De 8 meses de embarazo me entregue al pintor y a sus amigos

Ya me moría de ganas y mi marido no me hacia caso, asi que no me juzguen, solo tome una pequeña oportunidad.
Aquel sábado por la tarde, como siempre, mi esposo se fue a parrandear con sus amigotes, así dicen todas las esposas je je.  

Solo que, en esta ocasión, yo sabía que iba a regresar muy tarde y muy tomado, ya que tenía tiempo que me rehuía, ya que desde el principio que me preño, como que deje de interesarle, no sé qué pensaba y porque no quería comer empanadas, con lo que me encanta ufff. 

 En cambio, yo, mis 8 meses de embarazo, me moría de ganas de que alguien me comiera, fuera quien fuera, yo ya para estas alturas estaba siempre cachonda, super caliente, muy ganosa y mi marido ni en cuenta.  

Ya ni aunque me tocara, me sentía satisfecha, yo me moría por tener una verga dentro mío, ya estaba que no me aguantaba. 

En ese entonces, estábamos pintando el cuarto del futuro bb, así que mi esposo había traído un pintor para realizar el trabajo. 

Esa tarde, al salir mi esposo de casa, alcance a escuchar que le decía al pintor… 

~Luego nos vemos maestro, ahí le encargo, hágale una buena chamba a mi esposa, ya ve como es de exigente ~ 

~No se preocupe, yo me encargo ~ respondía el pintor relamiéndose los bigotes. 

En ese momento no me di cuenta de que el pintor hablaba en doble sentido. 

Esa tarde el calor era insoportable, y el pintor trabaje y trabaje, ya se notaba todo sudado y algo cansado, así que yo, como toda buena ama de casa, le ofrecí una caguamita, ya saben cómo les encanta, y algunas botanas. 

Pues al rato, el pintor ya andaba medio alegre, y se le notaba algo nervioso, yo lo veía algo raro. 

Me fije en él y note que el buen hombre era medio feo, normal, pero su estampa se me figuraba como medio macho, de esos que andan siempre andan con varias mujeres, para mi sorpresa, sentí en ese momento como que se me antojaba. 

~Don Ramon, ¿usted es casado? 

~No señora, para que, si lo que sobran son viejas calientes ~ 

~Digo, mujeres atractivas y dispuestas, quise decir, disculpe ~ 

~Ah ja ja, no se disculpe, entiendo lo que dice y estoy de acuerdo con usted, me imagino que lo que a usted le sobran son mujeres, verdad don Ramon? ~ 

~Bueno, no es que me sobren, pero siempre uno se consigue a alguna dispuesta~ 

~De veras? ~ 

~Si doña, no es por presumir ~ 

~Entiendo, y alguna vez ¿usted se comió a alguna señora embarazada? ~ le pregunte directo mirándole a los ojos sin titubear. 

~No he tenido tanta suerte ~ respondió mirándome directo también. 

~Y si le dijera que hoy usted está de suerte, ¿qué me diría? ~ le dije insinuante sin el menor decoro. 

~Me sentiría muy afortunado, pero le pediría que se explicara bien, ya que no quiero cometer alguna equivocación que la pueda incomodar ~ Respondió nervioso, en la cara se le notaba ansioso por mi respuesta. 

~Entiendo, me explique bien, tengo ganas tremendas, ¿eso le parece suficientemente clara la explicación? ~ 

El hombre no respondió, ya con las cervezas estaba muy decidido, se acercó a mí y sin más, me abrazo besándome el cuello y manoseándome bruscamente las tetas, que ya para entonces, estaban enorme y cargadas de leche. 

La mayoría de los trabajadores son muy bruscos, no tienen la delicadeza de los hombres normales, claro está que eso calienta a la más recatada. 

Cuando el hombre se da cuenta que se me sale la leche, se pegó a mis ubres como becerrito hambriento, cosa que me calentó a madres, así que me quite la blusa y el bra dejando mis tetas expuestas en todo su esplendor. El hombre solo se quedó asombrado mirándolas embelesado durante unos segundos y enseguida se echó sobre mi mamándolas y bebiéndose mi leche totalmente excitado y descontrolado. 

Yo, como toda buena ama de casa, muy puta claro está, le puse la mano entre las piernas y se la empecé a manosear. Enseguida noté lo enorme de su miembro en mis manos y sentí como se le iba parando y poniéndose dura. 

No pude evitar lanzar una exclamación de sorpresa, no me imagine que ese macho tuviera tan tremenda arma. Se me hizo agua la boca nomas de imaginarme tener todo eso dentro de mí. 

Mas pronto que tarde, yo ya estaba de rodillas mame y mame su enorme verga, no saben cómo la estaba disfrutando, sabia super rica y con la falta que ya me hacía, se la chupaba casi con devoción, acariciándosela toda, hasta en mi calentura recuerdo bien como le pasaba la lengua por todo el tronco, le daba besos y hasta le chupaba sus huevos ufff, estaba yo que reventaba, a mil por hora. 

Al poco, el viejo pervertido ya me tenía toda encuerada tumbada de espaldas sobre la mesa y chupándome la panocha que no dejaba de escurrir jugos de lo caliente que ya me había puesto el muy perro y yo dejándome que me disfrutara como buena esposa, de las más putas. 

Luego, se dispuso a cogerme dándome verga como nadie, el muy maldito era un muy buen semental muy aguantador. Yo la verdad, me le entregue totalmente dejándome que me hiciera todo lo que el quisiera, estaba dispuesta a darle todo, hasta el culo, que el muy pervertido me lo metió todo haciéndome gritar de dolor y de pasión, de excitación y lujuria. 

El en ese momento, el viejo pintor era un verdadero macho alfa satisfaciendo a su puta, como él estaba acostumbrado y yo me imaginaba que era una puta de esas a las que él estaba acostumbrado, en ese momento se me olvido de que yo era una esposa fiel, recatada. Me valía madres todo ya, yo lo único que hacía era entregarme completamente a él y disfrutar de su enorme verga metiéndose por todos mis agujeros sin dejar nada desperdiciado. 

La pintura del cuarto del bb quedo olvidada durante horas, ahora había al mucho más importante que atender y eso era mi nuevo macho, lo demás que importaba. 

El hombre se fue como a la media noche, antes de que regresara mi marido. Prometió regresar al día siguiente para seguir con nuestros juegos, sabiendo que mi esposo no despertaría hasta muy tarde. 

Esa noche me dormí pensando en que el viejo pervertido ese, me había dejado totalmente satisfecha, como nunca me había sentido, pero algo se había despertado en mí y supe que ya no podía dejarlo, así que me dormí con ganas de más, más ganas de él, más ganas de su enorme verga. 

Al día siguiente me despertó el sonido del timbre de la puerta, enseguida supe que era mi macho, así que rápido me levanté y me puse una batita corta transparente sin ponerme sujetador, así que ya se imaginaran que se me veía todo, hasta el peluche de mi sexo, no se ustedes, pero a algunos hombres, especialmente a machos como el mío, les encanta el pelambre de las señoras. 

Abrí la puerta, lo primero que vi fue a mi macho, se le notaba el bulto bajo el pantalón, se notaba que venía con ganas renovadas, pero enseguida, me quedé helada, no supe cómo reaccionar, el muy cabron venia con otros tres más y todos estaban babeando, mirándome casi totalmente en cueros, mi cuerpo desnudo en todo su esplendor bajo la batita y mi pelambre era una clara invitación a todo lo que un macho se pueda imaginar. 

~Hola zorra, traje refuerzos para terminar el trabajo ~ 

Me puse roja como tomate y tremendamente nerviosa, pero debo confesar que me encanto que el pinche viejo me llamara zorra especialmente delante de todos los demás hombres, me hizo feliz sentir especial, como que, en verdad, ya era su puta de planta y eso quedaba claro para los demás. 

Para mi sorpresa y sin que yo pudiera reaccionar, el maldito viejo me tomo de la mano y me llevo a mi propia habitación, donde mi esposo se encontraba totalmente dormido y ahí, junto a él, cosa que me puso super caliente, entre todos me dieron verga por todos lados hasta decir basta. 

Que puta caliente me sentía yo dejándome hacer de todo por todos esos machos vergones, peor delante de mi esposo perdido por la borrachera que se había puesto. 

Lo más increíble para mí, fue disfrutar como me cogían entre dos al mismo tiempo haciéndome tremenda y deliciosa doble penetración mientras se la mamaba a los otros que estaban disponibles esperando turno para intercambiar posiciones. 

Los muy pervertidos viejos me disfrutaron durante horas hasta quedar satisfechos, dejándome tumbada sobre mi cama, totalmente desmadejada, como muñeca de trapo, pero super bien cogida por todos lados y llena de leche de macho también por todos lados. 

Los demás días que faltaban para terminar de pintar el cuarto del bb, sobra decir que todas esas escenas se repitieron durante todos los días, uffff. 

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