Con ganas de ser infiel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos los que leen semanalmente los relatos calientes de la red. Es primera vez que escribo y espero lo lean, este relato es veridico. Como muchos que escriben, he cambiado mi nombre y de las personas que son parte de la historia, por cuestiones de seguridad personal y de los involucrados.
Mi nombre es Rina, de 29 años, casada desde los 23 con Antonio, después de 5 años de noviazgo, es decir Antonio ha sido mi único hombre hasta antes del relato. . Soy de 1.70 metros, cabellera castaña oscura, no soy delgada ni gorda sino tipo medio, mi gran atracción son mis grandes senos parados, son tan parados que algunas amigas me han preguntado si no son operados, pero no, son autenticos, y siguiendo con mi descripción, tengo bonitos muslos y no tengo un gran trasero, pero tiene carne y son generosamente atractivos.
Desde hace algun tiempo (meses) a traves de mis amigas casadas, de los relatos que leo en estos sitios, he sabido que algunas relaciones extramaritales son muy calientes y agregan aventura y fantasía a las relaciones, claro que sabiendolas manejar, sin crear lazos sentimentales. Y no malentiendan, mi marido ha sido bueno en la cama, de hecho ha sido muy bueno, él me perfora cada vez que puede, como he leido en otros relatos, mis tres orificios, mi chuchita, mi colita y mi boca.
Siguiendo el relato, en las peliculas 2x o 3x que tenían como tema la infelidad conyugal me ponían cachonda y tenía que masturbarme pensando en que un hombre fuera del matrimonio me penetraba con su enorme tolete y me hacía gemir de gusto. No sabía que más adelante tendría mi aventura extramarital.
Mi esposo de 35 tiene una hermana de 42 años, ésta hermana tuvo gemelos varones, Daniel y Miguel de 20 recien cumplidos. Estos sobrinos suelen llegar frecuentemente a la casa, sobre todo para ver los partidos de futbol, ya que son aficionados al Barcelona de España, al igual que mi marido. Ellos llegan los días sabados o domingos (según el día que juegen), se sientan en la sala, beben cerveza con mi marido y ven el partido, yo también me apunto y ahora soy también seguidora de este equipo. Incluso hay ocasiones que hay dos partidos por semana.
Cada semana, me doy cuenta que mis sobrinos me ven con ojos de hombres, les gusta verme los senos y a mi me gusta provocarlos, casi siempre visto corto y con escotes bien provocativos. Aveces dejan de ver el partido por tratar de verme lo que pueden. Al igual sucede con mis piernas, a veces cuando hay jugadas emocionantes yo me muevo en el sofá, abro mis piernas y los gemelos dejan de ver la TV por tratar de mirar mis piernas o alguna parte de mi tanguita.
Eso me excita y me gusta de los gemelos, yo puedo asegurar que luego de ver el partido y regresar a su casa, ellos se hacían una puñeta pensando en mis senos o en mis piernas. De todo eso, mi marido ni cuenta.
Para el último partido de la temporada, ese partido nuestro equipo se jugaba el campeonato, pero para la mala fortuna de mi marido, lo habían enviado a capacitación a una isla del Caribe, no estaría por cinco días, y el viaje lo haría cabalmente el domingo. Pero me indicó que no era necesario decirle a sus sobrinos, sino que vinieran a la casa y que vieran el partido conmigo, se me hizo agua mi panochita pensando en estar solo con ellos.
Después de ir a dejar a mi marido, tipo 9:00 de la mañana al aeropuerto, pasé a un market comprando cerveza, algunos cigarros, ya que Daniel, uno de los sobrinos, fumaba como chimenea. Me preparé con botanas he hice un almuerzo rápido. Además me puse la ropa más provocativa, una blusa tipo top, es decir solo cubre los senos y deja descubierto el ombligo, de tirantes, no me puse sujetador mis senos no lo necesitaban, además me puse la mini más corta que tenía, solo para excitar a mi marido en la casa la había utilizado. Y por último una tanguita, tipo hilo dental que se metía y desaparecía entre mis nalgas, el frente era delgado casi transparente que dejaba ver el parche de mi recortada chuchita. Ahh.. y zapatos de tacón descubiertos. Me veía deliciosa.
Puntualmente, los sobrinos de mi marido llegaron, como es época de calor ambos llevaban pantaloneta tipo bermudas combinada con una camiseta. Ellos tienen que viajar casi una hora desde la casa de sus padres, pero lo hacen porque mi marido los deja beber cerveza y fumar, cosa que no les permiten en casa de sus padres. Cuando me vieron como estaba vestida, abrieron los ojos como huevos fritos, les di la espalda y les dije que entraran, yo sé que su vista no se apartaba de mi trasero. Mientras caminaba delante les dije que su tio Antonio no estaba en casa y que se había ido de viaje. Ambos hicieron una cara de alegría que no se las quitaba nadie.
Como llegarón antes del partido, comenzarmos a beber cerveza, la tomaron como agua y yo también. Les llevé botanas y fue Daniel, quien es el más atrevido y guapo de los dos, me dijo que me sentara en medio de ellos para ver el partido. Me senté y rapido sus ojos veían mis piernas. Bueno, comenzó el partido, rapido una mano de Daniel se posó en mi rodilla. Seguimos bebiendo cerveza y comiendo botanas, era casi el medio día. De pronto gol de nuestro equipo, nos levantamos a celebrar como lo hacíamos en otras ocasiones, pero ahora Daniel me abrazó por la cintura y me dio un beso muy cerca de la boca, de hecho su boca tocó una parte de mi labio, yo no dije nada. También Miguel me abrazó y me levantó casi en peso, mi faldita mini se subió un poco y sé que Daniel me vio mis nalgas cubiertas por mi hilo dental. Pero yo fingí que no me di cuenta.
Nos volvimos a sentar, la mano de Daniel ya se posaba en mis muslos, yo no decía nada, es más Miguel del otro lado no dejaba de levantar el rostro para ver parte de mis tetas. Como diez minutos más tarde, gool otra vez, nos volvimos a levantar, ahora Daniel me abrazó y me levantó en peso, pero sus manos se sujetaron de mis nalgas, sobre mi mini, luego Miguel me abrazó contra él y le restregué todas mis tetas en su pecho. El ambiente se ponía cada vez más caliente, a mi me estaba gustando como se aumentaba el morbo.
Terminó el primer tiempo. Yo dije, ya con mis cervezas encima, que haría cualquier cosa por un gol de Messi. –A ver Rina, que ofrecerías hacer si metiera un gol Messi?- me increpó Miguel. –Si, si, que darías, tiene que ser algo atrevido y bueno!- lo secundó Daniel. Como quería seducir a los gemelos, dije -Pues, me quitaría mi faldita-. Rapido vino Daniel y dijo -Y si metiera dos goles Messí?-, -Me quitaría mi top, pero solo un rato porque no traigo nada por debajo!- volví a prometer.
En el medio tiempo, no se como Daniel encontró en el bar de mi marido, una botella de tequila, ni yo sabía que existía. Sirvió tres copas y dijo –por el campeonato!- y todos nos la bebimos de un jalón. Luego sirvió otra y dijo -por qué Messi haga dos goles!- y también nos la bebimos de un solo.
Empezó el segundo tiempo, nos volvimos a sentar como al inicio, la mano de Daniel en mi muslo, ahora me apretaba y sobaba mi piel. En su caso, Miguel no dejaba de verme los senos por encima de mi escote. Daniel fue por otra cerveza más, era la cuarta para cada quien. Se veía que cada vez que Messi tomaba el balón, Daniel y Miguel esperaban que anotara. Y se les cumplió al poco rato él anotaba un gol. Celebramos como siempre, ellos me abrazaron por turnos rozandome las nalgas y mis senos. En ese momento recordé mi promesa y me entró verguenza, pero ellos empezaron a corear mi nombre. –Rina!, tu lo prometiste!- entonces me paré, bajé el cierre de la mini y la dejé caer dandoles la espalda a los gemelos. Lo primero que vieron fueron mis nalgas con un hilito en medio, luego me voltee y rapidamente su mirada fue para mi panochita, como dije la tanguita transparentaba el parche de mis vellos púbicos recortados.
Como si nada me volví a sentar en medio de ellos, ante gritos de jubilo de los gemelos. Vi de reojo sus bultos en sus pantalonetas. Ya habían crecido bastante, a primera vista se veían grandes. Ahora las manos de los dos gemelos estaban en mis muslos, me sentía un poco incomoda, pero me calentaba lo que estaban haciendo, mi chuchita comenzó a lubricar lentamente.
Ya iba a terminar el partido, yo estaba tensa pensando si caía otro gol. Y asi sucedió de pronto Messi anota otro gol. Ya no me levanté a celebrar debido a que estaba en calzones, luego ellos se pararon frente a mi y me corearon de nuevo el nombre pidiendo que cumpliera mi promesa. –Chicos necesito otro tequila!- les dije. Miguel salió corriendo a servirme uno. Ante el júbilo de los gemelos, lo tomé de un solo jalón. Luego me puse de pie, ellos se sentarón como a ver el espectaculo. Ellos me veían de pies a cabeza. Que diría mi marido si me viera en calzones frente a sus sobrinos.
Me votee y me quité el top. Puse mis manos sobre mis senos tapandolos como hacen las vedettes y me pare frente a ellos, eso no pareció gustarles. –Ah no! Eso no se vale!- decían a coro. –Vamos Rina, danos gusto a nosotros, vamos no seas mala!-. Entonces solté mis manos y les dejé ver la perfección de mis tetas, solidas, paradas como pocas veces habran visto, mis pezones estaban erectos, talvez por el morbo del momento. Daniel no fue discreto y se masajeo su verga frente a mi encima de su pantaloneta.
Miguel se paró y me jaló del brazo para que me sentara de nuevo en medio de ambos, yo solo tenía puesta mi tanguita y mis zapatos. Daniel intentaba tocarme los senos y yo le quitaba las manos, pero no me daba cuenta que Miguel lo intentaba por el otro lado. –bueno, bueno, ya basta no toquen, no toquen!- le decía, entre risas y gritos.
De pronto, anuncian en la televisión que el partido ha terminado. Nos levantamos los tres para celebrar, ya se me había olvidado que estaba medio desnuda con dos hombres, Miguel me abrazó primero, pero su boca no fue a mi mejilla sino a mi boca, me besó y su lengua buscó la mia, al principio me negué pero el licor, la cachondez del momento, me hizo besarlo también, nos quedamos besando de lenguita y de labios como si fuera el último beso de la vida. Al ver eso, Daniel se arrodilló frente a mis nalgas y comenzó a llenarlas de besos y lamidas, me tomaba de las caderas y lamía como si fuera un perrito. Fue fácil imaginar que Miguel bajaria sus labios a mis tetas, pues siempre le atrajeron mis senos, los tomó con cada mano y los fue mamando por turno, yo empecé a gemir y a decirles –chicos que hacen!, por dios que hacen!- eso los calentaba más.
Daniel sin perder tiempo, hizo a un lado el hilo de mi tanguita y su lengua entró entre mis nalgas y lamió mi culito, lo hizo tan deliciosamente, que yo moví mi trasero en señal de gusto, luego su lengua siguió la raya entre mis nalgas y rapido colocó la punta de su lengua en mi chuchita, yo gemí más y lubriqué mi raja. Al tiempo que Miguel chupaba con vehemencia mis pezones erectos. Todo lo hacían estando yo de pie.
-Ahora me toca a mi chicos!- dije. Les ordené que se sentaran en el sofá donde habíamos estado viendo la TV. –quitense las bermudas!- ellos obedecieron como corderitos, no solo se quitaron la pantaloneta, sino también sus calzoncillos.
Alli estaban sus vergas erectas, sedientas de follar. Me hinqué frente a ellos y primero me fui con Daniel, quien era el más ardiente de ambos. Tome su verga con un mano, estaba durisima, era enorme y gruesa. Se la pajie haciendole una chaqueta. El puso los ojos en blanco. Luego la empecé a mamar desesperadamente, yo estaba también muy excitada recuerdo. Le chupé la verga como si fuera un manjar, le lamí sus cojones y Daniel me regalaba ricos gemidos de macho. Mientras eso sucedía, Miguel se estaba masturbando jalándose la verga. Al ver eso, me pasé a la verga de Miguel, de una vez la metí en mi boca y la succioné para mamarla, ahora era Miguel quien gemía a todo volumen, también le lamí sus cojones hinchados de semen. Asi me estuve los siguientes minutos poniendo mi boca en sus duras vergas. Nunca había hecho eso, pero me estaba fascinando.
El que tomó la iniciativa fue Daniel, cuando me pasé a mamarle por enesima vez la verga a Miguel, se colocó detrás de mi, me hizo a un lado el hilito de la tanguita y poniendo su verga en la entrada de mi chuchita me penetró, yo estaba tan mojada que su verga a pesar de ser gruesa se deslizó sin problema hasta adentro de mi vagina. Luego empezó a moverse clavandome y sacando su verga en mi raja. Era rico aquello, tal como lo había visto en tantos videos porno, mamando una verga y siendo cogida por otra, con dos machos. Los gemidos de los tres llenaba la sala de la casa. Daniel me cogía con intensidad, se notaba que estaba super excitado por todo aquello. En la TV nuestro equipo se coronaba campeon y lo estabamos celebrando con una orgía.
Ahora fue el turno de Miguel, quien tenía una no despreciable verga. Se cambió de lugar con Daniel, ahora tomé la verga de Daniel entre mis labios y la chupé, pude sentir el sabor de mis jugos vaginales. Al tiempo que Miguel hundia su larga verga en mis entrañas, para luego comenzar a pistonearla dentro de mi. Todo era tan caliente y delicioso, follar con estos dos chicos. Al fin sentía un pene que no fuera de mi marido y lo sentía diferente y delicioso.
Al rato Daniel me pidió que me subiera sobre su verga, estando él sentado en el sofa, al parecer quería metermela y tener mis tetas a su disposición, y asi fue. Me senté sobre su verga y me la metí hasta los cojones, luego sus manos se apropiaron de mis senos y los fue mamando uno a uno, los mordisqueaba al máximo, a veces era tan fuerte que no medía su impulso, yo sentía dolor, pero eso me excitaba mucho. Me corrí encima de la verga de Daniel. Un charco de jugos vaginales que impregnaron la verga de Daniel mientras entraba y salia de mi raja.
Miguel me besaba las nalgas mientras tenía adentro la verga de Daniel, eso me puso a mil, se aferraba de mis nalgas y su lengua pasaba sobre mi ano. Que rico aquello.
Con lo que no conté fue que Miguel soltó mi culo y se puso atrás de mi. Sentí que el glande su verga jugaba con mi esfínter, lo frotaba con fuerza. Luego, sin mediar palabra me fue hundiendo su verga en mi culo, yo estaba tan caliente que detuve mi cabalgata y dejé que me la metiera toda en mi culito. Después de varios movimientos de pelvis y empujones me la tuvo toda en mi recto. Ahora los dos empezaron a moverse acompasadamente, hundiendome por turnos sus vergas en mi vagina y en mi culito. No tardé en correrme de nuevo. Oh gloriosa juventud!, pensaba yo, ya que los gemelos aún no echaban ni su primer polvo. Se movieron duro mientras yo gemía y me pasaba mi orgasmo, fue extremadamente caliente.
Daniel fue le primero que comenzó a dar chipotazos de semen dentro de mi chuchita, sentí lo caliente de su venida, a los pocos segundos Miguel me llenaba de leche mi orto. Ambos chicos me llenaron de leche mis dos orificios. Terminamos fatigados, pero no vencidos. Miguel se desprendió de mi culo y se sentó, yo me bajé de la verga de Daniel y me dirigí al tocador, a asearme. Daniel estaba como muerto allí sentado.
Al regresar unos diez minutos después, Daniel y Miguel estaban ya con al menos las bermudas puestas. Estaban viendo la premiación del campeonato. Yo tenía un normal sentimiento de culpa, pero en el fondo había cumplido mi fantasía, de ser infiel por primera vez y fue por partida doble. Me fui a la cocina y serví el almuerzo, estaba algo mareada de los tequilas y las cervezas, los llamé a comer y ellos llegaron. Durante el almuerzo les hice prometer que no contarían nada de lo sucedido en la casa, pues no quería tener problemas con su tío. Ellos estuvieron de acuerdo.
Por la tarde ese mismo domingo. Daniel y Miguel me invitaron a ir a la discoteca, -Vamos Rina!, muchos amigos estaran celebrando el campeonato!-. Primero ellos hablaron con sus padres, pidiendo permiso para ir, les dijeron que irían conmigo y como ellos me tienen mucha confianza, aceptaron. Durante el viaje, Miguel iba manejando y Daniel y yo ibamos en la parte trasera. El me comenzó a tocar las piernas de nuevo, luego me dijo al oido que yo hiciera algo caliente, -que cosa?- le pregunté. Quitate las bragas y quedate sin nada por debajo. Me gustó la idea, era loca pero cachonda. Me quite las bragas, llegamos y entramos a la discosteca, había mucha gente bailando y tomando.
Daniel me jaló para bailar y lo siguió Miguel, ambos bailaron conmigo musica salsa, me frotaban sus paquetes por delante y por detrás, los chicos estaban empalmados, talvez saber que y no traía nada abajo los calentó sin remedio. También nos sentamos en una mesa, de pronto que Daniel saluda a un amigo suyo, es Carlos, un chico muy apuesto, bastante alto, al verme me saluda y se sienta con nosotros, entablamos alguna conversación y luego me invita a bailar.
Durante el baile, veo que a Carlos le interesan mi tetas, no deja de verlas un instante, luego me toma de las manos para bailar pegados, con ello el estruja mis senos contra su pecho y sus manos me toman de la cintura. En ese momento se me viene la idea de coger con él, -si vas a ser infiel este día, dalo todo!- pensé. Le dije al oido que era muy lindo y guapo, eso lo entusiasmó, luego el me dijo al oido también que tenía una linda figura y que desde que me vio bailar le había impactado. En eso comienzan las canciones románticas, Carlos me pega hacia él, puedo sentir en mi vientre el bulto que se le hace debajo del pantalón, el chico está realmente excitado.
Cuando apagan las luces y todo queda en penumbra, le tomó una de sus manos y la meto debajo de mi mini, para que sienta que no tengo bragas. El chico se impresona y me acaricia los labios vaginales con sus dedos mientras bailamos. Carlos logra meter la mitad de su dedo en mi chuchita y lo saca para restregar mi lubricación en mi clítoris. Yo siento que se me aguadan las piernas, estoy muy mojada alli bailando. Le digo al oido a Carlos si nos podemos ir a otro lado. El me dice que tiene su vehiculo en el parqueo. –Vamos allí!- le digo.
Salimos sin ser vistos por los gemelos. Es un vehiculo tipo agrícola es decir que es amplio en la parte de atrás, que es donde subimos. Luego empiezas los besos y las tocadas. Carlos me acaricia mi almejita y yo le abro el cierre de su pantalón y le tengo agarrada su verga con la mano haciendole una rica chaqueta. Luego el levanta mi pequeño top y sus labios se apoderan de mis pezones, lo hace lento pero delicioso, se nota que Carlos tiene experiencia en tratar mujeres. Sus labios aprietan mis pezones, luego su lengua me hace pequeños circulitos alrededor de mi aureola para finalmente lamer mis pezones erectos.
Ya no aguanto más, quiero y necesito hacer el amor. Me subo la mini y me subo sobre Carlos, el sostiene su verga mientras yo me siento sobre ella y me la meto hasta el fondo de mi chuchita, ohhh que divina verga, es larga y me llega a lugares desconocidos hasta ese momento, luego lo empiezo a cabalgar, el me pide que me quite mi top, lo hago y sin perder tiemo comienza a morderme los pezones y a chupar todas mis tetas. Los dos gemimos de placer, el calor dentro del auto va en aumento, los vidrios se empañan de vapor, mientras nuestros cuerpos se fusionan una y otra vez sin detenerse. Yo llego primero a un orgasmo, acelero mis movimientos de cadera para gozarlo al máximo.
Aun con la incomodidad, Carlos ahora me coloca acostada con mis piernas levantadas sobre sus hombros, luego me penetra con su rica verga y después se pone a darme unos exquisitos bombeos en mi vagina, siento su duro pene entrar y salir de mi cuerpo, oh no puede ser! acabo de tener un orgasmo y siento venir otro. Comienzo a gritar pidiendole que me lo haga más duro y rapido, él me complace y sus pistonazos son más profundos y con más fuerza, -Asi, asi, asiii!- digo yo cuando me viene otra corrida, a los pocos segundos es ahora Carlos quien se queja, siento su leche caliente inundar mi mojado orificio sexual, él sigue moviendose para sacarse hasta la última gota de semen. Yo siento que me estoy desmayando del placer.
Luego solo quedan nuestras respiraciones aceleradas, que se van estabilizándose. Luego de algunos besos más, nos vestimos y regresamos a la discoteca. Busco a los gemelos y alli estan, ya los encuentro y los veo algo ebrios, platicando con amigas y amigos en la mesa, me preguntan porque he tardado tanto y les digo que estaba bailando con Carlos y que se me fue el tiempo. Si supieran que el semen de Carlos se desliza entre mi entrepierna, debido a que no cargo bragas, tengo que ir al tocador para limpiarmelo.
La fiesta sigue, bailó con los gemelos, quienes se notan tomados, pero no dejan de tocarme mientras bailan, ellos saben que no traigo bragas. Son como las 9 pm aún, les digo a los gemelos que nos vayamos a otro lugar, ellos estan de acuerdo. Daniel más adelante propone ir a una playa, estamos a unos 30 minutos de la más cercana. –A esta hora?- le dije. Si, conozco un bonito lugar. Con los traguitos y la sudada en la discoteca, aceptamos todos y nos enfilamos a la playa.
Apenas podíamos ver, solo la luz de la luna nos alumbraba, el auto se quedó a unos 100 metros de la playa, el lugar si era muy bonito. Llegamos a la orilla y nos sentamos todavía a beber cerveza, Miguel había comprado algunas en el camino. –Metámonos al agua!- dijo Daniel. –Con que traje de baño?- pregunté. –Asi sin traje, sin ropa, desnudos pues!- me respondió.
Nos desvestimos en la playa, y dejamos nuestras ropas. Los dos gemelos nuevamente me comían con la vista, el agua era muy tranquila sin oleaje, Daniel me comentó que debido a que existe un rompeolas, no había oleaje. El agua estaba tibia y nos llegaba la cintura. Yo abracé a Miguel, diciendole que me daba miedo los peces grandes del mar, pregunté estupidamente si habían tiburones. Ellos se rieron y me abrazaron, instintivamente Miguel y yo comenzamos a besarnos allí, con pequeños besitos robados. A los pocos segundos tuve a los dos chicos pegados a mi, uno en mi trasero y el otro de frente.
Las manos de los gemelos cobraron vida, me registraban toda, Miguel me manoseaba la chuchita y Daniel lo hacía con mis nalgas y mi ano. Tambien Miguel bajó a saborear mis pezones otra vez. Pronto nos calentamos todos, le dije a Miguel que me poseyera, asi que me cargó de frente a él, tomandome por las nalgas y me subió sobre su verga erecta y me la clavó, yo me colgué alrededor de su cuello mientras me follaba, sentí lo caliente de su carne dura dentro de mi panochita. Daniel se la jalaba viendonos coger, pronto comencé a emitir gemidos de satisfacción allí calvada por Miguel.
-Por qué no te unes a nosotros?- le dije a Daniel. El entendió el mensaje y se colocó detrás de mi, me puso su glande en la entrada de mi culito y aferrándose a nosotros me coló su verga en mi recto, no entro toda pero si sentí al menos la mitad de su pene. Asi abrazados empezamos a movernos rítmicamente juntos. No se si era por la dilatación o la excitación, pero podía sentir como se movían las dos vergas dentro de mi. Era de locura. Mientras follabamos, Miguel aprovechaba a besarme o chuparme las tetas, en su caso Daniel besaba mi espalda, dándome ricas cosquillas.
Yo me corrí de primero, me vine como si estuviera convulsionando, todo mi alredor daba vueltas. Llené mi chuchita con eyaculaciones. Luego Daniel gimió anunciando que el también se corría, me llenó mi culito de leche, segundos después fue Miguel quien hizo lo propio con mi vagina. Nunca había cogido en el mar y fue una experiencia deliciosa.
Llegamos a mi casa tipo 11:30, Daniel se había dormido casi todo el camino, Miguel manejaba y yo iba a su lado. Ellos se fueron al cuarto de visitas y en quince minutos estaban bien dormidos. Lo mismo hice yo en mi habitación.
Al otro día desayunaron y los fui a dejar a la terminal de buses. Les recordé que sería nuestro secreto lo que sucedió ese domingo. Los gemelos regresaran hasta después del mundial. Uds diran que soy bien putita, pero no, es la primera vez que soy infiel, además si hubiera sido mi marido el de la aventura todos lo justificarían. Yo decidí ser infiel y probar esa experiencia, lo hice y ahora a dedicarme a mi hogar.
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