Aprendiendo a ser infiel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos. Estos espacios me suben la calentura cada vez que los leo. Aprovechando el anonimato quiero compartir una rica experiencias que me está sucediendo y no se si termine bien o mal.
Los nombres los he cambiado por seguridad, uds me entienden. Asi que soy Judy, de 29 años recien cumpliditos, tengo un bonito cuerpo, en el cole y en la universidad participé en tres o cuatro concursos de belleza, de hecho en uno de ellos conocí a mi marido. Tengo bonitos senos, cinturita y mis ponpas son lo mejor que tengo. Mi estatura es 1.65 mt, cabello castaño, ojos avellanados y me encanta el sexo desde que lo probé a mis escasos 14 años.
Me casé muy enamorada con Alfredo, quien es un galan de hombre, sin embargo, a mi marido le encanta navegar en internet y el tema sexual le apasiona. A raíz de ello, casi contra mi voluntad, decidimos probar los intercambios entre parejas. Yo vengo de una familia muy conservadora y para mi eso era romper la intimidad del hogar y de la cama, lo cual era muy sagrado según mi formación moral.
Sin embargo, para no entrar en más discusión, decidimos hacerlo con una pareja de amigos, Leonel y Lorena, ha quienes conocimos hace unos dos años atrás. No fue lo más afortunado para mi, pues Leonel estuvo acosándome siempre y yo lo puse en su lugar más de una vez. Mi error fue no haberselo dicho a mi marido, por no complicar las cosas. Mi marido al entregarme a él solo le había facilitado la situación.
Esa primera vez, cada pareja intercambiada se fue a diferentes habitaciones, fue en la casa de Leonel y Lorena. Leonel sin recato, me chupó cada parte de mi cuerpo, yo intentaba retirarlo, pero él tiene mayor fuerza que yo, asi que me dominó todo el tiempo, me mamó el coño como nunca antes un hombre me lo había hecho, intenté no gemir para no demostrarle placer, pero fue casi imposible, su lengua recorrió cada pequeño espacio de mi rajita, logró que me viniera en un descomunal orgasmo y se dio el lujo de saborear mi venida, luego me tomó la mano y me hizo insertar mis propios dedos dentro de mi coñito y luego me hizo lamerlos frente a él.
Me hizo mamarle su gorda pija, era la pimera pija que mamaba que no fuera la de mi marido, después de casarme.
Leonel me tomó de los cabellos y hundió su verga repetidamente, yo me ahogaba con semejante carne dentro de mi boca, pero el no terminaba de meterla y sacarla con fuerza, casi he vomitado. Además me decía cada cosa, como –Te gusta mi putita!-, -Asi te quería tener, dandote verga!!-. Las decía como endiablado que me daba miedo.
Me puso acostada boca arriba, pensé que me penetraria, pero el se subió sobre mi con sus piernas abiertas en mi torso y me tomó los senos y se masturbó la pija con ellos, me los apretó duro para masturbarse. Luego, se puso entre mis piernas y levantándome las piernas me penetró con fuerza, parecía que estaba loco, sus movimentos eran siempre duros, su gorda pija me metió hasta lo más profundo de mi vagina, a pesar de tantos años de practicar sexo, me dolió la penetración los primeros minutos. Leonel seguía diciendome cosas, -Asi te quería coger!!-, -Te coge asi tu maridito!!-, lo cual para mi era desagradable. Pero debo decir que luego de unos minutos, la fricción de su pija dentro de mi, me fue excitando sin remedio, su bombeo quería partirme en dos por la fuerza que le ponía a cada vaiven.
Cuando el notó que estaba llegando yo a mi climax, aceleró aún más sus movimientos y me hizo llegar a otro increible orgasmo, no pude ocultarlo, gemí y me quejé como pocas veces en mi vida.
Con lujo de fuerza, me volteo a la posición boca abajo y se puso sobre mi cuerpo. Separó mis piernas de nuevo y comenzó a lamerme mi culito, su lengua recorría cada espacio de mi arrugado ano, luego metió dos dedos en mi rajita y los pajeo dentro de mi al mismo tiempo que saboreaba mi culito. Sacó sus dedos impregnados de mis jugos vaginales y los metió uno por uno en mi ano, me dolió horrores, porque lo hizo sin delicadeza, intenté levantarme para interrumpir su acción, pero de un empujón me obligó a quedarme boca abajo. Sus dos dedos entraban y salían de mi orifico anal, mientras el gozaba todo eso.
Al poco rato, Leonel se despegó de mi culito y tomó con sus manos su pija y la puso en la entrada de mi ano, y tal como me penetró la vagina, con fuerza, me ensartó su pija en mi ano, chillé y le pedí que parara, pero el no hizo nada por detenerse, me penetró duro y se empezó a mover como endiablado, yo sentí su gorda pija hundirse dentro de mis intestinos, la metía y la sacaba sin compadecerse de mi dolor. Aunque no era virgen de mi culito, apenas había tenido sexo un par de veces por allí.
Leonel se sujetó de la cabecera de la cama, para empujar su pija hasta lo más profundo de mi recto, poco a poco la sensación de dolor fue terminando y fue cambiando a placer, estaba sintiendo rico tener su pija en mi ano, pero no quería demostraselo.
Finalmente después de buenos minutos de estar ensartada, Leonel casi bramó cuando llegó a su orgasmo, toda su leche me la echó en mi culo, lo inundó, sentí su esperma salirse de mi culito y derramarse entre mis nalgas, mi coño y mis muslos. Leonel estuvo todavía unos minutos más sobre mi moviendo su pija en mi culito, hasta que se fue reduciendo de tamaño, por fin la sacó y se acostó a mi lado, con la respiración descompuesta, estaba bañado en sudor, su frente y brazos. Yo me levanté y me fui al baño, cerré la puerta y me lavé mi rajita y saqué toda la leche que me había quedado adentro de mi culito. Esa fue el primer intercambio que tuvimos.
Semanas después mi marido quería repetir la experiencia, yo casi le rogué que no fuera con Leonel y Lorena, yo no le había contado que Leonel me había penetrado por el culo, ya que más de alguna ocasión se lo había negado a mi marido, ya que no era de mi agrado. Pero mi suplicas no fueron escuchadas, al parecer mi marido estaba obsesionado por cogerse de nuevo a Lorena, pero no sabía que Leonel también lo estaba conmigo. Asi que tuve sexo con Leonel de nuevo, casi con las mismas caracteristicas,
Esta vez lo único nuevo fue que me hizo tomarme toda su venida después de que me penetró por culo.
Pasó el tiempo, por la crisis economica que existe, decidimos con mi marido, alquilar un ala de la casa, ya que nuestra casa es grande. La alquilamos a un par de estudiantes de la universidad estatal de nombres Ricky y Patricio. Con los cules entablamos una bonita amistad. Cierta tarde Ricky, que es un lindo muchacho de unos 23 años, muy alto y musculoso, dejó su lap top en la sala, yo llegué y como estaba en modo suspendido le di un click y ante mi salió una pagina de internet cargada de escenas pornográficas, lo cual llamó mi atención, seguí viendolo todo, de pronto me di cuenta que Ricky estaba detrás de mi.
Me dio vergüenza y quise explicarlo, pero Ricky me tomó de la cintura y me puso de espaldas a él, mientras acariciaba mi trasero y mis senos, yo le dije que dejara de hacerlo, pero algo pasó y dejé de oponerme, me bajó mis pantalones jeans y luego la blusa, no llevaba sujetador en ese momento, me dejó en bragas, se sentó en el sofa y allí parada me comenzó a besar mis caderas, mi espalda y masajear mis senos, me dijo una serie de palabras bonitas. Yo estaba hechizada, además Ricky era muy guapo. Se bajó los pantalones y su boxer y sacó frente a mi, la pija más grande que había visto en mi vida, no soy experta en saber las pulgadas de largo, pero era inmensa. Me pidió que se la chupara y lo hice, el gozo y yo gocé la mamada que le dí, no dejé que se me escapara ningún centimetro de pija, le chupé hasta los cojones.
Luego Ricky se sentó en el suelo alfombrado y puso su cabeza recostada en el sofa, me pidio que de rodillas me pusiera en sofa, pero dejando su cara entre mis piernas, o sea que me sentara en su cara. Lo hice, y recibí la mejor mamada de coño que hasta hoy día me ha dado un hombre, su lengua parecía desproporcionada, se metía adentro de mi rajita, húmeda y viscosa. Yo gemía y le pedía más y más a Ricky. Me hizo venirme dos veces en su boca, yo no quería que terminara su rica mamada.
El se levantó del suelo, me indicó que no me moviera, asi que quede siempre de rodillas en el sofa con el culo en la orilla, ahora él se puso por detrás de mi y comenzó a chuparme el culito, su lengua intentaba penetrar mi ano, no se si lo hizo, pero me vine de nuevo porsegunda vez mientras me comía el culito. Sin perder tiempo se puso de pie y asi como yo estaba, me pusó su tremenda pija en la entrada de la rajita y la fue metiendo lentamente hasta que su cojones quedaron pegados a mis nalgas. Una sensación de llenura tenía mi rajita, pensé que no me cabría toda la longitud de su pija, pero allí la tenía adentro. Ricky me pistonió su pija como los reyes, yo estaba gozándola como nunca, la tenía ensartada hasta la matriz.
Después de varios minutos en ese rico ritmo de la follada, Ricky se puso sentado en el sofa y me pidió que subiera sobre él, pude ver su verga brillosa de mis jugos vaginales, era una enorme pija. Me subí y el colocó su pija en mi vagina, luego me senté y me entró de nuevo hasta el fondo, ahora yo tenía el control y empecé a cabalgarlo, la sensación de llenura nuevamente me invadió, su pija estaba bien profunda en mi vagina. Ahora los dos gemimos descontroladamente, mientras lo cogía, Ricky me tomaba de las nalgas y metía un dedo en mi culito, moviendolo de acuerdo a la follada.
Alli estaba yo follando con uno de mis huéspedes, gozandole toda la pija dura, gimiendo como una puta, ya no pensaba en la infidelidad, porque ya lo había sido con la bendición de mi marido. Después de un buen rato cabalgándolo, con lujuria, me preguntó: -coges por atrás?-, yo me quedé pensado un segundo y le dije: -si cariño, métela donde quieras!-.
Ricky sin cambiar de posición en el sofa, sacó su pija de mi rajita y la puso en la entrada de mi culito, yo ayudé dejando caer mi peso, su pija se fue deslizando suavemente en mi ano, fue increiblenete rico, nunca pensé que gozaría tanto al ser ensartada en mi culito. Luego, comencé a cabalgarlo de nuevo con su pija en mis instestinos. Fue inolvidable, me vine de nuevo mientras Ricky mamaba mis senos y mordía mis pezones. Al rato el divino Ricky vaciaba su pija en mi culito, me llenó de lechita. A diferencia de Leonel, Ricky se quedó un rato después de su venida, besándome el cuello, la boca, mis senos, hasta que nos pusimos de pie. Tomó su ropa y desnudo se fue para su apartamento.
Ese si había sido una buena experiencia extramarital. A la semana estabamos de nuevo follando, ahora en su cama, me enseño un par de nuevas poses sexuales que me hicieron gozar. Le saqué la leche dos veces una en cada orificio. Hace siete meses, pensé que el único hombre en la cama, después de casada, sería mi marido, pero el me cedió a otro hombre, que yo detestaba, ahora me entregó frecuentemente a un hombre que me gusta.
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