Cuando las vacaciones se convierten en placer y disfrute
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tengo un matrimonio normal, de clase media, que aspiraba a pasar una semana de vacaciones en las playas del Pacifico Colombiano, llamado Ladrilleros, un lugar un poco inhospito, con un turismo artesanal, con construcciones de madera y un poco selvatico. Habitado por negros en su mayoria
Salgo en compañia de mi marido con la intencion de pasar varios dias tranquila, dedicada al ocio, la lectura, los baños en el mar y al descanso.
Hace un calor infernal, yo tengo puesto un shorcito blanco, un poco altico, una camisetita rosadita que me llega al ombligo, pantys rosaditos y un brasier rojo, lo mas apropiado para un dia caluroso donde el trayecto a la isla nos deja practicamente emparamados a los ocupantes de la lanchita, producto del agua arrojada por las olas del mar que nos salpican sin piedad; a mi lado derecho esta mi esposo, al lado izquierdo se sienta un muchacho fornido, negro, de 27 años aproximadamente, quien durante todo el trayecto no hizo sino intentos por rozar mis pechos, con sus brazos, en un principio me fastidio esta situacion, pero luego me parecio divertido, y dejaba que se recostara en mis senos y me hiciera unos ritmicos masajes, al ritmo del movimiento de la lancha.
Nos alojamos en una cabaña en Ladrilleros, por la noche mientras cenabamos en un modesto restaurante del lugar, le comento a mi esposo lo sucedido y lo incomoda que me habia sentido, al tener que viajar de esa forma y recibi silencio de su parte.
Al dia siguiente, me enseña una linda tanguita hilo dental azul, acompañada de una salida de baño transparente del mismo color de la tanga, para que la luzca en la playa, me convence para que me la ponga basandose en que habia poca gente, eramos unos desconocidos y no debia complicarme ademas que le gustaria ver como los hombres me miraban, me parecio algo simpatico, y no le vi inconvenientes, poco realizable pues la playa estaba casi desocupada, habia pocos bañistas, pues no era temporada de visitas turisticas. Tambien acordamos que iria sola a todos los sitios y mi esposo estaria atento y previendo cualquier situacion desagradable unos metros atras o delante mio.
Me sentia extraña, la parte de arriba del sosten tampoco era mucho lo que me tapaba, sentia las miradas de los hombres sobre mis nalgas y mis senos , y en vez de disgustarme me sentia deseada, lo que aumentaba mi ansiedad.
Asi pasaron dos dias sin mayores detalles que narrar, mi marido me comentaba por la noche lo que habia observado como me miraban y los comentarios que hacian en voz baja, sobre lo provocativa que estaba lo buena que estaba. Eso me excitaba.
Al tercer dia, mientras tomaba el sol boca abajo, un poco dormida, siento la voz de alguien quien me saluda: “que alegria verla, y porque tan solita? Usted es la señora de la lancha verdad?…. sin quitar su mirada de mis nalgas, lo miro con coqueteria permanezco boca abajo, mostrando naturalidad y le respondo que ya mi marido viene.
Cuando el chico se retira le comento a mi esposo lo que conversamos a lo que el me hace una propuesta: “Yo vi como lo mirabas, el chico te gusta verdad? Serias capaz de tener algo con el? Serias capaz de enamorarlo? Yo no me esperaba algo asi, quede perpleja y solo atine a responderle, “no lo se, no lo se, puede que yo si quisiera tener algo, pero no sabemos si el negro lo desee conmigo” intentemoslo me respondio. Lo voy a pensar, no me creo capaz”, le respondi.
Al cuarto dia, asoleandome, con mi esposo a prudente distancia pero escondido a traves de un parasol, el negro se me acerca y al verme nuevamente sola me pregunta por mi esposo, a lo que respondo estaba un poco enfermo y que prefirio quedarse en la cabaña, para poder estar en el mar por la tarde.
Esa respuesta lo entusiasmo demasiado, sin quitar su mirada sobre mi cuerpo, hablamos de los sitios que se podian visitar en la isla y se propuso como guia.
Yo le respondi que me gustaria mucho, pero que tenia que comentarlo con mi marido.
Me pregunto entonces que si le permitia untarme el bloqueador solar a lo cual asenti con un gesto de afirmacion.
Empezo por regar el aceite en la parte inferior de los pies y a subir lentamente sus manos por mi cuerpo, cerre los ojos concentrandome en como sus dedos pasan por mis tobillos y van subiendo lentamente, por las piernas, senti un escalofrio en mi estomago, una electricidad en mi bajo vientre, mi corazon palpitaba aceleradamente, estaba ansiosa, extasiada en la sensacion de placer que sentia al roce de su mano con mi piel, sin percatarme de lo que hacia, le iba abriendo mis piernas sutilmente, para que pudiera maniobrar mas facilmente sus dedos entre mis muslos, al llegar a mis nalgas, doy pequeños brinquitos de goce, acentuandose cuando habilmente levanta la tirita de mi tanga que estaba metida entre mis nalguitas y me restriega el aceite bloqueador, tocandome “ocasionalmente” en la puerta de entrada de mi culito, amasa mis nalgas con un cariño y una dulzura unica.
Cuando termina de untarme el aceite en la espalda, en una decision caprichosa me acorde de mi esposo y me voltee quedando boca arriba, creyendo que ya era suficiente, y me encuentro con su rostro de aprobacion, lo que me motivo a dejar que terminara lo que habia empezado, me coloque un sombrero sobre el rostro, para cubrirme del sol pero podia oir como eventualmente pasaban personas a mi alrededor, lo que no me importo, pues solo me interesa se me cubriera el cuerpo con el bloqueador.
Estando boca arriba sus manos se volvieron mas atrevidas y me rozan la panochita, en ocasiones senti como sus dedos me abren muy levemente la tela de la tanguita deslizandose cerca de mi conchita, sin llegar a tocarla, a pesar de mis deseos
Me unta el aceite del ombligo hacia arriba, llegando hasta donde llegaba la tela del sosten que me tapaba los senos, o mejor, los pezones fue lo unico a lo que no le unto el aceite, ya que no le di tiempo, pues cuando iba a hacerlo, me pare repentinamente y lo invite coquetonamente a bañarnos al mar, asi lo hicimos durante un largo tiempo, de lo cual no me arrepiento pues tuve la fortuna de poder tocarle su miembro que me imaginaba grande pero me quede corta, era inmenso, un poderoso instrumento de goce, las olas eran pequeñas por lo que nos toco agacharnos intentando ocultarnos entre las olas, pero teniendo la precaucion que mi marido pudiera ver los movimientos que haciamos desde su sitio en la playa.
Cuando tuve entre mis manos su polla mi deseo inmediato fue ser penetrada, pero me acorde que hasta ahi no llegaba el compromiso con mi esposo, aunque estaba desesperada por meterme su pollota, no se lo permiti achacandole la culpa a las olas. Cuando le dije: “Papi, quiero ser tuya, pero en este momento no, mi marido puede aparecer en cualquier momento, estoy segura que habra un momento donde me podras tener a tu gusto y no con afanes, le hice una paja a ese monstruo de verga, y fue la unica manera de contenerlo, ademas que yo misma le meti sus dedos dentro de mi cuquita, y deje que me explorara por dentro toda, integra, hasta que pude ver como mi marido me hacia una señal acordada de antemano, que indicaba debiamos volver a reunirnos sin despertar sospecha: “papi, amor mio, ahi viene mi esposo, vete vete rapido, el solo decia, cual es, cual es,” y yo le señalaba para el lado opuesto a donde estaba mi esposo. Se fue por debajo del agua y salio a varios metros de donde estabamos lo que aproveche para salir, lo que evito el reconociera a mi esposo.
Al dia siguiente muy temprano, acorde con mi marido que fuera yo sola al sitio que el habia ofrecido llevarnos, el fingiria estar enfermo, no poder ir, lo que era falso
A la hora del desayuno, me encuentro con mi negrote, le digo que no podemos ir al paseo, pues mi esposo seguia enfermo, el se desilusiono un poco, pero yo le propuse fueramos a insistirle a ver si me dejaba ir sola.
Entramos a la cabaña, mi esposo me insistia en que fuera y yo fingia que no queria ir, mi negrito se mostraba extrañado de mi actitud, cuando lo considere conveniente “acepte”. Con la condicion que mi esposo si se sentia mejor , saliera a encontrarnos por la tarde. A donde ibamos a ir se llama la Barra.
Iba con mi shorcito, mi tanguita, la salida de baño, no habiamos recorrido mas de 200 metros cuando Jefferson me pide que me quite el shorcito, y la salida de baño, y sus manos se posesionan de mi culo, por debajo de su pantaloneta empieza a asomarse el bulto de esa trancota, que estaba ansiosa porque fuera mio.
Para llegar a la Barra hay que recorrer un largo camino de unos tres kilometros de playa, rodeada de palmas de coco.
Cuando logramos ponernos a cierta distancia de la playa de Ladrilleros, mientras corriamos como niños alargando la espera de ese momento que tanto deseaba, me dejo caer en la orilla y le digo:
“Papi te deseo, quiero sentirte mia, te prometi que me podras meter tu vergota, por donde quieras, y aqui me tienes, para ti papi, hazme lo que quieras, como y cuando quieras, culeame, culeame culeame, ” se saco su armamento y me lo apunto a la boca, la cual no se hizo rogar y me lo meti todo, integro, totalmente, me llegaba hasta lo mas profundo de la garganta, tenia que sacarmela para tomar aire, pues me asfixiaba, y aunque me fastidiaba, no queria dejar de mamarsela, me parecia mentira que estuviera con semejante Organo mamando y dandole besitos en las pelotas, en un momento dado me acorde de mi esposo y trate de ver si estaba en alguna parte no lo vi,, pero no me importo, ya despues le comentaria lo que habia sentido y lo que me habia dicho mi negro hermoso.
Despues de mucho rato mamando y de tener sus dedos que se revolcaban dentro de mi Chocho, el es quien me dice: “Mami, me gustaria antes de darte por la panocha, quiero intentarlo por el culo” yo no esperaba que saliera con eso y le dije: “pero papi es que esa vergota tuya es muy grande me dolera mucho, nunca he dado nalguita, por favor no papi, ni a mi esposo le he dado mi trasero, es muy doloroso y tu polla es grande y demasiado gruesa” pero el insistio y accedi a sus deseos; es que no me importaba nada, queria a mi negro; me coloque como perrita, empieza a pasar su lengua por mi ano, y la inunda toda y enseguida intenta la penetracion, lentamente y a pesar de su delicadeza, el dolor es impresionante, mis quejidos hacen que el me pida sacar lo que hasta ese momento me habia penetrado, pero le ruego y digo que no: “Papi, estoy decidida, no me la saques, quiero complacerte, no me importa me duela, metemela hasta el final, me encanta sentirte dentro de mi, te quiero papito… este culo es tuyo papi, eres el primer hombre que me la entierra,”
El prosigue empujando y mi dolor se hace cada vez grande, pero no me importa, cada centimetro que entra a mi culo es un placer que siento, es un deseo, es un orgasmo pleno, sentirme penetrada por un pedazo de carne negra gruesa, venosa, fuerte, pero jugosa me excita, hasta que por fin me entra totalmente le pido “ amor mio, dejame tu leche en mi culito, no lo saques… quiero que esto nunca se acabe” Mi brioso machucante me complace y empieza a mover sus caderas incesantemente, sin parar aun ritmo frenetico, mientras nuestros cuerpos no se separan no me duele pero cuando un milimetro de mi piel no toca sus testiculos, el dolor es infernal.
Hasta que termina mi trasero repleto de su caliente liquido, trato de pararme despues de un breve descanso, pero el dolor no me lo permite, me duele como si me hubieran desgarrado por dentro, como si me hubieran metido un pedazo de carbon lleno de fuego dentro del culo; decidimos no seguir caminando y nos quedamos en ese sitio el resto del tiempo, jugueteando con las olas, con su pene con mis tetas, las que me mamaba como niño pequeño, estabamos completamente desnudos y aunque pasaba gente nativa y turistas cerca no me importaba; una vez se recupero de tan tremendo polvo y su pene estaba nuevamente listo, nos metimos debajo de unas palmas de coco y le pedi:
“Mi papi lindo, quiero que me comas por la chocha, el no se hizo rogar y me coloco encima de el lo que facilitaba la penetracion; y fueron otros momentos de goce pleno, sintiendo ese tizon de 23 CMS que tenia ardida mi panocha y me hacia gozar y gritar como una zorrita; fueron muchos minutos de placer hasta que pude volver a sentir el chorro de su semen dentro de mi. Permanecimos mucho tiempo abrazados, besandonos, acariciandonos, mientras mi ano se reponia del dolor.
Cuando eran las 4 de la tarde aproximadamente, evitando la marea alta, avanzabamos hacia Ladrilleros, vimos a lo lejos que mi marido salia a nuestro encuentro, me recibio, con un beso en la boca, y cuando me vio cojeando le inventamos que me habia golpeado.
Por la noche volvi a ver a mi imponente negrote, lo busque para despedirme ya que al dia siguiente saliamos de regreso, nos despedimos con un beso prolongado en la playa y unos tres dedos metidos en mi chocha.
Al dia siguiente, se aparece en nuestra cabaña, mi negro vergon para ofrecerse a llevarnos las maletas, pues estaba preocupado por mi cojera y se sentia culpable, lo cual aceptamos gustosos, al llegar al desembarcadero me despido con un beso en la mejilla de mi negro y hermoso amante, dandole las gracias por todo, a lo cual el responde “Fue con mucho gusto, aca estoy para servirle cuando regrese, espero que se mejore de la cojera, y dirigiendose a mi esposo le dice: “ Me la cuida, oyo?” Mi marido se sonrie y me aprieta y me da una palmada en la nalga
Esa noche ya en la cama de nuestro hogar mi esposo me dice riendose “nunca me quisiste dar el culo a mi y se lo diste a tu amiguito, vi todo perfectamente escondido detras de las palmas, como te puso a gritar y a gemir, te coloco en cuatro y te la iba clavando y le pedias cada vez mas polla, y no dizque no te gustaban los negros? Yo le dije: “Una Tranca como esa negra, peluda, cabezona, dura, resistente le hace cambiar la opinion a cualquiera no crees? Nos dimos un beso y quedamos dormidos
Besos
Monica
Autor: Anonimo
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