Con el jefe en la oficina de mi esposo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Él tiene treinta y siete, vivo en México D.F. en la colonia Pedregal de San Nicolás 1ra sección, frente al six flags, Soy morena clara, un poco mas blanca yo digo, siempre fui demasiado delgada, no tenía mucha cadera, eso sí tenía una cintura definida, cara definida y pechos grandes, piernas demasiado delgadas, toda una flaquilla.
De adolescente nadie se fijaba en mí porque no era corpulenta, parecía anémica, por más que comía no engordaba, aunque yo hacía mucho ejercicio, no tenía nada de musculo, nadie quería ser mi novio, excepto mi esposo, con quien duré seis años de noviazgo, mi esposo me dijo que le gustaba mucho mi cara cuando nos hicimos novios, y a pesar de que no era una chica que se antojara, era muy caliente y me manoseaba al menos una vez por día, y usaba unas tangas que hasta me quedaban un poco aguadas y guardaba una revista erótica donde me gustaba ver como se le veía el culo a la chica de la revista, pues a ella si le lucían las tangas, con ese tremendo culo y esas piernas como no.
Cuando me casé Jorge casi no me seducía para tener sexo, más bien se lo pedía yo. Recién cumplidos los veintiséis años me embaracé y todo me empezó a engrosar, mis piernas ahora si tenían carne, las nalgas me engordaron mucho y los pechos me crecieron exorbitantemente, ni que decir de mi vientre.
Después de tres semanas de haberme aliviado de mi niño, me levanté una mañana, aun era temprano, mi niño dormía y mi esposo ya había salido a trabajar, me vestí para salir a trotar un poco, siempre desde adolescente me ponía una tanga y una licra negra o azul para salir a trotar, puesto que no me incomodaba ni me rosaba, también una sudadera de cierre que me llega hasta la cintura, no me gusta que algo me cubra atrás mientras troto, siento que me estorba, mi vientre había regresado a su lugar, pero mi licra, que en ese entonces me quedaba un poco guanga y que era lo que comúnmente usaba para el ejercicio, ahora me quedaba muy entallada, al parecer mis piernas me quedaron muy carnosas y gruesas, pero mi vientre ya estaba plano, no marcado pero plano y lo mejor sin estrías, mi silueta se definía excelentemente, y cuando me imaginé mi retaguardia recuerdo que me entró un nerviosismo y un poco de excitación a la vez, me volteé al espejo y como la sudadera no me tapaba abajo, me vi unas nalguísimas bien paraditas, se me veían como las chicas porno de mis revistas, no lo podía creer, terminé de vestirme y medio excitada salí a trotar, los pechos me rebotaban mucho como siempre, y en la calle los microbuseros me venían gritando “sabrosa” , “mamita”, pero vi que no solo era por el culote que ahora tenía, sino porque al salir de una tienda de autoservicio pasé a lado de una carro estacionado de vidrios polarizados y aprovechando de que no había gente en la calle volteé a verme y mi sorpresa fue que al darme la luz del sol por atrás se me transparentaban todas las nalgas y la tanga puesta, esto porque la licra ahora me quedaba tan entallada que con la luz se transparentaba, no obstante a tal llegó mi descuido que cuando ya me iba volteé a ver quién venía atrás de mi y por el frente no estaba polarizado el auto y estaba un chico como de quince años y se dio lujo viéndome mi cola.
Ya han pasado seis años desde ese entonces y después de algo de ejercicio mis nalgas siguen estando como las de la chica porno de la revista, enormes y torneadas, mis piernas igual, ahora uso ropa que no usaba de adolescente porque no la llenaba, también no se me quita lo descuidada, como antes no tenía nada que me vieran cuando uso minifalda me agacho como sin nada y pues aprovechan para verme, mi esposo que era un tempano de hielo ahora es un poco mas animal.
Un día llegó mi esposo un poco antes del medio día y me dijo que quería hablar conmigo y trajo a su nuevo jefe, Don Francisco, un hombre alto como de 1.80m, delgado y moreno, medio cano, como de unos 48 años, su voz se parecía a la de Jorge, a pesar de que yo estaba súper fachuda, noté como el señor me miraba mis piernas y mis pechos, tenía puesto un short cachetero y una camisa con la que estoy de chacha, subí a mi cuarto a seleccionar mi ropa y dejé la puerta abierta, puesto que nadie tenía porque subir más que mi esposo, pues tenemos un baño cerca de la cocina, cuando ya me iba a cambiar escuche que subían la escalera casi a punto de llegar a la entrada de mi cuarto y como estaba la puerta abierta me volteé a mí cama, todo se veía hacia adentro, escuché que los pasos ya habían llegado a la entrada de mi cuarto, yo estaba un poco caliente y quería excitar a Jorge, me desabroché el short y lentamente me fui agachando mientras me bajaba la prenda, dejé que me viera mi culote y la tanga roja que a él le gusta y luego me puse unos jeans bastante entallados, también me los subía despacito y sexy, me quedé con la camisa de chacha para no tardarme tanto en cambiarme ni escogiendo que me ponía, al terminar de vestirme escuché la puerta del baño junto a mi cuarto y yo al salir de mi cuarto dije – te espero en la sala amor -.
Al bajar a la sala Jorge vi a Jorge que iba entrando a la sala por la puerta del patio y le pregunté:
– ¿Qué no estabas en el baño de arriba?-
– no, salí por unas tostadas para almorzar, ¿Por qué?-
– es que escuché a alguien que subía-
– es mi jefe, solamente que no le dije donde estaba el baño y tal vez se imaginó que arriba estaría-
– ah, ya veo.-
-¿Por qué me preguntas Brenda?-
-por nada-.
Ya no le dije nada porque Don Francisco ya venía bajando por la escalera y Jorge se apresuró a presentarnos, yo me sentía incomodísima,
-Don Francisco, le presento a mi esposa, Brenda-
-Muchísimo gusto señora, Francisco Cervantes a sus órdenes-.
En la mesa, el señor Francisco me miraba fijamente a los ojos y yo no podía sostenerle la mirada, de repente que se me cae la cuchara debajo de la mesa y sin levantarme me agaché para recoger la cuchara y en ese momento vi como el viejo ese a propósito se levantó la servilleta que tenía en su entrepierna dejándome ver su enorme verga, era muy moreno, grueso y yo le calculo que le medía como unos 19cm, su enorme cabeza estaba muy rojiza de la excitación, Jorge no lo tiene tan grande, al levantarme lo miré a los ojos y solamente me dirigió una sonrisa muy extraña, Jorge me dijo después de levantarme:
– mira amor, de lo que hemos venido a hablarte es que, en la empresa se ha abierto un puesto de auxiliar contable, y como tu estudiaste unos semestres de contabilidad pues Don Francisco quiere proponerte que te unas al equipo, ¿no sería sensacional trabajar juntos?, al niño lo puede cuidar mientras mi hermana, ¿Qué dices?
Yo solo quería decir que no, pero Don Francisco hipócritamente intervino antes de decir que no:
– Ande, anímese Brenda, el sueldo es muy bueno y hay un excelente ambiente de trabajo, además estará con su esposo y tendrá muchas prestaciones-.
Solo por su rostro el rostro de felicidad de mi esposo dije que lo pensaría que me diera al menos esta noche, todos nos despedimos y al recibir el abrazo de Don Francisco, me toco un poco mis nalgas sin que Jorge se diera cuenta, no dije nada porque era mi responsabilidad haber cerrado la puerta del cuarto como siempre lo hago.
Terminada la reunión y llegada la noche estábamos acostados en la cama, Jorge puso una película porno donde se trataba de una chica que estaba casada y le gustaba exhibirse para provocar la excitación ya que a ella le excitaba de sobremanera las miradas morbosas y el voyerismo de otras personas hacía ella, y para joder mas la noche Jorge dijo una cosa que me estremeció, – sabes amor, no sé, pero me encanta como te ves físicamente, estas muy rica, y no sé como lo tomes pero, me excitó de sobremanera como te comía con los ojos mi jefe cuando te volteabas para servirnos el almuerzo-. Jorge quería cogerme en ese momento, pero yo no quise, se molestó un poco y se durmió a los pocos minutos, me pasó por la cabeza el recuerdo de cuando yo deseaba ser como esas chicas que se exhibían y provocaban a todos y me parecía excitante, tanto que me hacía masturbarme, ligado a eso me acordé de lo que hice en el cuarto mientras creía que era Jorge el que me miraba y me llegó a la imaginación el rostro de Don Francisco y su mirada comiéndose a voluntad mis nalgonas y mis piernas, también en ese momento se unió el recuerdo de su enorme pene, ahora que podía pensé en experimentar esa excitación que tanto deseaba cuando adolescente que hasta me quitaba la respiración, me levanté y firmé el contrato de prueba por un mes. A la mañana siguiente me levanté antes que Jorge y le dije que había firmado el contrato y que necesitaba que me llevara para cerrar la firma con Don Francisco, me puse una tanga muy sensual y me vestí con un pantalón de vestir blanco que me resaltara bien el culo un poco transparente para que se me marcara un poco la tanga, una blusa negra, un saco blanco, unas zapatillas de tacón negras y maquillaje regular, casi no me gusta maquillarme, llegamos al despacho de Don Francisco y se sorprendió de verme, Jorge tenía una llamada en su oficina y me dejó con Don Francisco, esta vez me trató muy amable, yo no quería que fuera obvio que deseaba provocar miradas así que solamente el culo era lo que mejor se veía, no llevé escote.
– Que bueno que se decidió señora Brenda, verá que aquí la pasamos muy bien-.
Ese “muy bien” sonó muy morboso, él actuaba muy naturalmente aunque ambos sabíamos lo que había pasado esa vez, aún así respondí:
-Sí, lo que pasa que no quiero dejar de practicar mis conocimientos y pues que mejor oportunidad-
-Es más señora Brenda, yo también soy contador, mejor la pondré como mi auxiliar directamente, ya que yo no tengo quién me apoye-
-claro que sí Sr. Francisco-
-oh por favor, de ahora en adelante sólo Francisco por favor-.
Mi lugar de trabajo estaba en su misma oficina, era un escritorio con una computadora, solo tenía dos cajones de cada lado del escritorio, no tenía nada por debajo, por lo cual me podía ver perfectamente mis piernas, los estantes detrás de mi estaban altos, pero dada tanta casualidad el viejo este tenía los papeles importantes hasta arriba y sus controles personales hasta abajo, sabía muy bien que me tendría que estirar y empinarme para sacar algo cuando él lo necesitara, y justamente a los pocos minutos de haberme instalado en mi zona de trabajo me dijo:
-Bueno, comencemos con esto, páseme los estados que están en ese lugar del estante por favor y recuerde que la siguiente semana, el viernes 2 de noviembre, tendremos una pequeña fiesta, será solo para los trabajadores y sus parejas, sin niños -.
Estaba bastante nerviosa porque una cosa es ver como otras personas están de putas provocando miradas y otra cosa ya es hacerlo, recordé que se me transparentaba un poco la tanga, lo cual me puso más nerviosa, era el trabajo y pues me tuve que empinar para sacar los archivos y como la placa de la empresa que estaba atrás de mi reflejaba un poco lo que pasaba detrás vi como Don Francisco se acariciaba su verga dándose lujo viéndome las nalgotas bien empinadita. A pesar de que me excitaba, me sentía un poco sucia, cuando me dijo lo de la fiesta, me puse helada, me estremeció el cuerpo, pero dije si es ahora pues dale. Al siguiente día después de mi primer día de trabajo, Jorge se fue después de dejarme en la oficina, tenía que salir y como era demasiado temprano solamente me maquillé y decidí cambiarme en el baño, me puse una minifalda pegada sin mallas y ahora sí una blusa escotada, a parte de provocar las miradas de todos en la oficina porque, yo era la única mujer de once empleados en la oficina, al llegar a mi escritorio puse mi celular a grabar de manera que Don Francisco no notara que lo estaba grabando, y al terminar el día, me puse a ver el video, vi como en cada agachada que me daba o cruzada de pierna no me despegaba la mirada, se sentía riquísimo en mi vagina cada vez que me veía el video y veía su mirada de hambre de coger.
Se llegó el día de la fiesta y Yo fui vestida con un vestido de noche azul muy entallado, muy cortito de la falda y la tanga roja que es la que más me gusta usar y que me luce muy bien el culo y fue la que me vio Don Francisco, veía como las esposas de los otros compañeros vigilaban a sus esposos para que no me vieran el culo, la fiesta se puso bastante buena, yo fui al baño de abajo y al salir a lo lejos vi que uno de los compañeros le daba unos papeles a Jorge, desde que entramos tengo la fantasía de que mi marido es mi jefe y yo su secretaria, así que supuse que los papeles los iba a dejar en su oficina, como yo estaba cerca de la escalera, rápidamente subí a su oficina, como se tardaba un poco, me puse a buscar un ángulo donde poner mi celular, mi vagina estaba que chorreaba de fluídos, quería que esto fuera inolvidable, como su oficina estaba en la parte de arriba casi no se escucha el ruido de la música, me tomé una foto para ver en que enfoque estaba y vi que si me empinaba en el escritorio y me penetraba de esa manera se vería como me lo estaba metiendo y si volteaba un poco vería mi cara gesticulando de placer, así que dejé el celular grabando de mi lado izquierdo y estaba segura que se vería perfecta la grabación, de repente escuché que alguien tocó y yo no quería ver cómo me tomaba, que eso lo hiciera el celular, yo solo quería sentir su verga adentro de mí, yo imaginaba que solo Jorge iría a su oficina por lo de los papeles que le vi, así que solo me volteé al escritorio y dije que pasara. Cuando entró en la habitación sin voltear atrás dije:
– Estaba pensando señor que, con el trabajo y todo usted estaría muy estresado, las secretarias somos buenas obedeciendo al jefe y también para otras cosas, tal vez quiera relajarse un poco-
Me levanté el vestido muy sexymente hasta la cintura para que viera la figura de mí cola, me agachaba poco a poco mientras me quitaba la tanga, me recosté, cabeza agachada en el escritorio y me acaricié un poco las nalgas:
-Tal vez esta sea una buena forma, es lo menos que puedo hacer por usted-.
Hice todo eso sin voltear y escuché que se acercó, me excitó muchísimo cuando oí que se bajó su cierre y me acarició la vagina, notó que estaba muy mojada y enseguida colocó su verga y comenzó a rosarme toda mi vulva, comencé a decirle, “ cójame”, sentí que metió su cabeza poco a poco, pero me dolió un poco más de lo común a pesar de que estaba muy mojada, pero me encantaba, después me lo metió todo de un jalón y yo grité, me embestía suave al principio, lo más extraño era que sentía como si tuviera una verguísima, cada que suavemente me hacía su mete y saca, sentía como si me estuviera metiendo un enorme pepino y me acariciaba las piernas y las nalgas de una manera magistral y le dije:
– Tómeme, hágame suya, dele fondo a mi puchita-.
Comenzó a embestirme fuerte y algo también raro era que, Jorge solo me hace gritar en una posición diferente a esta, pero no pensaba si habría problema o no, solo pensaba en todo el placer que me estaba dando, me estaba penetrando como un salvaje, mis gritos no se escuchaban por la música alta, sentía que su verga me atravesaba y sentía también como mis nalgas rebotaban riquísimo en su cuerpo, volteaba un poco mi cara al celular para grabar los gestos que estaba haciendo, si que se iban a grabar bien porque, de verdad estaba teniendo mucho placer, pero no podía ver completamente hacia atrás, me subió la pierna izquierda al escritorio y sentí como su pene se metía más adentro, y le decía:
-Assiii, métalo, goce mi culo, ahhhhhh, asssiii-
Yo estaba que me deshacía de calentura, y de repente se empezó a detener, pero en ese mismo instante me embestía lo más fuerte que podía, y yo gritaba mas ahora cuando sentí que lo sacó y me echó su semen las nalgas, mi raya estaba repleta de leche caliente, se vino demasiado, escuché un ligero gemido por parte de él, y con su pene me batía su leche en las nalgas, yo me toqué la raya, lamí mis dedos y probé la leche me echó, supuse que eso lo excitaría mucho, me abrazó recargándose un poco en mi espalda y escuché que se iba a la salida, abrió la puerta y salió rápido, no entendía porque salió así de rápido, yo me quede agachada porque aún me sentía cansada de esas embestidas, me levanté y tomé un pañuelo del escritorio de Jorge y me limpié el semen, me fui al baño y en el espejo me vi mis nalgas aún excitada de lo que había sucedido y estaba feliz de que una de mis fantasías se cumplió y pensé que,” que cogida me habían puesto”, bajé a la fiesta después de no mucho tiempo de haber estado en la oficina y busqué a Jorge, lo abrazaba y bailé con él todo el rato que estuvimos en la fiesta, lo veía tan feliz que me hacía feliz también, Jorge tomó demasiado y yo manejé el coche de regreso a casa, al salir casi no nos despedimos de nadie y menos de Don Francisco.
Al llegar a casa, yo quería venirme, saqué el celular para ver el video, me fui a la computadora aprovechando que encargamos a mi niño a mi cuñada y Jorge estaba dormido para ponerle volumen, comencé a ver el video y a masturbarme un poco, vi cuando le decía a Jorge fantaseando que era mi jefe que si quería relajarse y como yo me quitaba las prendas, pero lo que me paró en seco fue que al acercarse, las manos que me estaban tocando no eran las de Jorge, también vi que volteó un poco su cuerpo al celular cuando se sacó su verga y ya la tenía bien parada, era la verga de Don Francisco, en la grabación se veía perfectamente como tallaba su verga en mis nalgas y mi vulva y como comenzó a meterme su cabeza, escuché mi gemido y vi el contraerse de mi cuerpo cuando me metió la cabeza, vi como me lo metió de un jalón y brinqué un poco del dolor, cosa que no noté en el acto, pero también sentí sí mucho placer, se veía muy claro como me entraba y salía ese enorme pedazo de carne, más me quede fría cuando yo misma le pedía que me gozara y cuando me levantó la pierna y la puso en el escritorio y se veía como esa verguísma me penetraba hasta el fondo, sus embestidas fuertes hacían que mis nalgonas le rebotaran muy rico en el cuerpo, escuchaba claramente mis gemidos y vi cuando me lo sacó para venirse en la raya de mis nalgas y no obstante me comí sus mocos, estaba completamente sorprendida de ver cómo me entraba esa enorme verga en la vagina, pensaba que las actrices porno por tener ese enorme culo no les dolía una de ese tamaño pero ya vi que si duele un poco, también es muy placentero, al terminar de ver el video me fui a mi cama y estaba súper nerviosa porque el lunes tenía que ir al trabajo, pero eso no es lo peor de todo, ver el video me daban unas grandísimas ganas de masturbarme, me puse y me cogieron como a una vil puta, encima de todo le fui infiel a mi esposo, pasé un fin de semana tanto excitada como preocupada.
Llegó el lunes y fui a mi trabajo, con una falda larga blanca, una camisa nada escotada y una chamarra que me cubrieran las nalgas completamente, no podía faltar al trabajo, llegó Don Francisco y me saludó de una manera muy natural, yo tenía la esperanza de que estaría un poco ebrio y no lo recordaría pero era todo inútil, al sentarse encima de su escritorio yo me fui atrás de mi escritorio y ocultando las manos debajo de la chamarra me estaba alzando un poco la tanga porque la sentía caída y comenzó a decirme:
– ¿Por qué te escondes las manos?, que buenísimo culo tienes, si Jorge no te coge diario es porque es un pendejo, yo te cogí el viernes y fue exquisito, yo si te hacía gritar diario, tienes una manera de gemir que dan mas y mas ganas de cogerte, en tu casa se te veía tan riquísimo el culo que en vez de orinar en el baño me fui a jalármelo y espero no te moleste te tomé una foto para fantasear contigo, ven y ve la foto-.
Me acerqué a ver la foto y sí se veía suculento, me excité tanto de lo que me decía sentí que mi vagina otra vez chorreaba de fluidos y le dije:
– Pensé que usted era mi esposo, tenía la fantasía de coger con él en la oficina pretendiendo que me tomaba el jefe.
Me volteó de espaldas y me alzó la falda despacio y me volvió a ver las nalgonas y me acomodó la tanga, me acarició un poco y se paró detrás de mí, se sacó su vergota y esta vez sólo la paseaba por mi raya haciendo a un lado la tanga y me dijo:
– Ahhh, que cogida te puse mamacita, sabes antes de venirme para acá me la jalé pero o me vine, te lo voy a meter tantito para venirme adentro, no te preñaré porque yo ya no puedo tener hijos, pero si te puedo coger mi reina-.
Completamente extasiada dejé que me recargara en su escritorio y dejé que me lo metiera de nuevo, me lo metía muy fuerte y esta vez me acariciaba todo el cuerpo y magistralmente lo hacía con los pechos, sentía un placer tanto mental como físico tal que no quería que se viniera, pero a los cinco minutos de estimularlo a esa velocidad se vino adentro de mí de una manera tan suculenta que yo estaba cegada en el éxtasis.
Los siguientes días cuando me tenía que acomodar la falda o acomodarme la tanga, ya sea que me alzara la falda o me bajara el pantalón para que se deleitara con mis nalgonas, y de vez en cuando, cuando llegaba tarde y tenía que arreglarme, me desnudaba en frente de él.
El 23 de noviembre de 2012 termina mi contrato de prueba, Don Francisco fue transferido hace tres días a una sucursal de Chihuahua y dudo que vuelva a verlo, nunca le dije nada a Jorge y aún tengo noches mágicas en la cama con mi esposo, amo a mi esposo pero no fue tan malo probar otra verga, ahora creo que me volví una puta porque, el otro día vinieron los vecinos y trajeron a su hijo de 16 años, acompañé al chico al baño y saqué la basura al traspatio, mi sorpresa fue que al poner la basura en el bote noté que había un pequeño agujerito, me fijé y el chico se estaba jalando su enorme verga, supongo estaba fantaseando conmigo, tal vez ya me volví loca y necesito controlarme, en fin, mientras siga aquí, seguiré disfrutando, no sé si sea correcto por relatar estas cosas, sabiendo que es con fines de morbo, pero me siento excitada y liberada.
Que gran relato, de hecho somos hasta vecinos y no lo sabemos.