Cindy preciosa morena
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cindy es una alumna de tez morena de 19 años, de talla bajita apenas 1.60 mts, con senos pequeños pero grandes pezones obscuros, con un culito pequeño pero durito y bien hecho. Como ustedes veran no tiene grandes dotes esta chica, pero desde que la vi en el grupo de primer ingreso en la universidad senti una gran atracción hacia ella, tiene un “sex apeal” enorme. Talvez por su forma extrovertida, su candidez y su simpatía.
En mi caso soy profesor de una universidad, de 35 años, con un miembro de respeto de 7 pulgadas erecta, aun soy soltero, pero me encanta el sexo en toda su expresión heterosexual.
La historia inicia cuando después de clases trato de establecer conversación con Cindy, preguntándole de donde es? y otras cosas. Y resulta que en una de las charlas, Cindy me confiesa que es casada y con un hijo de un año. Yo le digo –Cómo es posible si eres casi una niña!!-, sin embargo, esto me cae como una cubeta de agua fría, y me corta por completo los planes, ya que lo que menos quiero es tener problemas por una mujer casada. Por supuesto que después de aquello, ya no la busco con frecuencia para platicar o acompañarla. Ella se da cuenta de ello y en más de una ocasión me pregunta, por qué he cambiado mi actitud con ella y que ella quiere ser mi amiga.
Luego de unos meses, me la encuentro en universidad y conversamos un poco como siempre, le pregunto por el bebe y por su esposo, entonces, ella me cuenta que el niño esta bien, pero que su esposo se había ido al norte ya hace dos meses, como todos, buscando mejores oportunidades de ingresos, y que ella se había quedado sola con el bebe. Esa confesión me encendió nuevamente la sangre, el deseo por ligarla se prendió otra vez. Luego de eso, la volví a frecuentar en la universidad, a invitarla a un café, un helado o a la cafetería. Es decir empezamos a llevarnos nuevamente de maravilla. Después de unas dos semanas, le saco a relucir el tema sexual.
-“Como es posible que alguien deje abandonado a una chica tan linda como tú?”- -Una chica como tu necesita a un hombre que la haga sentir mujer todo el tiempo- eran algunas cosas que yo le decía.
Ella no contestaba.
Cierta vez, estando en la cafetería platicando animadamente, le dije, que si me necesitaba para hacerla sentir mujer me llamara y que yo iría rápidamente.
Esto la ofendió y se retiro molesta.
Durante las semanas siguientes no me dirigió la palabra, de hecho evitaba toparse conmigo.
Hasta que cierta tarde, estaba en mi casa y suena mi movil, era Cindy…
• Hola Cindy como estas?- pregunto,
• Profe lo necesito, lo espero en mi casa en la noche- me dijo sin más y cortó la llamada.
Me alisté, me di un baño rápidamente, en el camino iba fantaseando con Cindy, tuve una erección enorme dentro del vehículo. Llegue a su casa, toqué, ella me abrió la puerta y me invitó a pasar. Ella tenia puesta una minifalda que le hacia resaltar sus muslos torneados y sus pantorillas, y con zapatos altos de tacón. Me dejó perplejo ya que ella siempre habia asistido a la Universidad en pantalón jeans y tenis o zapatillas. También tenia puesta una blusa de tirantes bien pegada a su torso, que fácil indicaba que no tenia sujetador, resaltando un poco los pezones. Realmente se veía preciosa y deseable. Mi atracción hacia ella aumentó en ese instante.
Cenamos (intenté no comer mucho por cualquier cosa) y platicamos de temas triviales. Luego de terminar nos fuimos a la sala, nos sentamos en el sillón, ella estaba muy callada. Decidí tomar la iniciativa, me acercó a ella, la tomo de las manos y le doy un beso pequeño en su boca, ella al principio trata de rechazarme, pero su resistencia es débil, luego de eso, responde al beso y desliza su lengua en mi boca en busca de mi lengua. Mi verga nuevamente se erecta y se pone tiesa.
La coloque a ella delicadamente sobre mis piernas y seguimos besándonos por varios minutos más, como si tratáramos de devorarnos el uno al otro. Mi mano recorrió su entrepierna varias veces, acariciando todo hasta llegar a sus bragas, segui haciendolo y poco a poco llegue a su rajita aún sobre sus bragas y note que su ropita estaba mojadísima, tanto que las yemas de mis dedos quedaron viscosas después de tocarla. Esto me puso a mil y con cuidado jalé sus braguitas hasta sacárselas por completo y antes de dejarla caer al suelo, note que el mismo liquido viscoso estaba en toda su braga, la chica se había mojado mucho solo con las caricias y manoseos que le daba!!
Ella no oponía resistencia alguna. Luego bajé el ziper de su falda y pude sacarla de su cuerpo también, la cual acompañó a sus bragas en el suelo. Mi Cindy en ese momento estaba desnuda de la cintura para abajo, los minutos siguientes los ocupe en tocarle y acariciar sus senos debajo de su blusa, luego con cuidado bajé a su rajita, le abri un poco sus piernas, no opuso resistencia alguna, y acaricie los labios vaginales de su rajita de arriba hacia abajo y viceversa, suavemente con los dedos abri los labios y jugue un rato con su clítoris, ella suspiraba y gemia y cuando lo hacía se abrazaba a mi fuertemente.
Le inserte lentamente un dedo en su vagina y la masturbé con él, luego intente meter otro dedo, ella gimió más, y ahora la masturbaba con dos dedos dentro de su coñito moreno. Ella gemía reprimidamente tratando de ocultar que la estaba gozando como yo; de repente, me araña la espalda, mis dedos recibieron el producto de este orgasmo. Estaba claro, en mis años de experiencia, Cindy era multiorgasmica, lo mejor que le puede pasar a un amante en el sexo, que su pareja llegue varias veces sin limite. Le saqué su blusita y le mame las tetitas y sus pezones, estos últimos estaban a reventar.
La cargue en peso, ella se dejó recostándose en mi hombro y la lleve a su recamara, la acosté en la cama, me desnude en segundos y me acosté con ella, luego abri sus piernas y divise su rica fruta prohibida, esta depilada totalmente, parecía la cuquita morena de una niña, a pesar que ya tenia un hijo. Me coloque entre sus piernas y sobre ella y comencé a besarla desde sus senos, luego su ombligo, pasando por sus caderas, le lamí la entrepierna, burlando su rajita. Ella se contorsionaba en la cama; me tomó por la cabeza con sus manos y me llevó directo a su vagina, la cual comencé a lamer, iniciando con los contornos de sus labios vaginales, luego subi a su clítoris el cual encerré entre mis labios y lami desde dentro de mi boca. Cindy se retorció y emitió un quejido, la nena se había venido nuevamente, lo cual constaté cuando lami su coño nuevamente y un liquido agridulce mojo mi boca y labios, trangándolo todo.
Cindy ya estaba lista. Me separe de su coño, coloque sus piernas alrededor de mis caderas, tome mi verga y la puse tocando los labios de su vagina y la penetré de un solo golpe aprovechando la lubricación excesiva que ya tenía. Cindy gimió y gimió mientras la galopaba, me sujete de la cabecera de la cama para hundirle hasta el ultimo milimetro de verga. Ella se agitaba en la cama y emitió un gemido que bien pudo oírse en toda la cuadra. Yo seguí pistoneandola duro, después de un rato ya no aguantaba más, a pesar que retrace mi venida, después de unos quince minutos de embestirla, me vine dentro de ella, deposité un gran chorro de leche dentro de sus vagina, mi verga no dejaba de palpitar y cada vez que lo hacia emanaba una buena cantidad de esperma que parecía que estaba orinando y no eyaculando. Mi leche rebalsó su coño y se derramo entre sus nalgas.
Después busque sus labios que me recibieron humedamente como dandome un premio por mi labor.
Luego, la acomodé boca abajo, metiéndole una almohada bajo su vientre, lo cual alzaba su traserito, enseñándome su culito y rajita. Pensé mamarla un rato mientras se recuperaba mi pene que estaba flácido por la gran venida que había tenido.
Me coloqué atrás de ella, abri sus piernas, siempre sin oposición alguna, inicie besándole todas las nalgas, las cuales eran duras, tersas y lozanas, luego le comí la circunferencia de su culito oscuro, le chupe cada arruga de su ano. Ella pujaba de placer. Bajé hasta su vagina y debido a su dilatación pude penetrarla con la punta de mi lengua, que se movió dentro de su intimidad. Cindy gimió en ese instante y me pidió que la cogiera ya.
• Te quiero dentro de mi!- me decia
Yo tenía que darle un poco más de tiempo a mi verga, que aún estaba semi flácida.
La seguí lamiendo desde su culo hasta sus peuqeños pies, que lami dedo por dedo, luego regrese por la otra pierna hasta su redondo culo nuevamente. Ella se dejaba hacer todo, gozándolo. Lo puedo decir por los gemidos que ella daba.
Inserté dos dedos en su vagina y la masturbé frenéticamente intentando llevarla al éxtasis nuevamente, lo estaba logrando y lo aceleré introduciendo un dedo lubricado con mi saliva dentro de su culito, ella quiso quitarme el dedo de su culito, pero su resistencia era debil, asi que la masturbé un buen rato por sus dos agujeros con mis dos dedos, finalmente ella volvió a derramarse, al sentir su nueva venida y que mojaba mis dedos, quise retardar su orgasmo introduciendo un tercer dedo en su vagina. Cindy aulló como una perrita en esta corrida.
Para ese momento mi verga ya estaba dura para otra batalla, me coloque atrás y levantándole su trasero la penetré de un solo empujón dentro de su rajita. La pistonie repetidamente, el sonido chocando de nuestras carnes y nuestros gemidos llenaron la habitación. La cogí rico tomándola por la cintura y penetrándola profundo, luego me propuse culiarla, rápidamente sin dar tiempo a nada le coloque la cabeza de la verga en la entrada de su culito y la empujé lentamente, ella se quejó de dolor, pero no había nada que me detuviera en ese momento, le introduje la mitad de mi verga en su culito que se abría como un caño. Seguí empujando y prácticamente mi verga desapareció dentro de su agujerito negro, quedando solo por fuera mis cojones duros ya cargados de esperma.
La culie repetidamente. Mi verga se fue amoldando a su culo moreno. Luego de unos minutos de follarla con fuerza, la saque y se la introduje en su coño nuevamente, luego la saque de su vagina y la ingrese en su culito ya amoldado. Lo hice varias veces, (yo se que no es recomendable, pero quien me iba a decir algo en ese momento), por ultimo se la dejé en su colita, la pistonie hasta que me canse y luego llegue a mi segunda venida, le hecho otro chorro grande de semen dentro de su culo, aunque menor que el primero. Cansadísimo me deje caer sobre su espalda, aun con mi verga palpitando en su recto.
Semidesnudos nos quedamos un rato en la cama, abrazados, pusimos la TV para entretenernos y recuperar fuerzas. Cindy me confesó que era la primera vez que le era infiel a su esposo, pero que ella se consideraba una mujer muy sexual (y vaya sino, si era multiorgasmica, fácilmente tuvo unos 5 orgasmos esa noche), me agradecia que yo la hubiera poseído esa noche, pero que me advertía que era la primera y la única vez.
Para resumir esta ultima parte, me seguí cogiendo a Cindy por varios meses, lo hacíamos varias veces por semana, la cogia en mi vehículo, en su casa, la llevé a conocer varios moteles, sencillos, de lujo, nuestra adicción al sexo del otro era más que evidente, éramos buena pareja en la cama, y yo gozaba tirándomela, porque ella siempre me atrajo fuera y dentro de la cama. Lo mejor del caso es que nadie (espero) se dio cuenta de nuestra relación en la universidad. En más de alguna ocasión le propuse que dejara a su marido y que viviera conmigo y sin importar su hijo. Nunca quiso.
Finalmente a los catorce meses y nueve días se apareció su marido. Se preguntan si alli terminó todo?, bueno.. tuvimos unos rapiditos en mi vehículo, pero ya no fue igual.
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