Como de película

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Doñagatita.
Mi amigo es un hombre maduro de 38 años, alto de 1.
85, con barba bien recortada y varonil, desde finales de noviembre que no lo podía ver, habíamos estado muy ocupados pero manteníamos un contacto caliente.

Una tarde andaba donde mi mamá ya que debía hacer unos mandados y decidí pasar a visitarla, iba mensajeando con Leo y se ofreció a pasar por mi sin saber lo que esa tarde iba a pasar, eran las 4 de la tarde cuando nos encontramos en un parque donde me paso a recoger en su moto, andaba todo guapo con su uniforme de trabajo, nos montamos sin rumbo, cuando íbamos conversando de camino decidimos ir a su apartamento, quedaba en un lugar lejano a la ciudad pero eso no importaba porque mi marido estaba en una de sus giras y sabia q no iba a molestar.

Había mucho tráfico y eso me preocupaba un poco, pero el es muy buen conductor y llegamos bien,era un lugar muy hermoso había un clima con una llovizna y un frío que se prestaba para la ocasión, yo estaba un poco nerviosa pero entramos a su apartamento el cual era pequeño pero acogedor tenía una vista preciosa ya que de la ventana de su habitación tenía vista a un bosque precioso, no paraba la lluvia y el frío se apoderaba más de mi, ya ahí en su cuarto nos acostamos en su cama y me tenía abrazada y empezó a besarme con mucha pasión mientras me hacía mojar mi vagina, el me acariciaba todo mi cuerpo y poco a poco me fue quitando la ropa, cuando me di cuenta ya estaba desnuda y el sobre mi besando cada parte de mi cuerpo, agarraba mis senos con una fuerza que me excitaba cada vez más, cuando sentí su boca y su lengua estaban dentro de mi vagina y me la chupaba con unas ganas que me hacía estremecer yo no aguantaba y me excitaba mucho de repente hice que se acostara y yo empeze a chuparle bien rico ese pene que tanto me hacía enloquecer

Se lo chupaba con muchas ganas, luego decidí sentarme sobre él y hacer mi va y ven de movimientos eróticos los cuales lo tenían muy excitado, me sentía en la gloria esa tarde el clima, el frío, la compañía todo era perfecto, después me di la vuelta y me le senté de espaldas mientras seguía haciendo mis movimientos eróticos , luego lo hice sentarse en la esquina de la cama donde me le senté de frente y seguía cogiendomelo bien rico mientras el me chupaba los senos bien sadicamente, Leo se sentía tan excitado que me hizo parar para tomar fuerza unos minutos ya que si yo seguía iba hacer que se viniera.

Nos recostamos en su cama, el me abrazaba y me besaba y al ratito yo le empeze a chupar nuevamente ese miembro grueso y jugoso y el me recostó, abrió mis piernas y comenzó a penetrarme duro y profundo ,estaba tan excitado que me elevó las piernas y mientras sostenía mis manos me daba muy duro pero algo exagerado hasta que yo por primera vez tuve mi primer orgasmo splash así como de película porno, así en esa posición siguieron sus embestidas, salia mucho liquido de mi vagina y es una sensación jamás sentida, siempre crei q ese tipo de orgasmos eran una mentira fingida nada más y al principio me dio pena y solo seguía gimiendo de placer pues ese hombre me hacía el amor de una manera que me elevaba a las nubes, ya el no aguantaba de verme y escucharme como yo estaba tan excitada que me pidió que me sentará y dejo vaciar todo su semen en mi boca y cara, yo quede totalmente llena por toda mi cara y boca pues fue como un volcán que explotó.

Al verme así me llevó a la ducha donde estuvimos dándonos más caricias y besos, el enjabonaba cada parte de mi cuerpo, el frío era terrible pues no había agua caliente y el agua estaba helada, ya saliendo del baño nos acostamos desnudos en su cama otro ratito, el me tenía abrazada y yo me sentía agotada y sumamente relajada, al rato nos vestimos y el clima aún seguía igual de lluvia aun así salimos de su apartamento con rumbo hacia mi casa y yo totalmente satisfecha del gran revolcón que me habían dado y la experiencia de ese orgasmo de película , llegue a mi casa con ganas de descansar, pero para mi sorpresa mi marido había llegado sin avisar, prepare la cena y lo atendí debidamente sin olvidar que venía de tener sexo salvaje con mi amante.