El chico del estacionamiento
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace algunos años que la pasión entre mi esposo y yo se ha ido apagando, yo soy una mujer de tierra caliente, a mis 45 años Atraigo miradas y piropos lo cual me gusta.
No llego al gym pero me gusta ejercitarme en casa y a decir verdad mis piernas son mi atractivo principal.
Me gusta usar faldas cortas y ajustadas y tacones altos
Tres veces por semana visito una plaza comercial, hago compras o voy al spa o al salón, tomo café y regreso a la monotonía del hogar, aunque mas de un hombre se ha acercado a querer platicar los despido inmediatamente pues no me gusta dar de que hablar.
Hace unos días llegué como siempre a la plaza, estacione mi coche y bajé, hay un chico ahí que cuida los cuida, se acerco a saludarme como siempre, lo salude y me entre a la plaza.
El chico se llama Antonio (es su nombre real) tiene 17 o 18 años, es alto, delgado, piel canela y una sonrisa muy bonita.
Al volver al coche se me acercó Antonio, abrí y me incliné para buscar unas monedas, el chico estaba parado justo detrás de mi, yo estaba enseñándole sin querer todo el culo, ya que llevaba puesto un hilo dental, sentí su mirada clavada en mi trasero y voltee, Antonio tenia una potente erección que me dejo perpleja, podia apreciar la longitud de su miembro y la forma del glande, eso hizo empaparme y sentí un calor que salía de mi panocha y llegaba hasta mis pies.
Sudorosa, húmeda y nerviosa le di las monedas y me dispuse a retirarme no sin antes mirar de reojo la tremenda verga de Antonio queriendo salir del pantalón.
Llegue a casa, me metí a mi recámara y me masturbe como poseida, Antonio me puso a mil, ese chico que podría ser mi hijo
Me tenia caliente pensando en su verga.
Al día siguiente volví a la plaza me puse una falda mas corta pero no llevaba interiores, me había afeitado y perfumado mi pucha.
Cuando Antonio apareció lo llamé había abierto la puerta del coche, sin pensarlo tanto levante mi falda mostrándole mis labios, él al instante se hincó y acarició mis piernas hasta llegar a mi panocha que estaba mojada, mis fluidos escurrian por la raja de mi culo, tome su cabeza y la fui acercando hasta que con su lengua empezo a recorrer mi coño, lo lamia tímidamente,
Empecé a mover mis caderas y el atrapó mi clítoris con sus labios, al instante me corrí en su boca, le pedí que se pusiera de pie, su verga había lubricado tanto que mojo su pantalón.
Rápidamente le baje el cierre y desabroche el pantalon, de un tirón se lo baje hasta los tobillos con todo y bóxer, su verga golpeó mi cara, hambrienta la metí en mi boca y trague lo mas que pude, observaba su abdomen plano y su pubis con los vellos recortados, acariciaba sus caderas mientras el follaba mi boca.
Abría mi boca y el introducía su miembro hasta mi garganta lo que me daba arcadas y me asfixiaba, pero yo quería mas verga.
A estas alturas ya me había quitado la falda y estaba agachada mamando la hermosa verga de Antonio, mientras acariciaba mi coño que chorreaba.
Le pedí que pusiera un pie en el estribo del coche de manera que me permitió mamarle el culo, al principio se resistía pero fue dejándose poco a poco, abrí sus nalgas y metí mi lengua buscando su ano virgen, se lo chupe como loca.
Me levanté y me puse en 4 en el asiento trasero dejando mi coño y culo a su disposición.
Senti una descarga eléctrica cuando paso su lengua desde mi coño hasta mi ano y me corrí por enésima vez, empezó a pasar su verga por la entrada de mi concha de arriba a abajo, y de repente de una sola estocada me la dejó ir hasta el fondo, me senti en la gloria, bañe su verga con un orgasmo que me hizo convulsionar, me la metía duro,.
me daba verga rápido, me sujeto de las caderas y folló mi coño como poseído.
Le pedí que se sentara en el asiento para cabalgarlo, me acomode su verga en la entrada y me senté poco a poco, disfrutando los 19 cms de Antonio, empecé a moverme lento, el mamaba mis pezones, subía y baja cada vez mas rápido, sentí que su verga se ensanchaba mas y llenó mi coño de leche, al mismo tiempo me corrí otra vez.
Estábamos sudados, desnudos, yo ensartada en la verga de ese chico, nos besamos, mientras movía lentamente mis caderas.
Estaba agotada, él en cambio seguía con ganas, su verga esta semirrecta, aun escurría leche de la punta, por mis piernas escurría esa mezcla de su semen y mi orgasmo que salia de mi panocha, toqué mis labios vaginales y estaban inflamados,
Me puse la ropa mientras el salia del coche y también se ponía la ropa.
Con toda esa calentura que tenia me olvidé que estaba en el estacionamiento, no se si alguien nos vio, pero lo disfrute como nunca, Antonio revivió a esa mujer fogosa que soy.
Ahora ya no voy a reprimirme y les estaré contando mis infidelidades.
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