Daniela, de Argentina. Relato de como me gustó ser infiel con el consentimiento de mi novio
Soy daniela, 18 años, argentina, aquí en mi 5 relato les cuento como la fantasía de mi novio, de ser cornudo y compartirme con otro se cumplió y a mi me gusto.
Hola mis queridos lectores, como ya dije antes, mi nombre es daniela. Soy de Argentina, en esas épocas era una niña que estaba saliendo de la adolescencia, recién cumplido mis 18 años, tenía un novio a quien le morboseaba la fantasía de verme compartida con otros hombres.
Me describo como una chica bonita. De lindo rostros, buena cintura, unas piernas bien formadas, una colita normal, no grande pero bien durita y formada, pero unas tetas grandes con un par de pezones rosaditos. Como antes conté, ya tenía experiencia en ser compartida con otros hombres. (De todas las edades) mientras mi novio miraba, algunas veces el participaba activamente o solo miraba. Otras veces el observaba oculto en un ropero. Y otras veces le relataba como sucedían mis encuentros
Una mañana el se despertó con la idea de que ese día, yo debía tener un maratón de sexo. Que debía estar con cuanto hombre se me cruzará en el camino. Como era de suponer para mí sería algo sencillo, ya que al ser jovencita, todo tipo de hombre se me insinuaba, esa mañana mi primer objetivo era el dueño de un negocio cerca de casa, era un muchacho que en ese entonces tendría unos 35 años a quien llamaremos Esteban.
El no perdía oportunidad para buscarme charla y proponerme ideas para salir a compartir algo. Era algo inevitable para el ver una chica de unos 18 años, linda, simpática y coqueta. Esa mañana me vestí con una solera, es una prenda como un vestido largo, con tiras en mis hombros, decidí llevar una tanguita, bien chica, que apenas cubría mi concha… la solera era muy pegada a mi cuerpo, dejando resaltar mi culo. Como siempre llegaba a su negocio, muy simpática yo, charlatana. El me dijo de cuando saldríamos a tomar algo. Yo le dije que hoy podría ser quizás. No había nadie más en el negocio, así que me hacía que buscaba algún producto y me agache un poco a mirar más, entonces Esteban se arrimo y sentí como sus manos se apoyan en mi cintura, me comencé a poner nerviosa, pero no quité sus manos ni me resistí. Entonces me incorpore, hice un paso hacia atrás y yo apoye mis nalgas en su paquete, el me recogió el cabello y lo hizo a un costado dejando mis hombros descubierto, me dio un pequeño y tierno beso ahí… yo agarre sus manos e hice que me abrazara. Luego gire un poco mi cabeza y puse mis labios a su disposición, comenzamos a besarnos. Primero como novios, era algo romántico, pero me ganó la calentura y me di vuelta. Me colgué de su cuello y el ritmo acelero.. sus manos recorrían todo mi cuerpo, me apoyo sobre un mostrador y yo abrí mis piernas. Esteban estaba muy caliente. Y yo ni les cuento. Me comenzó a humedecer mi tanga. Desabroche su pantalón y deje su pija afuera. El intento penetrarme… yo me quité la tanga y le di en sus manos. Le dije aquí no, te dejo este regalito, pero esta noche nos encontramos y ahí me la devuelves. No podía dejarme coger ahí ya que alguien podía entrar y encontrarnos. Esteban estaba caliente y con dudas de que yo no iría al encuentro. Lo convencí y quedamos en tal lugar y tal hora. Así que me retire y al llegar a casa se lo conté a mi novio. Mientras nos dábamos placer con la historia de lo que acababa de hacer yo. El me dijo que tenía que buscar otro objetivo. Y al rato salí. Mientras caminaba sin rumbo, un auto me tocó bocina, era otro hombre, ya superaba los 40 años. Era del barrio, lo llamaremos coco.
Coco ya tenía más charla conmigo, charlas casuales. Me invitó a subir a su auto para que me alcance a donde iba yo. Le dije salgo a despejarme un rato porque estoy aburrida. Insistente el, me invitó a su casa. Estaba solo, su esposa y sus hijos estaban en la casa de sus suegros. Conocía a su esposa, me agradaba y podría decirse que éramos casi amigas. Acepte con la condición de que me invitará vodka con jugo baggio. Coco acepto. Llegando a su casa, el reclino mi asiento haciendo que me recostara, no queríamos que algún vecino nos viera ingresar, abrí su garaje y guardo el auto. Baje y conocí su casa. Era bonita. Entre a la sala y tomé asiento en un gran sofá, el fue a la cocina y me preparo esa bebida que yo encaprichada quería. Me sirvió un vaso grande, prendió su tv y me preguntó si me gustaba ver películas porno. Le dije que si, era algo que me gustaba mucho. Ver para aprender. Sin entrar en detalles. Porque ambos sabíamos a lo que íbamos, coco tomó asiento y me hizo señas de que me arrime, con una mano sostenía el vaso, y con la otra acaricie su rostro y le di un beso. Ese hombre sabía lo que tenía que hacer, y que en ese momento era su oportunidad, me tomo del cabello, y me llevó hasta a él. Subí y me senté sobre el, comenzamos a besarnos mientras el me comenzó a apretar mi cintura y me apoyaba fuerte contra su cuerpo, me gustaba sentirme asfixiada. Me cortaba la respiración tan fuerte abrazo. Me levante la solera y el al notar que no tenía ropa interior, amasaba mis nalgas, baje mis tirantes dejando mis tetas al aire. Comenzó a chuparlas, primero recorría con su lengua suavemente el contorno de mis pezones, luego los metía en su boca dándome suaves mordidas. Realmente sabía lo que hacía, entonces coco, quien era un tipo realmente alto, me levanto prendido de mis nalgas dejándome al aire, estaba arriba yo. Sin tocar el suelo. Como una niña en brazos de su padre, me llevó a su habitación matrimonial. Que placer para mí sentirme su amante, y más placer saber que me cogeria en la cama de quien yo consideraba una amiga.
Coco estaba más que excitado, me trataba como una verdadera mujer, pero al mismo tiempo me trataba como una putita. Me decía cosas lindas y al mismo tiempo cosas realmente sucias. Me recostó en su cama, alzó mis piernas y metió su cara entre ellas, llegó a mi concha, sin nada de pelos, comenzo a darme unas chupadas muy ricas haciendo que inmediatamente yo suelte ríos de jugos, mojaba muchísimo, estaba llegando al clímax, Coco recorría con su lengua desde mi clitoris hasta la entrada de mi ano, primero empezaba arriba con un movimiento de arriba y abajo para terminar en mi culo con movimientos circulares, me entregue y mi culo se relajo, se dilato, como expresando que necesitaba ser penetrado. Pero en ese momento entró a mi cabeza la imagen de mi novio, y recorde que era yo quien debía ser quien de placer, debía ser yo quien tome el control. Así que me moví, quité a Coco y lo tumbe en la cama. Lo desvesti, mientras yo besaba desde su boca, cuello y pecho, hasta bajar cerca de su vientre. Mire sus ojos, para enterrarme entre sus piernas. Lentamente con mi lengua recorrí la punta de su pija, baje el cuerito que tapaba su cabeza,para introducirla en mi boca. Una sesión de pete como toda una puta profesional, mientras chupaba tan linda pija le dije que algún día me gustaría filmarme y hacer un video casero para tener una película porno propia. Realmente esa era una necesidad mía. A quien ese tiempo la tecnología no era tan al alcance de la época. Me gustaba esa idea y que algún día podría tener acceso a ese placer, Coco alucinaba con el acto de tener a casi una niña en su cama, me confesó que muchas veces imagino ese momento, y que un día se propuso que yo en algún momento sería de él. Admito que esas palabras me llegaron muy profundo, porque me sentí deseada. Me calenté aún más, saber que me desaban, sentirme observada me levantaba la moral femenina. Chupando tanto esa pija. Casi acaba en mi boca. Pero yo decidida a sentirla dentro mío, salgo y monto a Coco. Primero Lentamente. Haciendo que mis movimientos hagan que su cabeza, en la entrada de mi concha abran lentamente mis labios vaginales. Cuando sentí que estaba en la entrada, me lancé lentamente pero profundo, hasta llegar hasta el fondo de mi vientre. Comencé con un ritmo lento, pero profundo. Sentí como ese pedazo de carne caliente me llenaba el interior. Aumente el ritmo, cada vez más rápido, sentí como resbala su pija en mi concha, mis fluidos caían y recorrían aquel cuerpo cavernoso, le pedí al oído que me cogiera como si fuera la última vez, que me diera duro, como una putita. Entonces Coco, fuera de sí, se transforma en un salvaje. Comenzó a ponerse violento y me dijo, así lo deseas? Entonces te cumpliré. Me dio una cachetada, y tomó de mi cabello. Tironeaba fuerte, con otra mano tomó mi cuello y comenzó a cerrar su mano, me estaba ahorcando, yo me sentí confundida, pero esa situación me gustaba, descubrí que me ponía muy caliente que me maltrataran en la cama… mientras Coco me daba cachetadas y me apretaba el cuello yo intente liberarme de él, pero el no se dejaba, me recostó boca arriba y abrió mis piernas, puso su pija en mi concha y de un movimiento entró en mi.. fuerte y profundo, era violento… me cogia como un animal, y yo gritaba primero de dolor. Pero me gustaba sentirme así. Alzó un poco más mis caderas y en esa posición afirmó su pija dura en la puerta de mi culo, jugaba con el abriendo paso, cuando ya la punta de su cabeza entró, en un movimiento fuerte y firme, introducio ese fierro de carne y venas en mi culo, sentí que llegaba hasta mis intestino, vi como sus huevos también querían entrar por ese agujero, no podía respirar. Me daba fuertes embestidas hasta que pedí que pare un poco. Coco no quería, pero se le ocurrió una idea, me libero. Fue hasta su placard y trajo una corbata… me ato las manos, en ese momento yo me vi como prisionera de mi fantasía, sentí un poco de miedo, pero también de curiosidad.
Con mis manos atadas, coco trajo un poco de vaselina. Me hecho en mi culo y me puso de cuatro patas en la cama. En esa posición comenzó a penetrarme. Mientras me pegaba en las nalgas. Luego me vendo los ojos, y me decía que ahora sentiría algo rico. Sacó desde las cosas de su esposa, un consolador de goma, lo llevo hasta mi boca y me hizo que lo chupara, como si fuera una pija de verdad. Lo sentí como si fuera un miembro real.. entonces coco. Puso su pija en mi concha y con el consolador comenzó a penetrarme por el culo. Me sentía en las nubes yo. No quería que ese encuentro termine ahí… me estaba realizando una doble penetracion mientras me tenía atada.
Necesitaba que mi novio me viera así, como me usaban, entonces coco fue a un lugar y trajo una cámara fotográfica, le dije que me tome fotos teniéndome así. Coco me cumplió ese deseo y me saco muchas fotos, me cogió con su pija y el consolador de su esposa, luego me recostó y puso mi cabeza entre sus piernas, y como yo aun tenía mis ojos vendados, sin avisarme introdujo su miembro en mi boca, empezó a cogerme la boca mientras sacaba fotos, dejando mostrar como el consolador estaba introducido en mi culo. Luego me quito la venda, yo lo mire a los ojos con su pija en mi boca. Sentía que ya estaba por acabar, así que en un momento el largo su primer chorro de leche haciendo que resbalaran por el extremo de mis labios, sacó su pija y rocío su leche en mi cara, dejándome toda cubierta de ella, sacó fotos. Parecía salida de una película porno. Luego de jugar conmigo un rato más, me liberó. Entonces el me mostró las fotos que tomó y me mostró también que esa cámara estaba escondida junto a una filmadora, el muy hijo de puta me estaba filmando sin decirme nada. El me dijo que eso quería para tenerlo de recuerdo pero que le daba miedo que su esposa lo descubriera, entonces yo le dije antes de que la borre, que me las diera, y así fue. Fue hasta su computadora, las descargo y las grabó en un CD. Era mi primera película porno. Yo contenta y más que feliz. Le pedí a Coco que me llevara hasta mi casa. Ni bien llegue, saque el DvD y llame a mi novio, le dije tengo algo que mostrarte, prendí la tele mientras me desvestia, le iba contando a mi novio como sucedió todo, lo recoste y mientras le hacía un pete vimos la película, la pija se puso dura, estaba muy vigorosa, dándome a entender que verme así, le gustó. Hasta el día de hoy, tenemos esa película y la vemos constantemente, ese fue nuestra primera película.
Hasta pronto queridos lectores.
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