CON LAS MANOS EN LA MASA! /// pedro y mariam
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hay historias como esta que siempre empiezan con la descripción de la persona (me refiero al físico)… Yo prefiero ir mejor directo al grano…No me gustan los pre-ambulos. Ya que soy de los que piensa que no por la descripción física, le llegara el mensaje a las personas que leerán tu relato.
Bueno tengo 48 años y siempre trato de vivir el presente, lo que venga, no el mañana ni mucho menos el futuro, y mi historia empieza así…
Tengo mi pareja… Llevábamos de relación un par de años ya… Todo era perfecto en la relación hasta que llegó una nueva persona, una aventura clandestina… Adoro a mi mujer, pero dicen que no siempre la monotonía en una pareja es buena.
Sonaré algo cínico al decirlo, pero así pienso. Marian,mi mujer, es una mujer encantadora, es mucho menor que yo, pero en el sexo y en la intimidad la edad sale sobrando.
No se si es por su juventud, pero cuando me toca o me besa… siento como enseguida mi cuerpo pide algo más que unas simples caricias…
Me llamo Pedro y esto me ocurrió hace ya 8 años, pero yo lo recuerdo como si fuera ayer.Me considero una persona normal, nada fuera de este mundo no soy flaco tampoco gordo estatura media, cara aguileña claro de piel en fin una persona normal, me experiencia esta basada en una relación que tuve muy gratificante con una mujer mayor, 50 años, yo contaba con 40 y la verdad es que todo lo ocurrido fué muy excitante.
Mi relato se refiere a una vecina mia,Maria Angeles, ella era viuda desde hacia 9 años, una mujer muy hermosa,rubia, ojos claros, un poco gruesa sin llegar a ser gorda, se maquillaba lo necesario, se vestía de acuerdo a la ocasión sin llegar a ser despampanante, unos pechos sencillamente exquisitos y lo mejor, una retaguardia inmejorable que invitaba fantasear con ella.
Mi mujer y yo,por culpa de nuestro trabajo paramos poco en casa, ella es funcionaria de correos y yo soy visitador médico.
El 20 de junio recibí una llamada en mi móvil de la dirección de mi empresa diciéndome que cancelara las dos visitas que tenía al proyectadas para la mañana del día siguiente fuera de la provincia de Zaragoza.
Mejor para mí –pensé- así duermo más. Así que esa mañana me quedé en casa. Me metí en la ducha con la idea de darme un largo baño e introduje una radio dentro. Me gusta escuchar música mientras me ducho y reconozco que me paso con el volumen.
Después de salir de la bañera tuve una erección recordando una película de la noche anterior y empecé a meneármela, ya estaba a punto de correrme cuando me dí cuenta de que no había metido mi ropa interior limpia en el baño, así que salí al dormitorio a buscarla.
Cual no será mi sorpresa que cuando entro en el dormitorio me encuentro a mi vecina Mari Angeles encima de una silla colocando las cortinas que por lo visto acababan de traernos.
El susto fue gordo y la vergüenza ni os la imagináis. Allí estaba yo medio empalmado con mi vecina mirándome con cara de incredulidad subida a una silla.-Perdón, pero es que han venido los de las cortinas… Te he dado una voz pero no me debes haber oído con la música.-No te preocupes, dije yo, no pasa nada, -deseando que me tragara la tierra allí mismo-.
Me fui al baño rojo de vergüenza, cuando a los pocos segundos apareció mi vecina con unos calzoncillos. –Supongo que ibas a buscar esto, me dijo. Antes de que pudiera contestar se puso en cuclillas abriendo sus piernas y dejando mi cuerpo y mi paquete a escasos centímetros de su cara.
Yo alucinaba. Me cogió la polla y empezó a hacerme una paja con la mano derecha. Tras la sorpresa empecé a reaccionar y sin otros preámbulos le ordené que se quitara toda la ropa, excepto los zapatos. Así lo hizo y para mi sorpresa ví lo bien que se conservaba mi vecina. Dos enormes tetas y un culito grande pero redondo y bien formado fue lo primero en lo que me fijé. Su coñito era imperceptible pues estaba rodeado de un espeso vello púbico.
Fuimos al salón y continuamos con la posición de la escena anterior. Yo sólo veía a una mujer haciéndome una paja con la mano derecha mientras sus pechos se agitaban con el movimiento cada vez más rápido. Le puse la mano en la nuca y ella comprendió lo que quería. Se metió toda la polla en la boca y empezó a hacerme una mamada que jamás olvidaré.
Yo estaba que reventaba. Se sacó mi pene de la boca y empezó de nuevo a pajearme. Cuando pensó que me iba a correr quiso introducirse la polla en la boca pero yo se lo impedí. Vas a hacer algo que seguro que nunca has hecho le dije.
En pocos segundos mi pene soltaba varios chorros de leche que fueron a impactar en sus párpados sus mejillas, su frente y en su pelo. Ella, pasada la sorpresa inicial, se relamía mientras gotas de esperma se descolgaban elásticamente desde su barbilla hasta sus tetas.
Luego me vino a decir que su vida sexual era un fracaso y que quería saber como lo hacíamos los jóvenes del siglo veintiuno. Aprovechando la confianza le dije que se tenía que afeitar completamente el chochito y ponerse algún piercing en las tetas.Paso una semana y un sábado a las doce llamaron al interfono, era mi vecina. Afortunadamente Mariann,mi mujer, había quedado para comer con las del trabajo por un cumpleaños y se había ido a comprar un regalo.
Dejo la puerta del piso abierta y al poco aparece mi vecina, venía a ver a mi mujer para que le dejara un bolso pues tenía un comunión. Traía un modelito precioso. Blusa rosa con falda blanca y sandalias de tacón grueso bastante elevado y abiertas desde el empeine hacia el talón, collar de perlas y pendientes a juego.
Al explicarle que no estaba Mariann, me preguntó si iba guapa. Le dije que sí y sin más me espetó.-Te he hecho caso, se subió la falda y apareció ante mí un chochete perfectamente depilado. ¿Vas a ir sin bragas a una comunión?. -Por supuesto, dijo quitándose la falda. Completamente desnuda delante de mí salvo las sandalias, el collar y las pulseras, aquellas tetazas, aquel culo, aquel chochete… Para entonces yo ya estaba calentorro así que me quite el pijama y me quedé en bolas delante de ella.-Tú mandas cariño… me dijo.¿Te gustó lo del otro día? Le pregunte.Sí pero, quiero algo diferente, me constestó. No obstante empezó a pajearme igual que la vez anterior pero esta vez de rodillas.
El tintineo de las pulseras me excitaba mogollón.Como veía que era una situación arriesgada para mí, la levanté, la recosté en la mesa camilla y empecé a comerle el coñito depilado.
Estaba muy suave, ella empezó a gemir, estaba encharcada por la excitación y rapidamente llegó a un orgasmo convulsivo. Tampoco había probado nunca un cunnilingus. Ahora me toca a mí, ¿quieres lo del otro día?. No, le contesté. Fui al baño y traje el bote de aceite Johnsons.
Ella me miraba con gesto dubitativo. Ves la mesa de centro, (una mesa bajita que hay en todos los salones), súbete en ella y ponte a cuatro patas.Te la voy a meter por el culo, le dije ya sin misterios. ¿Por el culo? ¿eso no duele?. No te preocupes con el aceite no.
Ya estaba en la posición requerida cuando me empezé a masajearme la polla con el aceite. Después me dirigí a su ano, lo masajeé un rato y empecé a introducirle dedos, primero uno luego dos, hasta tres dedos.
Ella al principio se quejaba pero luego, me pedía que le metiera ya la polla. Así lo hice, me puse de pie sobre la mesa, con mis piernas un poco flexionadas a ambos laterales de sus nalgas y sin más una polla de quince centímetros empezaba a deslizarse por su ano, adelante y atrás.
A veces se la sacaba y volvía a metérsela de nuevo. Ella gemía de placer me pedía más rapidez y más fuerza. Mis testículos chocaban contra su depilado chochito.
Después cambiamos de posición, yo me tumbé en la mesa y ella se sentó sobre mí. Con mi polla clavada en su culo, mi vecina hacía rítmicos movimientos. Yo masajeaba sus enormes tetas, pellizcaba sus pezones.
Ella me devolvía el placer acelerando el ritmo de su culo. Sin poder contenerme más le hice un gesto para que se incorporara, le saque la polla del culo, se puso de rodillas junto a mí y se comió mi polla durante unos segundos. Igual que la otra vez retiré su cabeza y ella sabedora de lo que iba a ocurrir me entregó sus pechos, juntándolos con las manos.
Allí me corrí salvajemente impregnandos sus tetas, el collar,la cadena, los pezones, fue espectacular. Ella restregaba todo el semen por su pechera. –¿Me dejas duchar?, -Por supuesto le contesté.
Me fui detrás de ella y cuando fue a quitarse las sandalias para meterse en la bañera. Le dije espera todavía falta algo, Nos metimos bajo la ducha y comenzamos a besarnos y enjabonarnos mientras recorríamos todos los rincones de nuestros cuerpos.
Estando enjabonados intenté metersela por el culo pero se negó. Entonces me senté en el bidet, le abrí las piernas y la senté sobre mi verga enterrándosela hasta el fondo.
Así nos besamos y cabalgamos hasta que, luego de un buen rato logré acabar. Extenuados, terminamos de bañarnos y nos secamos tendiéndonos un rato en la cama desnudos.
nos levantamos,nos vestimos y en la puerta de la habiatción estaba Mariann,con sus braguitas por las rodillas y resoplando de placer,lo había visto todo y quería participar.
Pero esto forma parte de una segunda parte que os contaremos más adelante.
Esperamos que os gute y que la disfruteis como disfrutamos nosotros.
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