COGIDA POR 5 A LOS 13 AÑOS
mi novio me llevó a un matorral junto con sus amigos, allí fui presionada para tener sexo con todos al tiempo.
Hola a todos, soy Sandra, la Zángana, algunos ya me conocen por mis otros relatos en la web, tengo 35 años, casada, sin hijos, 1,60 metros de estatura, 57 kilogramos de peso, pelo negro, largo y lacio, tetas medianas y una colita redondita que acapara algunas miradas en la calle, estos relatos que describo, son reales, mis propias vivencias, por eso carecen de muchos elementos literarios de escritores profesionales, solo trato de describir una situación lo mejor posible, el resto queda a tu imaginación.
Les recuerdo que mi primer año de secundaria, opté por llevar una relación con dos compañeritos de clase, Luis y Daniel, ambos se hicieron cómplices de nuestro secreto, jugábamos a tener relación de esposos, al papá y a la mamá, yo me dejaba tocar por todos lados, a ellos les propinaba unas mamadas únicas, también me dejaba penetrar en la forma y términos que yo ponía, los bobos gozaban conmigo de pies a cabeza, se reían en todo momento, talvez por el nerviosismo, su complicidad entre ellos, o no sé qué.
Para el tercer mes de clases, pasada la semana santa, un chico llamado Jorge, que ya cursaba último grado de secundaria, empezó nuevamente a perseguirme, me buscaba por todas partes, se obsesionó conmigo sin saber el ¿por qué?; tanto insistió que resultamos cuadrados como novios, él era de estatura mediana, unos 1,65 más o menos de estatura, brazos fuertes y piernas de futbolista, le gustaba e deporte más que comer, nuestra relación iba en buenos términos, besos, abrazos y caricias cada que había la oportunidad, teníamos un rincón detrás de las aulas para vernos y dar rienda suelta a nuestra pasión, era como un rincón de la perversión.
A veces, insistía que nos acostáramos, que yo le gustaba mucho, insistía e insistía, pero, no me llegaba del todo para dar ese paso, siempre lo esquivaba, evadía o salía de ese sitio, yo lo notaba con ese bulto en su entrepierna, típico de una verga en erección, mira como estoy, me decía. Hazte la paja, le contestaba yo, ¿me das una mamada? Aquí no, otro día, en otra oportunidad, yo no entendía tampoco la razón para no querer tener sexo, si mi vagina me lo pedía a gritos, el inconsciente seguramente.
Para salir a vacaciones de mitad de año, el colegio en su programación anual tenía preparada una salida a una finca, rentada exclusivamente para albergar unos 100 o más alumnos y algunos profesores que eran encargados de controlar, tomaban tres cursos por turno para ese retiro, algunos por ahorrar costos, optaron por llevar carpas, para evitar el pago de habitación. Llegamos a ese retiro, dizque espiritual, así lo llamaban. Todo estaba planeado, charlas y más charlas, juegos didácticos, misa, comidas, deportes, en fin, era un programa ya preestablecido desde varios años atrás.
Para la última noche en ese retiro, se organizaba una caminata de varias horas, el plan era llegar a un cerro distante unos 4 o 5 kilómetros y regresar por un camino alterno, completando una especie de círculo, obviamente mi novio estaba al lado mío, un par de mis amigas, junto cuatro de sus amigotes íntimos, nos fuimos quedando atrás a propósito, como si ellos no quisieran llegar al destino programado. Cuando menos lo esperaba nos metimos mi novio y sus amigos dizque para cachar esa caminata sin sentido, las chicas siguieron adelante con la caminata, el plan era unirnos cuando fueran regresando a la base nuevamente, no falta nunca el que forma el sindicato y la desobediencia.
Nos tendimos en el pasto del lugar, Jorge se tendió, me hizo acostar junto a él, colocando mi cabeza en su brazo como almohada, empezamos a besarnos con pasión mientras sus compañeros que estaban a mis espaldas, observaban callados, se me había olvidado ese detalle, concentrada en la cara de mi novio, sus caricias.
Como Jorge parecía estar más alto, comenzó a sobar una de mis tetas, dando vuelta con sus manos, besos van y besos vienen, sus manos seguían recorriendo todo mi cuerpo, sabía que había tomado un camino del cual no podía regresar, tampoco lo deseaba, ¿trajiste condones? Le pregunté, sí, todos trajimos, esa respuesta acabó mi tranquilidad, recordé al tiempo que volteaba mi cabeza, viendo a sus amigos que ya estaban sin camisa, sentados a mi espalda. Todos vamos a cenar hoy, y tú serás nuestro plato especial, ¿cooperas o quieres que te atemos de pies y manos? De esta no te escapas, decían, mi corazón latía con fuerza, como queriendo salir de mi pecho, también quería salir corriendo, pero entendía que las amenazas eran reales, gritar me podría causar un grave problema también, arranqué a llorar como una niña, mi novio Jorge me levantó y dijo tranquila, todo va a estar bien, me abrazaba, me dio un beso apasionado y comenzó a quitar mi blusa que llevaba en ese momento, mi diminuto brasier quedó al descubierto, era lo único que me cubría mi parte superior, no sé si fueron indicaciones de Jorge, empecé a sentir manos en mi espalda, tocando y acariciando mis nalgas, mi brasier quedó suelto siendo tirado a un lado, mis pantalones y tanga, salieron también al mismo montón, estaba totalmente desnuda ante esos cinco machos jóvenes, hambrientos de probar mujer.
Los besos de mi novio seguían en mi boca, cuando sentí lenguas en mi espalda, Jorge se había apartado un poquito de mi cuerpo para que otras manos cogieran mis teticas y los apretaran bruscamente, unos dedos abrían mis nalgas y dibujaban la raya que separa mis glúteos, mis piernas me temblaban, un poco por el frío o la sensación de miedo que sentía ante algo desconocido para mí, tantas manos encima, era distinto a lo que había probado hasta ese momento, parecía que ellos estuvieran palpando una superficie nueva y exclusiva para ellos, no podía hacer nada ante ese evento, sería atacada vergalmente por todos, no había otra opción.
Jorge me agachó, haciendo un poco de presión en mi cabeza, para que empezara a mamar su verga, era un vergón de unos 20 centímetros, inmensa, de las más grandes que había tenido, redonda desde el inicio a su fin y algo inclinada hacia un lado, su cabeza brillaba en ese momento, tanto por la fuerza y potencia que tenía, como por un líquido viscoso que asomaba en forma de gotas, era bien oscuro su color, comencé mi mete y saca de mi boca, él me empujaba haciendo presión desde la parte de atrás de mi cabeza para que llegara más al fondo, me quedaba difícil tragar todo ese tolete de carne, entre tanto sentía que mis tetas eran una superficie de juego para muchas manos, dedos en la puerta de mi culito, en la entrada de mi chochita no podía creer tantas sensaciones, emociones y situaciones nuevas y desconocidas para mí.
Seguramente, alguno de esos chicos se preparaba para penetrarme, ellos estaban a mis espaldas, ya que fue detenido por Jorge, quien dijo, yo primero, esta es mi novia, Jorge cogió a dos manos mi cara y me hizo a un lado, sacando su verga de mi boca, entendí que era mi turno de probar una segunda verga. Estaba de las rodillas mamando al segundo chico, una verga mucho más pequeña, unos 13 o 14 centímetros, rosada en su totalidad, delgada y con la cabeza puntuda, cuando creo que fue Jorge me levantó por mi cintura, me agarre de las rodillas de ese chico, quedando mi cola expuesta a los depredadores, sentí en ese momento una boca y una lengua voraz lamiendo mi raja y mi culo de manera ávida, dos dedos encontraron cabida en mi hueco de mi raja, todo se desarrollaba en apariencia normal, me tocó el turno de un tercer vergón, unas manos se unieron a mis tetas, unas bocas me besaban el cuello, nuca y espalda. Mi miedo estaba desapareciendo sin darme oportunidad de arrepentirme, un dedo hizo su entrada triunfal dentro de mi culito, el cual estaba ensalivado por la lengua que sentía en ese sitio de mi cuerpo, jamás sabría quién era su dueño.
Jorge, cual amo y señor de su yegua, fue quien hizo el honor de empezar a clavar su vergota en mi raja y en mi culito, que no podía impedir que fuera alimentado en ese momento, todo era placer desconocido, pero, placer en fin de cuentas, me gustaba más de lo normal, jamás pensé que pudiera resistir.
Cuando terminé mi primera ronda de mamadas a todos ellos, me tendieron boca arriba sobre el piso, me agarraron de la punta de mis pies para hacerlos encoger, y uno a uno se fueron arrodillando, para meter su verga bien parada, que todas eran de un tamaño similar, ya se notaba que a sus 16 o 17 años, iban a ser mejores, excepto Jorge que era el más dotado, yo gritaba como una loca en esa incomodidad, por el placer y hasta el dolor de mis piernas siendo estiradas para que ellos tuvieran una buena vista y posición de clavarme, uno de ellos, no recuerdo sus nombres por eso los omito, se tendió boca arriba masajeando su pene para tenerlo fuerte, me hicieron sentar encima y empezar a galopar sobre ese potro salvaje, mi cara lo miraba con una mirada algo perdida, sin reproches, otro se dispuso a poner su verga en mi boca, Jorge dijo esto es mío y comenzó a enfilar su verga por mi culo, poco o nada podía hacer para evitar esa embestida, opté por relajarme y disfrutar como lo había leído en alguna parte, los otros dos se acomodaron a mi lado, me hicieron que les agarrara sus vergas y una en cada mano completó mi cuerpo, creo que parecía una araña en esa posición, ellos con sus manos me ayudaban a que los pajeara, el que estaba en mi boca con sus manos se ayudaba a culiarme por mi boca, con las embestidas por mi culo bajaba y subía ayudada por el que estaba en el piso boca arriba, el placer más grande que había recibido hasta el momento, era difícil coordinar todo, no sabía nada de eso, de tener varios miembros viriles a mi disposición, creo que ninguno éramos expertos en ese momento, por eso entre todos se ayudaban y me ayudaban a masturbar o mover mis manos o cuerpo. Creo que en algún momento pensé que mi tío Federico se había quedado corto en sus enseñanzas, nunca me preparó para este momento.
Esta pandilla se turnaba y cambiaba de posición a su antojo, por momentos, hasta parecían expertos, o ya le habían cogido el ritmo, el tiempo pasó sin darnos cuenta, nuestros cuerpos sudaban de tanto ejercicio, calentura y emoción juntas, me sorprendía en todo momento la camaradería, amistad y sincronicidad de estos sujetos, quienes se turnaban sin tener un aparente líder, reían entre ellos, se burlaban de mí, sus expresiones de esta perrita está muy rica, te comes algo delicioso amigo Jorge, que va, contestó Jorge, es la primera vez que me da algo, siempre me dejaba emparolado, por eso planeé este momento, para véngame de esta puta pendeja de mierda, que aprenda que debe aflojar las piernas y ser sumisa ante su macho de turno, me sentía humillada por esas palabras, no había nada de amor, sólo ganas de sexo, venganza y hasta odio, nada más, pero está aprendiendo la lección.
Cuando estos potros salvajes llenaron su apetito, se sintieron con ganas de eyacular, me hicieron recibir su leche en mi boca, primero Jorge, mi supuesto novio, líder y más vergón, luego a como fueran sintiendo esa necesidad, mi cara, pecho y estómago llenos de leche, por dentro y por fuera, cuando se acabó esa ronda, dije, mira cómo me dejaron toda sucia, llena de leche, por aquí no hay agua, tu tranquila, algo se nos ocurrirá, me seguían ofreciendo sus vergas chorreantes de leche y algo flácidas para que las fuera chupando, cual ternero después del ordeño.
Ya me encontraba sentada en el piso, algo desconcertada, mirando toda esa leche cómo se iba secando en mi cuerpo, alguno de ellos dijo, oye, te vamos a bañar como te lo mereces, como siempre lo tomas o lo dejas, no hay opción aquí en este momento.
Jamás pensé el resto de la humillación que Jorge me propinó y permitió ese día conmigo, se me acercó con su verga en la mano, ya estaba flácida totalmente, pensé que quería más sexo oral, de repente un chorro de orines empezó a caer sobre mi cara, lávate perra, límpiate para que no huelas a semen, sabía en mi interior que era lo mejor que podía hacer en ese momento, con mis manos limpiaba los restos de semen, tierra y demás suciedades de mi cuerpo, todos orinaron siguiendo al macho alfa, mi novio Jorge, quien hizo todo esto posible para todos.
Con una de las camisetas me hicieron secar y limpiar lo mejor posible, nos vestimos y salimos nuevamente al camino, devolviéndonos por donde habíamos empezado, no había nadie, teníamos que regresar a la base, los chicos iban adelante felices, riendo y jugando entre ellos, Jorge me preguntaba, ¿cómo te sientes? Ultrajada, ¿pero estás feliz? Triste con tu comportamiento, tranquila, la próxima vez lo planeamos mejor, jamás volverá a ocurrir y menos contigo, pero te vi muy cooperativa, hasta parecía que te gustaba mucho, tenía que hacerlo así o hacerlo llorando u ofendida, preferí disfrutarlo, eso es bueno que lo hayas disfrutado.
Al lograr ver las instalaciones pudimos observar a los profesores oteando para el camino, obviamente estaban preocupados por nuestra ausencia, dónde estaban, preguntaron, Jorge dijo, profe, nos salimos del camino, nos perdimos, estuvimos dando vueltas hasta que vimos unas luces y nos volvimos a orientar, ¿están bien? ¿no les pasó nada? Estamos todos bien, ah bueno, alístense para cenar y seguir con las actividades, todo parecía salirles a pedir de boca.
Se habían salido con las suyas, si lo planearon son buenos en eso, pensaba yo mientras me duchaba, sacando los restos de orines y semen, aún podía sentir esas manos tocando, apretando y pellizcando mi cuerpo, la sensación de estar empalada y con tantas vegas a mi disposición tampoco se desaparecía, así duré toda la noche pensando en lo ocurrido, mi chochita estaba llena de jugos en todo momento, parecía mantequilla derretida, seguramente habría podido recibir otra dosis parecida, también pensaba cuál iba a ser mi actitud en adelante con esa pandilla de violadores, ¿volverían a atacarme? ¿volvería a dejarme llevar por ellos? ¿seguiría con Jorge? Qué noche más larga.
A la final, opté por terminar con Jorge, con los otros chicos tampoco tuve más contacto, aunque todos me buscaban y ya sabrán para qué cosas, yo los evadía, los ignoraba o hasta los trataba con groserías, total era su último año en el colegio, de ellos. Decidí no tener más novios de mis compañeros, me conformaba con decires seamos amigos, buenos amigos y nada más, no quiero tener novios ni compromisos con nadie, con mis profesores seguía mostrando mis pantys, haciéndome la distraída para abrir mis piernas y dejar ver más de lo que ellos esperaban ver, ya sabrán lo que me gané por andar con esa clase de coqueteos ingenuos e inocentes para mí, pero muy calentones para mis profesores, solo con aquellos que llegué a salir y tener compatibilidad, que me regalaban dinero y notas de estudio, seguí saliendo, eso está detallado en otro relato, de mi segundo año.
Cuando volvemos a salir me decía Jorge, cuando nos cruzábamos en los descansos, me gustó mucho y sé que también lo disfrutaste como una buena y verdadera perra, le dije, contigo jamás, me hubieras programado para estar preparada, me cogiste a mansalva, eso no se hace, eso no se vale. Sonreía burlándose, pero, ¿lo disfrutaste verdad?? Pues sí, no lo niego, ¿qué otra opción me quedaba? Ah, ¿conque ese fue el problema? No conocía bien a tus amigotes, le dije, pero ya los conoces bien, es verdad eso que dices. Qué dices, ¿vamos? No, jamás y no insistas más.
Esa experiencia tan inesperada, marcaría mi vida para siempre, mi suerte o mi desgracia se desarrollaban de esa misma manera, sin programar, con desconocidos y sin poder decir que no, tendré que acostumbrarme pensaba para mis adentros, eso elegí, eso asumo en mi vida, no más protestas. Este recuerdo, de esa humillación viene muy seguido a visitarme, de verdad me hace calentar mi cuerpo y derretir mi chocha, aún de mayor sigue con la misma intensidad, me he tocado muchas veces. me hecho algunas pajas o masturbaciones, siempre recordando ese momento tan especial para mí, son momentos de mi vida real.
Aquí me despido, soy Sandra, la Zángana, si te gusta deja tu comentario o valoración para saber si comparto o no otras experiencias de mi vida, todas reales, nada de ficción, por eso carecen de esos adornos literarios que ustedes conocen.
Excelente, que ricas sensaciones habras tenido con 5 vergas para ti….continua por favor
jajaja no se si siga escribiendo
Lo bueno que decidiste disfrutarlo, muy bueno
de verdad no me arrepiento
Así debemos tratarlas siempre cuando ya sabemos que les gusta. Me encantó tu relato
pues se les fue la mano, pero lo disfruté
Pues si que ubo de todo en esa experiencia a temprana edad,pero como bien lo dises lo disfrutaste
Saludos
Muy buen relato