Dominada por el amigo de mi marido segunda parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por nuevaaurora.
Después de las primeras insinuaciones y toqueteos de parte de Federico pasaron dos semanas hasta que una tarde llego a mi casa sorprendiéndome porque no lo esperábamos.
Hola linda
Como estas, Pedro no esta, por si venias a buscarlo.
No linda te vengo a ver a ti
Oye no esta bien que vengas cuando no esta
Al contrario, va a ser bueno para los dos.
Mientras entraba me abrazo y nuevamente sentí sus manos en las nalgas.
¿Oye no te puedes estar quieto?
Contigo no se puede estar quieto y te gusta a ti, lo sabes muy bien
Me quede callada y el debió pensar que era aceptarlo, dijo que no tenia mucho tiempo pero había pensado mucho en mi y no soportaba mas sin hacerme suya, ahí mismo a media sala me abrazo y me besaba pero me dejo claro que no quería que separarme de mi marido, que lo de el era deseo y que adivinaba que yo era igual a el, que lo de nosotros seria sexo por sexo y no quería que pensara que estaba enamorado sino que mas bien estaba hechizado por mi cuerpo. Otra ves me perdí y no dije nada, deje que me tocara y metió sus manos pajo el pantalón que tenia acariciándome con suavidad las nalgas y pasando a tocar mi anito, me sentí nerviosa y avergonzada porque me estaba tocando tan íntimamente un extraño, sin embargo deje que siguiera y poco a poco me fui excitando dejándome llevar haciendo lo que el quería, se bajo el pantalón y saco su hermoso pene que me dejo boquiabierta, el lo noto y dijo.
¿Verdad que lo deseas, verdad que lo quieres dentro?
Nuevamente me quede callada pero el lo entendió y bajándome a su pene me lo puso en la boca y ya no pude mas, lo bese y me llego un olor a pene caliente y me salió el deseo y ya no dije nada, solo lo metía la boca y lo chupaba placer cuando dijo que me detuviera, que quería mas que una mamada, me bajo el pantalón y me lo quito y de paso bajo mis pantis y alzándome una pierna puso su falo en mi vagina y sin pensarlo mas empezó a meterlo primero suavemente como viendo mi reacción, al ver que no protestaba y lo disfrutaba aumento el ritmo haciéndome gemir de placer.
Espera, tómalo con calma que esto hay que vivirlo intensamente.
Diciendo eso se salió y me pidió que me volteara y cuando estaba de espaldas a el me contemplo a su gusto diciendo.
No me equivoque, tienes un cuerpazo, justo como me gustan y lo mejor son esas nalgas preciosas, carnosas calientes.
Se agacho y me las beso sobándolas y acariciándolas tiernamente tratando de abrirlas para llegar al centro mismo, me sentí más nerviosa y me voltee para que siguiera lo mismo pero adelante.
¡Que bizcochito tan hermoso y caliente tienes! Se ve que eres caliente y cogelona y ahora vas a tener dos para que te llenen, es una promesa.
Volvió a abrazarme y me llevo a mi cuarto, a mi cama y me quede sorprendida, ¡me iba a coger en mi propia cama! Quise protestar pero me tapo la boca y dijo que nada como la cama para el placer, me acostó y enseguida me beso la conchita hasta humedecerme nuevamente, me levanto las piernas y otra ves empezó a meterlo suavemente para después ponerle velocidad al asunto.
¿Te gusta preciosa?
Siii
¿Vas a ser mía siempre que quiera?
Siiiiii
Dime que te gusta mi verga, dímelo.
Me gusta.
Dilo bien
Me gusta tu verga.
No pensaba con el cerebro, la pasión me dominaba y solo quería placer y mas placer, bombeaba riquísimo y de momento quiso sacarlo para cambiar de posición pero no lo deje, lo apreté con mis piernas y me moví con ansias locas, el lo entendió y casi lo sacaba para después meterlo hasta el fondo.
¡Toma preciosa, toma mi leche, disfrútala, llénate, putita linda y caliente!, te gusta la verga? Pues tómala, es toda tuya.
Siii dámela, mas, mas, masssssssssss.
Estaba irreconocible pero no lo pensaba, solo quería darme y darle gusto, de pronto se quedo quieto y su falo se endureció hasta llenarme de leche que empezó a salir por mi rajita caliente, se dejo caer sobre mí echando hasta la última gota y fue un cansancio delicioso.
5 minutos después reaccionamos y me sentí mal, me remordía la conciencia y me dieron ganas de llorar.
Tranquila, no te preocupes, no pasa nada.
Te parece nada lo que acabamos de hacer?
Algún día iba a pasar, tu eres de las que quieren mas y que mejor que sea yo que soy de confianza
¡Vaya confianza, el mejor amigo de mi esposo!, por favor que nunca lo sepa.
Prometido, solo no me niegues lo que te pida, ok?
Se vistió y se fue y yo me quede en la cama pensando lo que había pasado y reconocí que me gustaba, no se porque, yo nunca había pensado ser infiel y ni de novia lo fui, además de mi marido nunca había visto ni sentido otro pene que no fuera el de mi marido, ya había pasado y volvería a pasar muchas veces mas.
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