CON LAS MANOS EN LA MASA II/ PEDRO Y MARIANN
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como les prometí,aquí está la segunda parte de un relato espectacular,donde mi esposa mariann me sorprendió con mi vecina Maria Ángeles,mi esposa tomó a mi vecina de la cintura,pues estaba más caliente que el horno de una fundición y le dijo:
-ahora quiero que tú yo hagamos lo mismo,mientras Pedro nos prepara un par de copas y nos las sirve en la terraza
Mará Ángeles accedió,no sin antes hacerle saber a mi mujer que no tenía experiencia,aunque había tenido algún encuentro con chicas de colegio,pero que eran travesuras de la niñez y no sabía como iba a reaccionar,el relato es el siguiente,relatado por mariann.
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Las copas empezaron a hacer efecto a las dos y empezamos a hablar de nuestras aventuras y desventuras amorosas y de relaciones con los hombres. Ella(María Ángeles) me comentó que en alguna ocasión tuvo relaciones lésbicas con una amiga de colegio cuando era más jovencita. Ese tema despertó en mi gran curiosidad, nunca había tenido relaciones con otra mujer,aunque siempre había fantaseado. Me comentó que es un placer diferente que con un hombre, no es mejor ni peor, me decía, simplemente es diferente. El alcohol se me había subido a la cabeza de tal forma que discretamente le insinué probar esa relación, incluso la provocaba con disimulo. Tenía un poco de miedo a romper una relación que a priori parecía buena. Me pidió que nos vistiéramos de forma insinuante, le propuse que fuera a mi habitación y que eligiera entre mis cosas aquello que mas le gustara. Entró en mi cuarto y al cabo de unos minutos salió vestida con ropa mía, un vestido azul pastel semitransparente que yo solía usar junto con otro. A través de ese vestido observé que no llevaba ropa interior. Me animé y acercándome a mi cuarto, me puse otro vestido similar al que se puso mi vecina ,igualmente transparente y tampoco me puse nada de ropa interior. Salimos nuevamente a la terraza a terminar nuestras copas, fuimos a la barandilla de la terraza y seguimos charlando de amores, erotismo y sexo. Cuando menos me lo esperaba, arrimó su cara hacia la mía y me dio un beso en la mejilla. La tomé por la cintura y la arrimé hasta mí con suavidad, juntando su nariz con la mía, giré suavemente su cabeza y posé mis labios con los suyos. Nuestros pechos tapados con aquellos ligeros vestidos, se juntaron, produciendo en mi un placer que nunca había sentido. Era una sensación agradable, placentera. Me tomó de la mano para llevarme hasta la mesa donde dejamos las copas, me sentó sobre una tumbona y se colocó frente a mi de rodillas. Esta vez fue ella quien puso sus labios ligeramente sobre los míos. Entreabrí mi boca haciendo ella lo mismo. Las lenguas salieron tímidamente hasta juntar las puntas. Abrimos un poco mas la boca y las lenguas salían ya sin retraimiento para juntarse, nos acercamos cada vez mas, los labios no se despegaban y las lenguas jugaban libremente entre sí. Bajé mis manos hasta sus muslos para agarrar el vestido y subirlo lentamente, mis manos empezaron a notar la piel desnuda y un escalofriante placer recorría mi cuerpo. Ella repitió mi atrevimiento, subiendo mi vestido hasta que sus manos alcanzaron mis pechos desnudos. Yo toqué los suyos, duros, firmes, me cabían en las manos, jugué con sus pezones a la vez que se estremecía. Seguí levantando su vestido hasta quitarlo, dejándola completamente desnuda ante mi. En ese momento recordé la película que vi la noche anterior y empecé a repetir aquellos comportamientos. Veo que abre sus piernas y mete su mano entre ellas. Tal era mi excitación que me quité el vestido sin esperar que ella lo hiciera. Las dos estábamos desnudas frente a frente. La abracé por que quería sentir su piel con la mía. La agarré nuevamente de los pechos, los movía para rozar sus pezones contra los míos, sin dejar de besarnos en la boca. Llegamos a un orgasmo que yo nunca había tenido con una mujer Ella continuaba disfrutando de aquel momento hasta llegar con mi ayuda al éxtasis. Nos abrazamos sobre la tumbona, hasta que nos entró frío y fuimos a mi habitación.
Al terminar de cerrar la puerta se me acerco por detrás, me paso sus brazos por mi cintura ,agarró con sus manos mis tetas y me paso su lengua por mi nuca y mis oídos. No pude resistir más y solté un gemido más intenso, -aayyyy sigueeeee.
Ella sabia que me tenía a punto me soltó y me llevo cogida de la cintura.
– Ven ricura. Siéntate en la cama. Me dijo susurrándome al oído
– Sí, María Ángeles
– No te preocupes. Te voy a poner a volar, te acordarás de mi toda tu vida.
Se acercó a mí y me dio un beso suave, seguido por otros más profundos, nuestras lenguas se cruzaban, los besos aumentaban en intensidad, sus manos recorrían mi cara, mis tetas, mis piernas, me sentía manoseada, super caliente, poco a poco, me desabrochó mi vestido para acariciar mis senos desnudos. Como veía que yo no me movía, ella se quitó el vestido y me acostó en la cama. Antes de que me diera cuenta estaba sin nada. Besaba todo mi cuerpo, sus labios y su lengua me recorrían. Mis pezones estaban muy duros. Poco a poco me fue abriendo las piernas. Yo cerré mis ojos para sentir todas sus caricias. Me besó el cuello, los senos y, al llegar a mi raja, estaba ya a punto de correrme. Su lengua acariciaba mi clítoris mientras que, poco a poco, comenzó a jugar con mi ano. Nunca ninguna mujer me había tocado por allí, porque pensaba que era horrible, pero en realidad era excitante, sentir su lengua subiendo y bajando de mi xoxito a mi culito era lo máximo. Efectivamente me tenía volando, nunca llegué a pensar que una mujer me pudiera hacer sentir tanto como lo estaba viviendo. Me dejé llevar, en este punto podía hacer conmigo lo que quisiera.
– Si méteme esa lengua, cómeme, soy todaaa tuuuyyyya,le supliqué.
Antes de poder pensar en otra cosa, la excitación fue tanta que tuve un orgasmo, me tenía acostada, agarrada de las manos y con su lengua hasta el fondo de mi xoxito, me arqueé para soltar mi leche y se lo pegué más a su boca. –Siii me corroooooo, aaayyyyy.
Ella levantó su cabeza para sonreírme.
– Bien, mi chiquita, bien. Gózalo -me dijo.
Y me volvió a clavar su lengua.. yo gemía de placer.
Cuando me tranquilicé un poco, ella se acostó con las piernas abiertas junto a mí, por lo que supuse que quería que yo le mamara su raja, así que puse mi cabeza entre sus piernas y comencé a acariciarla con mi lengua. Cogió mi cabeza y se la fue pegando más a su rajita, casi no podía respirar, pero valía la pena, esa mujer era mía. Con mis manos,jugueteaba con sus tetas, le apretaba sus pezones y se retorcía, pegándose más a mí, cuando comenzó a gemir y a estar más húmeda, le metí un dedo en su culito, con mi boca le daba lengua y con mi mano le daba dedo. La puse a mil.
– Sigue, meteme esa lenguita, vamos puticaaaa, hazme llegar, tomate mi lecheeeee aaaaa-,me decía
Sentí en mi boca su liquido caliente y empece a chupármela toda. La hice tener un orgasmo tan rico que me dió un poco de envidia. Yo seguía muy excitada. Con una de sus manos me tomó de la cabeza y me subió por encima de su cuerpo hasta poder sentir nuestras bocas sedientas de nuestros besos. La sensación era fantástica, sentir mis teticas pegadas a sus tetorras, me cogió de las nalgas y pegó nuestras rajitas, con la otra abrió el cajón de mi mesita de noche, del cual sacó un consolador muy grande.
-Mira lo que tengo para ti. Estoy segura que te va a gustar.
– ¿ Lo quieres perra??.
-MaríaÁngeles, haz lo que quieras conmigo soy toda tuya.
Nos besamos intensamente y volví a estar volando, me sentía en otra dimensión, era otra Mariann la que hablaba, me sentía mujer, caliente, dispuesta disfrutar con esta hembra y a seguir aprendiendo del sexo con una mujer.
-Ven, acuéstate aquí y abre tus piernas,me dijo
Cuando tomé mi posición, ella lo fué metiendo en mi xoxo. Aquel rico miembro era increíble, de un grosor exacto, y me lo metió hasta el fondo. Me sentía toda llena de aquello. Cuando lo vi bien, tenía metido la mitad y quedaba otro tanto para ella,ya conocía yo ese consolador,lo usaba con mi esposo en nuestras noches locas.
– Es para las dos al mismo tiempo, le dije.
Se puso enfrente de mí y comenzó a metérselo hasta que su raja tocó la mía. Yo no podía emitir palabra. Lo único que hacía era gemir y mecerme para que se moviera el consolador dentro de mí. Me poseía, sentía un miembro moverse dentro de mí, cogía mis pezones y los pellizcaba.
-Vamos putica mueveteeee, ¿te gusta que te culee?, Dímelo, ¿te gusta ser mía?.
– Sii María Ángeles cómeme, soy tuyaaaa.
Me metía dos dedos en mi boca y me los hacia chupar. El roce de su raja contra la mía era tan fuerte que las dos nos corrimos juntas con un gran orgasmo,
-aayyyyyy, siiiiiiii. El cual nos dejó tendidas en la cama un gran rato.
Cuando me recuperé, me saqué el consolador, ella lo cogió con una mano y se lo llevo a su boca hasta chuparse todos mis jugos.
– Ummm que rico esa rajita tiene miel.
Con solo ver esa escena de lujuria nuevamente me puso a mil.
La muy zorra sabia lo caliente que estaba.
– Vamos Mariann cojete esa rajita para mí, métete un dedo… me pidió
E inmediatamente lo hice.
Luego me hizo ponerme en cuatro patas,como una puta perra, me puso sobre una almohada, con el culo levantado y dispuesto para su lengua. Solo escuche decirle,
– Que culito tan lindo y todo para mí.
Sentía su lengua tratar de entrar por mi ano, humedecía con su saliva su camino, un dedo ayudaba a ensanchar mi culito , con otra mano me masajiaba un seno. Lengua, dedo y palabras calientes lograron su efecto. Sentía como su lengua entraba en mi culo hasta el fondo, luego lo turnaba con un dedo, luego dos. No podía más, sentía que me corría y estallé cuando sentí que también me metía un dedo en el xoxo.
-Aayyyy, Maria Ángeles, meee cooorrrooooo.
– Si putica mía correteee, dame esa lecheeee, vamos ricura dámela todaaaa..
Era lo máximo, mi cuerpo sentía en cada milímetro de mi ser, me sentía plenamente mujer, feliz, libre.
De reojo vi que se levantó y se dirigió al baño.
Creí que ahí terminaba todo, me sentía sin fuerzas. Pero al volverme y quedar boca arriba pude ver que María Ángeles seguía caliente, sus ojos irradiaban sexo. Maliciosamente vi que me sonreía, en sus manos llevaba un aparato negro, de atar a la cintura,era un cinturón con una verga enormemde esas que usan las lesbianas para follarse,le había encargado a Pedro,ir a recogerlo a su casa,pues fué un regalo que le hicieron en su juventud. Vi como se lo llevaba a la boca, lo salivó, me mostraba su lengua y me hacía gestos de penetración, luego pasó sus correas por sus piernas y cintura. Quedé sorprendida, se veía hermosa, erótica y sobre todo con ese pene amarrado en su triángulo. Caminó hacia mí, atrayéndome con su dedo y mostrándome su lengua.
– Vamos zorra, quiero hacerte mía, te quiero penetrar.
Se arrimo al borde de la cama, me arrodille sobre la misma, cogió mi cabeza y me hizo mamar su pene negro, grande y liso.
Mi boca producía gorgoteos, mi saliva resbalaba por su pene, sus manos me cojían por la nuca y me hacía llevar un movimiento rítmico de mamada, el cual acompañaba ella con el movimiento de sus caderas.
Luego me ordenó que me acostara boca arriba en la cama.
Con solo decirme eso abrí mis piernas y me cogí los pezones, ella entendió que estaba lista. Se subió a la cama y se aproximo hacia mí, me cogió de las piernas, me las llevo hacia atrás y me las abrió, quede expuesta con mi raja húmeda y abierta. Vi como se llevó su mano derecha a su boca, la humedeció con su saliva y luego la paso por el miembro, haciendo que este quedara lubricado, con sus dedos abrió mi rajita y me fué metiendo ese pene poco a poco.
– Siéntelo mi amor, ábreme esa raja caliente, te sacare toda esa lechita, te haré miaaaa……..asiiiiiiiii……..asiiiiiiii…….mueveteeeeeee……daleeeee….
Sentía como se iba hasta el fondo, se inclinó hacia delante y se apoyó en sus manos, su cara quedó encima de la mía, mientras me lo metía me besaba en la boca, en la nuca; también me lengüeteaba los pezones, me los mordía, en fin su boca no se quedaba quieta, sus caderas tampoco; además me decía como moverme, como besarla, como asirme a sus caderas con mis piernas, en fin éramos como una sola, me volvía loca de placer, era super sentirla dentro de mí, me sentía penetrada, manoseada, acariciada, poseída, llena de ella, de mivecina Maria Ángeles.
-Así amor, asiii, vamos, muevete, dame esa leche, correte.
Se arrodilló nuevamente ante mí, me cogió de las piernas y me las dobló contra mis senos, aumentó el ritmo de sus caderas, sus penetraciones eran mas profundas, aumentaba y disminuía su ritmo, a veces lento, a veces rápido. Me sentía explotar, caliente, sudábamos, nuestros cuerpos transpiraban, nuestros gemidos eran mayores.
-Vamos putica, dale, me corroooooo, mueveteee….asiiii…ahhh..ahhh..llegaaaaa…..yo yaaaaa…….
-Si María Ángeles…yoooo..tambiennnn…ahhhhhh..ahhhhh..ahhhh…soyyy..tuyaaa…
Nos corrimos las dos a mil, ella se dejó caer sobre mi cuerpo, jadeábamos, vibrábamos, nos abrazamos, nos besamos. Me sentía transportada, Estabamos exhaustas, extenuadas luego nos quedamos dormidas por un rato mi sueño era tranquilo y sosegado al saberla a mi lado, al sentirme suya. No se cuanto tiempo transcurrió, al despertar la vi a mi lado, dormida; contemple extasiada su bello cuerpo, su piel, su rostro, luego despertó y me sonrió.
En silencio nos contemplábamos, nos sonreíamos, luego nos besamos tiernamente, ella se inclinó un poco sobre mi, con un dedo empezó a recorrer mi rostro, luego todo mi cuerpo, lentamente, hasta llegar a mis pies y volver a mis senos, mientras lo hacia me besaba en mi boca, en mi cuello, en mis senos, era increíble, volvía a sentir como mi cuerpo respondía a sus caricias,
– Vamos putita mía hazme llegar.
Con solo decirme eso abrí mis piernas y me cogí los pezones, ella entendió que estaba lista. Se quitó el cinturón.En forma de tijera pego su raja contra la mía y empezó a moverce rítmicamente. Esta posición me sobre calentó, veía su cara roja, llena de placer, sus tetonas moverse acompasadamente, su cintura delgada hacia ver mas pronunciadas sus caderotas, su raja caliente pegada a la mía, sentía como nuestras leches se mezclaban, sus manos se agarraban de mis teticas, se inclinaba y me besaba, metía dedos en mi boca y luego los llevaba a la suya. Me hablaba caliente, me daba palmadas en las nalgas,que me hacían moverme y arquearme más rápidamente.
-Vamos puta muévete, pégate a mí raja, damelaaa, damelaaa, así putica. asiiii, correteeee. –
Siiii María Ángeles sooyyy tuyyya, me corrooo, me corrooooooo….
-También yoooooo perra.
Cayo sobre mí, no besamos y nos quedamos dormidas…
Pasaron cerca de 10 minutos hasta despertarme, sentía el calor y el olor de su cuerpo pegado a mí, me sentí dichosa de estar con ella. De haberme entregado plenamente a una mujer como María Ángeles.
Eran cerca de las 4:30 a.m., habían pasado cerca de cuatro horas desde que había caído en mi cama.
– Tengo que irme,me dijo María Ángeles
– Bueno, ¿repetimos otro dia?,le pedí yo
– Claro que sí, pero haremos participa a tu esposo,me respondió.
Se paró todavía desnuda, y me dio un besote en la boca.
– ¿Te gustó ricura?
Sí, muchisimo. – Nos abrazamos desnudas, tiernamente nos acariciamos y nos besamos.
Se vistió rápidamente. Yo,desnuda,la llevé hasta la puerta, nuevamente me besó y metió la mano en mi entrepierna, sentí como mi rajita respondía a su caricia y se calentaba.
-Te tienes que ir, no seas mala..
-Ok, nenita nos vemos mañana , quiero hacerte el amor en la playa.
Me cogió por mis caderas, me apretó contra sus senos y nuestras lenguas se juntaron en otro beso apasionado y loco.
Me solté, si no lo hacia ya tendríamos que hacer nuevamente el amor, era increíble lo que esa mujer me hacia sentir.
Cuando estaba sola en el pasillo, me sentía rara por haber hecho el amor con una mujer. Me preguntaba si eso significaba que yo era lesbi. Ese pensamiento se terminó cuando empece a recordar todo lo que había vivido esta noche y supe que no sería la última vez que haría el amor con María Ángeles.
A mí siempre me habían gustado los hombres pero, por otro lado, me había gustado mucho lo que hice.
Mientrasme bañaba , empece a imaginarme lo que haríamos mañana en la playa.
Al salir del baño estaba mi esposo sentado sobre nuestra cama . Al verme, me preguntócómo me había ido, a lo que respondí:
– Nunca me vas a creer. Sólo te digo que fue una noche única y además tengo programa para repetirlo hoy en la playa, y en un futuro próximo haremos un trio contigo.
Ya eran las 5 am pasadas,nos besamos y nos pusimos a dormir,abrazados como dos adolescentes enamorados.
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