Con el jefe de mi marido en su apartamento
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por locaporpenes.
Al día siguiente de haber visitado la empresa donde trabaja Fabián, mi maridito bello, recibí la llamada temprano del Sr. Julio, su jefazo. Tal y lo acordado, me pasó buscando y nos fuimos para su apartamento en las afueras. En el recorrido, conversamos:
-Luces radiante Raquel, ¡qué bueno te hayas puesto tan bella para mí!
-Ay gracias papito lindo, estoy estrenando ropita, tanto el vestido que traigo puesto como un hilo dental especialmente para que Ud. me lo quite como guste…. Y como verá, no traigo sostén, ¡estoy facilita!
-Uff, deliciosa mujer…. Pero quería preguntarte sobre lo que me dijiste ayer, aquello de que el perro te cogería, ¿qué fue eso? Te digo que me causó en principio una desagradable reacción, ¡me dio asco!, pero luego imaginándote montada por un perro pues pasé a tener uan erección que tuve que hacerme una paja en el baño privado de mi oficina…. ¡Y no he dejado de pensar en eso! Eres tan perra, Raquel….
-Hahaha, pues me agrada eso aunque no me gusta que desperdicie su lechita…. ¡La prefiero todita para mí! Y lo que dije fue para encenderlo, señor Julio, la idea era precisamente que me imaginase en una entrega sexual con mi perro y ponerlo a mil, sabe, estrategias de mujer, haha. Pero nada que ver, al menos por ahora no he tenido sexo con perro alguno, ¡pero no lo veo tan descabellado!
-¡Vaya si eres perra chica, ah? Hahaha, seguro te has imaginado en cuatro patas sintiendo la verga de tu perro en esa rica vagina…. ¡Putaza de verdad! Acércate, dame un beso….
Detuvo la marcha y nos magreamos a gusto por un buen rato, ambos estábamos re-calientes por las circunstancias y la conversación tan hot. Quiso que se la mamara allí mismo, pero le pedí que terminásemos de llegar al departamento mejor para poder hacerlo con más comodidad y gusto. Arribamos al depa donde abriendo la puerta y cayendo nuestras ropas fueron cosas casi simultáneas, fundiéndonos en abrazos y caricias remolonas, chupando nuestras lenguas. El diminuto hilo dental que traía puesto, el señor Julio me lo fue quitando con sus dientes, dejándome totalmente expuesta de piel. Nos sentamos en un sofá cama en la sala y le pedí al viejo:
-Amor, méteme tu dedo medio en el culo mientras me chupas las tetas por favor….
-¡Con todo gusto! -Me respondió el Jefe.
Y así introdujo su dedo poco a poco en mi ano que no ofrecía resistencia y se iba amoldando a esa falange que como gusano urgaba y daba giros que me extasiaban, mientras los labios del vejete me rozaban las orejas, el cuello, besaba luego mi parte superior de los senos (que a nosotras las mujeres nos encanta), para después succionar mis pezones sonrosados haciéndome gemir y delirar…. Pasé yo, aún aprisionando el dedo de mi amante como queriendo tragármelo con mi hoyo trasero, a besar y chupar las tetillas del Sr. Julio para hábilmente recorrer su panza hasta llegar a su pene paradote que invitaba a la lujuria. Se lo besé, lamí y chupé con deleitada entrega, tomaba sus testículos rugosos y los aprisionaba un poquito con mis manos hasta producirle una descarga seminal de película, ¡mmmm qué sabrosa estaba, acidita y espesita! Se lo dejé limpiecito, ni una gotita dejé de absorber:
-Aahhh Raquel, qué mamadas das tú, sin duda te gusta chupar vergas y lo demás es cuento….
-Ummm sí, me gustan las vergas Sr. Julio…. No sé cómo hay mujeres que se privan de hacerlo o lo hacen no más por compromiso, si son tan deliciosos cuerpos cavernosos y lo que botan es bebida de Diosas, hahaha.
-Haha, eres una puta consagrada mujer, por eso me tienes más loco que antes de poseerte…. Habiéndote probado ya se hace uno adicto a ti, a tus curvas, a esa cara tan hermosa, a tus besos de miel, uffff…. Tu esposo, insisto, es afortunado porque te coje cuando le place, pero igual puedo tenerte otra vez y más veces…. ¡Ponte a cuatro patas ahora!
Obediente me coloqué en posición de perra, sumamente acostumbrada estoy a ello, hehehe. El viejo comenzó a besar mis pies, chupaba cada dedito con maestría, lo apretaba con sus manazas, mmmmm…. Siguió recorriendo con sus labios y lengua mis pantorrillas las que mordisqueaba de manera divina, se detuvo entonces en la parte posterior de mis rodillas lo cual me provocaba temblores y me hacía mojar más y más. Continuó por mis muslos, los palpaba con sus dedos y mojaba con su boca, me tenía a punto de estallar…. LLegó a mis nalgas para morderlas y lamerlas, las entreabrió y me obsequió una chupada de culo bestial, tanto, que apenas tocó mi clítoris con un dedo, ¡me hizo tener una mega-orgasmo!
-Aaaagghhh don Julioi, métamela por favor, mi vagina arde…. ¡Ya no aguanto, cójame!
Y me la metió provocándome otro orgasmo supremo…. ¡Qué rico el falo del viejo! Su mete-saca era arrollador, yo me quejaba gustosa de saberme poseída por el Jefe de mi maridito, eso me daba mucha perturbación morbosa, lo sentía mi dueño, era suya y quería seguirlo siendo, ¡viejo encantador! Me tomaba por la cintura y de vez en cuando me daba nalgadas, eso me encendía todavía más…. Sobrevinieron otras acabadas mías hasta que don Julio me llenó de leche mi cuevita:
-Aaayy rico mi amor, deme toda esa leche, ande…. ¡Déjeme sentir su calor en mi vientre!
-¡Toma puta, toma! Toda mi leche que tenía para ti, aaahhhh….
Se aproximó a mi cuello por detrás besándolo tiernamente, yo giré, saqué mi lengua y recibí la suya que como espada se blandía con la mía. Nos separamos y acostamos abrazados, colmándonos de terneza. Fuimos a bañarnos y allí, nos lavábamos entre risotadas y goce hasta que su pene se puso erecto otra vez, provocándome para recibirlo en mi interior. Levanté una pierna, buscamos hasta que su verga entró en mi cuca y allí fornicamos idílicamente…. Después me empezó a coger por todas partes y áreas del apartamento: cocina, otro baño, cuarto de huéspedes, de servicio, lavandero, salimos al balcón donde en medio de mi excitación y éxtasis total, podía escuchar silbidos y palabras obsecenas provenientes de otros edificios contiguos, hasta que nos metimos en la habitación principal…. ¡Llevé leña de la buena y tuve orgasmos de a mil! Monté ahora al Jefe ya en la cama e inicié movimientos de sube y baja, circulares y con mis contracciones vaginales lo hice acabar, como seguía un poco duro, busqué otro orgasmo para mí poniendo mis piernas estiradas estando sobre él, también el viejo estiró sus piernas, lo enlacé con las mías como tijera y me moví hasta obtener el clímax fabuloso de mi enésima culminación:
-Eres una puta experta sin duda, ¡cómo haces para provocarme tanto, extraerme toda la leche y acabar innumerables veces! Eres el Tesoro de los Incas, la Octava Maravilla del Mundo, ¡perra deliciosa!
-Uuuyyyy, me gusta que me diga perra…. Es que mi especialidad es el arte amatorio don Julio, haha. Doy y recibo placer máximo, ¡es la idea!
Nos volvimos a besar con nuestras bocas resecas de tanto hacerlo hasta poco a poco, dormitar un buen rato…. A tan sólo levantarnos, ver la verga del viejo adormecida fue como para provocarme parársela nuevamente. Fui a la nevera, encontré un calabacín de forma y grosor perfecto, lo lavé y fui hasta la habitación donde le dije al Sr. Julio poniendo cara de niña inocente:
-Mire Jefe, observé lo que hace su mujercita….
Cambié mi cara por una de pervertida, empecé a realizar un baile sensual, restregaba el calabacín por mi figura…. Busqué en mi cartera una tarro de vaselina que siempre porto, se lo unté al calabacín, me incliné hacia adelante dejando mi culo expuesto al Jefe e introduje poco a poco aquel consolador natural que traía en mis manos…. Lo metía y sacaba mientras gemía y disfrutaba de las sensaciones anales riquísimas. El viejo ya sin poderse contener más, con su mirada desorbitada, se acercó a mí:
-¡Puta, puta como ninguna, eso eres! Mira cómo me has puesto otra vez…. Mi herramienta quiere explorar en medio de tus nalgotas preciosas, anda, ¡saca eso!
-Venga mi macho, métame su vergota…. Mi culo palpita por su herramienta majestuosa y gruesa…. ¡Tome a su hembra!
-Sssss, ven zorra…. ¡Recíbeme y cómeme con tu culo el pene! ¿De quién ese culo sabroso?
-Suyo señor Julio, suyo nada más…. Aaayyy rico, rico papito…. ¡Cosa más deliciosa su verga! -La gran cabezota entró seguida por su extensión sólida que me arrancaron un orgasmo que parecía venido de mi estómago.
El viejo Julio como loco me empezó a dar con todo, yo estoicamente resistía sus embates y recibía el máximo placer en el punto donde se fusionan dolor y deleite…. Así me cogió un rato, luego nos acostamos acoplados con su vergota aún en mi entrañas, para ponerme de ladito y seguir siendo apaleada por mi macho de turno, las estrellitas que me hacía ver se combinaban con un mareo que produce en ocasiones un orgasmo, ¡cómo estaba disfrutando el placer de ser puta! Casi media hora el viejo me cogió mi ano ya ensanchado y chorreante de líquidos que emanaban del falo de ese señor, mmmmm, hasta que acabó y percibí su semen tan agradable adentro. Con más caricias y besitos volvimos a dormir otro rato hasta que ya la hora de irnos había llegado. Me dejó a dos cuadras de mi casa hasta donde llegué caminando verdaderamente exhausta pero una vez más complacida por otra buena cogida gratificante de uno de mis amantes destacados.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!