YA ME COGI A MI SOBRINA ALE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de un mes y 10 días por fin me pude coger a mi sobrina Alejandra.
Nos dimos una escapada a un motel rumbo a la playa, ella se puso los leg ins con los que le estuve acariciando su panochita en año nuevo.
Ya en el cuarto nos abrazamos y besamos muy apasionadamente, le sobaba yo sus nalgas ricas, redondas y paradas (no tiene 20 años en balde). Después la puse dándome la espalda y nos frotamos con la ropa puesta mientras le lamía el cuello, cosa que la prendió de inmediato…. "tío…que rico, el cuello es mi punto débil…", así le acaricié las tetas ricas que tiene y baje una mano a su panochita abultadita rica.
Lentamente nos quitamos la ropa y seguimos acariciándonos, yo llenándome las manos de sus tetas, nalgas y panocha y ella aferrada a mi pene que ya estaba muy duro.
Me aguanté y la acosté boca abajo para darle un masaje rico, me subí en sus caderas y comencé lentamente a masajear desde la base de su craneo hacia el cuello y los hombros, sentía cómo se iba relajando y al mismo tiempo calentando bajo las caricias de mis manos. Ella levantaba sus nalgas para sentir más mi pene muy duro en medio de ellas.
Después de masajear toda su espalda, me dí a la tarea de amasar sus nalgas ricas, con movimientos que la ponían más cachonda mis manos recorrían su espalda para terminar en sus nalgas, separándolas y juntándolas, lo cual provocaba en ella pequeños suspiros.
Seguí con sus piernas y mientras recorría esas piernas gruesas que me encantan mi mano rozaba su panochita que ya se sentía muy húmeda y caliente.
Cuando terminé le dí la vuelta y tuve ante mí el espéctáculo de su panocha peluda abierta toda para mí, comencé besándosela toda, cada rincón, pliege y detalle fueron recorridos por mis labios en una mezcla de beso y lamida, sentí el calor y aroma de sus jugos emanando de ella mientras la exitación aumentaba y ella empujaba sus caderas contra mi boca.
Finalmente llegué a su clítoris y le dí una muy buena lengüetada, aumentaron sus gemidos y su lubricación se hizo más y más intensa, mientras exitaba su clítoris con mi lengua de arriba a abajo y de un lado al otro, la penetré con uno de mis dedos, busqué su punto g (está atrás del clítoris y se siente diferente) y lo comencé a exitar, de gemidos pasaron a gritos semi ahogados, le dije que podía gritar que estábamos en un motel y nadie se iba a enterar, al decir esto le metí el segundo dedo y comencé a chupar su clítoris, me respondió abriéndose la panocha con las manos y pegando unos gritos deliciosos, la hice que se viniera en mi boca y se veía muy cachonda teniendo sus contracciones involuntarias.
Me recosté junto a ella y después de darle un tierno beso en la boca me dirigí a sus senos, sus pezones estaban totalmente erectos, parecían dos agujas, muy duros y sensibles, los lamí con calma, gozándolos mientras acercaba mi pene erecto a su pierna, ella comenzó a restregarse contra mi pene y yo seguí lamiendo sus senos, con mi mano acaricié su peluda panocha y volví a exitar su clítoris, me encantó que no necesitó más que unos segundos para sobreponerse a la hipersensibilidad y volvió a abrir sus piernas para que pudiera yo acariciarla bien.
Después de unos buenos minutos comiéndome sus pezones y todas sus tetas además de acariciar su panochita y penetrarla con dos dedos me dijo: …tío, necesito mamarte la verga…desde hace 7 años que sin querer ví como mi tía te la mamaba me imagino dandote una mamada más rica…
Así que como comprenderán me recosté y la dejé que me hiciera sexo oral. Aunque tiene una boca muy chiquita da unas mamadas sensacionales, comenzó con recorrer toda mi verga, desde el tronco hasta la punta, pasando sólo la punta de su lengua, cuando ya la había recorrido toda comenzó a chupar mi cabeza, siguío poco a poco hasta que la tuvo toda adentro, volteó a verme con cara de: "ya vez, si me cupo toda", me siguió succionando y masajeando con la lengua despacio para que mi verga se pusiera a punto.
Se levantó y me pidió que se la metiera, obediente, la acosté y de misionero se la comencé a meter poco a poco, a la mitad le dí un empujón y por un instante, los ojos se le pusieron en blanco, la penetré de misionero un buen tiempo, cambiando el ritmo, primero lento, después un poco más rápido, sin olvidar moverme de lado a lado, ella me pidió que la penetrara más rápido y así lo hice, sentí las contracciones de su vagina y cómo su lubricación escurría por mi verga y mis huevos.
Le dije que se subiera, pero al salirme, se puso a masturbarse, me dijo que estaba tan caliente que no podía dejar de tocarse, así que le dí una mamada pequeña en su panochita y se vino otra ves.
Me acosté boca arriba y ella se subió en mi verga, se movía a mi ritmo, en un momento levanté mis caderas y ella se elevó sólo con mi verga, lo que provocó otro orgasmo y que me agarrara de las manos para no caerse.
Le pedí que se acostara boca abajo, le puse una almohada debajo de las caderas y con su culito levantado le penetré la panocha desde atrás, esto le fascinó, pues mi verga rozaba mucho su punto g, la penetré más y más fuerte hasta que se vino.
Yo ya tenía muchas ganas de venirme, así que le pedí que nuevamente se subiera ella, así lo hizo y con una mano masajeaba mis huevos, mientras ella se mataba solita en mi verga, aumentamos el ritmo hasta que los dos terminamos con un sonoro grito de orgasmo.
Nos dimos un beso y nos recostamos un rato.
Lo hicimos otras dos veces y ella se esforzó mucho para que yo gozara, me encanta que sea tan cachonda y que se deje hacer de todo, nos vamos a dar otra escapada la próxima semana, les contaré la reseña.
Saludos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!