Ana 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Fue tan lindo como Eduardo, mi cliente argentino me había follado, que ya hasta me había echo sentir distinto con mi novio.
Cuando mi novio y yo follamos, no es lo mismo, Eduardo tiene otro arte para follar.
Cada vez que viene a la tienda, me siento nerviosa, siento que me mojo involuntariamente, algo tenemos que hacer, es como que necesito a ese hombre, mucho mayor que yo entre mis piernas, necesito que me haga suya, lo que sea, lo que quiera, por la boca, por donde él quiera.
Mas de una vez nos metimos en la trastienda y solo le chupe su polla, sentir su semen llenar mi boca, sentirlo disfrutar de como le chupo su polla, eso ya para mi es mas que suficiente.
Una tarde vino, un rato antes de cerrar, y se puso detrás del mostrador, me bajo el pantalón, y me estuvo lamiendo el culo hasta la hora de cerrar, yo me volvía loca sintiendo su lengua lamer mi ano, me agachaba lo que podía, bajaba una mano como disimulada y me abría una nalga, ya que no quería que nadie desde la calle viera que me movía mucho detrás del mostrados, que algo estaba haciendo, esas cosas, que jamás hice con nadie, tener la adrenalina a tope, me seducía, era lo que me gustaba de estar con Eduardo.
Cada encuentro sexual con mi amante, era distinto, siempre lo hacíamos a pelo, yo sabía que con Eduardo, nunca iba a llegar mas lejos de solo tener sexo, ya que él me lo decía, que no me haga ilusión, que no deje a mi novio, que él no es hombre de una sola mujer, a mi no me importaba nada, mientras venga de vez en cuando y me de mi porción de sexo.
No se porque me sentía mal sabiendo que era una mas de las que se acostaban con él, era solo otro chochete mas para él.
"Ana, te apetece venir a follar a casa, en la cama, hasta ahora nunca estuvimos en la cama, siempre lo hicimos en tu tienda", me dijo, llamándome por teléfono, A mi me temblaron las piernas, era lo que mas deseaba, estar en una cama con él, "si cariño, le digo lo que sea a mi novio y voy, pero dime como llego", le dije, él me explico, cierro la tienda y cojo mi coche y me fui, nerviosa por llegar.
Eduardo vive en otro pueblo, cerca de donde tengo la tienda, en menos de quince minutos estaba legando, lo veo parado en la puerta de su casa esperando a que llegue, deje el coche así no más aparcado, y casi voy corriendo a sus brazos, lo abracé y nos besamos en la boca, sus manos me apretaban las nalgas mientras me besaba en la puerta de su casa, ni a él, ni a mi nos importaba que los vecinos nos vieran, entramos sin dejar de besarnos, sentía que mi coño se mojaba cada vez mas, entramos en su casa, y casi nos arrancamos la ropa, hasta quedar los dos desnudos, "cariño, no aguanto más, quiero tu polla dentro mío", le decía, besando desesperada su boca e intentando meter con mi mano su polla dentro de mi coño, me hace dar la vuelta, me agacho, y siento como me mete la polla en el coño por detrás haciendo que de un gemido muy largo de placer al sentir como me penetraba, "si, si, follame", le decía, tirando mi culo hacia él, y metiendo bien adentro su polla.
Así nos fuimos a su cama, haciendo el trenecito, despacio, con cuidado que su polla no se salga de mi coño, me fui acostando boca abajo, y Eduardo me siguió follando sobre mi espalda, "hay cariño, como me gusta como me follas, sigue, por dios, sígueme follando", le decía, levantando mi culo, y lo movía para los costados, yo daba vuelta la cara y buscaba su boca.
Siento que me coge de la cintura, y me hace poner en cuatro patas, sacando su polla de mi coño y la empieza a meter en mi culo, yo dejaba que me haga lo que desee, solo me ponía como él quería para poder follarme mejor, me siguió follando el culo, hasta que la saca y me vuelve a follar el coño, y así pasaba, de mi coño a mi culo y de mi culo a mi coño.
Yo solo movía mi cabeza para los costados y gemía disfrutando de como Eduardo me follaba, como gozaba de como mi amante me estaba follando.
Yo jamás supe que era multiorgásmica, ya que nunca, con los chicos con los que había follado, me había corrido una sola vez, pero con Eduardo no podía dejar de correrme, sentía que explotaba una y otra vez, a medida que ese argentino me follaba.
Me saca la polla del culo, y me hace acostar boca arriba, se acuesta sobre mi, me besa la boca y siento como de una sola vez, me mete toda la polla en el coño, haciendo que abra mi boca de placer.
Yo lo besaba como desesperada, él me chupaba las tetas, haciendo que de pequeños gritos de placer, a medida que su polla no dejaba de entra y salir de mi coño, mojándome cada vez mas, "así cariño, así, sigueme follando, no pares, me matas", le decía, intentando envolver su cuerpo con mis piernas.
Yo me movía como loca, sentía como mis tetas se iban de una lado a otro, era tanto lo que estaba gozando que quería llorar de felicidad, "dame, dame mas, quiero más", le decía, levantando mis piernas, estaba como enloquecida, "por el culo, mete tu polla por mi culo", le pedía, sintiendo como me sacaba la polla del coño y me la metía en el culo, metiendo mis pies en su boca, cosa que eso no se porque, pero me desespera, me hace gritar de placer, sentir su polla entrando y saliendo de mi ano, y su lengua pasar por entre mis dedos, eso es una sensación que no se como explicar, pero me vuelve loca, "bésame, dame tu boca, por favor, no pares de follarme", le suplico, dejando que Eduardo me haga disfrutar como solo él sabe hacerlo, me agito, me canso, parece que me falta el aire, pero todo vale por un buen polvo con Eduardo.
Lo veo, cogiendo mis piernas, uno de mis pies en su boca, sus gestos, sus gemidos, esta a punto de llegar, de correrse dentro mío, "cariño, en mi coño, correte en mi coño, llena mi coño de leche", le pedía, haciendo que Eduardo saque su polla de mi culo y me la meta en el coño, fuerte, sin dejar de mover su polla dentro mío, hasta que el grito que dio cuando se empezó a correr dentro mio, creo que hasta en la calle lo habrán escuchado, sentía como me llenaba el coño, sentía sus chorros de leche, como me inundaba y se desbordaba mi coño, yo gemía, gritaba, le clavaba las uñas en la espalda a medida que yo también me corría junto a él, no quería que saque su polla de dentro mío, no me quería ir, no quiero dejarlo, pero se que Eduardo es de todas y no es de nadie, así que yo mientras pueda me lo voy a seguir tirando, siempre que pueda voy a hacer que se corra dentro de mi coño, aunque yo se que un hijo a Eduardo no lo ata con nadie, pero sería el premio a todos los placeres que nos dimos.
Eduardo cayo a mi lado, nos abrazamos, sentía como salía su leche de mi coño, pero no me importaba, solo quiero estar entre sus brazos.
"Amor, me tengo que ir, me ducho y me voy, cuando vas por la tienda?", le dije, levantándome de su cama y yendo al baño a ducharme.
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