Cumpliendo mi Fantasía
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por alesia80.
Este ha de ser mi primer relato espero que sea el primero de muchos. Acá estoy sentada en el comedor de casa con mi música favorita y una taza de café.
Les cuento un poco sobre mí. Siempre fui una niña buena, en mi adolescencia no hice mayor cosa, dedicada full en el estudio y en ser buena hija y hermana. Nunca hice las cosas que los chicos de mi edad hacían, como ir a fiestas, "apretarse" o por qué no acostarse también.
Saliendo del cole empecé a trabajar y estudiar no tuve mucho tiempo para la vida social, siempre quise hacer cosas locas pero no me animaba como ir a un bar y ligarme a un chico y llevármelo a la cama. Mi primera experiencia sexual fue a mis 20, he de decir que fue un despertar sexual tardío. Le empecé a tomar gusto al sexo y solo tuve encuentros sexuales con parejas estables. Solo que hubo alguien con quien quise irme a la cama y no fue así. Siempre fue mi clavito y él se llama J. Siento que soy un poco atractiva y que llamo la atención, no me creo la mayor cosa pero algo tengo.
Mido 165 cm, hoy en día estoy un poquito más esbelta, soy de tez trigueña, de ojos marrón, con unos senos proporcionales a mi trasero. Me casé a los 23, tengo un esposo un poco loco así como yo, hemos hecho travesuras como hacer el amor en la playa, en la piscina, en el carro, hasta me llevó a conocer los night club y me dieron mi primer beso lésbico.
Para ir entrando un poco en contexto, en su momento le conté a mi esposo que tuve un asunto pendiente con un excompa de trabajo a quien llamaré J. Cuando mi esposo y yo íbamos a la cama fantaseábamos que el me prestaba y que yo me acostaba con J. Hace más de una año que estamos con esa fantasía hasta que después de estarlo conversando decidimos hacerlo :).
Eso fue el sábado anterior, ese día fue un día normal en familia, hicimos unos mandados en la mañana, y conforme pasaban las horas me sentía más ansiosa por la tensión sexual que sentía y cómo me estaba excitando, me fui a caminar con mi esposo en los alrededores de nuestra casa, y él me fue diciendo que debía hacer, cómo me debía comportar, y seguí al pie de la letra todo lo que conversamos.
Regresamos de caminar, me dí una ducha, depilé mis zonas y cuando sentía el agua recorrer mi cuerpo imaginaba que eran las manos de J. tocándome, al salir mi esposo me acariciaba y la misma vez colocaba la crema en mi cuerpo para que J. sintiera una piel tersa y suave. Me vestí, me puse un vestido rojo con negro de encaje, con zapatos rojos y ropa interior negra. El vestido marcaba mis curvas, mi trasero y mis senos. Me peiné, maquillé y me sentía como una puta alistándose en el camerino del cabaret. Con solo de acordarme me vuelvo a poner húmeda deseosa de que mi sexo sea ultrajado.
Cené en casa junto con mi marido, y me fue a dejar en el punto de encuentro, siento que los dos estábamos a mil y un poco locos con lo que iba a suceder. Al ser las 08:30 p.m. me dejó mi esposo en el lugar donde acordé verme con J. y él llego a los pocos minutos. Sentía el pulso acelerado, y mi panochita húmeda deseosa de verga, me subí al carro, le di un beso en la boca, e íbamos hablando de camino de lo rico que la íbamos a pasar. Llegamos a un hotel donde hay un bar de moda hacia el Oeste de la ciudad y en donde nadie nos pudiera conocer, nos registramos para pasar la noche ahí, le avisé a mi esposo que ya había llegado, fuimos a la habitación para dejar nuestras cosas ahí, y J. de una quería desnudarme y no quería salir de la habitación. Le dije que quería ir al bar, que parte de escoger quedarnos en ese hotel era para ir a ese bar, él no muy convencido, fuimos al bar, la subirnos al ascensor le di un beso húmedo en la boca y le agarré la verga ejerciendo cierta autoridad, eso lo tomó por sorpresa y el disgusto inicial desvaneció.
Una vez en el bar decidimos pasar a la terraza, me pedí una margarita para ir bajando la tensión y que se me quitaran las inhibiciones, después de unos tragos, me fui aflojando de piernas y lo empecé a besar más sexualmente mientras que por debajo de la mesa le tocaba la entrepierna y sentía como se iba poniendo duro, a la hora y media de estar en el bar, fuimos a la habitación y de camino en el ascensor el me alzó, y puso su verga abultada por el pantalón frente a mi panochito lo cual me gustó y ya sabía que estaba a segundos de que iniciara nuestra faena sexual.
Una vez en la habitación no dejé que me agarrara y me metí al baño para avisarle a mi marido que iba a iniciar la jornada como putita, le envié fotos, me desnudé y me puse un vestido diminuto que dejaba ver toda mi carne. Le dije a mi esposo que lo amaba, que gracias por darme ese permiso, y que le avisaría una vez que ejecutara. Sali de la habitación y J. se quedó perplejo al verme, se excitó demasiado, le quité la ropa, lo senté en el sillón y le empecé a mamar la verga, mientras mi sexo estaba húmedo y hasta goteaba de excitación.
Sentía su verga dura, le mamé suavecito alrededor de la cabeza de la picha, e iba bajando tragando más profundo suavecito y haciendo el torniquete con mi mano y poco a poco empecé a aumentar el ritmo, siendo una dominatriz le puse el látex y me encaramé en él mientras me penetraba en mi panochita tuve mi primer orgasmo y gemí como una perrita en celo, controlaba la penetración y me movía a mi ritmo.
Seguí menéandome mientras él mamaba mis tetas y me besaba cuando tuve mi segundo orgasmo y justo después me dijo que se iba a regar, me quité, me agaché, le quité el forro, para que se regara en mi carita y gota a gota fui probando su leche, fuimos a la cama, nos acostamos para acostarnos un ratito para tomar aire.
Me sentía triunfal ya que era muchísimo tiempo el que deseaba que el me poseyera y el hecho de que fuera consensuado con mi esposo me ponía a mil porque también lo hacía por complacerlo a él.
Luego de unos cuantos minutos, el empezó a mamar mi conchita como todo un maestro, hicimos el 69 y metía sus dedos en mi panochita que gritaba que le metieran la verga nuevamentJ. Su verga ya tenía un sabor delicioso entre leche y sudor. He de confesar que me he puesto a mil nuevamente y tuve que hacer una pausa para masturbarme con la mano y mis dedos.
Volviendo al tema, esta vez él abajo y yo arriba empecé a controlar el ritmo de la penetración y como bien me enseñó mi marido, hice sentadillas, eso lo dejó como loco e hizo explotarme a mi en un climax que me sacó el más sonoro de los gemidos por no decir si fue que lo confundí con un grito.
Descansamos de nuevo unos minutos y ya ahí le había sacado dos polvos, me fui al baño para avisarle a mi marido que ya había ejecutado como una prepago, me sentí lo más puta y eso me excitaba, hice lo que siempre había querido hacer, algo super loco!.
Nos fuimos a descansar un ratito, en la madrugada bajé hacia su zona sur y le mamé la verga hasta que el se despertara por culpa de su verga alborotada… y lo volví a montar yo arriba como jinete a su caballo, luego el me puso de cuatro y ahi me reventó, pensé que se me iba a salir por la boca. Grité de placer como la actriz colombiana Esperanza Gómez y al instante, se quitó el condón y se regó en mi boca.
Descansamos nuevamente y repetimos el mismo ejercicio al amanecer, seguía extasiada, nos bañamos juntos, le informé a mi esposo que había cumplido mi trabajo como puta…y que iba de retorno para encontrarnos y contarle nuestra fantasía vuelta realidad.
Deseosa de que pueda seguir continuando esta historia.
A.
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