Cómo empecé a engañar a mi marido y me volví una puta (Relato a 4 voces) IV
Y desde ese momento decidí volverte una putita, en realidad salió de mi la puta que siempre estaba anidada en mi interior, pero ahora no estaba dispuesta a parar y gozaría de mi cuerpo todo lo que me permita..
No me imaginaba lo que me esperaba esa noche, resulta que casi todos mis machos querían salir conmigo al mismo tiempo, mi esposo me dijo que mi mamá tendría que salir y que debía llegar temprano para estar con los niños, luego mi jefe me estuvo provocando y me dijo que quería comerme esa noche, luego llamó Raúl que quería verme esa noche, finalmente Miguel me dijo que estaba arrecho y quería cacharme esa noche. Con mi jefe quedamos encontrarnos a eso de las 4 cerca del Banco donde iría a hacer unos trámites, a Raúl le dije que esa noche no podía porque tenía que ir a casa temprano y con Miguel quedamos en un lugar no muy lejos de mi casa, yo estaba especialmente arrecha y no me contentaría sólo con mi jefe, pero sería temprano, ya no regresaría a la oficina y tendría que llegar a la casa antes de que llegue mi esposo.
La verdad que yo no soy ni muy bonita ni tengo un cuerpo espectacular, y hasta hace algunos años era una esposa ejemplar, casada con William con quien perdí la virginidad y madre de dos niños, no me daba cuenta de mis atributos hasta que me sedujo mi jefe y descubrí lo que realmente era el sexo, tenía 28 años y en la plenitud de la vida. La atracción fue mutua y poco a poco fuimos acercándonos hasta que ocurrió lo que ocurrió, él sabía que no andaba bien las cosas con mi esposo, un día después de una pelea me refugié en sus brazos, entre caricias de consuelo puso sus labios sobre los míos y allí empezó todo, ya todos habían salido y me besó con pudor al principio y luego fue un beso de pasión, nuestras lenguas se mezclaron y su manó bajó hacia mi chuchita, lo frotó sobre el pantalón, sentí una corriente eléctrica que mojó mi calzón, luego introdujo los dedos por la cintura y por dentro del elástico del calzón tocó mis vellos púbicos, sus dedos llegaron a mi raja y palpó mi humedad que desbordaba de mi chocho, – estás arrecha – me susurró al oído, nos besamos nuevamente y en ese momento sonó el timbre de la puerta, era mi esposo que venía a recogerme, nos despedimos con un beso jugoso, me metió el dedo hasta el fondo de mi raja, sacó los dedos y saboreó mis olores.
Unos días después, me ordenó unos trámites en el centro, me dio una notita para encontrarnos en una esquina. Había esperado ese momento, pero no estaba preparada, estaba nerviosa por la posible infidelidad que iba a cometer, pero Willy ya no me satisfacía en la cama, cada vez sentía la necesidad de sexo y él llegaba tarde y cansado, y tampoco con los hijos no había mucha intimidad, pero estaba nerviosa de dar el paso, sería lo que dios quiera, aunque no me había preparado, por lo menos debería haberme puesto un calzón nuevo. Nos encontramos y me invitó a tomar gaseosa, era un restaurant dentro de una casona, al frente estaba la recepción del hotel, me daba cuenta que él dudaba, no se decidía a dar la iniciativa, acercó sus labios a los míos y nos besamos dulcemente – tengo ganas de hacerte el amor – me susurró en el oído, – que esperamos mi amor – le respondí con otro susurro, fue suficiente, mi chuchita estaba que manaba sus jugos por el deseo y la ansiedad, fue a la recepción y pidió una habitación, nos fuimos directamente sin decir palabras, con la impaciencia le temblaba la mano al insertar la llave en la cerradura de la puerta, una vez dentro, nos besamos como dos adolescentes, mi piel ardía, unos escalofríos recorrían mi cuerpo mientras me quitaba la blusa y mi sostén y sus labios se posaron en mis senos, mordisqueando dulcemente los pezones, mis jugos ya mojaban mi calzón, soltó el botón de mi pantalón, bajó el cierre y mi pantalón cayó a mis pies, se arrodilló frente a mi chuchita, olió sobre la mancha mojada en mi calzón blanco, apartó a un lado el elástico y plantó sus labios tratando de abrirse en mi raja, nunca me habían hecho así y me corrí con unos espasmos que casi me hace perder el equilibrio, me saqué el calzón y me eché de espaldas en la cama abriendo las piernas y ofreciendo mi rajita, acarició con sus dedos delicadamente y extrajo mis líquidos transparentes y viscosos que salían de mi chocho, luego se sacó la camisa, se bajó el pantalón, cuando bajó su calzoncillo salió una verga gruesa y grande que me sorprendió, el de Willy era la mitad de delgado y de menor tamaño, asustada le dije que eso no iba caber en mi chuchita, pero acercó hacia mi boca y entendía lo que tenía que hacer, yo nunca me había puesto una verga en mi boca, aunque había visto en las pocas películas lo que se hacía en ese caso, apenas cupo en mi boca, me indicaba como debía hacer sin chocar con los dientes, metiendo hasta adentro, luego de un rato que ya sentía el cansancio por la forzada posición de mis labios, lo sacó y me plantó un beso saboreando sus propios jugos pre seminales que salían abundantes de su prepucio, se colocó de rodillas frente a mi chucha, yo pensaba que iba a dolerme por lo grandota que se veía, pero resbaló sin problemas en lo profundo de mi cueva, el dio un quejido y yo un grito de sorpresa al sentirme llena de ese pedazo de carne que por cada centímetro de introducción me llevaba a una dimensión de placeres desconocidos, al sentirlo en el fondo de mi cueva no resistí más y me vine con un grito ahogado, el placer era intenso a tal punto que mis ojos se nublaron y una oleada de placer subió desde mis pies, pasó por la cabeza y explotó en mi chucha, él se quedó quieto un momento y cuando estuve recuperándome inició un vaivén de mete y saca, lentamente y acelerando poco a poco, nuevamente las oleadas de placer empezaron a recorrer mi cuerpo y empecé a gritar sin importar que escucharan, hundió su verga hasta el fondo que me tocó algo sensible y me vine nuevamente, mientras él siguió moviéndose, dejó que me relajara nuevamente y siguió con el bombeo hasta arrancarme un tercer orgasmo, más o menos intenso como los anteriores, ahora sí fue simultáneo con el de él, dejando regado con su semen mis entrañas, a pesar de eso siguió bombeando algo más y se quedó encima mío sin sacar su verga, estábamos hechos polvo, cuando el pene flácido salió de mi cueva abundantes grumos de semen mojaron la sábana. No tuve conciencia de quedar embarazada, pero feliz y agotada regresé a la oficina, mis compañeros seguro que notaron algo, además estaba con mucha hambre que terminé mi comida en un santiamén. Esa noche Willy estaba deseoso de hacerlo, me excité recordando la faena con mi jefe, de otra parte, pensamientos contradictorios me inhibían, pero cuando él metió su pequeña verga en mi vagina no sentí nada, no sé si él se daba cuenta que mi coño estaba más ensanchada, pero me vine rápidamente pensando en la tremenda verga de mi jefe y lo morboso de recordar que su mujercita había sido cachada ese mismo día por otro hombre.
Me hizo conocer el sexo real, yo gozaba como nunca en las situaciones más inimaginables, recuerdo una vez, yo me quedé hasta tarde en la oficina y Willy quedó en pasar a recogerme, mi jefe me estaba cachando encima de una mesa y yo gritaba de placer, en eso escuchamos el timbre, al fijarme en el reloj me di cuenta que era Willy, corrí al intercomunicador y respondí con voz nerviosa mientras trataba de subirme el calzón y el pantalón que estaba en una de mis piernas, al escuchar su voz le dije que me espere unos minutos porque tenía que terminar un trabajo importante, así con el pantalón en una de mis piernas regresé donde mi jefe que seguía con la verga afuera, le empecé a chuparle hasta que se puso duro, me eché en la mesa para que me siga penetrando, la situación morbosa hizo que en pocos minutos me venga con un gemido que ahogué en mi boca para que no se escuche hasta la calle, él aún no se había corrido y penetró mi culito aún casi virgen, porqué recién perdí la virginidad hacía unos días, y finalmente con un bufido me llenó de leche y al salir su verga se derramó por el piso en forma abundante. Rápidamente metí el otro pie en el calzón y el pantalón, él tuvo tiempo de limpiarme un poco el culo y la chucha con su pañuelo y salí corriendo porque mi esposo ya se estaría poniendo furioso, lo encontré aburrido en el carro, me dijo simplemente – hola amor, ¿estás bien? -, yo en el carro iba super distraída recordando todo y tratando de percibir si mis olores a sexo podrían haberse notado.
El rompió mi culito, después de mucho insistir finalmente acepté, fue una tarde de sábado que nos quedamos solos, él tenía una habitación con una cama y allí era nuestro rincón de amor, luego de haberme hecho disfrutar con varios orgasmos me dijo.
– Ahora no se escapa tu culito, así échate boca abajo y relájate bonita.
Hice lo que me pedía, mi chucha estaba super mojada por los orgasmos anteriores que habían mojado el canal de mi culo, bastó para pasar sus dedos por la raja de mi culo y al hacer presión sobre mi hoyito cedió a la punta de su dedo, seguía mojando su dedo metiendo en mi chucha y luego metía más su dedo hasta que logró hundirlo hasta el fondo, luego trató de meter dos dedos, luego de mucho esfuerzo también cedió mi esfínter, entendí que el siguiente paso era su verga, puso la punta en mi entrada de mi chucha, bombeó una cuantas veces y presionó en mi culito, creo que cedió un poquito, volvió a mi chucha y nuevamente a mi culito pero con más presión, poco a poco mi culito iba cediendo a la tremenda cabeza de su pene, en un momento sentí que entraba más y un fuerte dolor que me paralizó, involuntariamente mi esfínter trató de cerrarse, cuando luego de un momentito trató de meter más, chillé de dolor y le dije.
– Duele, sácalo por favor, ayayay
Se quedó así un rato hasta que me relajé, metió dos dedos en mi chuchita y frotó mi clítoris con el pulgar, esto causó que aflojara el esfínter y la cabeza del pene entró hasta adentro.
– Agggg, uffff- sólo me salía bufidos y me agarraba fuertemente de las sábanas
Mantuvo un rato en esa posición y poquito a poco logró meterlo hasta el fondo, luego me aflojé totalmente lo que permitió que saque y meta repetidamente su pene hasta el punto que lo sacaba y lo metía sin ningún impedimento, la idea de que había perdido la virginidad de mi culito con una verga tan grande y las arremetidas que recibía hizo que una nueva oleada de placer, diferente a las anteriores empezara por mi culito, pase por mi chucha hasta llegar el cerebro, que nubló mi vista y me despatarré semi desmayada en la cama, cuando el sacó su verga ya flácida todavía no estaba recuperada pero sentí una cosa rara al retirarse la verga de mi culo, luego sólo pude decirle.
– Malo, me has roto mi culito- y efectivamente, al secarme con papel higiénico había manchas de sangre en el papel.
Luego, cuando me despedía en la puerta, me dio una palmada en el culo y dijo.
– Este culito ya quedó abierto.
– Pobre mi culito, ya perdí mi virginidad por todos los huecos- sólo pude decir.
Todo lo que hicimos sería motivo de otra zaga, sólo diré que cambió cuando un día me dijo.
– Maricarmen, ya que tu no piensas separarte de tu esposo, yo empecé a salir con otra chica. Yo me puse como loca y le reclamé llorando, porqué me hacía eso.
– ¿Crees que voy a ser tu amante toda la vida sin hacer una vida social?, si quieres vamos a seguir saliendo como amantes, pero yo también tengo derecho a tener una novia y a casarme.
Acepté en las apariencias y seguimos saliendo, no podía vivir sin su verga, pero a la chica empezó a hacerla la vida imposible a través de otras personas, también directamente la amenacé, la chantajeé, pero ella se fue a quejarse y él me amenazó con terminar si no la dejaba tranquila a su novia, por lo cual finalmente acepté mi destino, seguimos saliendo como amantes, pero me dije que yo también me buscaría mi vida por mi cuenta, retomé la amistad con una amiga de la universidad que era una loquilla, se llamaba Elizabeth, empezamos a ir a fiestas y discotecas como dos chiquillas, ella llevaba una vida muy libre, si le gustaba un chico se dejaba llevar a la cama sin problemas, pero yo tenía mis temores y recelos y no me atrevía a dar el primer paso, hasta entonces me contentaba con mi jefe que le engañaba a su novia y las pocas cosquillas que me hacía mi esposo, hasta que Eli tomó contacto con un compañero de universidad, Rafael, que me acosaba en mi época de estudiantes, empezamos a llevarnos maravillosamente y en una de las salidas me dijo que quería hacerme el amor, supongo que mi amiga le habló de lo necesitaba que estaba, casi en broma acepté su proposición pero dándonos un plazo de una semana, cuando fui al hotel donde quedamos estaba muy mojada, incluso tuve que sentarme en la banca en un parque cercano para mirar mi entrepierna, pues estaba con pantalón, para ver si me había mojada hasta afuera, se notaba un poquito la humedad pero se disimulaba con los pliegues del pantalón, así que cuando nos encontramos y me besó en la boca se me bajó un chorro que estuve segura que me había mojado hasta el pantalón, tuve que colocar mi bolsa en la dirección de mi entrepierna para disimular. Cuando llegamos a la habitación prácticamente empezamos a desvestirnos en la puerta, sentí un poco de vergüenza cuando al quitar mi pantalón se notaba la mancha mojada y me calzón estaba empapada de mis flujos, al bajar su boxer sentí un poco de decepción porque la verga de mi amigo era más pequeña que de mi jefe, pero más grueso y largo que el de mi esposo, apliqué toda mi sabiduría aprendida con mi jefe para darle placer con la boca y cuando estuvo listo me eché de espaldas y abrí las piernas mostrando mi chocho totalmente encharcada, acerqué su cabeza con mis manos para que me lo chupe tal como estaba, no era tan experto como mi jefe pero bastaron unas cuantas lamidas para hacerme venir, luego me penetró duramente en la posición que estaba, luego en posición de perrito, me daba golpes muy fuertes que estuve varios días con dolor de ovario, sólo me vine una vez más y él se vació dentro mío, la diferencia es que también tenía leche más abundante que mi jefe, el esperma se derramó abundantemente en la cama cuando me volteé para echarme en la cama, recién pudimos hablar de algunas cosas y quedamos para vernos en otras oportunidades.
Aun cuando gocé bien y me ponía arrecha cada vez que planeábamos en un encuentro, más arrecha me ponía cuando mi jefe me daba duro y en ese momento me llamaba Rafo diciéndome que me quería cachar y por la noche mi esposo me afanaba cuando mi cuevita había sido bien profanada por mi jefe, como repito sólo me hacía cosquillas pero recordando a mi jefe y a Rafo me venía de todas formas, pero Rafo era cada vez una decepción, hasta cuando fuimos a un hotel y me hizo pagar porque se había olvidado, pero era una excusa, pero por entonces ya estaba echando el ojo a un pata que era círculo de mi trabajo, el pata siempre me buscaba y yo le correspondía con unas sonrisas arrechas tratando de enviarle el mensaje. Una oportunidad hubo una fiesta de la empresa donde trabajaba, con mi jefe estaba molesta y quedamos con Rafo para encontrarnos por la mañana, me llevó a un lugar especial y me dio duro en todas las posiciones, estuvimos casi tres horas repitiendo una y otra vez, por lo tanto estaba molida cuando llegué a la fiesta, el pata que se llamaba Alberto se me pegó desde el primer momento y con unos cuantos tragos yo ya estaba arrecha, traté de comunicar a mi jefe de mi arrechura pero él estaba con su novia y no me hacía caso, lo cual me puso furiosa y me pegué más al grupito de Alberto, quien si se dio cuenta porque según me dijo estaba con la cara roja y se notaba mi arrechura a la distancia, luego de hablar a sus amigos me dijo:
– Se ve que ya estás cansada, si quieres te llevo a tu casa
– Pero si vivo al otro extremo, ¿tu mujer no te espera?
– Ella está entretenida por allá, entonces te llevo hasta donde puedas tomar tu colectivo
No esperaba una invitación más directa, busqué a mi amiga de mi trabajo que estaba entretenida con otro pata, la dije que me acompañe para que la gente no sospeche, así salimos los cuatro, mi amiga se quedó con el pata en el primer hostal que vimos en el camino, unas cuadras adelante se estacionó y volviendo hacia donde estaba, en el asiento del copiloto, me dijo:
– Ya noté que estás arrechita- Me tomó la cara con las manos y me dio un beso introduciendo su lengua en mi boca, yo sentí que un chorro de líquido escapó de mi cuevita y mojó mi calzón, yo respondí a su beso jugando mi lengua con su lengua.
– Eres un bandido, ¿tu mujer se va a dar cuenta y te va a masacrar?
– Nooo, ella está entretenida y seguro se va hasta el amanecer, ya está borracha, más tarde regreso a recogerla, y agregó – ¿Y tú?, eres una joyita, ya sé que sales con el jefe y ¿tu esposo no se da cuenta?
Sólo atiné a decirle.
– Llévame a un lugar seguro, no pienso amanecerme aquí
Unos pasos más allá había un hotel de los paso, ingresó con su carro a la cochera y nos fuimos de frente a la habitación, en el camino me abrazaba, me agarraba el trasero, mientras decía.
– Hace tiempo que quiero cacharte, me gustas, yo estaba envidioso con el jefe
Nada más entrar en la habitación me empezó a desvestir, yo siempre usaba pantalones jean, él mismo me desabotonó, lo bajó hasta la rodilla y por encima del tanga metió su nariz hasta sentirlo en mi rajita, aspiró el olor que emanaba puesto que estaba húmeda, allí me acordé de la faena de la mañana, de la verga de Alberto taladrándome, me puse más arrecha todavía y solté otro chorro de líquido que mojó más todavía mi calzón.
– Que bárbaro, estás nadando en charco, no me equivocaba contigo
Sacó su verga que era más o menos del tamaño de mi jefe, me hizo arrodillar delante de él y me lo metió a la boca, luego de que quedó bien lubricado, me hizo recostar boca abajo en el borde de la cama, abrió mis piernas, apartó el calzón a un lado y hundió su lengua en mi cueva por atrás, con un dedo empezó a frotar mi clítoris, lo que hizo que me venga en un intenso orgasmo que hizo que me cayera en la cama, él sin perder tiempo hundió su verga en mi cueva por atrás, cambiamos de posición varias veces, me puso de espaldas al filo de la cama, luego de darme algunas embestidas por la vagina tanteó la entrada del culo, no sé por qué se abrió fácilmente a la presión de su capullo, me hundió hasta el fondo sin dificultad, ahora que recordaba, Rafo me había abierto dos veces el culo por la mañana por tanto estaba todavía muy elástico, finalmente me vine cuando metió dos dedos en mi chucha, él seguía bombeando pero al cabo de unos segundos también me llenó el culo con su esperma y permaneció todavía un rato hasta que la verga se puso flácida y se salió solo, no me preocupé de ensuciar las sábanas con la abundante leche que salió de mi culo, ahora sí mi culito había quedado bien abierta porque la verga de Alberto era gruesa como el de mi jefe. Luego salimos a la carretera y del Ovalo Santa Anita llamé a mi esposo para que me recoja, llegó al cabo de unos 15 minutos, yo ya estaba por morir de cansancio y por los efectos del alcohol, mi esposo me dijo riendo:
– Estas borracha amorcito- Yo sólo respondí con el pensamiento -«Si esposito, tu mujercita está muerta por las dos vergas que se ha comido, siente el olor de mis machos, suerte que no puedas ver lo abierta que está mi culito y lo irritada que está mi chuchita»- luego me quedé dormida hasta llegar a la casa.
Al día siguiente llamé a mi amiga Eli contándole mi aventura.
– Que bárbaro amiga, te has vuelto más puta que yo, ¿no tuviste miedo que tu esposo sienta el olor a sexo?
Y desde ese momento decidí volverte una putita, en realidad salió de mi la puta que siempre estaba anidada en mi interior, pero ahora no estaba dispuesta a parar y gozaría de mi cuerpo todo lo que me permita. Seguía saliendo de vez en cuando con mi jefe que siempre me satisfacía, dejé de verle a Rafo y con Alberto de vez en cuando, pero me comí también a casi todos los hombres de mi oficina sin que alguno de ellos sospechara, continué con algunos proveedores y también empecé a tomar contactos por internet, pero en la época que pasó lo siguiente estaba en relación con 6 o 7 hombres, me ingeniaba para turnarme, a veces lo hacía hasta con tres en un día, pero a pesar de que mi jefe, que era el de mente más abierta y sabía ya de algunas de mis correrías, me había propuesto hacer un doble o trío, nunca lo había hecho, hasta que ocurrieron los siguientes hechos.
CONTINUARÁ …
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!