Descubrí a mi esposa engañándome, y eso me excitó.
No dije nada, dejé su celular justo como ella lo había dejado, pero yo me quedé muy caliente y con ganas de cogerme a mi esposa en ese preciso momento y de una forma salvaje y dura..
«…me limité a masturbarme pensando en ella y recordando los mensajes con su “amigo”.
Eran cerca de las 4 de la madrugada. Por razones de salud de uno de nuestros hijos yo me había ido a dormir con él a su habitación. Me andaba por ir al baño así que me levanté, abrí la puerta y pude ver que la luz de nuestra habitación (la de mi esposa y mía) estaba encendida y rápidamente se apagó. Extrañado por la situación abrí la puerta y pregunté a mi mujer si todo estaba bien a lo que respondió: -claro amor, sólo estaba buscando la crema para mis manos, porque fui al baño, me lavé las manos y quería ponerme un poco- inmediatamente algo en mi cabeza no encajó. Ella es muy ordenada y aunque cada noche se levanta al baño nunca necesita prender la luz para encontrar la crema porque sabe perfectamente bien dónde está y cuál es, así que no dije más, fui al baño, pero me quedé inquieto y pensativo.
Al salir del baño, y habiendo reflexionado sobre lo ocurrido, hice como que cerraba la puerta de la habitación de mi hijo pero me quedé fuera para ver qué sucedía, y lo que esperaba pasó… La habitación se encendió pero solo la luz del celular de ella y se alcanzaba a escuchar que le llegaban mensajes.. a esa hora.. las 4 de la mañana. Inmediatamente en mi cabeza di por hecho que me estaba engañando.
Al paso de los días la noté distante, pegada a su celular, se tardaba mucho en la regadera para ducharse, se tardaba mucho en arreglarse (más de lo normal) después de la ducha en la habitación. Y así, mis sospechas siguieron. Un día, inquieto por lo que podría ser, y viendo la oportunidad, tomé su celular, abrí los mensajes y pude ver una conversación MUY subida de tono con un “amigo suyo de la preparatoria” pero no acababan ahí las cosas, se habían estado mandando fotografías, principalmente ella, en ropa interior sexy, en la regadera, o desnuda y había una conversación que hablaba de esa noche que la caché en que habían tenido una videollamada para masturbarse juntos.
Les he de confesar, que antes de enojarme o molestarme por esa conversación subida de tono, lo primero fue que me excité mucho, comenzó a ponerse muy dura mi verga de ver a mi esposa así, y pensar que otro hombre la veía y se masturbaba deseando tenerla. De imaginarla tocándose y viendo cómo otro hombre se venía por ella. Y ahí, justo ahí supe que algo estaba raro en mí.
No dije nada, dejé su celular justo como ella lo había dejado, pero yo me quedé muy caliente y con ganas de cogerme a mi esposa en ese preciso momento y de una forma salvaje y dura. Y aunque estaba muy caliente para hacerlo, también estaba muy sacado de onda como para tener sexo con ella, así que me limité a masturbarme pensando en ella y recordando los mensajes con su “amigo”. ¡Hacía mucho no tenía la verga tan dura!
Algunos días después y sin que ella sospechara nada aún. Me volví a meter a su celular y decidí mejor entrar a su galería de fotos donde pude encontrar muchas fotos de ella cachonda, desnuda, provocativa y mojada. Mi pene se puso duro nuevamente y me mandé las fotos a mi teléfono cuidando de borrar todos antes de regresar su móvil a su lugar. Sin embargo, antes de terminar se me ocurrió tomar fotos de su conversación y quedármelas por lo que se pudiera ofrecer.
Así que para aquella noche tenía nuevo repertorio de fotos desnudas de mi esposa toda cachonda y chorreando y un “buen material de lectura erótico” en sus conversaciones de mensajes. en un rato a solas me puse a verlas y a leer lo que se escribían: que se la quería lamer, que quería chuparle los huevos, que le gustaría sentirlo dentro, que a el le encantaría jalarle el cabello mientras la coge en 4, que ella quería probar su leche caliente y recibirla toda en su boca, que él se la cogería 3 veces al día, que quería lamerle el culo; y aunque algo en mí me hacía sentir traicionado, también me excitaba muchísimo, tanto que decidí levantarme con la verga toda dura y cogerme a mi esposa, quién sin decir nada se dejó acariciar, lamer y penetrar salvajemente. Se la metí por la vagina que estaba chorreando de lo mojada que se estaba, lo hicimos duro embistiéndola una y otra vez como si fuera una puta, y yo jalándole el cabello cómo él decía en su mensaje, hasta que estaba por correrme y pensé en su mensaje y le dije: – quiero venirme en tu boca y que sientas mi leche caliente – ella no dijo que no y entonces le metí la verga en su boca, me la chupó y entonces exploté dentro de su boca. Toda una fiesta de leche y semen en su boca, pude escuchar cómo se ahogaba porque tiré demasiados mecos. Se escuchó como si fuera a vomitar, pero se la quedó dentro hasta que saqué la última gota y ya prendido y excitado, me agache y la besé apasionadamente mientras nos pasábamos y embarrábamos mi leche en un beso blanco. Tenía mucho tiempo que no teníamos un momento de sexo TAN rico y TAN apasionado y cachondo.
«…tenía mucho tiempo que no teníamos un momento de sexo tan rico y tan apasionado y cachondo.»
En los días siguientes, se fue haciendo rutina ver su celular, descubrir fotos cachondas de ella y mensajes sexosos con su “amigo” y conforme pasaba el tiempo me fui volviendo adicto a los nervios, sensación y excitación que me daba espiar su teléfono, descubrir sus fotos y leer sus mensajes. Ver sus palabras, ver las fotos que le mandaba abriendo las piernas, tocándose la vagina mojada, poniéndose en 4 con el culo al aire, en lencería que le había comprado para nosotros. Cada vez me excitaba más y más. Llegó el punto en que me di cuenta que lo disfrutaba más que ver porno en internet.
Una noche, que me quedé solo en la sala mientras todos dormían, decidí ver sus fotos y comencé a tocarme por encima de la ropa, metí mi mano debajo del pantalón y comencé a masturbarme viendo sus fotos, los videos que ya le mandaba y leyendo nuevamente sus mensajes y lo único que se me ocurrió decir en ese momento fue.. – ¡eres una verdadera puta! – decir esa frase fue como una liberación y a la vez una gran descubrimiento… «Eres una verdadera puta» fueron como palabras mágicas para mí.
Hasta ese momento nunca me había referido a mi esposa de esa manera, ni lo había pensado, ni mucho pronunciado. Pero llamarla “puta” mientras veía sus fotos me hizo arder en fuego, me puso durísimo y super excitado. Comencé a decir frases sucias y obscenas pensando en ella y hablándole como si estuviera con una prostituta cualquiera: “Eres una puta perra en celo”, “se te antoja que te rompan el culo”, “me encantaría partirte el ano y llenarte de leche”, “eres una zorra cachonda y sucia”, «te voy a publicar en internet para que todos vean lo puta que eres», y poco a poco, como lo iba diciendo me di cuenta que hablar así de ella me prendía aun más, era liberador y esto se intensificaba aún más si imaginaba que llegaba de trabajar y la encontraba cogiendo como puta con su “amigo”.
Me perdía imaginando que llegaba a casa y en lugar de hacer un escándalo, me quedaba de lejos, tras la puerta escuchándola gemir mientras su “amigo” le metía la verga duro por el culo o la forzaba a mamársela muy duro y sin dejarla respirar. Me imaginaba que la veía montándolo y moviéndose como una puta experta en sexo, brincando y meneando su cuerpo lleno de placer y lujuria. Hasta que, por toda esa imaginación me corría masturbándome. Y en repetidas ocasiones, en lugar de terminar yo solo, iba, le bajaba el pantalón donde estuviera y la penetraba, le daba duro por atrás, como perrito (o como la perra que es), le jalaba el cabello y la embestía agresivamente, me encantaba escucharla gemir, gritar de placer y supongo que ella se imaginaba que era su «amigo» el que la penetraba y la trataba como toda una zorra. cada vez que eso pasaba trataba de hacer lo que se escribían por mensaje, probar lo que ellos decían, lo que se les antojaba y entonces me corría como loco, llenándole la boca, las nalgas, la vagina, las tetas o la cara.
Fue un tiempo (meses) de guardar el secreto de lo que sabía y disfrutar del sexo más intenso que habíamos tenido a consecuencia de todo lo que se mandaban y se escribían.
Nos dábamos unas cogidas muy ricas, me deslechaba en ella, en su boca, en su cara, en su vagina, la nalgueaba intenso, la embestía duro, le hablaba sucio, podía sentir que tenía a mi puta en casa y me daba el mejor sexo que me imaginaba, se acabaron tabúes, se liberó en probar cosas nuevas, en hacer cosas en la cama que no habíamos hecho antes, de hacerlo donde fuera, cuando quisiéramos, como quisiéramos, en fin.. un tiempo riquísimo. Tenía una verdadera puta en mi casa y yo la iba a tratar como eso.. una puta.
Por algunos detalles de pareja, las cosas salieron a flote y ella supo que yo sabía. Supo que todo este tiempo que había pasado (casi 6 meses) había guardado silencio. Ella se disculpó prometió que dejaría de escribirle y mandarse fotos, etc. Pero si les digo la verdad, es que yo no quería que eso pasara, yo disfrutaba sabiendo que se mensajeaban y mi esposa se tomaba fotos cachondas, que mostraba su cuerpo y se ponía como zorra con él porque yo también lo disfrutaba. hubo un momento en que hasta le pensaba proponer que creara uno de esos canales en internet y que se mostrara a mas hombres porque eso me excitaría aun más y al parecer a ella el gustaba. Pero no dije más y ella se quedo apenada y prometiendo que iba a cambiar. Yo prefería que siguiera de puta todavía mas.
No pasaron ni 3 meses y volví a notar en ella el comportamiento como cuando se escribía con su “amigo” así que asumí que habían “regresado”, no dije nada, esperé un tiempo y volví a tomar su celular, y ver que seguían escribiéndose, ahora más intensos, ella completamente liberada como toda una puta profesional, como dos que acababan de descubrir el sexo y quería probar todo, ya le mandaba videos hasta fetichistas, sus calzones y tangas mojadas y manchadas; videos de su vagina húmeda mientras ella se tocaba y se abría los labios; sentada en el escusado orinando y mojándose de meados; poniéndose en cuatro como perra y estirándose el culo para que se le viera el ano; untándose cremas y comida en el cuerpo; acariciando los pelos de su vagina; moviéndose como si él la estuviera montando y ella gimiendo; y al final también él comenzó a mandarle fotos y videos.
Fue entonces que conocí la verga del “amigo” suyo aquel… No es que su verga fuera mejor que la mía, o más grande o más gruesa, de hecho creo que la tenemos bastante parecida: de buen tamaño, un poco gruesa, el circuncidado y yo no, pero es la única diferencia. Solo que esa vez la vi por primera ocasión, vi como se la jalaba, como se la iba poniendo dura, como se movía sola mientras palpitaba, la vi escurrir de leche y como explotaba mientras veía las fotos de ella.
Se escribían cosas sucias, y a mí se me antojaban todavía cosas más sucias, hasta que me di cuenta de algo. Me encantaría invitarlo y que juntos nos cogiéramos a mi esposa.
«…Me encantaría invitarlo y que juntos nos cogiéramos a mi esposa.»
Al ver los videos de él y la forma en que se masturba y se la jalaba por mi esposa, el ver la cantidad de leche que sacaba por ella, sus gemidos y pensar en las fotos de ella y sus videos también, me hicieron comenzar a tener otras fantasías: Mi esposa siendo cogida por otro, u otros, o muchos y que se la penetren una y otra vez, 3 al mismo tiempo, me la imaginaba en medio de muchos negros con sus vergas duras metiéndosela en la boca o por todos sus hoyos al mismo tiempo. Me la imaginaba con leche de muchos hombres en su cara y dándose turnos de que cada uno sela metiera, pero había una fantasía recurrente… que él y yo nos la cojamos juntos, alternar, yo se la meto por el culo y el por la vagina, luego al revés, luego yo en la boca mientras él le da duro y se corre dentro de ella, para yo después metérsela también y correrme dentro mezclando el semen de los dos…
Me di cuenta que mis fantasías se comenzaron a tornar en los sueños de un bisexual, comencé a pensar que me encantaría que él le llenara la boca de leche caliente y luego yo besarla. O chuparle yo la vagina mientras él se la mete por el culo o simplemente yo estar viéndolos como ella lo monta y él la destroza dandole duro hasta que ella gima a gritos y chorrée de orgasmos.
Ahora me excita ver porno de cornudos, porno bisexual en la que esposo y esposa se la chupan al mismo tipo, y hasta llego a imaginar y masturbarme pensando que algún día haremos un trio en que nos cogeremos a su «amigo». Él me la meterá a mí mientras yo me cojo a mi esposa por el culo; o ella me la chupará mientras él se la coge en 4 como perra; yo me lo cogeré a él mientras mi esposa se la chupa; o le haremos un doble vaginal o anal hasta que ella llore de placer, y al final los dos nos correremos en la boca de ella solo para besarnos y embarrarnos los tres todo el semen y leche que saquemos.
Confieso que después de esa vez, ya no sólo guardo las fotos de mi esposa, también las de él, sus videos y me gusta imaginarme que se cogen uno al otro y que yo participo con ellos, que convivimos sin pedos disfrutando a la puta de mi esposa y la hacemos sentir como la perra cachonda más afortunada del mundo.
«…algún día haremos un trío en que todos nos cogeremos a todos»
Aunque sé que regresaron, no he dicho nada ni le diré a mi esposa, porque disfruto tanto imaginándola de puta que me encantaría que de verdad lo fuera… verla con otros y coger todos juntos.
Amigo si quieres yo me apunto para que nos la cojamos los 2 jaja. Saca sus fotos para ver lo que mandaba y escribirle yo tambien
Delicioso tener una verga adentro mientras clavas a tu esposa , es lo más rico del mundo., El mejor tren bisexual que se puede tener !!