YO Y MIS PEQUEÑOS SOBRINOS Pt.5

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ScullyMortalis.
————————————————————–CAPITULO V ————————————————————

————————————————————“La separación”———————————————————-

Un fin de semana, mi hermana llego a casa con Leo para quedarse, yo estaba ansioso porque viniesen mis sobrinas, pero, eso no pasó, ya que mi hermano las llevaría de paseo, lo único que me quedaba era esperar o divertirme un poco y nuevamente con mi hermana y sus grandes senos.

Ese día estaba en el sofá sentado, mi hermana estaba utilizando la computadora en el cuarto de mi madre, y mi madre había salido a visitar a unas amigas, se suponía que me quedaría a entretener a mi sobrino Leo, pero, el solo podía entretenerse con simples juguetes, no necesitaba mi atención, yo estaba en medio de una tarea de la preparatoria, de pronto vi que mi sobrino se estrelló con mi hombro, volteé y vi que tenía vendados los ojos con una toalla, él me dijo que buscaba su mamila, yo le pregunte porque tenía los ojos vendados y el me respondió que solo estaba jugando a ser ciego, tome su mamila y se la di, yo pensé en ese instante: “Que niño de 5 años aun bebe de una mamila?”, en ese instante le hable:

Yo: Leo

Leo: Que?

Yo: Ven aquí.

Leo: para qué?

Yo: Quieres jugar algo?

Leo: Si

Yo: Bien, pero no quites la toalla de tus ojos.

Leo: Porque?

Yo: Ven y te explico

(Al acercarse comencé a explicarle la temática del juego)

Yo: Aquí conmigo tengo unos útiles escolares, el juego consiste en que tú vas a abrir la boca y yo voy a introducir algún objeto y tú tienes que adivinar que objeto es.

Leo:…Si

Yo: Pero no se vale morder…entiendes?

Leo: Si

En ese momento comenzamos el juego, empecé metiéndole lápices, plumones, goma de borrar, etc.
, hasta que…
Yo: Bien ahora abre la boca lo más que puedas.

Leo: (Abrió la boca) Aaaah.

Yo: recuerda que no debes morder, solo debes usar tus labios o tu lengua.

Leo: (Contesto que “Si” con la cabeza)

En ese momento, me baje el pantalón e introduje mi pene erecto en la boca de mi sobrino de 5 años, no pensé que fuese hacer tal cosa, de hecho, no sé porque se me ocurrió, pero después de todo las acciones aberrantes que he cometido, acaso importaba?.

Leo comenzó a tocar la punta de mi pene con su lengua, yo me sentía tan caliente, empezó a succionar con su boca e hizo que me sintiera esplendido, en ese momento sintió el sabor del líquido pre-seminal y se detuvo quitándose la venda, solo me dijo:

Leo: Sabe feo.

Yo:…

Leo: (Solo miraba mi pene de manera desconcertada)

Yo: Es mi pene lo que acabas de chupar.

Leo:…

Yo: Quieres chuparlo de nuevo?

Leo: (Contesto “No” con la cabeza)

Yo: Por favor, te voy a dejar que juegues con mis juguetes o lo que quieras todo el fin de semana, pero chúpamelo, se siente muy rico.

Leo: (Miraba de manera dudosa mi pene)

Yo: Lo harás?

Leo:…Si

En ese momento yo estaba sentado en el sofá, lo puse de rodillas frente a mí y coloque mi pene en sus labios, el toco mi pene con su pequeña mano y luego de eso lo metí en su boca, sentía su lengua en la punta, y su respiración tensada sobre el tronco de mi pene, le dije que moviera la cabeza adelante y atrás, se sentía increíble, nunca pensé que sin Daniela podría seguir liberando mis fantasías eróticas con alguien, pero jamás me pasó por la mente mi sobrino, empecé a justificar mi acción con mi sobrino, aun sabiendo que no la abría: “Él siempre fue un poco amanerado, de hecho es tan lindo que si usara una peluca y un vestido, parecería niña”, en ese momento comencé a imaginarlo de esa manera y termine por eyacular en su pequeña boca, el no hizo ningún gesto, tal parecía que mi semen no tenía sabor o que talvez salió lo suficientemente rápido pasando por su garganta, evitando así que lo saboreara, después de venirme, el seguía chupándolo, esa sensación era tan placentera que me recargue en el sofá y deje que continuara con mi pene en su boca, mi pene se volvió flácido y lo saque de su boca, el me miró y dijo:

Leo: Puedo jugar con tus juguetes?

Yo: Claro que puedes, pero primero quiero que te sientes en mis piernas, me abraces mirándome a los ojos y me digas “Soy putito y me gusta tu gran verga”.

Leo:…

Yo: Si lo haces te dejo jugar.

Leo: Si

Él se sentó en mis piernas, me abrazo, me miró directamente a los ojos y me dijo: “Soy putito y me gusta tu gran verga”, después de eso sonrió un poco y yo me acerque y le di un beso, él se sorprendió, pero al cabo de unos segundos volvió a sonreír preguntándome:

Leo: Puedo jugar ya?

Yo: Si, puedes jugar todo lo que quieras, y después de eso, yo voy a jugar contigo.

Esa misma noche, entre al cuarto donde estaba dormida mi hermana y mi sobrino, entre completamente desnudo, sin importarme si ella estuviese despierta, comencé por masturbarme enfrente de ambos, ella estaba de lado abrazando a Leo, sus rostros estaban muy cerca, fue fácil para acercarme y frotar un poco mi pene en sus labios, luego metí mi pene en la boca Leo, mirando a mi hermana y pensando: “Mira como convierto a tu hijito en una completa puta, ahora ya tengo dos esclavas sexuales, así que no te preocupes por darle su mamila con leche, ahora ya tiene una nueva y con leche natural”, como ya era costumbre termine por disparar mi semen dentro de su boca, a la vez que embarraba sobre los labios de mi hermana, las gotas de esperma que quedaban en mi pene.

Esta vez podría disfrutar de más encuentros sexuales, si no era con mi sobrina Daniela, seria con mi sobrino Leo, y si no fuese con ellos dos, entonces tendría que desquitarme con mi sobrina Gabriela o mi hermana mientras ellas duermen, ya todo era perfecto para mi retorcida mente de pervertido, pero aún no estaba pensando en las consecuencias que podría traer el tomar decisiones desenfrenadas.

Un mismo fin de semana, se quedaron mis sobrinas y mi hermana junto a su hijo, yo estaba tan entusiasmado por quien sería el o la primera en caer en mis juegos, evidentemente fue Daniela, siempre que nos encontrábamos solos, lo hacíamos, esta vez la penetraba usando condón, ya tenía un bote lleno, eran condones que te dan al ir a consultar a un hospital, pero igual sirven.

Durante el sexo Daniela no decía nada, solamente contestaba a mis preguntas, y poco a poco fui convenciéndola y domándola para que dijera y aceptara cosas sucias, le pedía que dijera: “Soy tu pequeña puta, y quiero que me des más de tu verga”, al principio no estaba tan de acuerdo, pero después pude convencerla de que era solo para sentir placer y que realmente no lo decía en serio, me aseguraba de poder disfrutar de su cuerpo y la adrenalina exponiéndome a tocarla en todas partes, inclusive en la calle, y también cuando de vez en cuando íbamos a parques acuáticos o en cualquier piscina, me aseguraba de tocarla y arrimar mi pene erecto sobre ella.

Ella pensaba mientras salíamos a la calle o al parque, que yo miraba con deseo a otras niñas, pero eso era completamente falso, de hecho solo sentía atracción hacia ella, si lo llegase a hacer con Gabriela o con mi sobrino Leo, sería lo un poco distinto, no importaba con que chica lo hiciera, solo quería descargar mi fuerte apetito sexual con alguien, pero era claro que me atraía más si eran víctimas inocentes, a pesar de todo lo que pudiese llegar a hacer, yo no era capaz de lastimar físicamente a alguien, era preferible hacerlo sin que se den cuenta o terminar convenciéndolas que, agredir, sin embargo tuve que decirle a Daniela que solo ella me gustaba, talvez si le hubiese dicho la verdad me miraría distinto y probablemente estaría en riesgo de que le cuente lo sucedido a alguien más.

Ese mismo día, mientras mis sobrinas comían, yo decidí jugar con mi sobrino en mi habitación, después de todo, esos juguetes que tiene no son prestados, si no, rentados, y era hora que pagara por ellos.

Puse a mi sobrino en la cama para que pudiese hacerme sexo oral, el comenzó a chupármelo por cuenta propia, al parecer ya había aprendido y aceptado lo que tenía que hacer para poder divertirse con mis juguetes, pero sin darse cuenta, ahora mismo tenía un juguete dentro de su boca, en ese momento le pregunte:

Yo: Quien es mi puta?

Leo: Yo

Yo: Y que es lo que más te gusta?

Leo: Chuparlo!

Yo: Chupar que?.

Leo: Verga.

Yo: y te gusta la leche?

Leo: Si!

Yo: Entonces chúpalo fuerte para que salga.

El comenzó a chuparlo fuertemente hasta que logre venirme en su boca, él bebió el semen haciendo gestos, pero sin quejarse, lo deje que me chupara unos segundos más mi pene, y fue cuando sucedió lo innecesario, mi sobrina Daniela entro al cuarto, ella me vio acostado en la cama con el pene dentro de la boca de Leo, ella solo me miró con coraje y salió de la habitación azotando la puerta, yo quite a Leo de encima dándole los juguetes, inmediatamente fui a buscar a Daniela, al bajar las escaleras pregunte a Gabriela donde estaba su hermana, ella me dijo que salió sin decir a donde iba, salí a buscarla, y en el parque, a lo lejos, se encontraba ella en una banca llorando, me acerque y ella rápidamente rechazo mi abrazo, me senté aun lado, mirando hacia todas partes, vigilando que no hubiese nadie cerca, de lo contrario sería riesgoso estar ahí con una niña llorando, le dije que se tranquilizara que le explicaría todo, a lo que ella respondió:

Daniela: No me toques!, eres un mentiroso!

Daniela: Dijiste que solo me querías a mí!

Yo: Claro que te quiero a ti.

Daniela: No es cierto!, Maldito aprovechado!

Yo: Escúchame Daniela, ya no lo volveré a hacer, estoy dispuesto a dejarte en paz, pero por favor no se lo digas a nadie.

Daniela: No!, vas a hacer lo mismo otra vez.

Daniela: No quiero que lastimes a Leo!

Yo: Te prometo que jamás volveré a tocarlo, ni a él ni a ti.

Daniela:…(Ella volteo y me miro a los ojos), Júralo!

Yo: Te lo juro.

Después de eso, la abrace, le sequé las lágrimas y le dije que no estuviese triste, que actuáramos normal, yo no tenía nada en contra de ella por reaccionar de esa manera, de hecho me asusto tanto que decidí cumplir la promesa.

Los días pasaron y todo volvió casi a la normalidad, le dije a Leo que ahora podría tomar mis juguetes, ya no tenía que pagar por ellos, y mi relación con Daniela termino, nos hablábamos muy poco, y si lo hacíamos era para quedar bien con la familia.

Por un instante creí que la perversión y todas esas experiencias se habían terminado y jamás se repetirían, sin embargo, estaba equivocado, los acontecimientos que estaban por suceder, volverían a traer mi oscuro y aberrante ser.