Visita del primo…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy de contextura esbelta, mido 1.74, y peso 70 kg, de piel morena con piernas muy femeninas que suelo rasurarme y un trasero pronunciado y redondo.
Siempre he tenido la fantasía de utilizar ropa e interior femenina, la sensación de placer que me causa al sentirla apretando mi cuerpo es única, mirar en el espejo como los hilos se pierden entre mis nalgas, como las medias panties envuelven mis brillantes piernas, los tirantes que las sostienen recorriendo mis muslos, en fin, habría sido muy feliz siendo mujer.
Un día decidí dar un salto, dejar de mirarme en espejos y tomarme fotos para comenzar a compartirlas, debo decir que mi familia no sabe nada de la onda en que estoy, por lo que trato de cuidar mi identidad en la medida de lo posible, comencé creandome una cuenta en Skype, solía mostrarme en la cámara con mis baby dolls y tangas rosadas y masturbandome con mis consoladores, sin embargo aunque me agradaba se me fue haciendo aburrido con el tiempo, al cabo de un tiempo decidí dar el gran salto, más allá de los consoladores, quería saber que se sentía en verdad convertirme en una nena en la cama.
Tanto fue el hábito que desarrollé que comencé a dormir con mis baby dolls y tangas puestas, eso si, cerraba mi puerta con llave para que no me descubrieran. En otro de mis días estaba por skype en mis andadas de webcam, me agregaron y cuando vi el rostro de quien lo hizo era un primo mío conocido, me quedé de piedra aunque el no había visto mi rostro, si logró ver la habitación donde había estado muchas veces (Ese detalle no lo tomé en cuenta) y seguí mi show como si nada, le hice eyacular por la cam y todo de maravilla.
El fin de semana que siguió me llegó una visita inesperada, el muy pendejo vino a mi casa, no caía en porque me miraba sonriendo a cada rato, incluso me quedé de hielo cuando pasé por su lado y me manoseo una nalga picandome el ojo, ese día yo llevaba un short muy ligero puesto y nada debajo ya que hacia mucho calor, yo traté de hacer cuenta que no pasó nada pero algo en mi estalló por dentro, como si la puta interior hubiese despertado, aunque no me agradó nada lo que hizo, no niego que me excitó, me fui a mi habitación y cuando traté de cerrar la puerta no pude, mi primo había metido el pie, entró a la habitación sonriendo y me dijo: – Hola Sabrina, ¿Cómo estás? -. No lo pude creer, me quedé sin palabras, no encontraba ni a donde mirar, el me volvió a tocar el trasero pero metiendo la mano por debajo del short acariciando mis nalgas de lleno, yo solo miraba al suelo sin saber que hacer, por suerte mi madre lo llamó y se retiró, terminé de cerrar la puerta y me metí a la cama.
Esa misma tarde se fue de fiesta con mis hermanos, yo me quedé en casa durmiendo, vistiendo solo mi baby doll rosado de seda transparente y mi hilo del mismo color, su supe cuanto tiempo pasó pero escuché que llamaron a mi puerta, era mi madre junto con mi primo, como pude abrí la puerta cubriendome con mi sabana y sin prender la luz, ella me pidió si mi primo podía quedarse en mi habitación esa noche, casi que me reí por dentro, pero al mismo tiempo estaba en gran estado de nerviosismo, dije que si y mi primo entró a la habitación, le pedí que no encendiera la luz porque me escandilaba y que el colchón estaba bajo la cama, me acosté mientras el se quitaba la ropa acomodandose para dormir.
Me volví a dormir, sin embargo ésta vez sentí que me rozaban los glúteos, sabía que era el, quise reaccionar, pero no quise, nuevamente la puta despertó y quería saber hasta donde llegaba, me quitó la sabana revelando mis nalgas expuestas y un hilillo rosado perdiendose entre mis nalgas, subió el baby doll y comenzó a acariciar con mas intensidad mis gluteos, depositando uno que otro beso de vez en cuando, terminó de subirse a la cama y separó mis nalgas para recostar su pedazo aún guardado en su boxer, se movía con mucha habilidad y gracia mientras besaba mi espalda, en ciertos momentos me empinaba con intensidad dejando escapar gemidos
Comenzó a bajar besandome por toda la espalda hasta meter su cara entre mis nalgas, apartó mi tanguita dejando mi agujerito expuesto dandome lenguetazos y mordidas intensas, yo a todas esta estaba abandonado a la más grande excitación, tanto que imperceptiblemente comencé a moverme, un dedo comenzó a meterse en mi ano, no me dolió nada, pues ya me había metido consoladores con anterioridad, por lo que me resultó placentero, un segundo dedo se metió arráncandome un ligero gemido pero quería que continuara, yo seguía haciendome el dormido, y era estúpido porque a esas alturas ya el sabía perfectamente que no lo estaba, pero me causaba cierta excitación que abusaran de mi sin que "no lo supiera", terminó de quitarse el boxer y se sacó su verga, estaba bien erecta y la colocó al frente de mi cara – Coopera conmigo, Sabrinita – me dijo mientras balanceaba la punta de su verga en mis labios tratando de meterla en mi boca, sentí su pre semen salir, y lo saboree, haciendo gesto de estarme acomodando abrí la boca, introdujo su verga completa haciendomela tragar, se movia de atras hacia delante gimiendo como un puerco en celo sosteniendo mi cabeza, no pude aguantarme y pasé mi lengua por el orificio de la punta de su verga y la sostuve con mi mano comenzando yo a mover mi cabeza chupando como un desesperado.
De pronto sacó su pene de mi boca y me acostó boca abajo, metió una almohada debajo de mi entrepierna levantando aún mas mi trasero, me arrancó la tanga y abrió mis piernas rozando la punta de su verga en mi ano, el muy maldito me la metió toda de golpe haciendo que ahogara un desgarrador grito que contuve gracias a la almohada que mordí, allí comenzó el mete y saca desenfrenado, me daba fuertes arremetidas sujetando mis caderas, de pronto las embestidas se hicieron más lentas, lo cual me resultaba mas doloroso, sacó su miembro completo y espero breves momentos para volverlo a meter completo, repitió la misma operación varias veces torturando mi ardido agujerito, me estuvo bombeando como por veinte minutos hasta que sentí que sus penetraciones se hacían cada vez más rápidas e intensas llenando mi culo de semen en una última embestida que podría toco un lugar virgen en mi culo. Salió de mi cama y se acostó en su colchón, yo no me di cuenta pero también había eyaculado, allí me quedé dormido, totalmente adolorido, pero con una sensación de placer indescriptible.
Al siguiente día mi primo me miraba riendo, yo le pregunté que le hacía tanta gracia, a lo que el respondía "Nada", le dijo a mi madre que vendría más seguido a visitar.
Buena allí mi primer relato, espero les haya gustado.
La historia es 100% real
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