Con mi cuñada.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Pachecon.
Buen día, este será mi primer aporte, espero estar a la altura de sus expectativas.
Mi relato sucedió hace algunos años atrás, hará a unos 16 años pero parece que fue ayer, vivo con mi esposa en una ciudad fronteriza de México que dicen que es la más visitada del mundo, soy médico de profesión, mi esposa enfermera, por necesidades económicas de mi familia política, mi cuñada, que en esa época tenía 20 años se vino a vivir con nosotros, ella era una chica hermosa, casi un clon de la actriz Jessica Alba, hasta su mismo color de piel, poco busto pero muy bien colocado y en su lugar, poca nalga pero hermosas que hacía que tuviera una erección con sólo mirarla, sus piernas delgadas pero bien torneadas, en fin, lo que se dice, una verdadera hermosura.
Yo soy un tipo normal, estura 1.75 mts, cuerpo normal con una verga promedio, 18 cm.
Pero de un grosor que deja gratamente encantada a quien la prueba.
Sucedió al poco tiempo de su llegada, por cuestiones de trabajo, mi esposa salía antes que yo de la casa, y yo tenía la opción de quedarme en casa si así lo decidía, era director de un hospital del Gobierno Federal, mi cuñada empezó a preguntar a que hora me tenía que bañar, para bañarse antes, habiendo 3 baños en la casa, utilizaba el mío, al principio no le Di importancia, dejaba su ropa “olvidada", poco a poco fui dándome cuenta que sus tanguitas estaban muy húmedas, mojaditas, empecé a revisarlas y el olor era a hembra caliente, empezó mi calentura y mi sesión de masturbación diaria oliendo y degustando ese rico calzoncito que de sólo recordarlo tengo una erección, cada vez que salía de bañarme me miraba y sonreía y me preguntaba “Te gustó mi regalo, me masturbo pensando en ti”.
Al principio yo nomas sonreía y le decía eres mi cuñadita.
Al poco tiempo enfermo de una infección de la piel llamada rubeola, no es grave, no se contagia si ya te dio antes, sólo es molesto, le doy tratamiento y me dice, cuando se vaya mi hermana puedes venir a mi cuarto? Necesito hablar contigo.
Regrese como en una hora, y me dice, estoy muy cansada, ¿Me puedes dar un masaje? Mi corazón no cabía en mi pecho, se quería salir, mi verga quería despertar sólo de pensar que estaba a una decisión de poder tocar ese cuerpo al que le había dedicado infinidad de pajas, le dije que si, del Buró sacó un aceite, por Dios!!! Estaba desnuda, se acostó boca abajo y empecé por la espalda, lentamente, me monté sobre ella, era el paraíso estar sobre ese coño hermoso, me pide que me quite el pantalón para que no se ensucie y porque le raspa la tela, rápidamente me lo quito, con todo y bóxer, continuó el masaje y ella… haaaaa… que rico se siente, recargate más en mi, quiero sentir tus bolas en mis nalgas….
Haaaaaaaa….
sigue… que rico se siente….
Ahora masajea mis nalgas….
Haaaaaayyy….
Creo que voy a terminarrrrr, haaaggggg, arqueo su espalda y sus jugos empezaron a salir por esa panocha divina, que todavía no había tocado, seguí mi masaje, poniendo una almohada en su vientre para levantar sus nalgas y así poder concentrarme en el ano más perfecto que como médico hubiera tocado, no resistí y empecé a mamarlo, pasando la lengua sobre el, tenía un olor y sabor exquisito, la lengua entraba y salía, luego fue un dedo y luego dos, ella estaba más caliente que al inicio, los jugos le salían casi a chorros de su panochita, mientras le metía los dedos empecé a lamer de arriba abajo esa panochita que jamás un hombre había tocado, cuando llegó a su clítoris, a los tres segundos explotó con otro orgasmo, más intenso que el primero, haaaaa, asiiiiii, muevelo riccoooo, me gussstaaaa, haaaaaaaaaa mientras se retorcia de placer, para luego caer rendida, quedó casi desmayada, momento que aproveche para acercarle mi pene que estaba babeando desde hace rato, empiezo a frotar con el desde el clítoris hasta el culo, me dice todavía con los ojos cerrados, por la panocha no, porque soy virgen, inténtalo por la colita, si no entra, pues por delante pero no quiero embarazarme!
Hice como que lo intentaba pero le dolía, me interesaba más desvirgarla, soñaba con ese momento y muchas veces mi esposa pago los platos rotos de mi calentura, con sus jugos y mi lubricación empecé a empujar en ese túnel estrecho, me topé con su himen, el cual cedió al siguiente empujón, ella estaba llorando, le pregunto que si se lo sacó, me responde no seas tonto, desde que te casaste con mi hermana he soñado este momento, hazme feliz y meterlo tooodoooo haaagg ….
asiiiiii….
quiero ser tu putita….
Meterme un dedo en el culo….
Le meto el dedo medio de mi mano y siento el pene dentro de ella, era muy apretada, los jugos mezclados con sangre manchan la almohada y sábanas, empiezo el mete y saca, primero lentamente, luego con más fuerza, la ataca otro orgasmo que siento en mi pene, como lo abraza sus paredes vaginales, sus jugos eran ríos, sus contracciones hacen que casi termine dentro de ella, ella casi no puede articular palabra, la sigo bombendo, cada vez más fuerte, cuando siento que voy a terminar, la sacó y empiezo a querer meterlo por el culo, está un poco dilatado, sólo alcanzó a meter la cabeza del pene cuando empiezo a eyacular, haaaaaa, asiiiiiiii, tomalaaaa, fue la más larga eyaculación de mi vida, mi pene empieza a perder dureza, ella se acomoda sentada en la cama y empieza a mamarlo como una experta de arriba abajo, succiona a cabeza mientras me masturba, en pocos momentos ya estoy listo para lo que sigue.
Me acuesta y dice, me toca a mi, ella misma se ensarta el pene en su vagina y empieza a cabalgar como poseída, se toca el clítoris y se lo masturba, está desquiciada, sus gritos se escuchan por toda la casa, estamos solos, le llega el orgasmo al mismo tiempo que a mi, no le importó que terminará dentro de ella, terminamos abrazados y sudorosos, sin arrepentimiento porque fue algo que los dos deseábamos, seguimos cogiendo por 5 años, se casó y es feliz pero cada vez que nos visita o la visitamos es sexo seguro con cualquier pretexto.
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