A mi esposa y a mi nos preñan
Mi esposa y yo compartiamos, sin saberlo, el gusto por las vergas y la leche. Ahora nos preñan a las dos.
Esto que les voy a contar nos pasó hace unos años, en ese entonces mi esposa y yo estábamos por cumplir un año de casados y la verdad es que hasta se puede decir que eramos un matrimonio feliz, y eso con todo y la falta de sexo entre nosotros. Aclaro eso porque ese fue un problema desde que nos conocimos. ¿Cogíamos? sí, pero eso fue solo cuando éramos novios y en los primeros meses de casados, pero tampoco es que pudiera hacer mucho teniendo un micropene (una cosita que apenas y se ve) y encima precoz. Además ella no lo sabía, pero desde mucho antes de conocernos ya me masturbaba en exceso, primero viendo porno hetero, per ya luego me di cuenta de que no podía competir contra las vergas enormes que salen en esos ricos videos. Así que iba de una página a otro hasta que descubrí el porno sissy y ahí supe que lo mio era fantasear con ser una puta como ellas, ser una sissy sumisa para ser usada por hombres dominantes, machos con verga de verdad y no como la mía, incluso llegué a sentirme tan puta que con el tiempo tuve encuentros, principalmente con maduros que me trataban como su putita y me pedían que actuar como si fuera su hija. Me compraban falditas de colegiala, calzoncitos bonitos, peluches, chupones. Yo súper feliz. Eso me excitaba como no tienen idea. De ellos aprendí que si algo pone caliente a un madurito es decirle “papi”.
Obvio todo eso terminó cuando ella y yo nos conocimos y empezamos a salir. La verdad es que en ese momento no supe que fue lo que vio en mi, o sea, mi cuerpo es más bien femenino y además se me nota lo putita a primera vista, eso sin mencionar mi carácter blando en contraste al de ella, que siempre ha sido de llevar el control. En fin, no tengo idea, pero a los pocos días nos comenzamos a llevar bien, a salir y de a poco nos fuimos enamorando. El asunto es que algo le tuvo que atraer, porque el día que cogimos por primera vez no dijo nada de mi micropene. Lo que hizo fue ponerse de cuclillas, abrir las piernas y mamar mi clítoris de sissy mientras se masturbaba. Acabé en su boquita a los pocos segundos, cosa que ella aprovechó para escupir mi lechita en su mano y frotarla en su conchita depilada hasta venirse. Esa fue la primera y última vez que tocó mi verguita. A partir de eso el sexo era yo chupar su pepa y ella masturbarse. Sabíamos que mi pene de mariquita no podía satisfacerla, ni a ninguna otra mujer, porque ni siquiera da el tamaño para entrar en su pepa. Aún así nuestra relación iba bien.
Así seguimos hasta que la única intimidad fue mirarla mientras se depilaba o cuando se probaba su lencería. Para mi no era raro, ya desde novios comenzó a enviarme fotos hot posando en lencería, de sus tetas y su culo redondo o de su pepa húmeda mientras se tocaba. A veces me daba un poco de celos los bien que le sentaba la ropa, pero como nuestro cuerpo es muy parecido, se me pasaba. Sí, ella siempre ha sido así y yo tampoco me quejaba, o sea, yo aprovechaba esta situación para ponerme sus tangas, medias, bras y disfraces sin que sospechara, y luego tomarme fotitos. Además, esta falta de sexo me ayudaba para tener mi cuerpo sin un solo vello. Y si bien nunca he dejado de amarla, tampoco he dejado de sentirme putita, cosa que me lleva, incluso entonces,a entrar a chats, sextear con maduros y enviarles mis fotos. Aún así, estaba ese cariño.
La cuestión cambió el día de nuestro aniversario, primero porque unos días antes ella había insistido en que fuéramos a la sexshop de la plaza comercial a comprar lencería. Cosa rara si consideramos que yo, al ser una puta de clóset, no había pensado en coger esa noche, pero el caso es que fuimos y ella insistió en que le escogiera un conjunto. A esas alturas yo ya estaba demasiado caliente de solo ver tanta ropita a mi gusto, además también estaban los dildos en las paredes, ahí colgando como esperando a que alguien los lubrique antes de entrar y llenar carne caliente. Creo que ella notó que me había quedado viéndolos, pero no dijo nada, solo se acercó y me dio un beso. Al final elegí uno de conejita imaginando que me vería súper hembra en él y pensando en las cosas calientes y sucias que me dirían los machos cuando vieran mis fotitos. Ella dijo que sí, que ese conjunto era muy sexy y también pidió un par más.
Eso fue por la mañana, por la tarde ella se iba al trabajo. Me quedé pensando en como solucionar lo del sexo y lo único que se me ocurrió fue comprar alcohol, un whisky o algo fuerte para animar la noche o que nos hiciera dormir, lo que sea. También pedí comida y preparé la casa para la ocasión. Todo eso lo hice rápido y aún quedaba bastante tiempo antes de que ella saliera del trabajo, entonces me dije “voy a aprovechar que hay casa sola”. Yo quería entrar en calor, relajarme y hacer algo rico, además no me podía sacar de la menta la imagen de los dildos y de imaginar que mi culito se dilataba para que pudieran entrar en mí. Obvio me puse caliente y se me ocurrió abrir un vino. A las dos copas ya me sentía súper emputecida, con ganas de vestirme de putita y calentar maduros. Y sí, me moría de ganas por probarme el conjunto nuevo de conejita, pero me dije que no, que ella lo tenía que estrenar, así que me decidí por uno de colegiala. Así puse mi nombre en el chat “ColegialaTvPutita” y a los pocos minutos ya tenía no sé cuantos números de machos que querían cogerme a como diera lugar. Yo les enviaba fotos de mi culito y ellos de su verga. Hubo una que me encantó, era una verga de un madurito de 58, la tenía gruesa, cabezona, llena de venas y además de 20cm. Estábamos sexteando de lo más rico cuando de repente vi la notificación de un mensaje de mi esposa.
“Mi amor, feliz aniversario. Te dejé un regalo en la habitación, está en el cajón de arriba, disfrútalo. Te amo. Este regalo me lo hizo yo:”
Y abajo una selfie de ella, en una habitación de motel mientras la abrazaba un hombre. Detrás estaba un potro de placer. No era de otro día la foto porque llevaba la ropa con la que se había ido al trabajo, pero esa no era la única foto, casi al instante envió otra en la misma pose, pero ahora ella con lencería y él desnudo. Dios mío, era un macho joven, con cuerpo bien trabajado y una verga que aún flácida se le veía enorme. No supe como reaccionar, tenía sentimientos encontrados, enojo y celos, pero también envidia de ella, porque estaba a punto de comerse una verga y yo no. Me terminé de golpe otro vaso de vino. Intenté llamarla, pero ella no contestaba, fue hasta el tercer intento que aceptó la llamada y solo me dijo “disfruta el regalo que te compré, te amo” y nada más, pero antes de que me cortara la llamada pude escuchar el sonido de una nalgada y un gemido. Me envió otra foto y era ella mamando esa verga enorme que apenas y le cabía en la boca. Yo me excité más de lo que ya estaba de solo ver a ese macho, además yo seguía vestida y con mensajes de mi madurito del chat. Pensé en lo que dijo, lo de disfrutar. Corrí hacia la habitación y en el cajón de arriba encontré una caja. Dentro estaba el puti disfraz de conejita, otro de diabla, uno de princesa disney, un par de zapatillas, un bolso lleno de lubricantes, un plug anal de cola de coneja y uno de zorrita, y una peluca pelirroja. También había una nota:
Amor, sé que me amas y yo también te amo, pero también sé que eres una perrita y que te encanta ser sometida y usada. Lo sé porque soy igual y eso es precisamente lo que me gustó de ti desde que nos conocimos. No, no me gustan las mujeres, pero tampoco los hombres (me gustan sus vergas, eso sí) pero me encantas tú, y como a ti, también me encantan ser una putita. Desde ahora te lo digo, no me quiero divorciar ni tener amantes (al menos no fijos), lo que quiero es que ambas seamos esposas y también amigas. Supe que lo entenderías y por eso te compré toda esa ropita para que la disfrutes como yo ahora lo estoy haciendo. Te amo. Pd: Tal vez no conteste llamadas (ya has de saber donde estoy) pero envíame un mensaje con tu nombre de puta. El mío es Carol. Te amo.
Me temblaba todo, el alcohol y la excitación me tenían con el corazón a mil, sentía mis pezones duros. No perdí más tiempo y me puse el de conejita junto los tacones y la peluca. Cuando me vi al espejo supe que ella tenía razón y que su propuesta de ser un matrimonio de putitas era el mejor regalo de aniversario. Una foto, dos, no sé cuantas, hasta que de repente sonó mi teléfono. No era ella, era mi madurito. Hacía mucho tiempo que no practicaba mi voz femenina, aún así tomé la llamada.
-Hola papi
-Hola putita, oye que rica voz tienes
– jeje gracias amor
-Oye perrita, ya no me respondiste los mensajes. Eso está muy mal eh, te voy a castigar.
-Perdón papito es que me estaba poniendo linda para ti!
-Ah sí? bueno, que no se repita. Corto la llamada. Quiero que me envíes esas fotitos pero ya.
Me encantó su tono de voz dominante. Seguimos sexteando unos diez minutos hasta que me dio la orden de prepararme porque su esposa ya había salido de casa y ahora tenía tiempo para cogerme. Y ahora me excitaba más saber que sería la putita de un madurito vergón y casado. Se los juro que no lo pensé ni un segundo. Me preparé para percibir su verga gruesa, me puse un vestido corto de mi esposa, le envié la dirección de casa y a los pocos minutos llegó un uber para llevarme al motel. Ni que les cuento que iba excitadísima y ya un poco borracha, a tal grado que las miradas del chofer me hacían querer detenerlo y darle una mamada ahí mismo, pero quería llegar rápido con mi madurito. ¿A qué habitación? 507, por favor. Él me recibió a la entrada, me dio un beso y aprovechó para subirme el vestido y separar mis nalgas. Hola putita. Pude sentir como su verga iba creciendo cuando me apretó hacia él. Me hizo subir primero las escaleras y aprovechó la diferencia de alturas para abrirme de nuevo las nalguitas y ahora lamer mi culito. Dios, yo estaba en el cielo, quería que me cogiera ahí mismo, pero me resistí hasta llegar a la habitación. Papi ¿nos tomamos una fotito? Claro putita. Era la misma toma de mi esposa. Luego me giré y quedamos otra vez frente a frente, fui bajando hasta quedar de rodillas y desabroche pantalón. Por fin pude ver esa verga en vivo, y creo que es el instinto de puta, no sé, por que así como la vi me puse a mamarla. Ya extrañaba el sabor de la verga de macho maduro. Me detuve y él me dio una cachetada que me puso más a mil. Papi, ¿otra fotito? Y le fui quitando toda la ropa mientras el que sacaba el vestido. Otro beso, su lengua y sus manos grandes sobre mí, comiéndome, dándome nalgadas. Hicimos la misma pose. Yo al frente con mi lencería y mi macho detrás, abrazándome y apoyando su verga en mí, listo para hacerme suya. Ese par de fotos se las envié:
“Amor, tienes razón, somos un par de putas. Te amo y gracias por el regalito. También me hice uno. Ah, y mi nombre de perrita es Lu. Pd: creo que mi macho madurito la tiene más gruesa que tu muchacho, creo que me va a romper toda. Te amo”
No hubo llamadas, creo que las dos estábamos tan emputecidas que olvidamos eso. Lo que sí hubo fueron mensajes:
“Amor, sabía que eras puta, pero no tanto jaja, no te creas, y oye que rica verga te vas comer eh, y no sé, el mío, aparte de vergón tiene aguante, sigue cogiéndome durísimo, ya hasta tengo la pepa súper abierta y chorreando. Ahorita te mando fotitos. Te amo. Nos vemos mañana
Y ahí me entregué a mi macho. Le pedí que grabara como le mamaba esa verga desde los huevos hasta la cabeza y la dejaba lubricada mientras me cacheteaba y me decía lo puta y sucia que soy. También otro video de cuando me tenía en cuatro y me untaba lubricante con sus dedos gruesos y rasposos. Y otro video más cuando abrió de nuevo mis nalguitas, me hizo la tanga a un lado y me lanzó un escupitajo (que se siente super delicioso) antes de poner su verga cabezona en la entrada de mi anito húmedo, caliente y hambriento. Me dio una cogida de campeonato, así como en las películas de sissys, con una verga de verdad y no con un clítoris precoz de putita como el mío.
Las dos pensamos lo mismo: nos enviamos fotos llenas de leche, ella con la pepa abierta y yo con mi culito recién preñado y escurriendo.
Entre mensajes acordamos ambas llegar a casa así, con nuestras tanguitas batidas del semen de nuestros hombres. Desde ese momento nos hicimos un matrimonio de putas. Lo que pasó al otro día fue aún más caliente, pero se los cuento en la siguiente parte. Chau.
Uff que rico relato, me tuvo con la verga dura todo el tiempo, me encantó como tu y tu esposa se hicieron putiesposas que delicia seria tenerlas para gozar de las 2, espero sigas escribiendo me encanto.
Me encanto tu relato, espero con ansias el proximo, donde se chupen la leche de sus machos y donde empiecen a compartir.
Que delicia de relato , me encantaria que el macho de mi esposa me clavara tambien a mi y ser preñadas por la misma verga , ya me encanta lamer la leche que le dejan dentro cuando se va con su novio , la adoro mas todavia luego de probar su vagina repleta de semen , felicitaciones por tu relato , casi se me revienta la verga de imaginar las escenas , creo que me pondre mis tangas y saldre a buscar un hombre que me llene completa .
Jajaja que mi3rda acabo de leer