Victor y María 2
Con tiempo y ganas se consiguen buenos resultados.
La dejé en el centro de la cama, casi dormida. Fui a darme una ducha y cuando iba a ponerme el boxer decidí dejarlo de lado. De ahora en más dentro de casa seríamos nudistas.
Con una toalla tibia la fui limpiando despacio mientras suspiraba, quién iba a imaginar que ese cuerpito tan tierno albergaba tanto placer. La tapé con una manta y decidí dejarla dormir.
En la cocina me serví un trago y empecé a organizar la cena para cuando despertará. Después fui al living y en la mesa de centro fui organizando mis compras, había entrado a una página web y pedido todo por catálogo: plugs anuales en tres medidas distintas, dos vibradores en forma de tubos, lubricantes saborizados y ropita a su medida. Pequeñas tangas con encaje que se transparentaban, un body con una abertura sobre su vagina y un liguero negro que moria por verselo puesto.
Lo dejé todo expuesto para ver como reaccionaba y de solo imaginarlo me empecé a excitar. Busqué en mi celular uno de los tantos videos y me propuse masturbarme, mientras veía imaginaba a María chupando mi verga, el calor de su boca o su carita bañada en semen igual que había dejado su cuerpo.
Estaba tan en lo mío que no me di cuenta que María me miraba desde las escaleras, mientras seguía masajeando mi pija le hice señas para que se acercará.
Hola bebé, descansaste?- le dije mientras la abrazaba. María se acurrucó en mis piernas mientras miraba mi verga tan cerca de su carita.
Papá sigue dura, te duele?- su manito se apoyó en la base.
No bebé, en realidad esta así porque estaba pensando en vos y en todas las cosas lindas que vamos a hacer.- la senté mirando hacía la mesa, sus piernitas colgaban abiertas al lado de las mías.
Ayer compré todas estas cosas para que podamos jugar, te las muestro?- le pregunté mientras acercaba uno de los vibradores. Lo encendí y empecé a pasarlo sobre sus piernas, ella reía. Fui acercandolo a su pequeña vulva y mientras la abría con mis dedos apoyé el aparato en su entrada, su cuerpito se estremeció.
Viste que papá tiene esto que se llama verga, si yo la meto aquí adentro vas a ser muy feliz- le conté mientras presionaba la punta sobre su agujerito. El vibrador no era mucho más grande que mi dedo pero igual no quería asustarla.- como es muy grande tenemos que jugar primero con esto para que no te duela.
Ya había pensado que quería hacer todo desde la ternura, ella me había buscado sin saberlo, pero pretendía que lo siguiera haciendo y disfrutar juntos mucho tiempo. Además era mi hijita, la brutalidad no tenía cabida aquí.
Si yo te pongo esto te humedece y no te duele- había agarrado un lubricante y poniendo mucha cantidad en mi dedo medio y lo fui forzando hasta que entró hasta el fondo. Pude sentir y rozar su telita, vestigio de inocencia, pero todavía no era tiempo- como vos te mojas mi verga también tiene que hacerlo…te animas?
Ella sonrió y entonces abriendo el video del celular le mostré como hacerlo. Mi chiquita se bajo de mis piernas y poniéndose de rodillas paso la lengua por la punta de mi verga. Ahhh el paraíso!
Desviaba su mirada cada tanto al video e imitaba a la chiquita, la misma que en la peli anterior, en su mamada. Su lenguita recorrió todo el largo de la verga hasta llegar a la punta y luego abriendo la boca metió dentro la cabeza, gotas de precum brillaban y ella las fue lamiendo mientras seguían brotando. Una de sus manitos se había adueñado de mis testículos y yo solo suspiraba agitado por lo que hacía mi bebé.
Le pedí que parara y la volví a sentar en mis piernas, la abrí, apliqué más lubricante y le fui ensartando el vibrador suavemente.
Quiero que lo dejes ahí dentro un rato para que te acostumbres, mientras tanto vamos a comer- la alcé en mis brazos y la llevé a la cocina mientras uno de mis dedos buscaba su colita.
No vas a poder sentarte bebé porque va a doler así que quiero que te pongas como si fueras una perrita- le dije mientras la apoyaba sobre la mesada. Se quedó ahí, en cuatro patas, mientras su culito se abría y me dejaba ver un hoyito rosado y chiquito- uhhmm que lindo perfume que hay acá.
Mi lengua busco penetrar ese agujerito mientras el vibrador hacía su trabajo en la vaginita. María suspiraba sobre la mesada mientras su imagen se reflejaba en los vidrios espejados de la ventana. Cuando la vi ahí fue muy morboso, ella cerraba sus ojitos y jadeaba mientras su padre disfrutaba del zumo que despedía su conchita.
Me había propuesto no filmarla para evitar problemas si alguien encontraba los videos pero nunca iba a olvidar su carita de placer reflejada en el vidrio mientras mi lengua se perdía en su ano.
Volví a hacer mi trabajo, lubrique ahora mi dedo índice y fui rozando todo alrededor de ese hueco una y otra vez. Probaba de tanto en tanto entrar pero solo hasta la primer falange, luego con más lubricante llego a la segunda y después de media hora mi dedo se hundió hasta el fondo.
Que ganas de agarrar mi verga y ensartarla sin más!
Saqué el vibrador de su vaginita, lo bañe en lubricante y lo embuti en su culito. Un gritito quiso salir pero la di vuelta y le comí la boca de un beso. Mientras le besaba apreté sus nalguitas y le di la máxima potencia al vibrador, se deshizo en mis brazos cuando la alcanzó el orgasmo y yo acabé sobre la mesada sin tocarme.
La llevé al sofá, abrí sus piernitas y extraje el vibrador y bañando en lubricante el plug más pequeño se lo coloqué en su anito que ahora se veía un poco rojo. Mi verga seguía dura así que agarré una de las tanguitas, la envolví bien ajustada y mientras me pajeaba para acabar pensé «es la tercera, la próxima mi leche termina adentro de cualquiera de sus huequitos».
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