Ana Carolina 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estamos abrazados desnudos los dos, yo no puedo dejar de acariciar esa hermosa pija, mientras que Eduardo no deja de acariciar mis tetas.
Sin poder aguantar más, me bajé y le empecé a besar la cabeza de su pija, la lamía, me la metía en la boca, se la chupaba, él me acomodó y dejó mi cola para el lado de donde tenía la cara y siento como me empieza a meter los dedos por el ano y en mi concha que ya estaba empapada, "que abierto tenes el ojete Ana", me decía metiendo y sacando sus dedos de mi cola, yo no podía hablar, estaba entusiasmada chupando esa enorme y hermosa pija.
Eduardo me hizo subir sobre él y yo con mi mano la acomodo contra la entrada de mi concha y me fui sentando despacio, disfrutando cada centímetro de pija que me entraba, hasta tenerla toda dentro.
Las manos de Eduardo me estrujaban las tetas mientras me cogía, "y yo que pensaba que mi marido me cogía bien, ahora que puedo comparar, tu pija y como me coges es mucho mejor que como me coge mi marido", le dije moviendo mis caderas con toda su pija dentro.
Me hizo bajar de encima de él, y se sentó en el borde la cama, yo ya me había sentado algunas veces en la pija de mi marido y supe enseguida como me quería coger, le di la espalda, me pase saliva con mis dedos por mi ano, y con mi mano la acomodé, me empecé a sentar y gritaba de placer al sentir como la pija de Eduardo se deslizaba para dentro, como me abría el ano hasta que quedé completamente sentada sobre él, sus manos me estrujaban las tetas, me metía los dedos en la concha, me mordía la nuca, yo apoyaba mis pies sobre los suyos y movía mis caderas en círculos sin dejar de gemir.
Se levantó conmigo clavada literalmente en su pija, nos tiramos sobre la cama, yo boca abajo y él sobre mi, y sentía como me seguía cogiendo así, sentía como levantaba y bajaba su cintura, sentía como su pija entraba y salía de mi cola.
Yo mordía las sábanas para no gritar mas de placer, que cogida me estaba dando.
Me agarra de la barriga y me levanta la cintura, me saca la pija de la cola y la mete toda y de una sola en mi concha, yo quería gritar, llorar de felicidad, jamás en mi vida había disfrutado cogiendo así.
"Carolina quiero que te vayas con el ojete bien abierto", me dijo sacando su pija de mi concha, me hizo poner de costado, me levantó la pierna y me acomodo otra vez su pija contra mi ojete y grite cuando me la clavo hasta los huevos en el culo, "si mi amor, si, destroza mi ano, ábrelo todo lo que quieras, haz conmigo lo que quieras, disfrutame", le gritaba sintiendo como me metía y sacaba su pija de mi ojete, "llévame a España contigo, no me dejes, quiero ser tu mujer", le suplicaba mientras él me seguía cogiendo la cola, "y tú marido?", me dijo, metiendo su pija tan hasta adentro que me hizo doler, pero no importa, que él haga conmigo lo que quieras, que si tengo que aguantar dolor por darle placer lo aguanto, "que se aguante, yo me enamore de vos", le dije, abriendo la nalga que estaba arriba, "te enamoraste de mi?, o estas caliente con mi pija y te gusta como te cojo?", me dijo, haciendo que me ponga boca arriba sin sacar su pija de dentro de mi cola, y ahora me tenía agarrada de los tobillos, con las piernas levantas y me seguía cogiendo el ojete, "no mi amor, te amo, estoy enamorada de vos, no me dejes, seré tu esclava si vos queres, pero por favor no me dejes", le decía llorando, "bueno, relájate, sigamos cogiendo Ana, luego lo hablamos", me dijo pasando mis pies por su cara y me seguía bombeando el ojete con su pija.
La verdad que no se cuanto tiempo me estuvo cogiendo, minutos u horas, es tanto el placer que siento que pierdo la noción del tiempo, yo con mi marido me acabo una o en el mejor de los casos dos, pero con Eduardo es uno tras otro, es una cadena de orgasmos, nunca pensé que fuera a ser multiorgásmica, pero Eduardo me había echo descubrir un mundo nuevo en el sexo, yo sabía que ahora coger con mi marido no iba a ser lo mismo, tenía con quien comparar, comparar la forma de cogerme, el tamaño de la pija, todo lo que Eduardo me esta haciendo disfrutar, no, definitivamente ya no es lo mismo, yo quería estar con Eduardo, ser su mujer.
Estábamos tendidos en la cama los dos, sentía como me pujaba el ojete, como salía su leche de dentro de mi cola, estaba muerta, le había limpiado la pija con mi boca después que se acabó dentro de mi cola.
Yo estaba boca arriba, mis tetas caían a los costados de mi cuerpo, "que tetas grandes que tenes Carolina", me dijo apretando uno de mis pezones, "te gustan mi amor?", le dije agarrando una de sus manos y la lleve a mis tetas para que juegue con ellas, "me gusta todo lo tuyo, hasta estoy pensando en intentar meter mi mano dentro de tu cola, me encanta lo abierto que tenes el ojete", me dijo, metiendo uno de mis pezones en su boca y me empezó a chupar las tetas, "pero si metes tu mano en mi cola, me va a doler mucho", le dije un poco preocupada, ya que una cosa es tener una pija dentro de la cola y otra una mano, "lo intentamos si queres, despacio, hasta donde aguantes", me dijo, agarrando una teta y haciendo un tremendo chupón, que enseguida se puso violeta, "no mi amor, mi marido va a ver los chupones en mis tetas", le dije, preocupada, ya que no quiero que jamás sepa que le puse los cuernos, "no dijiste que te querías venir a España conmigo?", me dijo, subiendo sobre mi y ahora me hizo otro chupón en el cuello, "pero no me chuponees así, cuando estemos juntos no me importa, pero mañana tengo que volver a casa y mi marido me va a ver las tetas y el cuello llenos de chupones", le dije un poco molesta, "quiero hacerte una lluvia dorada", me dijo, yo lo miré y le dije que es eso, me hizo levantar de la cama, nos fuimos al baño, me hizo acostar en la bañera y me empezó a mear encima, en la cara, en la boca, en todo el cuerpo, me agarró de la cabeza y metió su pija en mi boca antes de terminar de orinar, yo estaba desconcertada, jamás había echo eso, "pero, por que me meas, me has echo tragar tu orines también", le dije, ya bastante molesta, "ahora vos a mi", me dijo, haciendo que me levante de la bañera y se acostó él, me hizo para sobre el bordillo y que me empiece a mear sobre él.
"No puedo", le dije, y Eduardo se sentó con su cabeza entre mis piernas y me empezó a chupar la concha, a meter sus dedos en mi cola, hasta que sin querer me empecé a mear sobre Eduardo, se ve que él estaba acostumbrado a hacerlo, ya que abría su boca dejando que le mee dentro, pasaba su cara por mi concha aún meando, me hizo bajar de la bañera, me hizo poner de rodillas frente a él y metió su pija en mi boca, yo se la empecé a chupar, hasta que se acabo en mi boca.
Después de limpiar bien su pija con mi lengua, me puse en pie, nos abrazamos riendo, los dos bien meados, y me hace otro chupón en el hombro, "si mi amor, lléname de chupones, márcame bien, que todo el mundo sepa que ahora vos sos mi macho", le dije, dejando que Eduardo me llene el cuello, los hombros, las tetas con sus chupones, no me importa ni mi marido ni nada, solo quiero estar con él, con Eduardo.
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