Con la quinceañera 3 y final
Una sorpresiva despedida marca el final de esta historia, solo se dió todo.
Este es final de mi historia.
Han pasado unos meses donde me he ocupado de mi hogar, y también cumpliendo con mis deberes conyugales, mi mente tenía un gran debate, a veces me enfermaba de tanto pensar, en mis tiempos libres pensaba en Melissa, esa niña a quien yo hice mujer, mi marido no lo sabe, Rubén, su padre, tampoco y aunque estuviera bien, me agobiaba demasiado, Pero no podía decir nada.
En el comienzo del fin de año, Mario me dijo con una gran sonrisa:
– amor, hay fiesta de fin de año, los de recursos humanos planearon la fiesta o más bien, un fin de semana en una finca a las afueras de la ciudad, solo trabajadores y Rubén va a ir.
– amor que bien, y, que tiene que ver Rubén en esto?
– Querida, espero no te enojes, Pero convenci a Rubén de ir al paseo, Pero para hacerlo, le dije que si podía traer a Melissa acá a la casa, que dices?
– Cariño, no hay problema, se que quieres ayudar a Raúl así que sí.
– Gracias amor por eso te amo.
Y Mario salió contento de la casa.
Yo por mi parte, me sentía nuevamente alegre, ansiosa no lo entendía Pero me está encantando mucho más esa nena.
Llegó el fin de semana, temprano en la mañana, Mario estaba alistando sus cosas de pescar, llegaba Raúl con Melissa, yo todavía en pijama estaba apenada y Melissa, en cierta complicidad sonreía.
– Amor nos vemos el domingo por la noche, te amo.
– Yo también cariño, cuídate y diviértete.
– Hija, juiciosa y hazle caso a lo que diga la señora Amalia vale?
– Claro que sí Papi.
– Te amo hija.
– Y yo a tí papi.
Cerraron la puerta, mi marido se iba con Rubén para el fin de semana en la empresa.
– Y, desayunamos?
– Si, señora Amalia.
Después de desayunarnos, Melissa subió la maleta, iba para la habitación de huéspedes Pero la detuve.
– No, Melissa, deja tu maleta en mi cuarto, duerme conmigo.
– Pero señora Amalia, no quiero incomodar…
– Para nada, solo estamos las dos…
Luego, atrevida, le di un beso en la comisura de sus labios, Melissa se quedó un segundo inmóvil, y después se dirigió con su maleta a mi habitación.
Ya en la noche, llevé comida a mi habitación, con una bata transparente puesta, se me veía todo a través de la transparencia, Melissa estaba sonrojada, ella, con una pijama de seda de dos piezas que constaba en un top y un short, moldeaba su cuerpo tranquilamente y veía hermosa a esa niña.
Mientras veíamos una película, ella se quedaba abrazada a mí, no se si parecíamos pareja o ella parecía mi hija, solo sabía que estaba al lado mío viendo una película.
Cuando se terminó ya era tarde en la noche y hacía calor, y en medio de mi habitación encendida, me quité mi bata, quedándome totalmente desnuda, mis pezones quedaron en libertad, la niña miraba sonrojada Pero sonriente y, finalmente nos besamos, la besaba con mucha lujuria, sentadas en la cama los besos subían de intensidad, nuevamente mis manos acariciaban su cintura, subían a su pecho, llevándose su top para sacarlo de su cuerpo, mostrando sus senos, se veían sus pezones erectos, mis labios recorrían su cuello, mi cuerpo bajaba con incomodidad Pero con un placer indescriptible, Melissa comenzaba a emitir gemidos y respiración pesada, ella apoyaba sus manos en mis hombros mientras sus pezones eran víctimas de mis labios, mi lengua y mis dientes, los chupaba y los mordía…
– Ahhh señora Amalia, cómo me gusta esto, uhhmm ahhh.
– Como me gusta tenerte Melissa, uhhmmm.
Luego, lentamente bajé mi lengua a su vientre, lentamente la acosté y yo seguía recorriendo su cuerpo con mi lengua, ella acariciaba mi cabeza, ella manifestaba un gran placer con mi lengua haciendo su recorrido, al llegar a su vagina, decidí lentamente besarla como besaba su boca, Melissa se estaba moviendo mostrando un gran placer, luego su pelvis era la que se movía, ya con mi lengua dentro de su clítoris.
– Ahh si ahh ahh señora Amalia, dame dame dame ahh ahh.
Ella ya movía su pelvis con más fuerza mientras yo pasaba mi lengua en su vagina.
– uhhmm uhhmm ahh ahh ahh ahh ayy ayy ayyyyyyyyyyyy ahhhhhhhhhhhh.
El orgasmo de Melissa en mi boca, era la gloria, sus jugos sabían a elixir, ella quedaba acostada, con sus piernas abiertas, sudando Pero sonreía, no contenta con esto, decidí sentarme en la cama con mis piernas abiertas, y sin pensarlo, crucé mis piernas con las de ella, su vagina, ya mojada, chocó con la mía ya humedecida, luego comencé a mover mi pelvis, sentía su vagina mojada chocar con la mía, cada vez más rápido y más fuerte.
– Ahh si Melissa ahh ahh que rico ahh.
– Ahh me gusta señora Amalia ahh ahh ahh ahh.
Splash, splash splash, chocaban nuestras vaginas mientras ella con sus manos tocaba mis tetas, y yo con las mías agarraba su pierna mientras nos follabamos con fuerza y gemiamos al mismo tiempo.
– Ahh ahh ahh ahh ahh ahhhhh ahh si Ohh si ahh ahh aaaaaaaaaaaahhhhhhhaaaaaa.
Llegamos las dos a un gran orgasmo, Melissa se dejó caer acostada en la cama, yo quedé sentada, pero no satisfecha, porque volví a acomodarme colocándome en 4 arrodillada y gateando en camino hacia la niña, mis tetas quedaron a la altura de su boca, ella abrió la boca y comenzó a chupar mis tetas.
– ugg ugg glup glup, que tetas tan ricas señora Amalia.
– Ohh si ahh que rico que chupas Melissa uhhmm me encanta.
Seguía chupando como si su vida dependiera de ello, luego me seguí moviendo hasta colocar mis piernas en medio de su cara, lista para la pose de la reina, ella, sacó su lengua y comenzó a lamer nuevamente mis labios velludos, lentamente descargué mi pelvis en sus labios, Melissa ya chupaba mi vagina, la degustaba con los ojos cerrados, yo movía mi pelvis al ritmo de su lengua y sus labios.
– ahh si Melissa ahh ahh ahh como la chupas de rico ahh ahh ahh ahhhhh ahhhhh.
Nuevamente miraba hacia abajo contemplando el rostro de Melissa, con sus ojos cerrados, mis vellos insertandose en medio de sus brackets, estaba aún más excitada, mi pelvis se movía más rápido.
– Ahh ahhh ahhh ahhh ahhh Ohh si Melissa me voy a venir ten tu boquita lista ahh ahh ahh ahh me vengo me vengo ahh ahhhhhhhhhh uhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
Veía mis líquidos vaginales salir a raudales hacia su boca, ella la abría con ansia, luego me recosté a su lado, veía sus labios, mejillas y dientes mojados, sus brackets brillaban con mis líquidos, un vello habitaba en medio de un bracket, Melissa me sonreía con satisfacción, luego ella bajó y se recostó encima de mi vagina hasta quedarse dormida, luego, viendo dormir a Melissa, me quedé dormida.
El domingo en la mañana, me desperté, corrí con cuidado a Melissa sin despertarla y bajé a hacer el desayuno, me quedé desnuda, cuando estuvo listo llamé a Melissa para el desayuno, ella también bajó desnuda, mientras desayunamos, ella me contó.
– Señora Amalia, tengo que contarte algo, lo que pasa es que este año me gradué con honores y, pues acepté una beca en otro estado muy lejos, es decir, en unos días me tengo que ir.
– Me alegro mucho Melissa, te voy a extrañar Pero, felicitaciones, te lo mereces, tenemos que celebrar esto, y ya sé cómo hacerlo.
Después me dirigi a la sala y, sentandome en el sofá, abriendo las piernas y haciéndole una señal, Melissa llegó a mi y bajó directamente a mi vagina, la cual, estando arrodillada, comenzó a chupar nuevamente y con locura, luego, levantándome y dándome la espalda, mis nalgas estaban al nivel de su cara, Melissa, abrió mis nalgas, pasando su lengua en mi ano, esa lengua me mojó, sus brazos rodeaban mis muslos mientras lamía y chupaba mi ano, yo movía mi pelvis hacia atrás, mientras mi mano agarraba su cabeza y la pegaba en mi culo
– Ahhh ahhhhh Melissa cómo te gusta mi culo.
– Uhhmm uhhmm me gusta señora Amalia, slurp slurp slurp.
Después de un buen tiempo, me acomodé nuevamente y me senté, abrí mis piernas y Melissa, en una marcada alevosía, metió su lengua en mi vagina, ella con 15 años estaba encantada con la vagina de una mujer casada de 40 años, seguía lamiendo, chupaba, luego subí mis piernas en sus hombros mientras ella lamía y chupaba mi vagina, yo ya blanqueaba los ojos y movía mi pelvis.
– Ahh ahh ahhh así Melissa ahh ahh me encanta ahh ahhh que rica tu boca ahh ahhh ahhhhhhhhhh uhhhmmm ahhhhhhhhhhhh.
Tuve un nuevo orgasmo, mientras terminaba de depositar mis líquidos vaginales en su boca, ella me miraba con una cierta picardía mientras retiraba su boca y pasaba con sus manos a masajear mis vellos, un buen rato, luego ella se levantó me besó en la boca y nos fuimos a bañar en la ducha.
Al final del domingo, me despedí de ella con sonrisa cómplice y le prometí despedirme en el aeropuerto, cosa que sucedió semanas después, la veía subirse al avión y en mi mente se iba mi gran tentación.
Al final de ese día, llegué a mi casa y todavía me pregunto, si es conveniente seguir callando o finalmente confesar para quedar en paz así me cueste mi matrimonio….


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