Desde que le abrí la puerta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hablando por internet me confeso que me tenía muchas ganas…yo, que no me había fijado especialmente en el,no se pir que le dije que sí se me lanzaba, no lo pararía. Tardo apenas media hora en llegar. Entro, a oscuras, y sin mediar palabra empezó a besarme y manosearme, me bajo el pantalón y empezó a lamerme y jugar con su lengua en mi vagina. Me hizo correrme como una loca, fue el primero en eso… Y entonces me folló, con ansia, con desesperación, jadeando y diciéndome cuanto me deseaba desde el momento en que me vio. Ahí me convertí en su putita, y lo he sido más de diez años, y lo seguiré siendo… Durante algunas temporadas he logrado ignorarle, ser una niña buena y mantenerme fiel a mi pareja, pero al fin he comprendido que es inútil luchar; EL me encanta, me excita sobremanera, es pensar en EL, en su voz, sus manos, y me humedezco al instante. "Estoy hecha para que me folle". Desde qué formé una familia es cierto que mi cuerpo ha perdido libertad, atormentado quizá por la culpa, no lo se… Los primeros años éramos muy osados, y nos follábamos incluso en la misma sala en la que nuestras respectivas parejas dormían;ahora nos jugamos mucho más, por lo que tendríamos que ser más cautos, aunque a veces la pasión nos ciega la razón. Este verano hemos jugado mucho, envalentonados por la distancia. Durante una semana me propuse mantenerlo empalmado el máximo tiempo posible, y aprovechaba cada minuto libre para mandarle una foto en la ducha, o un video masturbándome y gimiendo en su honor o simplemente una frase contándole lo mojadita que estaba pensando en el. Lo ponía tan caliente que tenía que abandonar su puesto de trabajo para ir a masturbarse "como un pajillero adolescente". El, a cambio, una tarde me "obligó" a ir sin bragas a un acto público del trabajo. Me puso tan cachonda con sus mensajes, que entre al baño de un bar, me lamí dos dedos y me masturbe apoyada en el lavabo, mientras lo grababa para enviárselo como prueba. Cuando llegué a casa por la noche, mi maridomr metió la mano bajo el pantalón y se percató de que no llevaba nada. Tuve qué inventar una rocambolesca historia como excusa, y aunque la creyó, me folló y me azotó y me hizo jurar que no volvería a andar por ahí sin braguitas; pero sí EL me lo volviera a pedir, lo volvería a hacer…hay muy pocas cosas que le negaría…muy pocas. Nos hemos encontrado varias veces este verano, después de varios meses sin rozarnos siquiera, y hemos aprovechado cualquier oportunidad para besarnos y tocarnos, de manera furtiva y lasciva, siempre con un alto riesgo de ser pillados y rodeados de gente. Me ha mordido las tetas en la cocina, le he chupado la polla en la planta de arriba, me ha besado en la entrada,me ha follado junto al cuarto de los niños, me ha mostrado su pene erecto en la piscina… El otro día vino a casa, le abrí la puerta temblando, como cuando era una cría. Apenas teníamos quince minutos antes de que llegará mi marido. Torpemente sobrexcitados nos besamos y acariciamos. Mmmmmm, me encanta su boca, sus labios finos, su lengua ancha. Nos tumbamos en el sofá, yo sobre EL, notando su enorme polla dura bajos cuerpo, mientras nos mordíamos las bocas. Estaba deseando que me penetrara, pero al girarme vi la puerta, e imagine a mi marido abriéndola… Y mi cuerpo se bloqueó. Nos fuimos al pasillo, y al fin me relajo con sus manos, acariciando mi sexo y mordisqueando mis tetas. Me tenía tan expuesta, desnuda apoyada contra la pared. Cuando me tuvo bien mojadita, me dio la vuelta y sentí su gloriosa polla entrar en mi ser, una mano en mi pecho, la otra en mi boca buscando mi lengua con sus dedos, mientras me susurraba que era "su peli porno particular, su putita". El orgasmo fue casi instantáneo. Pero entonces la saco para no correrse EL, y me deje caer de rodillas rota por el deseo. Me metí su pene en la boca y saboreé eso que tanto añoraba: su sabor. Me pidió que parara, quería follarme más. Volvió a ponerme contra la pared y volvió q meterme la polla, un, otra y otra vez, y otro orgasmo. Cuando iba a correrse me agarro de la cabeza para, de nuevo, arrodillarme ante EL y recibir su semen en mi boca, mi cuello, mis tetas. Su sabor bajaba por mi garganta. Nos limpiamos deprisa y se marchó rápido para no ser descubierto. Que pena no haberlo disfrutado más, besado más, follado más! Ahora sólo puedo pensar en el próximo encuentro, en el que al fin podrá correrse como una bestia dentro de mi, y yo notar su semen calentito inundándome, y mirarlo a los ojos mientras se derrite. Y es que no lo puedo evitar, mi cuñado, mi cuñadito, el hermano mayor de mi marido, me pone a mil, me vuelve loca. Y que sea algo tan sórdido y morboso lo convierte en la aventura perfecta, ya que EL nunca se enamorara de mi, ni se lo contara a nadie ni me pedirá que abandone a mi marido.. Sólo me follará, me follará y me follará…
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