Barcelona subterránea
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Janvino3.
Segunda cita.
, paseo de gracia.
, desayuno, sentados, todo muy tranquilo, de charla y demás, me levanto a pagar, vuelvo a la mesa, y la chica me agarra de la camiseta, me pone detrás de ella, y me dice mira.
, se baja un poco el pantalón, y veo el precioso tanga negro, y la parte de arriba de su culo.
ufff, la miro a los ojos, y le digo, ¿que haces? jajajaja, como haciendome el duro.
, y sigo como sin darle importancia, y salimos fuera a dar una vuelta, hasta que ella tenga que irse.
Y en el paseo contraataco yo, en cada semaforo, en vez de ponerme a su lado, me pongo detrás, me pego a ella, y le digo al oido que me ha encantado su tanga, y que me encantan sus tetas (soy mas alto que ella, y desde detras puedo ver perfectamente sus pechos desde arriba), que se ven preciosas desde aquí.
, y seguimos paseando.
Todo el paseo de gracia tiene un parking subterraneo, y tenía ahí el coche aparcado, así que el paseito nos lleva hasta el ascensor que baja al parking, seguimos charlando ahí, yo fumando, me acabo el cigarro, la miro a los ojos, y le digo, acompañame abajo, y empiezo a caminar, dando por hecho que me va a seguir, y así fué.
Llegamos a la furgoneta, seguimos charlando apoyados en un lateral, pero enseguida abrí una de las puertas y me senté con medio cuerpo fuera.
Le dije, ven aquí, no te voy a morder, y cuando se acercó lo suficiente, le susurre al oido.
era mentira, lo siento, si te voy a morder, y le mordi el cuello.
sonrió, y me lancé a sus labios.
empezó una espiral de locura, entre besos, magreos.
interrumpidos por llamadas de trabajo que yo debía atender, para descubrir que puedo hacer 3 cosas a la vez, y en cuanto se distanciaba de mi para que yo respondiera la llamada tránquilo, la acercaba y metía la mano dentro de su pantalón.
Creo que nunca olvidaré la cara que puso cuando vió que sin dejar de hablar por telefono con un cliente, había conseguido llevar mi mano hasta su coño y jugar con mis dedos.
Colgaba y nos comiamos a besos, me volvían a llamar, y ya era ella quien cogía mi mano, hasta que a la cuarta llamada, a media conversación, cuando ella se subio la camiseta y me enseñó sus tetas, corté, y tiré el telefono al asiento de alante, la monte en los asientos de atrás de la furgoneta, y dimos rienda suelta al deseo.
Abril, buen tiempo, parking de paseo de gracia, 34 grados dentro de la furgoneta, no tengo los cristales tintados ni nada.
, asi que como la cosa estaba cada vez peor, le dijé, vale, vamos al maletero, salimos de la furgo, y entramos por detrás, y ahí empezó el show.
Yo de rodillas en el maletero, y ella tumbada con mi polla en su boca.
yo disfrutaba de toda una vista panóramica del parking, la gente pasando, pero creía que nadie me veía; a ella era imposible verla sino te ponías pegado al cristal, al estar tumbada.
Cuando consideró que tenía la polla lo suficientemente dura, se puso a 4 patas, y de un empujón, la metió entera dentro, y empezamos a follar, y sudar, sudar, y sudar.
Nunca me habian follado así, era ella la que me embestía a mi, y deboraba mi polla con su coño, yo la frenaba en plan, más despacio chica, como se salga me la partes, pero no paraba.
Cuando aparto la vista de su culo, vuelvo a disfrutar de la vista panóramica, y veo que ha llegado el señor del coche de al lado, y cruzamos nuestras miradas; cojo la cazadora de la chica, y la pongo encima de su culo para intentar disimular lo que estamos haciendo, pero parece que el hombre es curioso, y cada vez que miro, lo veo mirandome.
La chica intrigada, me dice, que coño haces con la chaqueta? Yo le explico que hay un tío mirandome, que creo que se ha dado cuenta y que lleva como 3 minutos con la mirada clavada en mí, pero ella no para de envestir, y entonces explotó en carcajadas, me empiezo a reir de la situación, del tío mirandonos.
de donde estamos, de como ha pasado todo, de que estamos encharcados en sudor, empieza a faltarme el aire, y se me empieza a bajar la trempera, pero aún pude aguantar hasta que empezó a gemir a lo bestia y se corrió.
Cuando vi que empezaba a rendirse, saqué la polla, me subi un poco el pantalón, y abrí la puerta trasera de la furgoneta de una patada, me estaba ahogando de calor, y salté fuera, y me acabé de vestir.
Ella, aún dentro, también terminó de vestirse, pero para cuando salió, el voyeur ya no estaba.
Nos empezamos a reir los dos de forma compulsiva, recuperando el aliento, fuimos a pagar el ticket del parking, volvimos a la furgo, que olía.
los que hayan follado en un coche, sabe el olor que se queda, y más si hace mucho calor.
Subimos, nos miramos.
-Ha sido algo inolvidable!!
-Sí, (mucha risa) estás como una cabra, que lo sepas.
-Tú también chico, pero te encantan mi tetas.
-Sí, mucho.
El siguiente encuentro fue algo personalmente memorable.
Saludos
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