De consejero a culeador
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Resulta que desde hace tres años, tengo un compañero de trabajo, que llamaré Hector, quien tiene una esposa de pequeña estatura, morena prieta, pero de buen cuerpo, además es cachonda, la llamaré Lily, ellos tienen 27 y 25 respectivamente.
A pesar que los dos son buenas personas, padecen de incompatibilidad en la cama, lo cual les genera problemas.
Yo soy Mario, de 32 años, fui casado y Hector y Lily me tienen confianza y un día decidieron compartirme sus desaveniencias.
Asi que comencé a aconsejar a Hector, todo fue bien al principio, pero poco a poco volvieron a sus problemas.
Hasta que un día, andábamos bebiendo con Hector, y en una reunión le presente a una mi amiga que la tengo como amiga con derechos, con quien Hector se acostó esa misma noche, el tío quedó fascinado me dijo que había sido su mejor polvo en años y que la chica quería seguirlo viendo.
Yo le dije que con cuidado, porque aveces los hombres nos perdemos con las mujeres por el sexo y dicho y hecho asi fue, Hector comenzó a salir frecuentemente con ésta amiga.
En una de esas noches, yo salí con Lily a tomar un café, estaba sola, Hector andaba con mi amiga.
Me dijo Lily que tenía como un mes sin tener sexo con Hector y que además de preocupada estaba muy caliente.
La llevé a mi apartamento y no puedo negar que Lily estaba como para comérsela, dos lindos senos duros y parados, una colita increible sin un centimetro de celulitis y unas ganas de coger impensables.
Ya en mi apartamento le di un par de copas de vino que calentaron la noche y nos pusieron cachondos, no tardé en decirle que hacía tiempo que la deseaba, ella al principio se sintió como ofendida, pero no se fue de mi apartamento, poco a poco tomó confianza y terminamos abrazados y besándonos, la acoste boca arriba sobre mis piernas y le besé su rostro, su cuello y le di una barbara mamada de tetas, creo que se las dejé marcadas, pero por su piel morena no se notaba mucho, ella gemía y me decía que -no estaba bien todo esto-, pero mis manos se metieron hasta su chuchita y se la acaricie hasta mojarla, luego le metí dos dedos mientras le mamaba sus tetas por enésima vez, Lily gemía y ya estaba decidida a todo.
Le terminé quitando las bragas y me puse entre sus piernas, yo en el suelo y ella sobre el sofá.
Mi lengua tocaba su clitoris, se metía entre sus labios vaginales y terminaba lamiendo su ojete del culo, Lily gemía y gemía y me pedía más.
Yo metía uno de mis dedos en su raja y salían llenos de sus jugos calientes.
Me fui quitando la ropa y mi verga ya estaba empalada, yo tengo una verga larga y gruesa, asi que me subi sobre ella y subiendo sus piernas la penetre sin misericordia, me puse a bombearsela como loco, entraba y salía con fuerza y velocidad, mientras ella daba de alaridos, pidiendo siempre más.
Ella llegó muy rápido a su primer orgasmo, al terminar, yo la puse en cuatro sobre el sofá, le tomé su escultural trasero y se la metí en su raja candente, nuevamente me puse a pistonear duro y profundo, Lily era bien estrecha y yo sentía la gloria follándomela.
Le seguí dando duro y cuando la oí que estaba por llegar a su segunda corrida aceleré para que llegaramos juntos, los dos empezamos a gemir y a gritas nuestra venida.
Acabé dentro de su vagina mojada y luego nos caímos juntos en el sofá, yo sobre ella y con mi verga aún dentro de su raja, a los pocos segundos mi verga perdía dureza dentro de ella para luego salir.
Todavía nos dimos unos que otros besos.
Luego la invité a bañarse conmigo.
Desnudos y de la mano tomamos camino hacia mi habitación y hacia la ducha, alli nos metimos debajo de la regadera y comenzamos a besarnos y a decirnos que cada uno le atraía el otro.
Comenzaron los besos de nuevo, ahora ella se puso de rodillas y se puso a darme una mamada de lujo, me chupaba la verga y los huevos como una diosa, su lengua lamía mis cojones y me hacían gemir de gusto, luego lamió mi tronco como si se tratara de un caramelo, luego metió mi verga dentro de su boca y la metía y sacaba con un placer intenso.
No tardé en pedirle que nos fueramos a la cama, alli hicimos una deliciosa 69, yo metido entre sus piernas y ella entra las mías.
Yo abajo y ella arriba.
Le pasé la lengua por todos los lados de su vagina, incluso pude incrustarle la punta de mi lengua en su raja mojada, también le lamí su ojete del culo lo que quise, con mi lengua la hice correrse, ella tensó su cuerpo y me regaló cualquier cantidad de jugos íntimos provenientes de su chuchita.
Luego ella se fue montando sobre mi al estilo vaquero y me cabalgó primero lento, dandonos muchos besos de lengua y me ponía sus tetas para mamarlas, luego sus movimientos se fueron volviendo más intensos y fuertes, mi verga entraba a lo más profundo de su cuerpo.
Más tarde Lily se pegaba tremendos sentones sobre mi verga, solo mis huevos quedaban afuera de su raja, los dos nuevamente gemimos fuertemente.
Entre gritos y quejidos, sentí como mi verga se descargaba en su raja por segundo vez y ella por cuarta.
El sexo había sido tan intenso que hasta un sentimiento de culpa teníamos por haber gozado tanto.
La fui a dejar a su casa y aún ni noticias de Hector.
Al siguiente día Lily me llamó como disculpándose de su actitud esa noche de sexo, yo le dije que por mi no había nada.
Sin embargo, a la semana siguiente, ella me dijo que Hector no había llegado a su casa, yo sabía por que era, asi que le dije que llegara a mi apartamento, ella dudo, pero aceptó y llegó y de nuevo tuvimos un sexo increible, me la cogí como en seis posiciones distintas en mi cama.
Cuando la tuve en cuatro con el culo hacia arriba, le lamí el culo varias veces y poniendole mi verga en su ojete del culo, se la fui metiendo, ella solo pujó varias veces, pero no impidió que le rompiera su culito, se la fui metiendo con cuidado, y cuando se la llevaba como a la mitad, me puse a bombearsela lentamente, gozando ese lujo de culo que tenía.
Luego me vine a chorros dentro de su recto, fue una corrida lindisima la que tuve, con mucha leche.
Ya acostados, descansando sobre mi cama, ella me confesó que había sido su primera vez por el culo, que a Hector no le gustaba ni besarle el trasero.
-Si no fuera por ti, talvez hubiera muerto virgen de mi culito- me dijo la cachonda de Lily.
Desde esa noche, empecé a tener sexo con Lily una o dos veces a la semana, le daba por delante y por detras cada vez.
Fueron unos palos muy intensos.
Igual lo hacíamos en mi apartamento, que en su casa, que en mi coche, en moteles, me di gusto cogiéndome a Lily y quitarle lo caliente.
Hasta que todo estalló, Lily supo lo de los amoríos de Hector.
Y luego de varias semanas se separaron.
Lily volvió a la casa de sus padres que viven lejos de alli y Hector se quedó solo.
Ya no pude seguir viendo a ella.
De vez en cuando nos hablamos por telefono.
Hector rompió tan bien con mi amiga.
No sabe lo que tuvimos Lily y yo.
Pero en las noches pienso en esas ricas sesiones de sexo con la rica morena de su exmujer.
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