preguntándome cosas de como me cogían los niños y yo respondiéndole para complacerlo. En el fondo estaba asustada, estaba contra la pared con mis brazos extendidos y el frente a mi masturbandose.
— Te gusta enseñarles a tener sexo?.- paro de masturbarse, su pene estaba muy duro, sus venas estaban marcadas más que antes, estaba al máximo de su erección.
— Si me gusta.- mis respuestas eran cortas y mis ojos estaban sobre su pene desde hacía minutos.– No deberíamos estar aquí y menos haciendo esto.- estaba nerviosa, ya estaba claro el cielo, había amanecido.
Me sujeto de la mano y me llevo a la pequeña cama de ese cuarto de servicio, sin que me dijera nada me senté y el quedo de pie frente a mi, por instinto me acosté boca arriba y abrí mis piernas, no se porque en mi mente pensé que mi padrastro me cogería y me coloque en posición para eso, sujete mis piernas por detrás de mis rodillas dejando al aire mi vagina y mi culo completamente a la vista para que disfrutara. Estaba esperando que la metiera, no se porque hice eso, al estar en esa posición sentí como pena por haber hecho eso, estaba completamente enredada con mis pensamientos, me sentí como una idiota pues el no hizo movimiento alguno que indicara que me metería su pene, sólo se quedo parado viéndome.
— Que divina estas Vanessa, mira que cuca tan perfecta tienes.
De inmediato se coloco de rodilla frente a mi y metió en su boca mis labios vaginales de una vez, su lengua inmediatamente lamió toda la entrada de mi sexo, chupo mis labios internos y los estiro, sentí como si los arrancaría. Mi cuerpo tembló con eso que hizo, sentí como por dentro me llene de líquidos producto de la excitación, sus manos se colocaron a cada lado de mi entrepierna y abrió mis labios al máximo, los separo como nunca y de inmediato comenzó a lamer todo concentrandose en mi clítoris. "Por Diossss" fue lo que paso por mi mente, subí la cabeza para ver como me daba el mejor sexo oral del mundo, lamía tan rápido mi clítoris con su lengua que no podía controlar los músculos de mis piernas que daban pequeños brincos en diferentes partes, de pronto metió un dedo dentro de mi ano sin avisarme, lo metió hasta el fondo, sentía sus nudillos pegados contra mis nalgas y su dedo dentro de mi recto, era una sensación de ardor con placer, mi reacción fue apretar mi ano involuntariamente.
— Así aprietamelo.- dijo con su boca pegada a mi vagina.
Comenzó a chupar y lamer mi clítoris, era tan intensa la sensación, que sentía que me orinaría, era demasiado placer, no podía aguantar más cerré mis ojos con fuerza y trate de empujar su cabeza para separarlo de mi y en ese momento saco su dedo de mi ano y volvió a meterlo pero esta vez eran dos. No pude contenerlo pero hice un sonido de dolor, pero sentía una sensación de placer que jamás había sentido, su lengua jamás se detenía, sujete su cabello con fuerza y de pronto todo se hizo silencio, sentí como si estuviera cayendo en una agujero sin fin, los músculos de mi cuello se apretaron de tal manera que empujó mi cabeza hacia atrás contra la almohada y deje de respirar.
Estaba teniendo un orgasmo descomunal, sólo jadeaba haciendo sonidos y de pronto tuve unas tres contracciones que movieron mi cadera demasiado fuerte mientras mi padrastro seguía lamiendo mi clítoris que ahora sentía duro como un botón, sentía ahora tan intenso las lamidas de su lengua sobre mis labios que no podía soportarlo, era como corriente que salía de mi vagina a todo mi cuerpo. Empujé su cabeza con fuerza, tanto que se separó de mi, mi ano apretaba sus dedos duro en pequeñas contracciones incontrolables, salió aire de mi vagina haciendo pequeños sonidos y de mi entrepierna chorreaban líquidos y saliva.
Coloque mi mano sobre mi vagina tapándola y cerrando mis piernas, aún no se detenían los corrientazos que me hacían temblar. Estaba tan sensible que el toque de mi mano sobre mis labios se sentía mil veces más de lo normal.
Abrí mis ojos por un segundo y mi padrastro estaba de pie masturbandose viendo como me retorcía en el mejor orgasmo que había tenido, nadie jamás me había hecho sexo oral así con esa intensidad.
Estaba sin aliento, mi corazón latía a mil por hora y estaba hasta sudando, ese orgasmo había durado casi un minuto, fue demasiado y aún seguía intentando tomar aire. Me sujeto por el brazo y me ayudo a sentarme.
— Tómatela toda, no dejes que se salga nada.- estaba frente a su pene duro como una roca, coloco su glande en mis labios y mi boca se abrió automáticamente.
Su glande llenaba mi boca, sentía en mi paladar la piel suave y caliente de su verga, en mi lengua un sabor salado, se masturbaba frenéticamente sólo con la punta dentro de mi boca. Sujetaba mi cabello con fuerza subiendo mi rostro para que lo viera.
— Eres la mejor putita Vanessa me encantas.
Dijo mientras sentía como la punta de su verga llenaba mi boca y de pronto sentí como se agrando, su glande creció considerablemente de tamaño, sabía que estaba a punto de acabar y cerré mis ojos con fuerza esperando que eyaculara dentro de mi, sentí el sabor amargo del líquido que sale justo antes de que los hombres acaben y su pene comenzó a palpitar con fuerza.
La primera descarga de semen dentro de mi boca fue tan grande que la lleno de inmediato, la trague lo más rápido que pude pero inmediatamente salió otro buche de semen que lleno de tal manera que estiró mis cachetes y se derramo semen de mi boca que pude sentí caer en mis muslos, trague nuevamente, sentía lo intenso del calor de su semen bajar por mi garganta hasta mi estómago, luego fueron dos descargas cortas y abrí mi boca para tomar aire, aún tenía semen entre mis cachetes y mis dientes, era amargo y muy espesó. Soltó sin esperarlo otra descarga de semen y eso hizo que abriera mis ojos, era mucho y se estrelló contra mi paladar llegando a la entrada de mi garganta, por poco me ahogo.
Sin poder evitarlo hice como una especie de gárgara tratando de respirar y al mismo tiempo tragar semejante cantidad de semen, se volvió a derramar fuera de mi boca bajando por mi mentón y mi cuello, fue inevitable hacer un movimiento como si fuera a vomitar, sentía que semejante cantidad de líquido espeso no pasaba por mi garganta. Mi estómago se sentía caliente y hacia ruidos extraños, trague demasiada leche, esa noche había tragado demasiadas eyaculaciones y la de mi padrastro fue descomunal.
— Coño carajita me hiciste acabar como nunca. Tenía tiempo que no acababa así.- acariciaba mi cabello mientras exprimía su pene frente a mi cara.
— Trate de tragarlo todo pero no pude.- sentía una sensación espesa en mi saliva y aún el sabor salado y amargo de su eyaculación estaba en toda mi boca, mis ojos estaban llorosos causado por lo difícil que fue tragar todo eso.
— Lo hiciste perfecto, así cuando un hombre acaba es cuando lo llevas al máximo, y tu hoy me llevaste al límite.
Eso me hizo sentir como la mejor del universo, excitar a un hombre mayor hasta ese punto me hacia sentir con el ego por las nubes, en ese momento había olvidado que era mi padrastro, sólo pensaba en que realmente le gusto, y eso que no habíamos hecho nada aún, es decir no habíamos tenido sexo real, con penetración.
— Déjame lavar mi verga contigo.- me acostó nuevamente boca arriba y abrió mis piernas por completo, mi mano aún estaba apretando mi vagina y estaba llena de líquido que derramaba mi entrepierna. Aún no entendía a que se refería con lavar su verga conmigo.
— Como que lavar?.- pregunte quedando abierta nuevamente frente a el, ni corazón se aceleró de inmediato casi saliendo de mi pecho.
Se inclinó un poco y tomo su verga que ahora estaba un poco más flácida, llena de semen y mi saliva que chorreaba desde la punta, la apretó desde la base pegada de sus bolas y de pronto parecía estar erecta, la apretaba con fuerza para mantenerla más dura antes que pusiera más pequeña y la llevo hasta mi vagina. Hundió su glande dentro de ella y sentí como si metiera un puño pequeño dentro de mi, al pasar su cabeza entera dentro, el escalón que separa su glande del resto de su pene se sintió como un broche que trancaba su verga dentro, mi vagina lo apretó y al sacarlo se sentía muy apretado, jamás me imagine que lo metería.
Era sumamente ancho en comparación con los de mi hermanito o sus amiguitos, incluso más grande que el de mi ex novio. Lo metió y saco suavemente pero sólo el glande, a eso se refería, estaba lavando la punta de su verga en mi vagina, dentro de ella estaba dejando su semen dentó de mi, menos mal estaba tomando pastillas anticonceptivas pensé, estaba enjuagando su pene con mi flujo y se sentía excelente. Esa sensación de abrir y cerrar mi vagina después de acabar y tan mojada se sintió divina, lo hizo como unas siete veces y al sacarlo definitivamente lo exprimió y luego lo agito pegando con fuerza su miembro contra mis labios. Hacia sonidos húmedos al azotar así su verga contra mi.
Me sujeto por un brazo y me ayudo a levantarme de la cama y al ponerme de pie me di cuenta que había mojado con mi flujo toda la sábana que cubría el colchón, tenía semen de mi padrastro en mis muslos y estaba mojada entre mis piernas demasiado, estando de pie sentía como bajaba líquido de mi vagina y lo aguantaba con la mano.
Mi padrastro saco la sábana de la cama y me la dio para que me secara, me indico que la llevara a mi cuarto y la lavara para ponerla hoy mismo.
Salimos del cuarto y al pasar por la cocina abrí la nevera rápidamente para tomar jugo, debía quitarme el sabor a semen de mi boca, no me importo hacerlo del mismo pote, pensé por un momento en que acababa de tener el pene de mi padrastro entre mis labios, pero la verdad a esa hora poco me importaba.
Al cerrar la puerta de la nevera me recordé que mi camisa aún estaba en el cuarto de servicio y me regrese a buscarla. Al salir a la cocina de vuelta ya mi padrastro se había ido, me puse la camisa y entré al cuarto de mi hermanito, aún los chicos estaban profundamente dormidos, me puse mi pantalón de pijama y me acosté a un lado de mi hermanito y me cubrí junto con el con la sábana. Mi estómago hacia ruidos extraños, estaba llena de semen, realmente esa noche había sido demasiado para mi y ya era de día, no fui al baño a lavarme, no quería hacer ruido y despertar a nadie y tampoco quería ni me importaba quedarme llena de todo lo que había acabado de hacer.
Me quede viendo la ventana pensando en lo que acababa de pasar y en segundos ya estaba dormida.
Cuando abrí los ojos estaba sola en el cuarto, sentía que me había quedado dormida por días. Busque mirar el despertador de mi hermanito que estaba en su mesa de noche, eran las dos de la tarde, "woww nadie me levanto, me dejaron dormida por horas", y era entendible después de esa noche, me quede viendo el techo del cuarto recordando con detalle todo lo que había hecho. Pase mi mano debajo del pantalón de mi pijama poniendo mis dedos sobre mis labios vaginales, estaban muy sensibles al tacto, seguí explorando hasta llegar a mi ano, al tocarlo se vino a mi mente como me llenaron de semen ayer mis dos niños.
Estaba completamente satisfecha de sexo, jamás habría imaginado en mi vida disfrutar de esta manera. Eran demasiados secretos para mi en tan corto tiempo.
Escuche voces fuera del cuarto, estaban todos en la sala de la casa, ahora pasaba nuevamente por mi imaginación el problema de salir y confrontar a todos afuera, verlos y saludarlos aparentando que nada había pasado, aparte pasar por los nervios de saber que reacción tendría el hijo de la amiga de mi mama. Habían tres personas con las que había tenido sexo hacia sólo horas y debía ir a verlos a todos. Me daba risa conmigo misma por lo que era capaz de hacer.
"Mi padrastro metió su pene dentro de mi" me decía mi conciencia, no lo podía creer, "Bueno sólo metió la puntica" yo misma me justificaba, "Te tragaste su semen" me recordaba de ese sabor desagradable y lo excitante que fue. Sólo de pensarlo sentía que me mojaba, aunque la verdad no tenía ganas de sexo en ese momento, había sido demasiado ya.
Me fui al baño a arreglarme, cepille mis dientes y viéndome al espejo podía ver en mi cuello el hilo de semen seco que tenía en la piel, fue lo que quedo cuando eyaculo en mi boca mi padrastro y se derramó, estaba la evidencia de esa sesión de sexo intenso y yo ni me había bañado en la madrugada de lo agotada que había quedado, decidí hacerlo en ese mismo momento. Dure más de una hora bañándome y lavando todas mis partes, realmente disfrute ese baño.
Al salir me seque y me envolví en el paño amarrandolo a la altura de mis senos, agarre mi pijama en la mano y abrí sólo un poco la puerta para revisar que no había nadie en el pasillo de las habitaciones y poder pasar a mi cuarto, no estaba desnuda pero el paño quedaba bastante corto. No había nadie cerca aunque escuchaba las voces en la sala, al salir y pasar frente a la la puerta del cuarto de mi mama que estaba abierta escuche "Pshh!!", me llamaron y eso me hizo voltear inmediatamente, mi padrastro estaba dentro del cuarto buscando algo en el armario.
— Como estas?.- susurraba para que no escucharan fuera.
— Bien.- me detuve ese momento, aunque me puso nerviosa, me asusto.
— Lo de esta madrugada fue excelente.- mientras me hablaba salía del cuarto al pasillo donde estaba, yo daba pasos cortos en dirección a mi cuarto mientras me veía.– Quería disculparme porque me fui y te deje sola, no me di cuenta que te habías quedado en la cocina y yo seguí a mi cuarto.
— No te preocupes, no tenías porque esperarme.- mi cabeza giraba al pasillo vigilando que nadie viniera y luego volvía a mirarlo, esta situación me ponía más nerviosa aún que hacerlo con mi hermanito.– No tienes porque disculparte.- me acompaño caminando hasta la puerta de mi cuarto.
— Mañana nos vamos a la playa hasta el domingo todos, así que puedes ir preparandote.- metió su mano en el bolsillo y saco una paca de billetes dándomela, la agarre con duda, no sabía si tomar la o no.– Toma quiero que te compres algún traje de baño o lo que tu quieras para este fin de semana.
Realmente me sorprendió, me quede parada en la puerta de mi habitación y el continuo caminando, cerré la puerta lentamente viendo en mi mano una cantidad bastante grande de dinero. Al cerrar deje caer la pijama que tenía sujetada y puse el seguro a mi puerta para que no entrara nadie y de inmediato conté cuanto había, la verdad era bastante, muchísimo más de lo que podía costar un traje de baño de la mejor marca, realmente era una suma bastante grande.
Estaba fuera de mi, rápidamente busque mi cartera y oculte el dinero, dentro de mi comenzó el conflicto de aceptar eso, quizás mi mama me preguntara si llego con algo nuevo, aunque ella no debía saberlo, no tenía porque. Mientras me vestía no dejaba de pensar en lo inesperado que fue ese dinero por mi padrastro y también se me pasaba por la mente donde ir a comprar. Tenía ahora una sonrisa inmensa dibujada en mi rostro.
Me puse una panty tipo short muy suave de Victoria Secret negra medio transparente, un sostén negro deportivo, un jeans ajustado de esos desgastados que tanto me gustan y una camisa tipo top negra, estaba sencilla muy Sport. Sólo saldría a la sala a comer algo ahora así que me coloque una sandalias tipo pantuflas para estar en casa.
Al llegar afuera estaba nerviosa pero ya no tanto, salude a mi mama que de inmediato me comento por haberme despertado tan tarde, luego salude a mi padrastro que actuaba como si nada, era especialista en guardar la calma, cosa que yo debía aprender, luego salirse a la amiga de mi mama, Verónica, que de inmediato comenzó a hablar conmigo sobre mi cabello y la forma en la que me lo cuido, total que teminamos hablando de cualquier cosa mientras comía un sándwich para tener algo en el estómago.
Mientras estábamos en la mesa se acercaron a saludar los niños, mi hermanito me dio un beso en la mejilla y Héctor me dio los buenos días saludandome con la mano desde un costado de la mesa, se notaba que le daba un poco de pena aproximarse y lo tome como algo normal, no pretendía que nadie se fuera cuenta de algún comportamiento extraño.
Luego de unos minutos los niños se fueron al cuarto de mi hermanito y me quede con Veronica en la mesa mientras mi mama y mi padrastro cocinaban a nuestras espaldas el almuerzo.
— Mi hijo esta enamorado de ti, se ve que le gustas, cuando una chica le atrae se pone así todo penoso.- me comento Verónica en referencia a su hijo. Yo me reí ligeramente imaginando por un segundo todo lo que habíamos hecho esa noche, si hijo tenía suficientes razones para que yo le gustara.
— Cuando están niños siempre tienen pena delante de una chica, después cuando están grandes hay que ponerles un freno.- dije a tono de chiste.
— Cuando te acostumbras a vivir con dos modelos en casa, automáticamente te pones el freno.- dijo mi padrastro refiriéndose a mi mama y yo, estaban atentos a lo que hablamos.
Comenzaron a debatir sobre el tema de los hombres y las mujeres y yo preferí reservarme los comentarios, luego de unos minutos en la mesa escuchando, sonó mi celular. Era Janeth, tenía algunos días sin saber de mi mejor amiga, me separe de la mesa caminando al balcón de la sala para atender.
— Por fin te dignas a llamarme.- atendí bromeando reprochándole que me había abandonado.
— Pues lo mismo digo, me tienes abandonada.- realmente me había olvidado de ella por estos días, pero esperaba que ya estuviera de mejor humor después de haber terminado con el idiota de su novio.
— Nos vemos hoy.- recordé el dinero que me dio mi padrastro y era perfecto para que me acompañara a ir de compras.– Que harás hoy?, porque no me acompañas a comprar unas cosas?.
— Perfecto no tengo nada planeado para hoy, te paso buscando en una hora y media.
— Dale te espero, ya yo estoy casi lista.
Me fui nuevamente a la mesa para recoger las cosas y notificarle a mi mama mis planes para hoy.
— Mama saldré con Janeth a comprar unas cosas y reunirnos un ratico.
— Mañana nos iremos a la playa hasta el domingo.- gire a ver a mi mama aparentando no saber nada aún.– Porque no le dices a Janeth que se venga con nosotros, así no te vas a fastidiar allá sola con los niños?.- la verdad no me fastidiaría con ellos, quizá en la playa no tengamos oportunidad de tener sexo y posiblemente así podría aburrirme.
— Esta bien mama yo le digo a ver si quiere.
Me fui a mi cuarto a terminar de arreglarme y al estar lista, mientras esperaba que llegara Janeth me fui al baño con mi cartera, cerré la puerta con llave y me puse a contar bien el dinero, era una suma considerable, realmente podía darme varios lujos en ropa con esto.
Paso un rato y sonó mi celular, había llegado Janeth, salí a la sala y me despedí de todos y me fui rápido para no hacerla esperar. Mientras estaba en el ascensor pensaba si la invitaría a la playa con nosotros, me sentiría culpable si no lo hacía, y seguramente en alguna oportunidad mi mama le haría el comentario de la invitación que nunca le hice. Debía buscar la manera de hacerle la invitación de tal manera que de viera obligada a decirme que no, el problema es que no sabía como.
La verdad el único problema era que quería estar sola y si había una oportunidad de tener sexo con mi hermanito y su amigo, no tuviera ningún tipo de limitación por el hecho de que estuviera mi mejor amiga ahí.
Pero lo que paso se los contare en el siguiente relato.
que paso con esta histaria hasta hay finalizo