Cogiendo con mi novia y con su mamá
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me hice novio de Carmela de 20 años hace como un año y meses, ella tiene un precioso cuerpo y hacemos una muy buena pareja en la cama, hemos hecho de todo en tan poco tiempo, yo me encargué de romperle su orto, porque ya su rajita la había perdido con otro.
Carmela me presentó a su mamá, que llamaré Claudia, y la verdad me pareció una mujer muy atractiva, ella debe tener un poco más de cuarenta, pero aún tiene muy buenos senos y aunque no es delgada su figura es muy bonita.
Ella enviudó hace unos cuatro años y cuando la conocí tenía apenas unos tres meses de empezar a salir con un hombre, según mi novia.
La verdad es que la conocí y no tuve ningún interés en ella, incluso me pareció muy seria y de limitada charla.
Cierta noche Claudia, la mamá de mi novia, nos invitó a cenar para conocer a Carlos su pareja.
Hasta alli todo bien.
Como un mes después, luego de hacer el amor con mi novia Carmela, en su habitación, como solíamos hacerlo, claro que a escondidas de su mamá.
Le dije a Carmela que si tenía alguna cervecita y un bocadillo en la refrigeradora, ella me dijo que era muy posible, asi que bajé solo con mis boxer puestos, no tenía pena de encontrarme con Claudia, la mamá, porque me había dicho mi novia que había salido con Carlos, Asi que bajé las gradas, no prendí la luz, pues había mucha claridad aún, pero al empezar a pasar por la sala, oí primero unos gemidos, reduje mi paso y me fui asomando poco a poco, lo que vi cambiaría mi perspectiva con relación a mi futura suegra.
Estaba con Carlos, ella estaba en cuatro subida sobre el sofá con el trasero hacia afuera, solo cubierta por su blusa, una luz de la lampara de mesa me dejaba v ver bien la escena.
Carlos le comía el culo y la panocha, ante los gemidos de placer que emitía Claudia, que me hacían hervir la sangre.
Me quedé quieto observando todo, mi futura suegra se veía hermosisima en esa posición en cuatro, mostrando sus aún deseables atributos, ofreciéndole sus partes íntimas, para ser manoseadas y mamadas por su novio.
Tuve una erección rápidamente allí parado viendo todo.
Luego el novio se puso de pie, se bajó los pantalones y dejó al aire su verga, que no era ni larga ni gruesa, tamaño promedio diría yo, la puso en la vagina de Claudia y la penetró, ella emitió un angustioso quejido, le pedía que se lo hiciera con cuidado, Carlos la penetró primero hasta el fondo y luego empezó a pistonearla.
Yo ya tenía mi verga afuera del bóxer y me masturbaba viendo aquella escena; Claudia comenzó a emitir varios quejidos que avisaban que se vendría pronto, al parecer Carlos que no era un joven, se emocionó mucho, tanto que sus pistoneos empezaron a ser cortos y más rápidos, ella se corrió y él también, apenas le dio tiempo para sacar su verga de la panocha de mi futura suegra.
Yo aproveché los gemidos de ambos para irme de allí.
Meses después llegó las fechas de fin de año.
Pero recibí la mala noticia que mi novia no estaría en esas fechas, sino que había sido invitada por una tía en el norte.
Asi que no me quedó más remedio de planear algo con mis amigos.
Era la fecha veinticuatro de diciembre, la nochebuena, con mis amigos fuimos a una discoteca, la más grande de la ciudad, debimos hacer una reservación para tener espacio, y se veían buenos prospectos de mujeres y hombres, era una noche para buscar pareja y no dormir solo o sola en la nochebuena.
La discoteca es grande, bebimos cerveza y alguno que otro tequila, en eso, yo estaba bailando, en una mesa no muy lejana, había un buen ambiente, se oían los gritos y aplausos, en eso me quedé viendo detenidamente, me parecía conocida alguien de esa mesa, me acerque unos pasos, si era verdad, era mi futura suegra, Claudia.
Allí estaba con sus amigas, no vi a Carlos, no estaba allí al menos en ese momento, me acerqué a saludarla, ella me reconoció y se puso de pie y nos abrazamos, allí noté que llevaba un vestido pegado a su piel, cortito, arriba de las rodillas, este tipo de vestido lo usan mujeres más jóvenes, pero a ella le quedaba muy bien, sus nalgas en forma de corazón se mostraban muy apetitosas, adelante un escote que partía su torax en dos, sus senos eran un primor.
La jalé y le dije que bailaramos para charlar un rato.
Ella accedió y salió conmigo, sin embargo sus amigos y amigas de mesa hicieron un alboroto del suceso, le chiflaron y gritaron -ya ligó!!, ya ligo!!-; y otras cosas que no recuerdo.
Estuvimos charlando, para eso debíamos que pegarnos mucho el rostro el uno al otro, allí noté que Claudia olía a licor, bueno la verdad es que los dos teníamos ese olor.
Ella me contó que estaba sola, pues como sabía su hija Carmela se había ido con sus parientes al norte.
Asi que la convencieron sus amigas a venir a pasarla a esta discoteca, además me contó que ya no era nada de Carlos, su anterior novio.
Con la charla, empezamos a bailar, iniciamos separados, pero después la tomé de la cintura, su carne aún era firme y le empecé a dar algunas vueltas, resultó que Claudia era bastante flexible y no bailaba nada mal.
Bailamos una, dos, tres piezas y seguimos, en eso ella me dijo que nos sentáramos, yo le dije que la invitaba al bar a beber algo, ella accedió de inmediato.
Luego me di cuenta que era una mujer con conversación y para nada era aburrida.
De pronto ella oyó una pieza musical que le gustó y me jaló a bailar con ella, en ese momento serían como las 11:30 pm, no sentimos el tiempo.
Al rato oímos que todos celebraban las doce de la noche y luego vinieron los abrazos y nos dimos el respectivo apretón con Claudia.
Cómo a las doce y media, me dijo Claudia, que quería irse de allí, quería ir a su casa, pues su familia y Carmela podían llamarla y se preocuparían, pues nadie sabía que andaba en una discoteca, yo me ofrecí a llevarla, ella aceptó de nuevo.
Incluso yo le fui a traer su bolsa que estaba en esa mesa, lo hice cuando nadie se dio cuenta.
Asi que tomamos rumbo a su casa, en mis planes no estaba quedarme con ella, sino regresar a la discoteca con mis amigos.
Pero todo cambió cuando ella en el umbral de la puerta y me dijo que no quería estar sola en esta fecha pues se pondría a llorar, me dijo que tenía cena preparada y que me quedara con ella otro rato.
La verdad es que recordarme de lo sucedido en la sala de su casa con su novio meses antes, me puso cachondo y acepté sin remedio.
Ella se puso contenta, sacó cerveza de su refrigeradora y se puso a beber conmigo.
Cenamos juntos y ella también recibió llamadas, entre ellas la de Carmela mi novia, quien también me llamó pero al móvil que yo utilizó.
Entre charlas y cervezas, nos quedamos en la sala, Claudia y yo, bromeando y charlando amenamente, ya dije que es una buena conversadora, además cada vez me sentía más cautivo por ella.
Por momentos me daban ganas de tomarla y besarla y a ver que pasaba después.
No pude más, a eso de las 2:00 am, casi de madrugada, nos pegamos tanto después de una broma, que me acerqué y la besé en los labios, ella se quedó quieta viéndome luego me correspondió y fue un rico beso de unos diez segundos.
Luego ella reaccionó, dijo que estaba mal eso, porque yo era el novio de su hija, pero arriesgando yo me acerqué, la tomé y la volví a besar, ella correspondió y ahora fueron treinta deliciosos segundos, hubo mordida de labios incluida.
Ella volvió a decir, que estaba mal, yo me separé y ahora ella fue la que se acercó y me besó, ahora yo correspondí y el beso fue de dos minutos con lengua incluida, casi queríamos comernos a besos.
Ella se puso de pie y apagó casi todas las luces de la sala, solo dejó prendida donde estábamos, algo similar como aquel día con Carlos.
Seguimos sumergidos en muchos besos más, pude acariciar sus brazos y su espalda, su piel aún era suave y tersa, le llené de besos su cuello y los hombros, eso me favoreció para bajar los tirantes de su blusa y dejar casi descubiertos sus hermosos senos, los destapé aún conservaban su lozanía y tenía unos hermosos pezones, baje mi boca para mamarlos, de primero les di una lluvia de besos y luego atrapé los pezones para chuparlos uno por uno, mientras ella daba pequeños quejidos de placer y no ponía ningún obstáculo para evitarlo, es más yo pude tomar sus senos con mis manos y llevármelos a la boca.
Mis manos también bajaron a acariciar sus piernas; la calentura iba subiendo lentamente entre ambos, en eso Claudia se quitó la blusa y dejó totalmente descubiertos sus senos, yo me intercambiaba entre sus labios y sus senos.
Los besos se volvieron ardorosos, mi verga estaba totalmente erecta en mis pantalones.
Ella me desabotonó la camisa y me dejó también el torso desnudo y chupó mis tetillas, eso me hice gemir de gusto, luego siguieron más besos, una de mis manos acariciaban ya su entrepierna y yo amenazaba con llegar a su braguita.
Ella que se notaba muy excitada, en eso abrió sus piernas, dándome el espacio suficiente no solo para acariciar su panocha encima de sus braguitas, sino al poco rato meter mi mano adentro de su pequeña pieza íntima y acariciar su vello púbico y sus labios vaginales que estaban muy lubricados.
Mis dedos terminaron mojados de sus jugos lubricantes.
Ella también no se quedó quieta, una de sus manos acarició mi bulto entre mis pantalones, ella debió notar lo excitado que yo estaba cuando tocó el buen bulto que se me formaba.
Al poco rato, sentí como metió su mano entre mis pantalones y tomó mi verga con su delgada mano, se puso a acariciarla y luego me la jalaba, es decir me masturbaba con ella.
Los dos no aguantábamos la calentura, dejé salir mi verga, ella la acarició y luego se agachó para tomarla suavemente con sus labios, la apretó y la metió entre su boca, luego empezó a mamarla lentamente, dándole además varios besos y lamidas con su lengua, me hizo temblar allí sentado, era una maravilla de mamada la que daba Claudia.
Mientras que me la chupaba, y como estaba casi en cuatro sobre el sofá, le metí dos dedos en su panocha, estaba mojadísima y caliente su vagina.
Le indiqué que nos pusiéramos cómodos en una 69, ella abajo y yo arriba, asi que me metí entre sus piernas y abriendo sus muslos me sumergí en su bien cortada maraña de pelos, mi boca y sus labios vaginales se dieron un intenso beso íntimo, chupé y lamí su el exterior de su vagina y ella daba tremendos gemidos, soltaba mi verga para gemir y luego la tomaba como si quisiera arrancármela.
En pocos minutos la hice llegar a una rica corrida.
Ella correspondió lamiéndome las bolas, lo cual es lo más exquisito que me han hecho en mi vida.
Eyaculé como un infante, ella bebió parte de mi venida y la otra le quedó en sus tetas.
Luego que nos compusimos de nuevo sobre el sofá, sentados, ella me tomó de la mano y me llevó a su recamara, nos quitamos la ropa, quedamos desnudos totalmente y comenzamos a besarnos, yo me fui subiendo encima y ella me dijo que quería sentirme adentro de ella en ese momento, abrió sus piernas yo me fui acomodando y la fui clavando lentamente, se la metí hasta que mis bolas quedaron únicamente afuera de su panocha, luego comenzamos un intenso mete-saca, lento, fuerte, profundo, Claudia empezó a gemir, parecía que llegaría de nuevo a otra corrida y asi fue, gimió y me dijo que era mi puta y quería que le diera duro, muy duro.
Le di duro y ella me atrapó con sus piernas prensándome contra su cuerpo, nos besamos salvajemente y nuevamente me corrí ahora dentro de su vagina, eyaculé buenos chorros de esperma caliente y terminamos gimiendo y jadeando, nuestros cuerpos sudaron y se mantuvieron unidos por algunos segundos posteriores a nuestras corridas.
Nos quedamos un rato sobre la cama, abrazados, dándonos uno que otro beso.
Luego me dijo que nos ducharamos juntos, la ducha esta dentro de su recamara, asi que nos fuimos desnudos.
Alli seguimos tocándonos y besándonos, me dijo que había estado increíble, -lo siento por Carlos y por su hija, pero que había estado lindo lo que habíamos hecho en la cama-.
Regresamos a la cama en toallas, pero el deseo persistía.
Desnudos debajo de las sabanas seguimos besándonos, luego ella se metió entre las sabanas para tomar mi verga y darle algunas mamadas, yo también le mamaba sus tetas cuando no lo hacía.
Poco a poco nos fuimos calentando de nuevo, a pesar de los dos polvos, mi verga fue endureciéndose otra vez, ella dijo que la pondría dentro de su vagina para que se terminara de ponerse dura, entonces ella se fue montando encima de mi, tomó mi verga semierecta y la puso en su vagina y se fue moviendo, cabalgándola, lo hacía tan suave y acariciándome el pecho, que en menos de un minuto mi carne se puso totalmente dura en el interior de su panocha, Claudia sintió mi miembro más duro pues su rostro fue cambiando ahora que se movía encima, luego vinieron los gemidos que mostraban lo bien que la pasaba montando mi verga.
Yo le tomaba los senos con los manos y le apretaba los pezones, luego hacia un esfuerzo por levantarme y chuparlos.
Entonces, ella se contorsionó, le estaba sobreviniendo un nuevo orgasmo, ella comenzó a dar cintura con más rapidez, yo sentía que lo estaba haciendo con el afán de que me viniera casi enseguida de ella, pero con un haber de dos polvos, mi verga no estaba aún lista, asi que Claudia tuvo que cabalgarme otros diez minutos con diferentes ritmos para que yo eyaculara dentro de su panocha.
Ahora fue poca leche la que le eché adentro.
Me quedé con ella toda la noche, en la mañana, despertamos como a las 10:30 am.
Ella me sirvió mi desayuno, allí charlamos y ella me dijo con alguna lagrima que no quería perderme, que no quería que lo de anoche terminara, que tenía tiempo de no sentirse bien en la cama con un hombre y que yo la había satisfecho mucho, que parecía que llevaramos tiempo haciéndolo.
–Por mi no lo va a saber mi hija-.
Llevó casi seis meses teniendo relaciones con la mamá de mi novia y con mi novia, es algo perverso, pero excitante.
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